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Torre de Asalto
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Toro
Los Asirios crearon estos toros, que tenían cabeza humana, alas, cinco patas y escamas de pescado; eran una mezcla simbólica de las mejores cualidades de los animales y las personas (siglo VIII a.C.).

Los asirios: destrucción y conquista

A partir del 1250 a.C. tomaron posesión de Mesopotamia los asirios, de origen semita, que se establecieron al norte de Babilonia, en el valle superior del Tigris. Este pueblo era belicoso, cruel y feroz. Sus capitales fueron Nínive y Assur, ubicadas cerca del río Tigris.

Los reyes asirios estaban convencidos de que su misión era someter al mundo a su dios Assur. En sus mensajes a él, rendían cuentas de las campañas que habían realizado en su nombre y en su honor. Creían que podían alegrar y aplacar sus iras si aplicaban crueles castigos a los derrotados.

Arrasaron con los pueblos, devastaron países enteros, enviaron al cautiverio y al exilio a millares de personas y sembraron en todas partes el terror y la muerte.

El imperio asirio alcanzó su mayor apogeo alrededor del 700 a.C., cuando se extendía de Armenia hasta Egipto y desde el Asia Menor hasta Irán y el golfo Pérsico por el sur. El emperador era gran rey de Asiria, rey de Súmmer y Accad, soberano de los reyes y príncipes sirios, cananeos y judíos y, desde el año 671 a.C., ocupaba el trono de los faraones.

El último de los grandes emperadores asirios fue Assurbanipal, quien fomentó las artes y letras, hizo construir magníficos templos y palacios y formó una gran biblioteca donde reunió, escritos en signos cuneiformes sobre tablillas de arcilla, los documentos más importantes de las civilizaciones sumerio-acadia, babilónica y asiria. Las ruinas y los escritos fueron encontrados por los arqueólogos bajo la ciudad de Nínive.

El imperio asirio, por sus características, basado en el terror y la violencia y, además, cobrador de altos tributos, no podía durar. Entre los pueblos reprimidos empezó a crecer el odio y la oposición. El rey de la ciudad de Babilonia se unió con el pueblo indoeuropeo de los medos, quienes desde la meseta de Irán ingresaron a Asiria. En el año 612 a.C. cayó la capital, Nínive; sus lujosos palacios y templos fueron incendiados. Sardanápalo, el último rey de Asiria, se lanzó a las llamas.

El método de dominación

Los asirios luchaban continuamente para mantener a los distintos pueblos bajo su dominio.
Para demostrar su poder, destruían completamente las ciudades capturadas y las tierras de cultivo que las rodeaban; se llevaban sus tesoros como botín y a sus habitantes los mataban o hacían prisioneros. La mayor parte terminaba como esclavo; el resto era enviado a otras ciudades para que contaran lo que habían sufrido, con el fin de evitar rebeliones.
La infantería estaba armada con arcos, flechas, ondas y lanzas, mientras que la caballería usaba arcos y lanzas. Los carros de guerra, tirados por caballos, llevaban un conductor, un arquero y un soldado con escudo. También contaban con torres portátiles con ruedas para el asalto, que tenían espacio para los arqueros.
Cuando atravesaban ríos, los soldados cruzaban sujetos a pieles infladas, los caballos nadaban y los carros se llevaban en pequeñas embarcaciones circulares.

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