JULIO VIZCARRONDO Y CORONADO

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( 1829 - 1889 )
  
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BIOGRAFIA

D. Julio Vizcarrondo y Coronado nació en San Juan de Puerto Rico el dia 9 de diciembre de 1829, hijo de D. Jose Bonifacio Vizcarrondo y Ortiz de Zarate y de Dña. María Josefa Coronado y Martínez de Andino. Fue bautizado en dicha ciudad el dia 4 de enero de 1830 en la Parroquia de Nuestra Señora de los Remedios, Sagrario de la Iglesia Catedral de San Juan de Puerto Rico, en cuyo libro trece de Bautismos, folio 126 vuelto, consta su partida de bautismo.


Cursó sus primeros estudios en su ciudad natal, en el Museo de la juventud y en la escuela privada del presbítero José María Bobadilla, demostrando desde niño inclinacion por la literatura, posteriormente realizó el bachillerato en Madrid, en donde realizó además otros estudios superiores luego continuados en París. Se distinguió también desde muy joven por sus sentimientos humanitarios.

Al regresar a Puerto Rico se inició en la vida pública como escritor satírico de gran ingenio, poeta y periodista, comenzando a colaborar en la prensa periódica de San Juan publicando artículos en los que exponía sus ideas liberales que le llevaron a combatir ardientemente la institución de la esclavitud. La enérgica franqueza con que exponía sus ideas antiesclavistas provocó que en enero de 1850 el Gobernador Pezuela ordenara su destierro.


Obligado por estas circunstancias marchó Vizcarrondo en 1850 a Nueva York, donde permaneció por espacio de cuatro años, relacionandose con los círculos culturales y políticos liberales defensores de las ideas abolicionistas, llegando, posteriormente, a ocupar el cargo de Secretario en el Comité Permanente de la Conferencia Internacional de París contra la esclavitud.


En Nueva York contrajo matrimonio con Dña. Henriette Brewster y Cornell, dama de gran ilustración que compartía sus ideas abolicionistas. En 1854 regresó a Puerto Rico y durante diez años continuo con su lucha cívica haciendo una activa y constante propaganda en favor de la abolición de la esclavitud, lo mismo de palabra que por escrito y de obra, ya que liberó a todos sus esclavos y se convirtió en defensor gratuito de la oprimida raza, denunciando ante los Tribunales los abusos que cometían los dueños de esclavos, lo cuál le creo grandes enemistades y odios; inició también la defensa de los derechos de Puerto Rico frente a los excesos del absolutismo colonial.


En 1857 inicia la publicación del periódico "El Mercurio", de carácter mercantil, destinado a proteger los intereses agrícolas, industriales y mercantiles de la provincia, y desde el que se hacían críticas acerbas al régimen colonial. En esa época dedica parte de sus actividades y esfuerzos a mejorar las infraestructuras de la isla, participando en la empresa de canalizar la laguna de Piñones para poner en comunicación con la capital una rica comarca de la isla.


Por otra parte continua con sus actividades culturales, humanitarias e intelectuales, fundando en esa misma época La Casa de la Caridad de San Ildefonso para la educación gratuita de niñas pobres, Institución de cuya Junta Directiva será nombrada secretaria su esposa Mrs. Harriet Brewster, publicándose el reglamento de la misma en noviembre de 1861 Publica para instrucción de la niñez la obra "El Silabario Puertorriqueño", una Aritmética y la Historia y Geografía de Puerto Rico.  Para el comercio de la isla escribió su libro "Cuentas hechas". Posteriormente en 1863 trabajó en la versión en castellano y notas del "Viaje a Puerto Rico", obra del francés Baudín.


( En la sección dedicada a su   OBRA   podreís ver estos datos con mayor extensión ).
Ese mismo año fué nombrado Secretario de la Comisión que actuó en la remoción de los restos del conquistador D. Juan Ponce de León del lugar donde estaban depositados en la Iglesia de Santo Tomás de Aquino, con motivo de las obras que hacían los jesuitas en dicho templo, que tuvo después el nombre de San José.

Durante esos diez años sufrió todo tipo de persecuciones hasta que en 1863 se vió obligado a abandonar Puerto Rico, pasando entonces a residir en Madrid, donde reemprendió su infatigable campaña abolicionista, humanitaria y democrática. A este efecto en unión de otros puertorriqueños y cubanos, fundó la Revista Hispano-Americana que halló gran eco en las antillas españolas.


Entre sus actividades humanitarias en esa época hay que destacar su heroica actuación con ocasión de la invasión del cólera en Madrid en octubre de 1865. En medio de la plaga Vizcarrondo llamó a sus amigos y fundo con ellos la Sociedad de Amigos de los Pobres, para socorrer, dar abrigo, alimento y asistencia a indigentes atacados por la enfermedad. Llegando a ofrecer y convertir su propio domicilio en Hospital. Este generoso gesto fue honrado con una medalla. Su labor filantrópica en Madrid se ilustra además con la fundación que realizó de la Sociedad Protectora de los Niños y la apertura del establecimiento para los niños "El Refugio". Junto con la Duquesa de Santoña y otras personas contribuyó a fundar en Madrid el Hospital del Niño Jesus para la infancia desválida. Fomentó otra fundación benéfica: "El Asilo" y obtuvo de la Duquesa de Pastrana terrenos para la construcción de un Hospital de niños incurables, que no llegó a ver construido.
En 1866 proyectó un certamen literario de contenido abolicionista al que se debió un libro notable:" El cancionero del Esclavo", formado por la poesía premiada de Dña. Concepción Arenal y las de otros poetas participantes en el certamen.

Militó en el Partido repúblicano y tomo parte en los trabajos preparatorios de la revolución liberal de 1868, como secretario del cómite revolucionario constituido en Madrid, pero descubierta su participación en ellos tuvo que emigrar a Francia, regresando a España, al triunfar aquella.


Trás el triunfo de la revolución, fue elegido miembro del comite repúblicano de Madrid y se consagró con asiduidad a la polÍtica y a la reorganización de la Sociedad Abolicionista, que en 1868 de modo inmediato al exito de la revolución de 1868 consiguió que se declarase libres a todos los nacidos de mujer esclava a partir del 17 de septiembre de dicho año y que más adelante en 1873 alcanzó un gran triunfo y el ideal por el que D. Julio había luchado largamente de conseguir que las Cortes españolas aprobasen la desaparición de la esclavitud en Puerto Rico por la ley de 23 de marzo de 1873.

En Mayo de 1880 fundó, junto con Rafael María de Labra, La Sociedad Nacional Democrática, cuyo objetivo era lograr la implantación de un régimen autonómico en Cuba y Puerto Rico. Desde 1886, fecha en que fue elegido, y hasta su muerte fué diputado a Cortes por el distrito de Ponce (Puerto Rico), figurando en el grupo de los autonomistas.
En el Parlamento defendió para Puerto Rico la misma autonomía que tenía en Proyecto para Cuba el Partido Autonomista Cubano y que era diferente a la que defendía el lider autonomista puertorriqueño Román Baldorioty de Castro. Este propiciaba el desarrollo de un régimen similar al que en esos momentos prevalecía en Canadá.
En 1887 participó en Madrid en la intensa campaña que puertorriqueños y españoles efectuaron en contra del régimen de "compontes" con el que gobernabaa Puerto Rico el General Romualdo Palacios. Dicha campaña resultó efectiva , ya que lograron la sustitución del Gobernador.
Cuando en 1888 se inició un movimiento disidente en el seno del Partido Autonomista, Vizcarrondo recomendó insistentemente que se respaldara a Baldorioty de Castro.
( En la sección dedicada a su   ACTIVIDAD POLÍTICA   podreís ver estos datos con mayor extensión ).

OBRA

El interés de Julio Vizcarrondo y Coronado por los aspectos intelectuales de la cultura de Puerto Rico, le llevó a trabajar en otros campos aparte de su actividad política y sus colaboraciones periodísticas en distintos medios. Así, llevo a cabo también publicaciones de carácter didáctico, científico y literario al servicio del desarrollo de la educación y la cultura de Puerto Rico, siendo compilador del "Segundo Cancionero de Borinquen" (1858?) y prologuista del "Aguinaldo Puertorriqueño" de 1861 Escribió asimismo varias obras que que La Academia Real de Buenas Letras declaró textos oficiales de las escuelas del país: "Silabario de los niños puertorriqueños" (1862), que contiene al final algunas biografías de hombres ilustres de Puerto Rico; " Elementos de Historia y geografía de la Isla de Puerto Rico" ( 1863), y el " Tratado de Aritmética" (1863).


En ese mismo año de 1863 tradujo del francés, enriqueciéndola con numerosos comentarios, la parte relativa a Puerto Rico de la obra de André Pierre Ledrú sobre un viaje a las Islas Canarias, y varias islas del caribe realizado en la última decada del siglo XVIII por un grupo de naturalistas franceses.

Entre sus trabajos escritos de más definido sabor literario figuran estampas, como la que tituló " El hombre velorio" , expresivas de su observación sagaz de tipos y constumbres. Según expresa la escritora Josefina Rivera Alvarez en su obra "Diccionario de Literatura Puertorriqueña": La prosa de Julio Vizcarrondo y Coronado en estos artículos y ensayos y en su obra periodística general se revela sencilla y clara, discretamente sazonada con ingenio y gracia.

Instalado en Madrid en 1864, continuó alli su actividad como escritor colaborando como redactor para periódicos como : " El Bién Público", "Las Novedades", "La Discusión", y "la Democracia" y actuó como corresponsal para diversos periódicos de Lisboa, Londres y Nueva York. Envió asimismo importantes colaboraciones a los periódicos de Puerto Rico que más se destacan por sus campañas de reforma política: "El Agente", "El Clamor del País" y "La Democracia". Estos trabajos los firmaba con el pseudónimo de " Cesár de Bazán".
En Madrid dió vida a dos publicaciones periódicas: "La Revista Hispanoaméricana" y "El Abolicionista", este último medio de propaganda del movimiento político a favor de la abolición de la esclavitud. Movimiento al que se dedicó de modo muy activo Julio Vizcarrondo y Coronado, siendo el principal impulsor de las actividades llevadas a cabo en el ámbito político, en favor de esta causa. Estas actividades consistían fundamentalmente en tareas informativas y de concienciación social mediante conferencias y mitines llevados a cabo por la "Sociedad Abolicionista Española", en cuya creación intervino de modo decisivo, organizando la primera Junta Directiva de dicha asociación, en la que figuraban políticos de gran relevancia como Olózaga, Castelar, Orense, Sagasta, Figuerola y otros, y que tuvo su órgano de propaganda en el ya mencionado boletín "El Abolicionista"
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ACTIVIDAD POLÍTICA

La actividad política que desarrolló D. Julio Vizcarrondo y Coronado cuando se instaló en Madrid esta indisolublemente unida a su lucha en favor de la abolición de la esclavitud, que ya le había ocasionado en Puerto Rico numerosos problemas y enemigos e incluso el exilio a Estados Unidos durante cuatro años.
Cuando, precisamente por las hostilidades políticas de que es objeto en Puerto Rico por sus ideas, se ve obligado en 1863 a tomar la decisión de trasladar su residencia definitivamente a Madrid, sigue teniendo la idea firme de combatir la esclavitud y de iniciar en la península, donde no existía la realidad de la esclavitud, la tarea de concienciación social a favor de la abolición mediante actividades informativas y movilizaciones sociales y también de tratar de conseguir apoyos políticos que llevasen al Parlamento español la cuestión de la abolición de la esclavitud.

Hay que tener en cuenta que en 1872 España era el único país en el que seguía existiendo legalmente la esclavitud, que se mantenía en los dos únicos territorios que conservaba en América y por tanto los únicos en los que se le planteo el problema de la abolición: Cuba y Puerto Rico.
En 1864 se había puesto a discusión pública la cuestión de la esclavitud en dos sociedades de Madrid; primero, en la Sociedad Libre de Economía política, y un poco más tarde, en la Academia de Jurisprudencia y Legislación. Fue en ese tiempo cuando vino a Madrid, desde Puerto Rico D. Julio Vizcarrondo y Coronado al cuál se debió, en su mayor parte, la creación de la Sociedad Abolicionista Española, asociación de la que fue secretario constante. Traía el firme propósito de constituir un centro de acción en la Metrópoli para combatir la esclavitud y conseguir su abolición en el plazo más breve posible.

D. Julio Empezó sus trabajos para tal fin en 1864. En general, encontró cerrada la puerta de los partidos políticos, aún los más liberales. Creían estos que no era oportuno introducir en sus programas esa reforma, cuando tanto había que hacer para luchar contra las tendencias absolutistas de la época; ni siquiera el programa del periódico demócrata por excelencia, "La Discusión", contenía de modo explícito entre sus reformas, la abolición de la esclavitud.
Encontró, sin embargo, buena acogida entre algunos hombres políticos y entusiasta acogida en los jóvenes que constituían entonces el grupo llamado de los economistas, y que vivían por aquel entonces separados de los partidos, actuando sobre la opinión por medio de la Sociedad de Economía política y de la Asociación para la reforma de los Aranceles de Aduanas.

El día 2 de abril de 1865 se constituyó la Sociedad Abolicionista Española, en el local que tenia arrendado la Academia de Jurisprudencia y Legislación, en el mismo edificio en el que residía D. Julio, en la calle Colmenares de Madrid.
La Junta directiva de la Asociación la presidía D. Salustiano Olózaga, como vicepresidentes D. Juan Valera y D. Antonio María Segovia, pertenecientes a los partidos conservadores; D. Laureano Figuerola, D. José María Orense y D. Fermín Caballero de los partidos avanzados. Eran vocales entre otros D. Praxedes Mateo Sagasta, D. Emilio Castelar y D. Segismundo Moret, y secretarios D. Julio Vizcarrondo y D. Mariano Carreras y González. Tenía como objeto propagar el principio de la abolición inmediata de la esclavitud y apenas fundada, inició los trabajos de propaganda y no descansaría a partir de ese momento, utilizando todos los medios a su alcance para interesar a la opinión pública en el problema de la esclavitud. Celebraban reuniones quincenales a las que cada vez asistían mayor número de personas, pero para ampliar su ámbito de propaganda se invitó a varios redactores de periódicos para que asistieran a las conferencias y procuraran hacer algún extracto de los discursos.

Se decidió imprimir los discursos pronunciados, haciendo una gran edición cuyos ejemplares se repartiesen por toda la península. Como portavoz de la Sociedad Abolicionista se edito un periódico al que denominaron-" El Abolicionista"- dedicado exclusivamente a propagar las ideas antiesclavistas, y cuya dirección corrió a cargo de D. Rafael María de Labra.
Por otro lado la Sociedad comenzó a dirigirse a las personas más importantes de las provincias y a los hombres más señalados por sus opiniones liberales, pidiéndoles que se suscribiesen como socios, o que sirviesen de base para la constitución de los comités locales, exentos de todo exclusivismo político o religioso. Se creyó también conveniente poner en relación todos los periódicos de provincias que defendían la idea emancipadora. A este fin se consiguió que miembros de cinco importantes periódicos dirigiesen una circular a la prensa para constituir la Liga de la Prensa Abolicionista, a la cuál se adhirieron hasta sesenta periódicos comprometidos a tratar la cuestión de la esclavitud con frecuencia y a reproducir los artículos que la Sociedad les remitiera.

Cuando se celebró el primer mitin público de esta Asociación el día 10 de diciembre de 1865 en el Teatro de Variedades, contaba la Asociación con gran número de adeptos, el apoyo de 72 periódicos entre Madrid y provincias; y comités abolicionistas en casi todas las capitales de provincia y en otras muchas ciudades importantes. El 10 de junio de 1866 se celebró un segundo mitin en el Teatro de Jovellanos, con el objeto de adjudicar premios a los autores de las mejores composiciones poéticas contra la esclavitud, de entre las sesenta y cuatro que se habían presentado al certamen de poesía convocado por la Sociedad. Una de los tres premiados fue la gran escritora Concepción Arenal. Todas estas composiciones se publicaron en un volumen con el titulo de "Cancionero del esclavo".

A finales de junio de 1866 sucedió en Madrid el pronunciamiento de los Regimientos de Artillería contra Isabel II, que fracasó. El Gobierno cerró indefinidamente los principales periódicos progresistas y demócratas, casi todos los hombres importantes del partido liberal tuvieron que emigrar, todas las asociaciones análogas a la Abolicionista tuvieron que suspender sus trabajos; no pudieron ya celebrarse reuniones públicas. Hasta el Ateneo estuvo cerrado y hubo dos años en que la Sociedad Abolicionista apenas pudo dar señales de vida, aunque continuo trabajando en la propaganda, gracias a la habilidad y entusiasmo del Secretario, Sr. Vizcarrondo, que ayudado por algunos consocios prosiguió la empresa, ya en la prensa, donde no estaban del todo prohibidas esas manifestaciones, ya en la organización de comités, ya en la redacción de exposiciones al Gobierno, actuando con tal actividad que cuando tuvo lugar la revolución de 1868, aquellos esfuerzos individuales, aquellos artículos sueltos, aquellas iniciativas de personas aisladas, realizadas en el corto espacio de cuatro años de 1864 a 1868, habían arraigado de tal manera en la opinión pública que ésta proclamó por boca de casi todas las juntas revolucionarias la necesidad de acabar con la esclavitud de Cuba y Puerto Rico.

Cuando en 1868 se restableció la libertad de imprenta y de palabra en España., la Sociedad Abolicionista se reorganizó y proclamó la abolición radical e inmediata de la esclavitud en las dos reuniones públicas que celebró en el otoño de 1868. Al reunirse las Cortes de 1869, se manifestaron dentro del Parlamento las ideas abolicionistas.
Formaban parte de aquel gobierno algunos de los hombres que habían iniciado el movimiento antiesclavista y eran o habían sido individuos de la Sociedad. Estaban en aquel Gobierno los Sres. Sagasta, Moret, Becerra y Echegaray. Había también entre los diputados entusiastas miembros de la Sociedad.


Fue el Diputado puertorriqueño D. Luis Padial y Vizcarrondo quien planteó la cuestión de la esclavitud, en una brillante intervención que se conserva en el Archivo del Congreso de Diputados. Al discutirse el tema, el Gobierno ofreció proponer una Ley de abolición de la esclavitud, propuesta que se materializo en mayo de 1870 con la presentación del proyecto de la Ley, que llevó el nombre del entonces Ministro de Ultramar D. Segismundo Moret.


Era un proyecto muy limitado, condicionado por las circunstancias en que se encontraba aquel gobierno por la insurrección que existía en Cuba y las grandes dificultades políticas con que luchaba en la península. El proyecto tenía categoría de Ley Preparatoria, y ante todo se establecía el principio de que ya no podrían nacer esclavos en el territorio de España, todos los nacidos de madres esclavas después de la promulgación de la ley, serían libres. Se decretaba la libertad de todos los esclavos al llegar a la edad de sesenta años, y además de otras medidas, se hacía la promesa solemne de que cuando viniesen a las Cortes los diputados por Cuba, presentaría el Gobierno un proyecto de Ley de abolición.


Con motivo de esa promesa que hacía el Gobierno, D. Emilio Castelar presentó una enmienda importantísima en la que se pedía que la abolición fuera inmediata en Cuba y Puerto Rico. Fue desestimada, pero tuvo gran número de votos a favor y pocos en contra. De cerca de 400 diputados, solo votaron 126; a favor de la enmienda 48 y en contra 78. En la discusión de esta Ley, se puso de manifiesto lo mucho que se había conseguido en la concienciación y expansión de la idea abolicionista en tan pocos años. Hubo sin embargo algunos esclavistas de Puerto Rico y de la Península que hicieron cuanto pudieron para impedir la aprobación de la Ley preparatoria.

Tras la Ley Moret, la Sociedad Abolicionista siguió trabajando para conseguir la abolición total de la esclavitud, celebró conferencias públicas en el Circo Price, mítines en el Teatro Alhambra, acudió a la prensa, y llevó a las Cortes de 1871 y 1872 centenares de exposiciones pidiendo el cumplimiento de la promesa hecha por el Gobierno. Por otro lado se concentraron los esfuerzos de los esclavistas para frenar los logros de la Sociedad Abolicionista, y así se constituyó la llamada Liga Nacional que, cuando el Gobierno de Ruiz Zorrilla se decidió a presentar un proyecto de abolición para Puerto Rico en 1872, provocó los desordenes callejeros que hubo en Madrid el 11 de diciembre.

A pesar de ello el Gobierno del que formaba parte D. José Echegaray, uno de los fundadores de la Sociedad Abolicionista, D. Cristino Martos que ya en 1870 había votado la enmienda radical de Castelar, y otros miembros conocidos por sus ideas abolicionistas, mantuvo la necesidad de esas reformas y el día 24 de diciembre de 1872 se leyó el Proyecto de abolición de la esclavitud en Puerto Rico. Hubo entonces en Madrid momentos de gran agitación, la prensa partidaria de los esclavistas arremetió virulentamente contra el Gobierno y contra los abolicionistas. La Sociedad Abolicionista por su parte celebró una gran manifestación pública el día 10 de enero de 1873, que recorrió las calles de Madrid ofreciendo su apoyo al Gobierno y un mitin en el Teatro Real el 23 de enero que contribuyó en gran medida a mover la opinión en favor de la abolición en Puerto Rico.

A principios de 1873 se proclamó la República y los esclavistas intentaron que no se aprobase la Ley de abolición. Sus esfuerzos fracasaron y tras los discursos pronunciados por Labra, Sanromá, Castelar y otros ilustres abolicionistas, los mismos representantes de la Liga Nacional dentro de aquella Asamblea entendieron lo inútil de oponerse a la corriente de la opinión y aceptaron a cambio de algunas concesiones la aprobación de dicha Ley, hecho que tuvo lugar por unanimidad, el dia 22 de marzo de 1873, declarándose ese dia abolida la esclavitud en Puerto Rico.

Después de marzo de 1873 la Sociedad Abolicionista se dispuso a continuar sus trabajos reclamando la Ley de Abolición para Cuba, sin embargo las circunstancias políticas hicieron que no lograran grandes resultados, en 1874 no hubo Parlamento, en 1875 se verificó la Restauración y no se reunieron las Cortes hasta 1876, y en ese entonces la guerra existente en Cuba era el constante argumento de los que deseaban la conservación de la esclavitud.
También contribuyó en gran parte el hecho de que desde 1875 la Sociedad Abolicionista no pudo celebrar mítines, ni reuniones públicas porque por un decreto de 20 de enero de 1875 se había establecido que para ello era preciso el previo permiso de la autoridad, y aunque lo pidió la autoridad gubernativa no contestó la petición hasta 1879. Durante ese periodo de cinco años, la Sociedad no pudo tener vida oficial, limitándose sus trabajos a la publicación del periódico El Abolicionista y a presentar exposiciones en Las Cortes cuando estas volvieron a reunirse.

Finalizada la guerra de Cuba en 1878 por el Convenio del Zanjón, se produjo en él el hecho importantísimo de aceptar el Gobierno que se considerasen libres los negros que habían hecho armas contra España, a partir de esto era lógico que fuesen también libres aquellos que se habían mantenido fieles a España.
La reforma se imponía, no sólo por razones de justicia sino porque de retrasarla podía darse el peligro de una sublevación general de los negros que hasta entonces habían sido fieles. Así que cuando regresó a España el general Martínez Campos y se hizo cargo de la Presidencia del Gobierno en 1879, presentó en el Senado un Proyecto de abolición de la esclavitud. Al poco tiempo volvió a la Presidencia Cánovas del Castillo que mantuvo el Proyecto con algunas modificaciones, aprobándose y publicándose como Ley el 13 de febrero de 1880.

Era una Ley muy defectuosa porque aunque declaraba que desde su promulgación cesaba el estado de esclavitud en Cuba de hecho conservaba la esclavitud con el nombre de Patronato al que quedaban sujetos los esclavos durante ocho años antes de ser efectivamente libres.


Se dictó un reglamento para su ejecución que no se público en la península sino solo en Cuba y que modificaba las condiciones de la Ley relativas al Patronato, convirtiéndolo en una continuación del estado de esclavitud por ocho años. No se restablecía la pena de azotes que había sido suprimida por la ley de 1870, aunque seguía consentida en la isla, pero se conservaba el cepo y la argolla en la cabeza, según las faltas cometidas por los esclavos.


La Sociedad Abolicionista protestó contra ello y continuo trabajando celebrando nuevos mítines en 1881 después de la vuelta al poder del Partido Liberal y sus esfuerzos obtuvieron resultados. Aunque la finalización del Patronato estaba prevista para 1888, la llegada a Las Cortes de una diputación Cubana compuesta de oradores enérgicos y partidarios de la abolición de la esclavitud, convenció al Gobierno de la necesidad de acortar los plazos del Patronato y obligó a los esclavistas de Cuba a consentir en la reforma.

El mes de julio de 1886 cuando se discutía la Ley sobre el presupuesto para Cuba, el Sr. Labra solicitó se incluyera en dicha Ley un artículo adicional que pusiera fin al Patronato, se aprobó dicha propuesta y el día 7 de Octubre de 1886 se publicó el decreto de supresión del Patronato y de abolición definitiva de la esclavitud.
 

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