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aracterísticas del reino animal... 


Los animales son seres vivos, generalmente dotados de movilidad y sensibilidad, que consumen oxígeno y expelen dióxido de carbono; son heterótrofos, es decir, que se nutren de sustancias que han sido elaboradas por otros organismos (no poseen capacidad para sintetizar su propio alimento).

Son autótrofos (que se alimentan por sí mismos) aquellos organismos vegetales que ejercen la fotosíntesis (que poseen clorofila).

Todos los animales y muchos vegetales son heterótrofos, solo son autótrofos (que se alimentan por sí mismos) aquellos organismos vegetales que poseen clorofila. En realidad, se puede decir que cualquier definición de "animal" nunca es absoluta, pues aunque existen notables diferencias físicas y funcionales entre los animales y plantas superiores, en los grupos inferiores de los reinos animal y vegetal aparecen caracteres que son comunes a ambos.

Aspectos comunes entre animales y vegetales...


La movilidad es una característica que puede existir en animales inferiores sésiles (que carecen de pie o soporte), pero también en determinadas algas inferiores. La nutrición heterótrofa es otro ejemplo de característica común entre animales y vegetales; todos los animales son heterótrofos, pero también lo son un buen número de hongos y bacterias. Por último, a nivel celular tampoco existen diferencias que se puedan considerar definitivas para distinguir con claridad donde empiezan cada uno de los reinos animal y vegetal, pues existen numerosos flagelados que presentan aspectos comunes a ambos reinos.

Los flagelados: fitoflagelados y zooflagelados...


La flagelados, consistentes en organismos unicelulares que están provistos de uno o varios flagelos de inserción a lo largo de alguna fase de su ciclo vital, están divididos en dos grandes grupos: aquellos que presentan propiedades vegetales, denominados fitoflagelados, y aquellos otros cuyas formas se asemejan más a los animales, denominados zooflagelados. Los fitoflagelados contienen casi siempre clorofila que les permiten sintetizar su propio alimento (son autótrofos), mientras que los zooflagelados carecen de ella (son heterótrofos). En definitiva, se puede decir que los flagelados son organismos pertenecientes igualmente tanto al reino animal como al vegetal.

Los animales pluricelulares: los metazoos... 


Salvados los conceptos anteriores sobre semejanzas entre animales y vegetales, podemos establecer unos rasgos básicos como límite inferior del reino animal, y así comenzar un orden de clasificación. A todos ellos los incluiremos en los denominados metazoos o metazoarios.

Los metazoos son todos los animales no protozoos, es decir, los que están constituidos por células diferenciadas y agrupadas en tejidos (pluricelulares). Los dos rasgos básicos de los animales o metazoos, son precisamente la organización pluricelular en que se encuentran estructurados los órganos y sistemas, y su forma de nutrición heterótrofa, que como se dijo es la alimentación a base de sustancias elaboradas por otros organismos. Así pues, aunque cada una de las dos características citadas no resultan exclusivas de los animales, ambas si son cumplidas en la inmensa mayoría de ellos, los citados metazoos.

Aspectos físicos y funcionales de los metazoos...


 

Movimiento

El movimiento es una característica de los metazoos que se desprende de sus dos rasgos básicos: pluricelularidad y función heterótrofa.

El movimiento es una característica de los metazoos que se desprende de sus dos rasgos básicos: pluricelularidad y función heterótrofa. Esta capacidad de moverse puede ser activa, por medio de la locomoción trasladándose de un punto a otro, o pasiva, ejemplo de determinados animales acuáticos que viven fijos al sustrato, pero que son capaces de balancear o mover su cuerpo o brazos,  y así generar corrientes de agua para atraer hacia sí el alimento.

El movimiento en los animales significa mayor consumo energético, eso determina una reducción de la superficie corporal. En los vegetales ocurre al revés, precisamente por carecer de capacidad de movimiento, lo que les faculta para transformar la mayor parte de su energía en la formación de tejidos.

El movimiento implica una simetría bilateral del cuerpo de los animales en la dirección en que se desplazan, que se distingue por formas alargadas. Por su parte, la cabeza tiende a ser diferenciada en los animales activos, acogiendo los órganos de los sentidos. Estas características suelen ser contrarias en los animales sésiles o pasivos (que viven fijos a un sustrato), los cuales presentan cuerpos radiales y cabeza no diferenciada.

Todos los animales son heterótrofos al ser incapaces de sintetizar su propio alimento, es decir, se alimentan de lo que producen otros organismos, los autótrofos.

Nutrición

Como se ha dicho, la nutrición de todos los animales o metazoos es heterótrofa. La falta de medios para sintetizar el propio alimento, tal como realizan la mayoría de los vegetales mediante la fotosíntesis (autótrofos), implica la necesidad de disponer de sistemas digestivos para procesar las sustancias orgánicas ingeridas. La alimentación no autótrofa obliga a los animales a procurarse el alimento, y eso supone la influencia de factores bióticos que son estudiados por la ecología animal, tal como el factor etológico de la competencia. Cuando existe competencia en la búsqueda del alimento se establecen niveles tróficos entre animales (unos son cazadores y otros presas), y especializaciones de los hábitos de alimentación (unos son herbívoros y otros carnívoros o insectívoros).

Otros aspectos funcionales

El resto de aspectos funcionales de los metazoos se deducen con los mismos razonamientos esgrimidos en los casos anteriores. Así, las características de movimiento y proceso de nutrición de los animales, implica disponer igualmente de sistemas, órganos y sentidos. Por ello, es común en los metazoos la existencia de un sistema circulatorio, respiratorio, digestivo, nervioso, muscular, esquelético, excretor y reproductor.