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Aristóles
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El método
científico
La
ciencia es un proceso que busca encontrar la explicación
a ciertos fenómenos, utilizando para ello (en la mayoría
de los casos) experimentos cuyo objetivo es contestar preguntas.
A este proceso se le denomina método científico, y
comprende tres etapas:
Observación: el primer paso del método
científico tiene lugar cuando se hace una observación
a propósito de algún evento o característica
del mundo. Esta observación puede inducir una pregunta sobre
este evento o característica. Por ejemplo: ¿por qué
debemos mantener limpio nuestro cuerpo?
Hipótesis: tratando de contestar la pregunta realizada
en la etapa de observación, el científico formula
una hipótesis o respuesta provisoria. Por ejemplo: Las personas
que se lavan frecuentemente presentan menos enfermedades a la piel.
Experimentación: de todos los pasos en el método
científico, el que verdaderamente separa la ciencia de otras
disciplinas es el proceso de experimentación. Para comprobar
o refutar una hipótesis, el científico diseñará
un experimento para probar esa hipótesis. En el caso de nuestro
ejemplo, esto se puede hacer comparando dos grupos de personas:
uno, donde sus integrantes lavan diariamente su cuerpo; y otro donde
solo lo hacen escasamente. Si se comprueba que las personas que
lavan su cuerpo con frecuencia tienen menos enfermedades a la piel,
entonces nuestra hipótesis habrá sido confirmada y
se podrá considerar como verdadera.
Cómo
ves, no es tan complicado aplicar el método científico.
De hecho son muchas las veces en que lo hacemos sin darnos cuenta.
Aquí te contaremos la experiencia de un niño que,
jugando con burbujas de jabón, aplicó el método
científico. Un día tomó un pedazo de tubo,
mezcló un poco de agua con jabón, sopló y vio
cómo se formaban las burbujas (observación). De pronto
se dio cuenta que el contorno del tubo era redondo y pensó
que seguramente por eso las burbujas también tenían
dicha forma (hipótesis). Buscó una caja pequeña
cuyo borde era cuadrado, sopló (experimentación) y
las burbujas volvieron a salir redondas, con lo que descartó
lo que había pensado sobre la forma de las burbujas.
La
química es una disciplina cuyo objeto de estudio es la descripción
de las propiedades de las sustancias y los intercambios de materia
que se establecen entre ellas, denominados reacciones químicas.
El origen de esta ciencia es bastante antiguo, y sus bases se fundan
en lo que se conoció como alquimia, una mezcla de técnica
y magia.
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Empédocles
de Agrigento
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Los
primeros filósofos griegos llegaron a la conclusión
de que la Tierra estaba formada
por unas cuantas sustancias básicas. Alrededor del año
430 a.C. Empédocles de Agrigento afirmó que
tales elementos eran cuatro: tierra, aire, agua y fuego. Un siglo
más tarde, Aristóteles supuso que el cielo
constituía un quinto elemento, llamado éter. Los griegos
creían que las sustancias de la Tierra estaban formadas por
las distintas combinaciones de estos elementos. Asimismo, se planteaban
la cuestión de si la materia podía ser dividida indefinidamente,
o si al término de este proceso se llegaría a un punto
en el que las partículas fuesen indivisibles. Fue entonces
cuando el pensador Demócrito de Abdera dio a estas
partículas el nombre de átomos (que significa
no divisible). Llegó incluso a sugerir que algunas substancias
estaban compuestas por diversos átomos o combinaciones de
estos. También pensaba que una sustancia podía convertirse
en otra al ordenar sus átomos de diferente manera.
El
pensamiento alquímico de la antigua Grecia se basó
en teorías y especulaciones y muy pocas veces en la experimentación.
Muchos de los escritos griegos sobre la alquimia se conservaron
y volvieron a despertar el interés por el estudio de esta
disciplina durante la Edad Media.
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Demócrito
de Abdera
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Los
alquimistas árabes se familiarizaron con una amplia gama
de lo que actualmente llamamos reactivos químicos.
Ellos creían que los metales eran cuerpos compuestos,
formados por mercurio y azufre en diferentes proporciones, y que
las reacciones químicas se explicaban en términos
de cambios en las cantidades de esos principios dentro de las sustancias.
Los
sucesores de los griegos en el estudio de las sustancias fueron
los alquimistas medievales, quienes lograron conclusiones más
razonables que los griegos, al conocer mejor los materiales sobre
los que especulaban. Pero el avance científico fue limitado
por el oscurantismo religioso que envolvía la época,
y solo en el siglo VII reapareció con los árabes,
quienes habían heredado los antiguos conocimientos de los
egipcios y de la filosofía antigua griega a través
de la escuela alejandrina, fundando la práctica de la alquimia,
el antecedente de la química.
Durante
el Renacimiento, todos los conocimientos químicos desarrollados
durante la Edad Media comenzaron a ser vistos desde una perspectiva
más científica, formándose las bases sobre
las cuales se apoyaría la química moderna.
Luego
de haber leído algunos de los antecedentes de la química,
seguramente estarás pensando en qué objetos encontramos
las sustancias químicas. La verdad es que todo
cuanto nos rodea está compuesto por estos elementos:
la tierra, el agua, las plantas, los edificios e incluso nuestro
cuerpo. Lo que los diferencia es que cada uno presenta sus propias
características, muchas de ellas físicas, tales como
la dureza, el color, la textura y la fragilidad.
Muchas
sustancias son duras, pero se rompen fácilmente. A pesar
de que son difíciles de doblar o aplastar, se agrietan si
son golpeadas con fuerza, por lo que se les da el nombre de sustancias
frágiles. Para comprobar esto necesitarás utensilios
domésticos: martillo, tablero y gafas para proteger los ojos.
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