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| PARA
INVESTIGAR |
¿Algún
pueblo indígena chileno se pintaba el cuerpo
para luchar? |
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Cazadores
terrestres insulares: los onas o selk´nam
El
pueblo de los onas o selk´nam se aposentó
en la Isla Grande de Tierra del Fuego, y como desconocían
la navegación, se supone que estaban en este lugar cuando
se formó el Estrecho de Magallanes, que separó la
isla del continente.
La
variedad de alimentos con los que contaban, tales como guanacos,
aves, huevos, vegetales y productos marinos, los llevó a
dividirse en grupos de parientes que tenían su propio territorio,
generándose disputas cuando los terrenos eran invadidos por
personas ajenas al linaje.
Aunque
las familias eran nómadas, algunas solían vivir en
un mismo lugar, fabricando toldos conformados por un armazón
de ramas entrecruzadas y cubiertas por cueros, donde se mantenía
una hoguera que los calentaba.
Cuando
se desplazaban, se hacían acompañar de perros domésticos.
Las mujeres trasladaban las pertenencias, como canastos de fibras
vegetales y recipientes de corteza de árbol, y los hombres
llevaban armas para cazar o defenderse. Para la caza utilizaban
arcos de grandes dimensiones y lanzas, transportando
las flechas en un carcaj (caja portátil) colgado a
la espalda.
Su
vestimenta estaba hecha de cuero de guanaco o de zorro curtido.
Si había mucha nieve, cubrían sus pies con una especie
de mocasines de cuero. Acostumbraban, además, depilarse el
cuerpo y untarlo con grasa de lobo marino. Se adornaban con collares
y brazaletes de concha, huesos o piedras, y en la cabeza gustaban
de llevar penachos de plumas.
Dentro
de la organización social, un personaje de singular importancia
era el chamán, a quien se atribuía poderes
sobrenaturales y actuaba como curandero, mago o brujo. Practicaban
ritos de pasaje o transición, para celebrar el paso de una
vida a otra, siendo la más trascendente la llamada hain,
que tenía lugar cuando hombres y mujeres pasaban a la pubertad.
Creían
en la existencia de un ser superior llamado Temáukel,
el que vivía en un luminoso lugar del cielo y vigilaba a
los hombres a través de las estrellas.
| Aprendiendo
a ser hombre |
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| La
piel del zorro, junto con la del guanaco, sirvió
a los onas para fabricar su vestimenta. |
La
ceremonia conocida como hain que celebraban los
varones, era una especie de escuela donde se aprendía
a ser hombre. El momento más importante era el
klóketen, ceremonia secreta en la cual
a los hombres se les contaba que antiguamente, cuando
los varones maltrataban a las mujeres, eran asustados
por horrendos espíritus que los obligaban a pedir
perdón. Dice la leyenda que cierto día
un cazador descubrió que los espíritus
eran mujeres disfrazadas, contándole al resto.
Entonces decidieron dar muerte a todas las mujeres adultas
y conservaron solo a las pequeñas, que no conocían
el secreto. Los hombres se disfrazaron, y cada vez que
alguna mujer se portaba mal, las asustaban para mantenerlas
sumisas.
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