La Leyenda del Salto

Decía tía Aleja ( una vieja esclava ) que en tiempo de los indios vivía por aquí un cacique que solo tenía una hija llamada HUMATA ,a quien adoraban todos por su belleza y bondad. Cuando llegó el tiempo de prometerla, los ancianos de la tribu, escogieron para ella al guerrero más apuesto y valiente de toda la tribu. Su nombre era Dagüey.

Un mal día el viejo cacique fue mortalmente herido pero logró designar a su sucesor antes de morir.La hija del nuevo cacique era bella como su prima HUMATA pero no igual de buena.Había estado enamorada en secreto de Dagüey y ahora veía la oportunidad de tenerlo para ella. Sabía lo ambicioso que era Dagüey y ahora era ella la hija del cacique.

Dagüey comenzó a alejarse de HUMATA por lo que ella se acercó a la hechicera ARACOEL para saber el por qué de esta indiferencia.--“sábete HUMATA... que el viento de la suerte ha cambiado; y sábete... que Dagüey sigue su dirección. Tu fuiste y ella es; pobre hija mía. ¿ Tú no sabes que existen ciertos hombres, que tienen muchas lenguas y muchos corazones? Sígueme y lo verás.

Ocultáronse entre los matorrales desde donde pudieron ver una pareja que se acercaba. Escucharon la voz de Dagüey diciendo:--”Te juro que nunca HUMATA vivió en mi corazón”. “Yo obedecía a los ancianos de la tribu”.” En cambio en ti yo pienso noche y Día”.

Después de aquel día pasaron 7 soles y 7 lunas y HUMATA no regresaba al campamento.Patrullas de indios fueron en todas direcciones buscando sus huellas.Solo la hechicera ARACOEL no desmayaba en su búsqueda.Era la primera en salir y la última en regresar.

Un día llegó, pidió al cacique y a los ancianos que la acompañaran A la mañana siguiente y después de caminar por un rato en silencio les fue mostrando un riachuelo con Lecho de piedras que había surgido, donde solo había bosques y malezas, siendo el río más caudaloso y las piedras más grandes a medida que se internaban en la montaña. Encontrándose al fin con una pequeña cascada.

Esperaron la medianoche en cuya hora vieron surgir de entre las aguas a la propia HUMATA que mientras peinaba su linda cabellera con un peine de concha , cantaba sus penas, traición y desengaño, dando gracias a los dioses que compadecidos con su dolor habían roto su corazón en mil pedazos convirtiéndolos en piedras y con sus lágrimas formaron la cascada.

Es cosa sabida en el pueblo , que si la noche de San Juan a las doce de la noche una niña se aventura a ir sola al chorro de la encantada , se le aparecerá HUMATA peinándose con su peine de oro, le contará su historia y le dará un talismán que la libre de las traiciones y perfidias de los hombres.

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