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Escultura: arte tridimencional

 

 Algunas definiciones

 

 Los primeros tiempos de la escultura

 

 

 

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Algunas definiciones
Hay dos tipos de esculturas: las exentas y el relieve. Las exentas, más conocidas como estatuas, son aquellas que al ser tridimensionales pueden ser observadas desde todos los ángulos.

Las esculturas en relieve son figuras que destacan por sobre una superficie. De acuerdo a lo sobresalientes que estén respecto al fondo se llaman bajo relieve, medio relieve o alto relieve. En la antigüedad era común el uso de los relieves en los monumentos, para contar historias.

Por otro lado, si clasificamos las esculturas de acuerdo a su función, están las ornamentales, cuyo fin es decorativo, y las monumentales, que recuerdan o conmemoran un hecho o personaje.

También se hacen distinciones entre las esculturas exentas o estatuas dependiendo de la posición en que están dispuestas las figuras: yacentes (tendidas), sedentes (sentadas), orantes (orando), etc.

Se usa el término busto para referirse a la representación de la mitad superior del cuerpo humano sin brazos; es decir, el rostro más la parte superior del tronco.


 
PARA INVESTIGAR
¿Cómo crees que se determina la belleza de una escultura?
Diana
Diana cazadora, arte griego clásico, s. IV a.C.

Proyecto Salón Hogar

Escultura: arte tridimencional

  • La escultura es el arte de modelar, tallar y esculpir un material, con el fin de representar figuras u objetos en tres dimensiones. Esto quiere decir que, a diferencia de la pintura, que es bidimensional y plana, las esculturas tienen volumen y pueden ser apreciadas no sólo de frente sino desde distintos puntos.
    Técnicamente, la escultura es la rama de las artes plásticas que se ocupa de la creación de formas artísticas en tres dimensiones, con muy diversos materiales y formas.

Como la escultura es casi tan antigua como el hombre, en este Icarito solo se abarcará su desarrollo hasta el estilo denominado Rococó.

Desde el comienzo de este arte en tiempos prehistóricos, la principal inspiración de los escultores ha sido la figura humana, aunque con distintas motivaciones o connotaciones.

Las representaciones del hombre primitivo estaban relacionadas con la magia, la religión y también con la utilidad (tallado de herramientas y utensilios). Sin embargo, con el paso del tiempo, estas figuras perdieron su simbolismo y funcionalidad, surgiendo la preocupación por reproducir la belleza. Esta finalidad determinó el nacimiento del “arte de la escultura”.

relieve
Caja de marfil con relieve (1300 d.C.).

A medida que se fue desarrollando la civilización, se acentuó la utilización de las figuras humanas tanto femeninas como masculinas, en algunos casos mezclándolas con rasgos animales para representar a los dioses (pueblos mesopotámicos). También es importante la exaltación de los soberanos (egipcios).

Con los griegos se humanizan tanto las esculturas, que dada su perfección parece como si se tratara de personas congeladas cubiertas de mármol -tipo de piedra, principal material utilizado en esa época-.

Grecia marcó un hito en las artes. La perfección y la belleza no solo están presentes en la escultura, sino también en la arquitectura. Su estilo para crear ha sido denominado clásico, y sus formas y detalles aún son estudiados.

Roma preservó este estilo, introduciendo un mayor realismo en los retratos, sobre todo en los de los emperadores, y en los relieves históricos.

relieve asirio
Relieve asirio

Durante la Edad Media, las esculturas pasaron a segundo plano respecto a la arquitectura. Casi fueron exclusivamente un complemento de esta, al estar destinadas a la ornamentación de grandes construcciones, como, por ejemplo, castillos, palacios e iglesias. Las figuras estaban relacionadas con los textos bíblicos, ya que en ese tiempo primaba el teocentrismo; es decir, todos los aspectos de la vida giraban en torno a la creencia en Dios.

El Renacimiento marcó el retorno al estilo clásico. Un claro ejemplo del brusco quiebre respecto al período anterior es la reaparición de las representaciones del cuerpo humano desnudo.

El barroco surgió en Italia a principios del siglo XVII y se caracterizó por su exuberancia, la bella expresión de emociones, y, en algunos casos, también por su dramatismo.

Como ya lo señalábamos, terminamos con el Rococó, estilo ornamental principalmente de interiores, surgido en Francia y que se difundió por Europa durante el siglo XVIII.

Nefertiti
“Nefertiti”, esposa del faraón Akhenatón.
Venus
"Venus de Willendorf"

Los primeros tiempos de la escultura

La escultura nació durante la Edad de Piedra, relacionada con la caza y los ritos de fertilidad. Las primeras obras que pueden considerarse esculturas son unas figuras femeninas desnudas, de caderas muy desarrolladas, que han sido interpretadas como ídolos de la fertilidad. Datan del paleolítico superior y son conocidas como Venus. Las más conocidas son la de Willendorf y Laussel (lugares donde fueron encontradas).

Un poco más tarde se hicieron representaciones de animales en hueso y marfil. Después vino la Edad de los Metales, período en el que el hombre aprendió a fundir los metales, lo que le permitió elaborar herramientas y utensilios más resistentes. Esta etapa coincide con la aparición de la primeras civilizaciones.

La escultura egipcia, además de su majestuosidad, tiene las siguientes características: las representaciones están siempre de frente; se relacionaban con los ritos funerarios (decoración de tumbas y pirámides) y con la glorificación del faraón (efigies, estatuas); buscan el realismo de las expresiones humanas; mantuvieron un estilo invariable durante varios siglos.

El estilo escultórico egipcio se definió desde el imperio antiguo, con figuras solemnes y majestuosas, en su mayoría vinculadas a la religión. En el caso de los relieves, los más antiguos se encuentran en las paletas de tocador, entre ellas la del rey Narmer.

relieve
Relieve egipcio

Durante el período medio, las esculturas fueron muy similares, aunque apareció cierto espíritu trágico; mientras que en el imperio nuevo las estatuas eran elegantes e idealizadas, como la figura del faraón Tutmosis III. Además, hubo un gran aumento de los relieves, debido a la creciente construcción de templos.

Para las estatuas usaron madera o piedra calcárea en el período menfítico (la capital era Menfis); granito en el tebano (la capital era Tebas); y después, los basaltos -roca volcánica negra o verdosa.

La madera (coníferas del Líbano, sicomoro, ébano de Sudán) se ocupó en las esculturas pequeñas portadoras de ofrendas. Eran modelos diminutos de la vida cotidiana que se colocaban en las tumbas.

Además de cincelar y tallar estatuas, los egipcios también conocían el batido del cobre y la fundición del bronce. En todo caso, las esculturas hechas en metal eran las más pequeñas, ya que en general eran de gran tamaño.

Mesopotamia

Hathor
Diosa Hathor, faraón Micerino y figura que representa a la ciudad Diópolis Parva.

Las esculturas realizadas por los pueblos que habitaron la región ubicada entre los ríos Tigris y Éufrates eran monolitos (hechos de una sola piedra) de menor tamaño, casi siempre en posición orante. La figura humana jamás se representó desnuda y casi siempre era masculina.

Lagash
Estatua del gobernador Gudea de Lagash, arte sumerio.

El relieve fue utilizado por los sumerios y acadios para relatar hechos históricos, pero alcanzó su máximo apogeo durante el imperio neobabilónico con el código de Hammurabi, en el que además de las leyes aparecía el dios sol y señor de la justicia, Shamash, que habría dictado los decretos al rey Hammurabi. Los asirios representaron en relieve escenas de cacería o guerra, como las encontradas en el palacio del rey Assurbanipal en Nínive.

En las esculturas sumerias también destaca la rigidez -como en las egipcias-, mientras que en el arte asirio predomina el uso del relieve en desmendro de la escultura en tres dimensiones.

La producción escultórica sumeria incluye imágenes de dioses y diosas, de grandes personajes, pero sobre todo de fieles en actitud orante, con el cuerpo rígido, las manos cruzadas en señal de oración y los ojos muy abiertos contorneados en negro. Se cree que las estatuas de fieles reunidos en los templos tenían un significado particular: sustituir a la persona representada en el tributo a la divinidad. Así se explica, por ejemplo, el gran número de efigies encontradas en 1930 por el arqueólogo holandés Henri Frankfort en las excavaciones de Tel Asmar.

Las figuras asirias son fáciles de reconocer por sus barbas, que terminan en un corte recto, y el pelo largo rizado; además llevan largas túnicas. También es característica de esta civilización la representación de toros alados con cabeza humana y escamas de pescado.

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