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INVESTIGAR |
¿Cómo
aprendieron los diaguitas el trabajo de los metales? |
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Los
diaguitas
En la región
de los valles transversales, entre los ríos Copiapó y Choapa,
habitaban los diaguitas, pueblo agricultor con una organización
conocida como sociedad dual (atribuida a la influencia incaica),
que se dividía en dos mitades: la de arriba, hacia la cordillera
y la de abajo hacia el mar.
De su agricultura, más específicamente de sus cultivos,
se sabe que estos se realizaban en el fondo de los valles, siendo irrigados
por canales artificiales. De este modo, obtenían cosechas de maíz,
papa y algodón, este último utilizado para
la fabricación de ropa. La ganadería practicada era de tipo
trashumante, lo que significa que en verano los animales eran llevados
a pastar a la cordillera y en invierno a la costa, donde además
se proveían de peces, mariscos y animales marinos.
Las construcciones que utilizaban para vivir eran chozas agrupadas en
aldeas pequeñas, hechas de ramas cubiertas de barro y techo de
paja, a las que se sumaban unas bodegas subterráneas empleadas
para almacenar maíz y otros alimentos.
Se desconoce cuáles eran sus prácticas religiosas, pero
se piensa que creían en la existencia de una vida extraterrenal,
por el cuidado que ponían al momento de enterrar a sus muertos,
depositando cántaros con alimentos y otras ofrendas. Con el tiempo,
fueron mejorando la calidad de las sepulturas, hasta confeccionar verdaderos
ataúdes de piedra.
Los diaguitas fueron expertos artesanos, tanto metalúrgicos
como alfareros, e incorporaron a los adornos de oro y plata, piedras semipreciosas
como el lapislázuli. Su cerámica destaca por sus vasijas
decoradas con diseños geométricos en rojo, blanco, amarillo
y negro, especialmente aquellas conocidas como jarro-pato y una forma
de jarrón adoptada de los incas llamada aríbalo.
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