Icarito
Portada Archivos El Club Profesores Especiales Suscripciones
Volver a Egipto
Capilla tolemaica
Capilla tolemaica
escriba
Estatua de escriba sentado hecha en piedra caliza, procedente de la IV Dinastía.
embarcaciones
Embarcaciones llamadas faluchos navegando en el Nilo.

Épocas griega, romana y bizantina

La conquista de Egipto por Alejandro Magno (332 a. C.) fue acogida con mucho entusiasmo por la población local, cansada de la dominación persa. Alejandro fundó la ciudad de Alejandría, que durante la época de los faraones tolomeos se convirtió en un importante centro de la cultura helenística.

En la segunda mitad del siglo I a. C., Cleopatra VII junto a su hermano Tolomeo XIV establecieron estrechas relaciones políticas con Roma, que peligraron tras el asesinato de Julio César en el 44 a. C. Tras esto, la reina se alió con Marco Antonio, candidato a asumir el poder de Roma, pero después de la derrota de este en la batalla naval de Accio, ella se suicidó y Egipto cayó en poder de los romanos. Ya convertida en provincia del Imperio Romano, Egipto se transformó en el granero de Roma, pues proporcionaba el trigo que los emperadores distribuían entre la plebe.

Alejandría, Naucratis y otras ciudades griegas continuaron diseminando su cultura. En las zonas rurales, el copto (antigua lengua egipcia) sirvió de medio de transmisión de la religión cristiana.

A finales del siglo IV de la era cristiana, Teodosio I confirió a Egipto el estatuto de diócesis del Imperio Romano de oriente.

Egipto árabe y otomano

En el 639 se inició la conquista árabe de Egipto. El general Amr-ibn al-As ocupó Alejandría, tras un acuerdo con el patriarca Ciro, construyendo la ciudad de Fustat. Inicialmente se mantuvieron la religión cristiana y las lenguas griega y egipcia, pero poco a poco se fue imponiendo la cultura islámica, declarándose en el 706 el árabe como lengua oficial. Pero como el imperio islámico era demasiado extenso para mantenerse unido, en el 868 el país accedió a la independencia bajo la dinastía de los tulúnidas, de origen turco.

El radicalismo religioso del califa al-Hakim, que persiguió a los cristianos y demolió la iglesia del Santo Sepulcro de Jerusalén, provocó gran indignación en Europa, donde se empezaron a organizar las cruzadas. Con ellas Egipto entró de nuevo en la historia occidental, cuando los ejércitos cristianos penetraron en su territorio en 1096. El visir (primer ministro) Saladino tomó el poder y se proclamó sultán de Egipto. Luego de conquistar territorio egipcio y sirio, recuperó Jerusalén (en ese momento en manos de los cruzados) en 1187.

En el 1250, los mamelucos, que conformaban la guardia personal del sultán, tomaron el poder. El más destacado de los mamelucos fue Baybars I, quien conquistó Egipto tras derrotar a los mongoles.

En 1517, el sultán otomano Selim I el Inflexible venció a los mamelucos y conquistó El Cairo, con lo que Egipto se convirtió en provincia del Imperio Otomano y en base para las operaciones turcas en el Mar Rojo.

Egipto moderno

policia
Policía egipcio resguarda una de las grandes pirámides en el en el desierto de Gizeh.

En el año 1798, Napoleón Bonaparte conquistó Egipto durante la guerra contra

Gran Bretaña, y los tres años que duró la ocupación francesa tuvieron repercusiones importantes para el país, en especial en el ámbito cultural.

En 1805 Mehmet Alí, jefe albanés de la guarnición otomana, acabó con la influencia de los mamelucos e impulsó el desarrollo económico, la modernización de la administración y la expansión militar de Egipto.

En el año 1869 el jedive (título que se le daba al virrey de Egipto) Ismaíl inauguró el Canal de Suez, cuya propiedad quedó en manos británicas en 1874. Ocho años más tarde, el Reino Unido ocupó militarmente el país y comenzó a administrarlo en forma directa. Con el comienzo de la Primera Guerra Mundial, quedó convertido en protectorado británico.

El Reino Unido reconoció la independencia de Egipto en 1922, aunque con ciertas condiciones, como el mantenimiento del control sobre el canal de Suez y el territorio sudanés.

PortadaPORTADA VOLVER