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| Coloso
monumental y momia de Ramsés II. |
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| Coloso
arquitectónico de Akhenatón. |
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| Tutmosis
III, representado en una estatua de granito negro. |
Imperio
Nuevo (1567-1085 a. C.)Con
Ahmés I se inició la XVIII dinastía. El faraón restableció
el poder egipcio en el norte de Nubia y controló a la nobleza.
Amenofis I y Tutmosis I extendieron las fronteras hasta la tercera
y cuarta cataratas, e iniciaron una nueva época de esplendor.
Con Tutmosis III el reino alcanzó su máxima extensión,
y llevó el poder egipcio hasta el río Éufrates.
Los reinados de Amenofis II y Amenofis III mantuvieron el esplendor
del imperio nuevo. Amenofis IV impulsó una reforma religiosa monoteísta
centrada en el culto al disco solar Atón, cambió su nombre por el
de Akhenatón, y trasladó la capital a Aketatón.
Tutankamón, yerno de Amenofis IV, restableció los antiguos
cultos, pero murió prematuramente y el general Horemheb se proclamó
faraón, reorganizó el estado y combatió a los hititas. Con
Ramsés II, la ciudad de Tebas alcanzó una gran prosperidad.
Se llegó a un acuerdo con los hititas tras la batalla de Qadesh y se restauró
el esplendor de Tutmosis III. El último faraón poderoso de la XIX
dinastía fue Menefta, quien se enfrentó exitosamente con
los pueblos del mar. Ramsés
III, de la XX dinastía, rechazó a los invasores y consiguió
algunos años de paz.
A fines del segundo milenio, Egipto había perdido su poder y prestigio
en el Cercano Oriente. Mientras, en el interior del país, nobles y sacerdotes
acaparaban las riquezas en medio de una generalizada situación de pobreza. Una
mujer que fue faraónDurante
el Nuevo Reino, la gran expansión del imperio egipcio fue llevada a cabo
por una única dinastía de faraones que gobernó aproximadamente
250 años. Solamente en dos ocasiones, durante la fecunda historia de esta
familia tebana, se produjeron tensiones y crisis. La primera fue producto de la
ambición de una terrible mujer, la reina viuda Hatshepsut. Después
de la muerte de su esposo, en 1504 a. C. aproximadamente, Hatshepsut se convirtió
en regente de su joven hijastro y sobrino, Tutmosis III. Una vez instalada
en el trono, Hatshepsut asumió las funciones, los distintivos e incluso
las vestiduras de un faraón, y gobernó durante casi veinte años.
Uno de los más notables
acontecimientos del pacífico reinado de Hatshepsut fue una
expedición naval a tierras somalíes, de la que volvieron
con mirra e incienso, y también con marfil, ébano,
pieles de pantera y oro, la exótica mercancía del
interior de África. La expedición se conmemoró
con relieves en el templo funerario de Hatshepsut en Tebas.
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