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Marvin "Marvelous" Santiago  "OFICIAL"

El sonero del pueblo

 

 

 

 

Su presencia dentro del ámbito de la música tropical dejó una huella imborrable a través de su larga carrera artística. En ellos el llamado “Sonero del pueblo” supo sobreponerse a las adversidades y labrarse un nombre a fuerza de talento y buen soneo.

Marvin Santiago nació en Santurce y creció entre las paradas 22 y 24 del sector capitalino. Posteriormente se mudó al residencial público Nemesio Canales donde residió por 24 años.

Sus primeros pasos en la música los dio a los cinco años, cantando rancheras en las actividades que se celebraban en su plantel escolar. Posteriormente trabajó en la cafetería del desaparecido periódico El Mundo. Allí, sus tareas diurnas eran alternadas con su trabajo nocturno con la orquesta de Roberto Valdés.

Poco después el conguero boricua Celso Clemente, quien ya conocía del talento de Marvin, lo recomendó al compositor puertorriqueño Tite Curet Alonso. Este le mencionó su nombre a Rafael Cortijo y así se hicieron los arreglos para que el joven participara en una audición.

En aquellos días Cortijo y su Combo se encontraban sin cantante principal. Ismael Rivera se había ido para Nueva York y Azuquita también había abandonado el grupo. Por tal razón el Maestro estaba en búsqueda de un nuevo vocalista.

Marvin le cantó el tema “El dominó” en una audición. Y al recibir la aprobación de Cortijo, Marvin pasó a ser parte del Combo en 1969 grabando con ellos su primer disco. Para poder trabajar en el mismo se aprendió las canciones en tan solo tres semanas. Y luego partió con el grupo hacia Santo Domingo y Nueva York en donde realizaron varios espectáculos.

Precisamente en una de esas giras por los Estados Unidos Marvin decidió permanecer en la ciudad de Chicago por otros tres años. Ya en una fecha posterior regresó a Puerto Rico en donde estuvo inactivo por un tiempo hasta que Roberto Angleró le brindó la oportunidad de trabajar en varios proyectos, incluyendo el grabar un disco bajo la casa disquera Gema.

Durante la década de 1970 Bobby Valentín lo reclutó como cantante de su orquesta con la cual trabajó por ocho años. Bajo el ala de Valentín, Marvin vivió grandes momentos en el arte al popularizar temas como “Papel de payaso”, “Soy boricua”, “El alacrán”, “Pirata de la mar”, “Aquí me quedo”, "Fuego a la Jicotea",“Guaraguao”, “Bella mujer”, “Zafa diablo” y “Préstame tu caballo”. Igualmente su voz se difundió ampliamente al compás de “Pirata de la amar”, “Son, son Chararí” y “El jíbaro y la naturaleza”.

 

 

Sin embargo durante esos años el cantante había establecido una profunda adicción a las sustancias controladas. Esta situación provocó la separación entre Valentín y Santiago. Fue entonces cuando en 1979 entró en escena Jorge Millet quien le dio la mano en el momento que más lo necesitaba. Juntos grabaron el tema “La jicotea”, composición de Santiago que rápidamente se convirtió en un éxito.

No obstante, su carrera se vio interrumpida en 1980, fecha en la que tuvo un traspié con la justicia que lo llevó a ingresar a la cárcel. A pesar del lamentable incidente, las autoridades en la institución penitenciaria le permitieron salir de la misma para cumplir con sus actividades artísticas.

Una de ellas se celebró el 15 de junio de 1985 al presentarse en el Teatro Tapia de San Juan con su concierto “Desde adentro”. En el espectáculo el artista realizó una representación de su vida en la que intercaló éxitos musicales como “Fuego a la jicotea”, “La picúa”, “Pa' dentro”, “Nostalgia”, “La libertad”, “El auditorio azul”, “La guagüita”, “Lo que usted ve por ahí”, “Chinas por botellas” y “El hombre increíble”. La puesta en escena fue dirigida por Julio César Delgado. La escenografía la concibió Félix Vega y la producción del evento estuvo a cargo de Víctor Ramírez.

Por otro lado, a raíz de su desliz ante la ley, el cantante se reconcilió con la fe cristiana dentro de la institución. Esa decisión lo estimuló para ofrecer conferencias en lugares como la Universidad del Turabo y en escuelas superiores. Además, como parte de su programa de rehabilitación, dirigió el grupo Confinados en Acción y Prevención. Desde esa agrupación, junto a otros tres compañeros reclusos, se dedicó a ofrecer charlas sobre las experiencias del pasado, sus vidas en el presente y lo que esperaban para el futuro.

Luego de estar en prisión por espacio de cinco años, Marvin incursionó en el campo de la actuación gracias al productor Luisito Vigoreaux. En su nueva faceta Santiago formó parte del elenco de las producciones del empresario así como en la obra teatral titulada “El hospitalillo” que subió a escena en el Teatro Carmen Delia Dipiní de Bayamón.

 Las grabaciones “El sonero del pueblo”, “Oficial pero con tremenda pinta”, “Al filo del pantalón”, “Donde lo dejamos” y “El epílogo de Toño Bicicleta” son algunos de los discos que terminaron por convertirle en una de las voces más prodigiosas de Puerto Rico y de la salsa.

A comienzos del año 2000, Marvin lanzó al mercado del disco “Los Soneros de Borinquen” proyecto que grabó con el grupo de música típica Mapeyé. Un año más tarde, fue homenajeado por su fanaticada y por Cano Estremera, Néstor Sánchez, Vitín Avilés, Meñique, Guillo Rivera y Luigi Texidor. Para 1996 ya su pierna derecha había sido amputada debido a su condición diabética.