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LA QUINTA CRUZADA
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  La querella que Juan sin Tierra había tenido con el Papa Inocencio III sobre la investidura de Stephen Langton como el arzobispo de Canterbury no sólo lo había enemistado con el clero inglés, sino también con buena parte de la población. Si se había mantenido en el poder había sido en gran parte gracias al apoyo de la nobleza, pero su reciente derrota frente al rey  Felipe II de Francia había minado considerablemente este apoyo. Ese mismo año, en 1215, un grupo de nobles y eclesiásticos, entre los que destacaba Stephen Langton, pusieron por escrito una serie de exigencias a las que el rey debía someterse, e instaron a Juan a que firmara el documento. El rey se resistió, pero el conde de Pembroke, Guillermo el Mariscal, le instó a firmar bajo amenaza de una guerra civil. Hubo algunos movimientos y preparativos de guerra, pero al fin el 15 de junio Juan sin Tierra, reunido con los barones en Runnymede, a orillas del Támesis, firmó la llamada Carta Magna. Se la ha considerado el primer precedente de la monarquía parlamentaria inglesa, si bien esto es exagerado. La mayor parte de la Carta Magna no hace sino consagrar los privilegios de la nobleza y de la Iglesia. La presión de la burguesía permitió incluir alguna cláusura de aires progresistas, como "Ningún sheriff [...] tomará como transporte los caballos o carros de ningún hombre libre, como no sea por la buena voluntad de dicho hombre libre.", pero hay que tener presente que "hombre libre" hacía referencia entonces a una clase muy reducida de gentes acomodadas.

Poco después Juan se arrepintió de haber firmado y en esto obtuvo el apoyo de Inocencio III, que se mostró escandalizado de que alguien que no fuera él se hubiera atrevido a decirle a un rey lo que tenía que hacer. El Papa eximió a Juan de todos sus juramentos y cesó en sus funciones como arzobispo a Stephen Langton, por su participación en los hechos. Como consecuencia, en Inglaterra estalló una guerra civil.

Álvaro Núñez de Lara, tutor del joven Enrique I de Castilla, para fortalecer su posición frente a Berenguela, la hermana del rey y regente del reino, concertó el matrimonio de Enrique I con Mafalda de Portugal, hermana del rey Alfonso II. Sin embargo, Inocencio III anuló el matrimonio por el parentesco (en realidad por meras ganas de incordiar, pues tal parentesco consistía en que eran tataranieto y bisnieta del conde Ramón Berenguer III de Barcelona). Mafalda se retiró a un monasterio en Portugal.

El 11 de noviembre Inocencio III inauguró el Cuarto Concilio de Letrán, en el que se tomaron, entre otras, las resoluciones siguientes:

  • Se condenó nuevamente la doctrina cátara, así como la de un místico italiano llamado Gioacchino da Fiore, que había muerto hacía más de una década, de cuya vida se sabe poco, pero cuya doctrina consistía esencialmente en que el mundo, tras haber estado primero bajo el reinado del Padre y luego del Hijo, estaba entrando ahora en el reinado del Espírituo Santo, en el que los clérigos debían ser sustituidos por los monjes, libres de preocupaciones doctrinales o morales.
  • Se confirmó la destitución del conde Raimundo VI de Tolosa y sus territorios le fueron encomendados a Simón de Montfort (como vasallo del rey francés).
  • Se ratificó la regla de Francisco de Asís (que fue uno de los participantes en el Concilio).
  • Se aprobó la predicación de una Quinta Cruzada, ya que la Cuarta se había desvirtuado y Jerusalén seguía en manos de los turcos.
  • Como medio para detectar y combatir la herejía, se decretó que todo católico tenía que comulgar y confesarse al menos una vez al año, a título de Mandamientos de la Iglesia.
  • Por último, pero no menos importante, se adoptó la expresión transustanciación para la eucaristía.
Domingo de Guzmán presentó la solicitud de que la fundación que había organizado en Tolosa recibiera el reconocimiento como orden religiosa, pero el Concilio no tomó ninguna decisión al respecto.

En Florencia estalló una querella entre dos familias de la nobleza. La familia Arrighi asesinó a Buondelmonte, que había ofendido a uno de sus miembros, Oddo Arrighi. Durante la guerra entre Otón IV y Felipe de Suabia, Florencia había sido partidaria del güelfo, por lo que los asesinos de Buondelmonte, temiendo represalias, se pusieron bajo la protección del Hohenstaufen Federico II. Así, la ciudad quedó pronto dividida en dos facciones: los güelfos, partidarios de la familia de Otón IV, y los partidarios de los Hohenstaufen, que recibieron el nombre de gibelinos, deformación del grito Hie Waiblingen! (¡aquí Waiblingen!, en alusión al título de señor de Waiblingen, que ostentaba Federico II) que los identificaba.

En 1216 murió el rey de Suecia Erik Knutsson. Dejó un hijo póstumo, Erik Eriksson, durante cuya minoría de edad Suecia estuvo regida por un consejo de clérigos, si bien el poder real lo ejerció Johan Sverkerson, de la familia rival de los Erik, que venía alternando con ella el gobierno del país durante casi un siglo.

Gengis Kan dominaba ya todo el Imperio Jin. Lo dejó bajo el gobierno de su lugarteniente Mukali, establecido en Pekín, y regresó a Mongolia para preparar una campaña hacia el oeste.

En el sur de la India murió Kulattonga III, el último rey de la dinastía Chola, que llevaba ya un tiempo en decadencia. La supremacía pasó a la dinastía Pandya, que había estado dominada por los Chola durante mucho tiempo.

Algunos señores ingleses establecieron una alianza con Felipe II de Francia y le ofrecieron la corona a su hijo Luis el León, que finalmente llevó adelante la invasión de Inglaterra que había sido abortada tres años antes. Pero Juan sin Tierra murió en octubre y Guillermo el Mariscal, el conde de Pembroke, defendió los derechos de su primogénito, Enrique III, como legítimo rey de Inglaterra (y duque de Aquitania y conde de Poitiers). Tenía entonces trece años y el Mariscal le hizo ratificar la Carta Magna, lo que le ganó algunos partidarios.

También contó con la aprobación de Inocencio III, que se opuso al intento de Luis de apoderarse del trono inglés, pero el Papa no tardó en morir, y fue sucedido por el cardenal Cencio Savelli, que adoptó el nombre de Honorio III. La elección se hizo en Peruggia, cuyos habitantes optaron por encerrar a los cardenales para agilizar el proceso de elección, con lo que sentaron un precedente que se repetiría más veces a lo largo del siglo. Honorio III trató de seguir la política de su predecesor, pero sólo hubo un Inocencio III. El nuevo Papa aprobó la orden de Domingo de Guzmán.

Otón IV no pudo impedir que Federico II fuera proclamado rey de romanos. Así, para conseguir el título de emperador sólo faltaba que el Papa lo coronara. A su vez, Federico II traspasó el título de duque de Suabia a su hijo, el rey Enrique II de Sicilia, que tenía entonces cinco años.

Los tolosanos no tardarón en rebelarse contra Simón de Montfort, y el conde Raimundo VI, junto con su hijo Raimundo, que tenía ya diecinueve años, inició la reconquista de sus posesiones.

El príncipe Bohemundo IV de Antioquía fue derrocado por su sobrino Raimundo. (Recordemos que Bohemundo IV le había usurpado el título quince años antes).  Raimundo contó con la ayuda del patriarca latino de la ciudad y de su tío abuelo, el rey León II de Armenia (mientras que Bohemundo IV había contado con el apoyo de las comunidades griegas).

Ese año había muerto Enrique de Flandes, el emperador latino de Constantinopla. Los barones latinos necesitaban a alguien capaz y eligieron como nuevo emperador a Pedro II de Courtenay, el marido de Yolanda de Flandes, hermana de Enrique. Se encontraba en Francia y llegó a Oriente ya en 1217, pero, con la precipitación del viaje, acabó capturado por el déspota Teodoro de Épiro y murió ese mismo año en cautiverio. Yolanda quedó como Emperatriz.

Luis el León, el hijo de Felipe II, sufrió una derrota en Inglaterra la cual, unida a las amenazas de Honorio III y a un cuantioso pago que le hizo Guillermo el Mariscal, le llevó a retirarse y renunciar a la corona inglesa.

La predicación de la quinta cruzada, acordada en Letrán, no tuvo mucho éxito en Europa. Federico II había dicho que participaría desde el primer momento, pero, con una u otra excusa, acabó no yendo. El personaje de mayor rango que participó fue el rey Andrés II de Hugría, que desembarcó en San Juan de Acre y trató sin éxito de conquistar el monte Tabor. El rey húngaro fue conocido desde entonces como Andrés II el Hierosomilitano (o sea, el de Jerusalén).

Tras el frustrado intento de unir a Enrique I de Castilla con la familia real portuguesa, Álvaro Núñez de Lara trató de concertar un nuevo matrimonio real, esta vez con Sancha, hija del rey Alfonso IX de León. El acuerdo disponía que Enrique I se convertiría también en rey de León a la muerte de Alfonso IX, pero todo se vino abajo cuando Enrique I murió inesperadamente antes de que la boda se hubiera celebrado (le cayó una teja en la cabeza). Entonces Berenguela, la hermana mayor de Enrique I que había sido desplazada de la regencia por Álvaro Núñez, logró ser aclamada reina de Castilla, pero inmediatamente abdicó en Fernando III, el hijo de dieciséis años que había tenido con Alfonso IX de León antes de que Inocencio III les obligara a disolver el matrimonio. Fernando III se había educado en León, en la corte de su padre, y ahora se trasladó a Castilla. Alfonso IX trató de aprovechar la situación para tomar el control de la política castellana, pero no lo hizo con el suficiente tacto y sólo consiguió desencadenar una guerra entre ambos reinos.

El Jwarizmsah Alá al-Din había extendido su dominio sobre buena parte de Irán y ahora amenazaba Bagdad.

El Papa Honorio III reconoció a Esteban Nemanjic como rey de Servia y se celebró una ceremonia de cononación según el rito católico.

En Noruega murió el rey Inge, y fue sucedido por Haakon IV, hijo bastardo de Haakon III, motivo por el cual la Iglesia se negó a reconocerlo.

Frente a los recelos que todavía suscitaba en la Iglesia su congregación de mendicantes, Francisco de Asis encontró respaldo en el cardenal Ugolino de Conti. Al parecer, Francisco tuvo la intención de ir a predicar a Francia, pero el cardenal le recomendó que se quedara en Italia. (No hubiera sido extraño que en Francia se hubiera encariñado con los cátaros y hubiera acabado acusado abiertamente de hereje.)

En septiembre Raimundo IV tomó Tolosa con la ayuda de un ejército aragonés dirigido por el regente Sancho, el conde de Rosellón y Cerdaña, pero éste se retiró poco después ante la amenaza de excomunión que lanzó Honorio III. Simón de Montfort inició una serie de ataques a la ciudad. Los cátaros todavía no estaban acabados. y los valdenses tampoco, a pesar de que ese año murió Pedro Valdo. En 1218, habiendo desaparecido la férrea autoridad de su fundador, los valdenses se dividieron definitivamente en dos ramas antagónicas: los franceses y los lombardos. Simón de Montfort murió de una pedrada mientras asediaba Tolosa. Fue sucedido por su hijo Amaury de Montfort, pero Raimundo VI no tuvo dificultad en expulsarlo de su condado con la ayuda de la población.

Simón de Montfort había heredado por vía materna un condado inglés, el condado de Leicester, y éste fue heredado por su tercer hijo, llamado también Simón de Montfort.

Domingo de Guzmán dispersó a sus dieciséis religiosos, que envió a París, Madrid, Bolonia y Roma. Él se dedicó a predicar y a organizar su orden, que el año anterior había tomado el nombre definitivo de Hermanos Predicadores, aunque fueron más conocidos como dominicos. En París se establecieron en la calle de Saint-Jacques, lo que les valió el nombre de jacobinos.

La virgen María se le apareció a un mercader de origen francés que vivía en Barcelona y que se llamaba Pedro Nolasco. La virgen le pidió que fundara una orden en su honor que, bajo su advocación, se dedicara a la redenció de cristianos cautivos de los moros. Pocos días después Pedro fundaba, con la ayuda del rey Jaime I, una orden militar que recibió el nombre de Orden de Santa Eulalia, porque su primera sede fue el hospital de Santa Eulalia.

Ese año murió el duque de Borgoña Eudes III, que había sido uno de los principales dirigentes de la cruzada Albigense. Fue sucedido por su hijo Hugo IV.

También murió el emperador Otón IV, y los nobles leales a él fueron reconociendo paulatinamente la autoridad de Federico II. En cambio, Florencia entró en guerra con Pisa, a quien disputaba la supremacía sobre la Toscana. La división local entre güelfos y gibelinos se extendió ahora a las demás ciudades de la región, según se alinearan con Florencia o con Pisa. En general, el partido güelfo dominó en Florencia, Bolonia, Milán, Mantua, Ferrara y Padua, mientras que los gibelinos lo hicieron en Pisa, Cremona, Pavía,  Módena, Siena, Rímini y Lucca.

En Inglaterra la situación política se había normalizado bajo Enrique III y su protector, el conde de Pembroke Guillermo el Mariscal. Stephen Langton fue restituido en su cargo de arzobispo de Canterbury.

Los reyes Alfonso IX de León y su hijo Fernando III de Castilla cayeron en la cuenta de que estaban perdiendo el tiempo luchando entre ellos cuando los almohades habían quedado completamente desestabilizados tras la batalla de las Navas de Tolosa, por lo que nunca lo habían tenido tan fácil para conquistar Al-Ándalus. Así pues, hicieron las paces y sus ejércitos se volvieron hacia el sur.

En Bulgaria, el apoyo de los bogomilos hizo que finalmente Juan III Asen pudiera derrocar a su primo Boril y ser reconocido como rey.

El emperador Teodoro I de Nicea contrajo matrimonio con María, hija de la Emperatriz Latina Yolanda, en un intento de recuperar Constantinopla.

En Chipre murió el rey Hugo I y fue sucedido por su hijo Enrique I de Lusignan, que tenía entonces un año de edad.

Juan de Brienne, el regente de Jerusalén, declaró la guerra a Safadino y asedió el puerto de Damieta, en Egipto, donde se le unió una parte de los contingentes de la quinta cruzada. El sultán dejó a su hijo al-Kámil en El Cairo y marchó a Siria para dirigir la lucha contra los cruzados que habían quedado en Palestina, pero murió poco después. Fue sucedido por al-Kámil, quien perdió Damieta en 1219. Francisco de Asís se unió a los cruzados y trató de convertir a al-Kámil.

El obispo de Barcelona, Berenguer de Palau, llamó a Raimundo de Peñafort, un religioso catalán que, tras haber estudiado derecho en Bolonia durante seis años, llevaba ya tres ejerciendo el magisterio. Puso por escrito sus enseñanzas en su Summa Iuris. Ahora fue nombrado canónigo de la catedral de Barcelona y prestó su apoyo a Pedro Nolasco y su orden de Santa Eulalia.

Luis el León, el hijo de Felipe II de Francia, atacó sin éxito el condado de Tolosa.

El rey Alfonso IX de León fundó la Universidad de Salamanca.

El rey Valdemar II de Dinamarca reunió una flota con la que derrotó a los estonios y se dispuso a convertirlos al cristianismo. Fundó la ciudad de Reval.

Las hordas mongolas habían entrado de nuevo en el país de los karajitay y el jwarizmsah cometió el error de matar a uno de sus embajadores. Gengis Kan se lanzó sobre su reino. La primera ciudad musulmana que tomó fue Bujará. Sus murallas no fueron un gran obstáculo. En palabras del Gran Kan: "La fuerza de una pared no es ni mayor ni menor que la de los hombres que la defienden". Los mongoles llevaban con ellos ingenieron chinos que sabían construir torres y catapultas. Cuando tomó la ciudad, cuentan que entró en la mezquita y dijo: "Hemos cortado la hierba, dad de comer a los caballos." (¿?) Cuando se enteró de que la religión del país exigía peregrinar a la Meca dijo: "El poder de los cielos no está sólo en un lugar, sino en los cuatro ángulos de la tierra." Su religión consistía en que "Hay un solo Dios, creador del cielo y de la tierra, que nos concede la vida o la muerte, riquezas o miseria, y tiene sobre todo un poder absoluto." Al parecer, se trataba de la versión del cristianismo nestoriano que conoció en su juventud. Después de Bujara cayó Samarkanda.

Ese año murió el conde de Pembroke, Guillermo el Mariscal. Fue sucedido por su hijo, también conocido como Guillermo el Mariscal. Desde ese momento, el principal apoyo del rey Enrique III de Inglaterra (que tenía entonces doce años) fue la Iglesia.

En Armenia murió el rey León II y fue sucedido por su hija Isabel. Esto permitió al conde de Trípoli Bohemundo IV arrebatarle el principado de Antioquía a su sobrino Raimundo, que murió privado de apoyo.

También murió Yolanda, la Emperatriz Latina, pero su yerno, el emperador Teodoro I de Nicea, no pudo hacerse con el Imperio Latino, sino que los barones eligieron emperador a Roberto de Courtenay, hijo de Yolanda, que se encontraba en Francia. Teodoro I, furioso, se alió con el rey servio Esteban Nemanjic, que pasó de católico a ortodoxo, ya que Teodoro I le otorgó entonces el reconocimiento de una Iglesia Servia independiente.

En 1220 murió el sultán de Rum Kaykaús I y fue sucedido por Kayqubad I, hijo de Kayjusraw I.

También murieron el margrave de Brandeburgo Alberto II, que fue sucedido por sus hijos Juan I y Otón III, y el duque Teobaldo I de Lorena, que fue sucedido por Mateo II.

Una vez quedó claro que Federico II no tenía rivales en el Sacro Imperio Romano, el Papa Honorio III lo coronó emperador. Previamente, Federico II hizo nombrar rey de Romanos a su hijo Enrique, el rey de Sicilia, que tenía ahora nueve años.

El rey Fernando III de Castilla se casó con Beatriz de Suabia, prima del emperador, hija del duque Felipe de Suabia (el que había disputado el Imperio a Otón IV antes de Federico II). Por su parte, el conde de Provenza Ramón Berenguer V se casó con Beatriz de Saboya, hija del conde Tomás I de Saboya, y el rey Jaime I de Aragón se casó (a los doce años) con Leonor, hija de Alfonso VIII de Castilla (y tía de Fernando III)

Los mongoles recorrían a sus anchas el reino de Jwarizm persiguiendo al rey, que al final se refugió en una isla del Caspio y allí murió.

Leonardo Fibonacci compuso su Practica geometricae, que contiene los principios de la trigonometría.

También se escribió por esta época La búsqueda del Santo Grial en el que la leyenda adquiere su forma definitiva. De acuerdo con las ideas introducidas por Robert de Boron, el Santo Grial era ahora el Cáliz que usó Jesucristo en la última cena, fue llevado a Inglaterra por los descendientes de José de Arimatea y los caballeros del rey Arturo tratan de encontrarlo, pero sólo un caballero puro podía encontrarlo, por ello, Lancelot, Gauvain, Bohort y Perceval no pudieron hacerse con él, y fue Galaad, el hijo de Lancelot, completamente casto, quien lo recuperó.

En Francia murió el poeta Jean Bodel, autor de un poema épico: La chanson des saisnes (Cantar de los sajones), varios poemas líricos y, sobre todo, un poema dramático, Jeu de saint Nicolas (Juego de san Nicolás), donde "juego" significa obra de teatro. A lo largo del siglo precedente, en las iglesias tenían lugar representaciones teatrales en latín sobre temas religiosos, luego habían surgido obras en las que el latín se mezclaba con el francés, pero ahora se estaban escribiendo ya obras en francés donde la religión intervenía en los argumentos de forma secundaria.

Francisco de Asís seguía en Egipto, pero se enteró de que los vicarios que le sustituían al frente de su orden habían introducido algunas modificaciones y volvió a Italia de inmediato. Dimitió como ministro general y nombró como sustituto a Pedro de Catania. Entonces reanudó sus predicaciones y su vida de eremita.

En el sureste asiático empezó a hacerse notar un pueblo al que las fuentes de Angkor llamaban thai syam, (siameses de occidente). Llevaban bajo el dominio de Angkor alrededor de ciento cincuenta años. Antes de la era cristiana habían habitado en el sur de China (aunque no eran de raza china), y lentamente habían ido emigrando hacia el sur.  Ahora un pueblo siamés expulsó al gobernador de Angkor.

Domingo de Guzmán dio la forma definitiva a su orden de mendicantes. En 1221 la dividió en ocho provincias e inició una gran campaña de predicación en Lombardía, pero Santo Domingo de Guzmán murió ese mismo año. Mientras tanto se promulgó la primera regla franciscana, escrita entre Francisco de Asís y el cardenal Ugolino de Conti, al que poco después Honorio III nombró cardenal protector de los franciscanos.

En Japón, el shogun Sanetomo fue asesinado, y el emperador Go-Toba trató de recuperar el poder efectivo y declaró ilegal al gobierno militar de los dictadores shogun y los regentes shikken. Sin embargo, el shikken Hojo Yoshitoki venció al ejército imperial en Uji y exilió a Go-Toba. Desde entonces los shikken del clan Hojo se asignaron todos los poderes y nombraron los emperadores a su arbitrio.

Gengis Kan penetró en Afganistán, saqueó Gazni y llegó hasta el Indo. Algunas incursiones mongolas llegaron hasta Georgia.

En África, Dunama Dabalemi subió al trono del hasta entonces modesto reino de Kanem, y empezó a practicar una política de expansión, apoyada en un ejército poderoso, sobre todo gracias a su caballería.

El rey Alejandro II de Escocia se casó con Juana, una hermana de Enrique III de Inglaterra, que tenía entonces once años.

Roberto de Courtenay fue coronado como Roberto I, emperador Latino de Contantinopla y pactó con Teodoro I de Nicea, que desistió de recuperar Constantinopla. Sava, el hermano del rey de Servia, Esteban Nemanjic, fue investido como Patriarca de la Iglesia Servia, y coronó a Esteban en una ceremonia ortodoxa. (Recordemos que cuatro años antes el rey ya había sido coronado según el rito católico.) Desde ese momento recibió el sobrenombre de Esteban Prvovencani (el Primer Coronado). El Papa Honorio III no puso ninguna objeción a todo esto.

El sultán al-Kámil ofreció a los cruzados todas las posesiones musulmanas en Tierra Santa si abandonaban Egipto, pero los cristianos decidieron conquistar Egipto primero y negociar después. Un ejército partió de Damieta hacia El Cairo, pero una crecida del Nilo lo aisló de Damieta y ello permitió a al-Kámil atacar con ventaja. Los cruzados fueron derrotados, tuvieron que pedir una tregua y abandonaron Damieta. De este modo, la quinta cruzada terminó en un completo fracaso. El rey de Hungría, Andrés II el Hierosomilitano, volvió a su país. En su ausencia, los señores feudales habían llegado a alcanzar un gran poder, y en 1222 el rey tuvo que aceptar la llamada Bula de oro, un documento similar a la Carta Magna inglesa que exoneraba de impuestos a la pequeña nobleza y que admitía la restricción de los privilegios reales.

El rey de Bulgaria Juan III Asen hizo un intento de apoderarse de Constantinopla con ayuda de Hungría y de Nicea, pero no consiguió ningún resultado.

El conde Teobaldo IV de Champaña cumplió veintiún años y asumió personalmente el gobierno de sus posesiones, hasta entonces regentadas por su madre, Blanca de Navarra, y por el rey Felipe II de Francia.

En Holanda murió el conde Guillermo I, que fue sucedido por Florencio IV.

Raimundo de Peñafort ingresó en la orden dominica y pronto ocupó el cargo de confesor del rey Jaime I de Aragón.

La Cruzada Albigense
Índice La Sexta Cruzada

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