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Jeremías

Las falsas profecías de Ananías


28 Aconteció en el mismo año, en el principio del reinado de Sedequías rey de Judá, en el mes quinto del cuarto año, que Ananías hijo de Azur, que era el profeta de Gabaón, me habló en la casa de Jehovah, en presencia de los sacerdotes y de todo el pueblo, diciendo:

2 -Así ha dicho Jehovah de los Ejércitos, Dios de Israel, diciendo: "He roto el yugo del rey de Babilonia. 3 Dentro de dos años haré volver a este lugar todos los utensilios de la casa de Jehovah que Nabucodonosor rey de Babilonia tomó de este lugar y los llevó a Babilonia. 4 También haré volver a este lugar a Joaquín hijo de Joacim, rey de Judá, y a todos los de Judá que fueron llevados cautivos a Babilonia, porque romperé el yugo del rey de Babilonia", dice Jehovah.

5 Entonces el profeta Jeremías respondió al profeta Ananías, en presencia de los sacerdotes y de todo el pueblo que estaba de pie en la casa de Jehovah. 6 Y el profeta Jeremías dijo:

-¡Así sea! Así lo haga Jehovah. Confirme Jehovah las palabras que has profetizado, para hacer volver de Babilonia a este lugar los utensilios de la casa de Jehovah y a todos los que fueron llevados cautivos. 7 Sin embargo, escucha esta palabra que yo hablo a tus oídos y a oídos de todo el pueblo: 8 Los profetas que vinieron antes de ti y antes de mi, desde tiempos antiguos, profetizaron de guerras, de desastres y de pestes contra muchas tierras y contra grandes reinos. 9 En cuanto al profeta que profetiza paz, cuando su palabra se cumpla, se reconocerá que a tal profeta verdaderamente le ha enviado Jehovah.

10 Entonces el profeta Ananías quitó el yugo del cuello del profeta Jeremías y lo rompió. 11 Y Ananías habló en presencia de todo el pueblo, diciendo:

-Así ha dicho Jehovah: "De esta manera romperé el yugo de Nabucodonosor, rey de Babilonia, del cuello de todas las naciones, dentro de dos años."

Y Jeremías se fue por su camino.

Castigo del falso profeta Ananías


12 Después que el profeta Ananías rompió el yugo del cuello del profeta Jeremías, vino la palabra de Jehovah a Jeremías, diciendo:

13 -Vé, habla a Ananías y dile que así ha dicho Jehovah: "Tú has roto yugos de madera, pero en lugar de ellos harás yugos de hierro." 14 Porque así ha dicho Jehovah de los Ejércitos, Dios de Israel: "He puesto un yugo de hierro sobre el cuello de todas estas naciones, para que sirvan a Nabucodonosor, rey de Babilonia, y le servirán. Le he dado a él aun los animales del campo."

15 Entonces el profeta Jeremías dijo al profeta Ananías:

-Escucha, Ananías: Jehovah no te ha enviado, y tú has hecho que este pueblo confíe en la mentira. 16 Por tanto, así ha dicho Jehovah: "He aquí, yo te quito de sobre la faz de la tierra. Morirás en este mismo año, porque incitaste a la rebelión contra Jehovah."

17 En el mismo año, en el mes séptimo, murió Ananías.

Carta de Jeremías a los cautivos


29 Estas son las palabras de la carta que el profeta Jeremías envió de Jerusalén al resto de los ancianos de la cautividad, a los sacerdotes, a los profetas y a todo el pueblo, que Nabucodonosor había llevado cautivo de Jerusalén a Babilonia. 2 Esto sucedió después de haber salido de Jerusalén el rey Joaquín y la reina madre, los funcionarios, los magistrados de Judá y de Jerusalén, los artesanos y los herreros. 3 La carta fue enviada por medio de Elasa hijo de Safán y de Gemarías hijo de Hilquías, a quienes Sedequías rey de Judá envió a Babilonia, a Nabucodonosor rey de Babilonia. Y decía:


4 Así ha dicho Jehovah de los Ejércitos, Dios de Israel: "A todos los que están en la cautividad, a quienes hice llevar cautivos de Jerusalén a Babilonia: 5 Edificad casas y habitadlas. Plantad huertos y comed del fruto de ellos. 6 Contraed matrimonio y engendrad hijos e hijas. Tomad mujeres para vuestros hijos y dad vuestras hijas en matrimonio, para que den a luz hijos e hijas. Multiplicaos allí, y no disminuyáis. 7 Procurad el bienestar de la ciudad a la cual os hice llevar cautivos. Rogad por ella a Jehovah, porque en su bienestar tendréis vosotros bienestar."

8 Porque así ha dicho Jehovah de los Ejércitos, Dios de Israel: "No os engañen vuestros profetas que están entre vosotros, ni vuestros encantadores. No prestéis oído a sus sueños que ellos sueñan. 9 Pues ellos os profetizan falsamente en mi nombre. Yo no los envié", dice Jehovah.

10 Porque así ha dicho Jehovah: "Cuando según mi dicho se cumplan setenta años para Babilonia, os visitaré con mi favor y os cumpliré mi buena promesa de haceros regresar a este lugar. 11 Porque yo sé los planes que tengo acerca de vosotros, dice Jehovah, planes de bienestar y no de mal, para daros porvenir y esperanza. 12 Entonces me invocaréis. Vendréis y oraréis a mí, y yo os escucharé. 13 Me buscaréis y me hallaréis, porque me buscaréis con todo vuestro corazón. 14 Me dejaré hallar de vosotros, dice Jehovah, y os restauraré de vuestra cautividad. Os reuniré de todas las naciones y de todos los lugares a donde os he expulsado, dice Jehovah. Y os haré volver al lugar de donde hice que os llevaran cautivos."

15 Vosotros habéis dicho: "Jehovah nos ha levantado profetas en Babilonia." 16 Pero así ha dicho Jehovah acerca del rey que está sentado sobre el trono de David y de todo el pueblo que habita en esta ciudad, vuestros hermanos que no salieron en cautividad con vosotros; 17 así ha dicho Jehovah de los Ejércitos: "He aquí, yo envío contra ellos la espada, el hambre y la peste. Procederé con ellos como con los higos malos, que por ser tan malos no se pueden comer. 18 Los perseguiré con espada, con hambre y con peste. Haré que sean motivo de espanto para todos los reinos de la tierra, y maldición, horror, rechifla y afrenta ante todas las naciones a las cuales los he expulsado, 19 dice Jehovah, porque no escucharon mis palabras que persistentemente os he enviado por medio de mis siervos los profetas. Y no habéis escuchado", dice Jehovah.

20 Oíd, pues, la palabra de Jehovah, vosotros todos los expatriados que eché de Jerusalén a Babilonia. 21 Así ha dicho Jehovah de los Ejércitos, Dios de Israel, acerca de Acab hijo de Colías y de Sedequías hijo de Maasías, quienes os profetizan falsamente en mi nombre: "He aquí, yo los entrego en mano de Nabucodonosor rey de Babilonia, y él los matará ante vuestros ojos. 22 De ellos se derivará esta maldición para todos los expatriados de Judá que están en Babilonia: ’Jehovah te haga como a Sedequías y como a Acab, a quienes el rey de Babilonia los asó al fuego.’ 23 Porque hicieron infamia en Israel, cometiendo adulterio con las mujeres de sus prójimos, y porque en mi nombre hablaron falsamente palabras que no les mandé, lo cual yo lo sé y soy testigo", dice Jehovah.

Profecía contra el profeta Semaías


24 Y a Semaías de Nejelam hablarás diciendo 25 que así ha hablado Jehovah de los Ejércitos, por cuanto en tu propio nombre enviaste cartas a todo el pueblo que está en Jerusalén, al sacerdote Sofonías hijo de Maasías y a todos los demás sacerdotes, diciendo: 26 "Jehovah te ha hecho sacerdote en lugar del sacerdote Joyada, para que en la casa de Jehovah te encargues de todo hombre loco que se ponga a profetizar, y lo metas en el cepo y en el collar de hierro. 27 Ahora pues, ¿por qué no has reprendido a Jeremías de Anatot, que os profetiza? 28 Porque por cierto nos ha enviado a decir en Babilonia: ’Largo va a ser el cautiverio. Edificad casas y habitadlas; plantad huertos y comed del fruto de ellos . . .’ "

29 El sacerdote Sofonías leyó esta carta a oídos del profeta Jeremías. 30 Y vino la palabra de Jehovah a Jeremías, diciendo: 31 "Manda decir a todos los expatriados que así ha dicho Jehovah acerca de Semaías de Nejelam: ’Porque Semaías os profetizó sin que yo lo enviara, y os hizo confiar en una mentira, 32 por eso así ha dicho Jehovah: He aquí que yo castigaré a Semaías de Nejelam y a su descendencia. No tendrá un solo hombre que habite en medio de este pueblo, ni verá el bien que haré a mi pueblo, dice Jehovah, porque ha incitado a la rebelión contra Jehovah.’ "

Profecía de la restauración de Israel


30 La palabra de Jehovah que vino a Jeremías, diciendo 2 "Así ha dicho Jehovah Dios de Israel: ’Escribe en un libro todas estas palabras que te he hablado. 3 Porque he aquí vienen días, dice Jehovah, en que restauraré de la cautividad a mi pueblo Israel y a Judá, ha dicho Jehovah. Los haré volver a la tierra que di a sus padres, y tomarán posesión de ella.’ "

4 Estas son las palabras que habló Jehovah acerca de Israel y de Judá. 5 Así ha dicho Jehovah: "Hemos oído una voz de estremecimiento; hay terror, y no hay paz. 6 Preguntad, pues, y mirad: ¿Acaso un varón da a luz? ¿Por qué he visto a todo hombre con las manos sobre las caderas como una mujer que da a luz, y todas las caras se han vuelto pálidas? 7 ¡Oh, cuán grande será aquel día; tanto, que no hay otro semejante a él! Será tiempo de angustia para Jacob, pero será librado de él.

8 "Sucederá en aquel día, dice Jehovah de los Ejércitos, que yo quebraré el yugo de sobre su cuello y romperé sus coyundas. Los extraños no volverán a someterlo a servidumbre. 9 Más bien, servirán a Jehovah su Dios y a David su rey, a quien yo levantaré para ellos.

10 "Pero tú no temas, oh siervo mío Jacob, ni desmayes, oh Israel, dice Jehovah. Porque he aquí, yo soy el que te salva desde lejos; y a tu descendencia, de la tierra de su cautividad. Jacob volverá y estará tranquilo; estará confiado, y no habrá quien lo atemorice. 11 Porque yo estoy contigo para salvarte, dice Jehovah. Ciertamente haré exterminio en todas las naciones entre las cuales te he dispersado; pero en ti no haré exterminio, sino que te castigaré con justicia. De ninguna manera te daré por inocente. 12 Porque así ha dicho Jehovah: Tu quebranto es incurable, y tu herida es grave. 13 No hay quien juzgue tu causa; no tienes remedio eficaz para tu úlcera. 14 Todos tus amantes se han olvidado de ti; ya no te buscan. Porque te he herido como a enemigo con castigo de hombre cruel, a causa del gran número de tus maldades y de la multitud de tus pecados. 15 ¿Por qué gritas por tu quebranto? Tu dolor es incurable, porque por la grandeza de tu iniquidad y por tus muchos pecados te he hecho esto. 16 Pero todos los que te devoran serán devorados; y todos tus enemigos, todos ellos, irán en cautividad. Los que te saquean serán víctimas del saqueo, y a todos los que te despojan los entregaré al despojo. 17 Porque yo te traeré sanidad y curaré tus heridas, dice Jehovah; pues te han llamado Desechada, diciendo: ’Esta es Sion, a quien nadie busca.’ "

18 Así ha dicho Jehovah: "He aquí, yo restauraré de la cautividad las tiendas de Jacob; de sus moradas tendré misericordia. La ciudad será reedificada sobre su montículo de escombros, y el palacio quedará en su lugar. 19 Acciones de gracias saldrán de ellos, y la voz de los que se regocijan. Los multiplicaré, y no serán disminuidos. Los honraré, y no serán insignificantes. 20 Sus hijos serán como en el pasado, y su congregación tendrá estabilidad delante de mí. Y castigaré a todos sus opresores.

21 "Uno de ellos será su soberano, y de en medio de ellos saldrá su gobernante. Yo le haré acercarse, y él se llegará a mí. Porque, ¿quién es aquel que arriesga su corazón para acercarse a mí?, dice Jehovah. 22 Vosotros seréis mi pueblo, y yo seré vuestro Dios.

23 "He aquí que el huracán de Jehovah sale con furor. Es un huracán que gira e irrumpe sobre la cabeza de los impíos. 24 No se apartará el ardor de la ira de Jehovah hasta que haya hecho y cumplido los propósitos de su corazón. Al final de los días lo entenderéis.

31 1 "En aquel tiempo, dice Jehovah, yo seré el Dios de todas las familias de Israel; y ellos serán mi pueblo. 2 Así ha dicho Jehovah: Cuando Israel iba en pos de su reposo, el pueblo que había sobrevivido de la espada halló gracia en el desierto."

Profecía acerca del retorno a Sion


3 Jehovah me ha aparecido desde hace mucho tiempo, diciendo: "Con amor eterno te he amado; por tanto, te he prolongado mi misericordia. 4 Otra vez he de edificarte, y serás edificada, oh virgen de Israel. Otra vez serás adornada con tus panderos y saldrás en las danzas de los que se regocijan. 5 Otra vez plantarás viñas en los montes de Samaria, y los que las planten gozarán del fruto. 6 Porque habrá un día en que gritarán los guardias en la región montañosa de Efraín: ’¡Levantaos, y subamos a Sion, a Jehovah, nuestro Dios!’ "

7 Porque así ha dicho Jehovah: "Regocijaos con alegría a causa de Jacob, y gritad de júbilo ante la cabeza de las naciones. Proclamad, alabad y decid: ’¡Oh Jehovah, salva a tu pueblo, al remanente de Israel!’

8 "He aquí, yo los traigo de la tierra del norte, y los reuniré de los confines de la tierra. Entre ellos vendrán los ciegos y los cojos, la mujer encinta y la que da a luz. Como una gran multitud volverán acá. 9 Vendrán con llanto, pero con consuelo los guiaré y los conduciré junto a los arroyos de aguas, por un camino parejo en el cual no tropezarán. Porque yo soy un Padre para Israel, y Efraín es mi primogénito."

10 ¡Oh naciones, escuchad la palabra de Jehovah y hacedlo saber en las costas lejanas! Decid: "El que dispersó a Israel lo reunirá y lo guardará, como el pastor guarda su rebaño." 11 Porque Jehovah ha rescatado a Jacob; lo ha redimido de mano del que es más fuerte que él. 12 Vendrán y darán alabanza en la cumbre de Sion. Correrán hacia la bondad de Jehovah: al grano, al vino nuevo, al aceite y a las crías de las ovejas y de las vacas. Su vida será como huerto de riego; nunca más volverán a languidecer.

13 "Entonces la virgen se regocijará en la danza, y los jóvenes y los ancianos juntamente. Porque transformaré su duelo en regocijo; los consolaré y los alegraré en su dolor. 14 Colmaré de abundancia el alma del sacerdote, y mi pueblo se saciará de mi bondad", dice Jehovah.

Restauración de Efraín


15 Así ha dicho Jehovah: "Voz fue oída en Ramá; lamento y llanto amargo. Raquel lloraba por sus hijos, y no quería ser consolada por sus hijos, porque perecieron."

16 Así ha dicho Jehovah: "Reprime tu voz del llanto y tus ojos de las lágrimas, porque tu obra tiene recompensa, dice Jehovah. Ellos volverán de la tierra del enemigo. 17 Hay esperanza para tu porvenir; tus hijos volverán a su territorio, dice Jehovah.

18 "Ciertamente yo he oído a Efraín que se lamentaba diciendo: ’Me azotaste, y fui castigado como novillo indómito. Hazme volver, y volveré; porque tú eres Jehovah mi Dios. 19 Porque después de desviarme, me arrepentí; y después de darme cuenta, golpeé mi muslo. Fui avergonzado y también afrentado, porque he llevado el oprobio de mi juventud.’

20 "¿Acaso no es Efraín un hijo querido para mí? ¿Acaso no es un niño precioso? Porque cada vez que hablo contra él, lo recuerdo más. Por eso mis entrañas se enternecen por él. Ciertamente tendré misericordia de él, dice Jehovah.

21 "Levanta señales, pon indicadores de caminos. Pon atención al camino principal, el camino por el cual caminaste. Vuelve, oh virgen de Israel; vuelve a estas tus ciudades. 22 ¿Hasta cuándo andarás de un lado para otro, oh hija rebelde? Pues Jehovah hará una novedad en la tierra: La mujer rodeará al hombre."

23 Así ha dicho Jehovah de los Ejércitos, Dios de Israel: "Cuando yo los restaure de su cautividad, dirán otra vez estas palabras en la tierra de Judá y en sus ciudades: ’¡Jehovah te bendiga, oh morada de justicia, oh monte santo!’ 24 Y habitarán juntos en ella Judá y todas sus ciudades, los labradores y los que se desplazan con los rebaños. 25 Porque he de saciar al alma fatigada, y he de llenar a toda alma que languidece."

26 En esto desperté y vi que mi sueño había sido placentero.

La promesa del nuevo pacto


27 "He aquí que vienen días, dice Jehovah, en que sembraré la casa de Israel y la casa de Judá con simiente de hombres y con simiente de animales. 28 Sucederá que como he vigilado sobre ellos para arrancar, desmenuzar, arruinar, destruir y hacer daño, así vigilaré sobre ellos para edificar y plantar, dice Jehovah.

29 "En aquellos días no dirán más: ’Los padres comieron las uvas agrias, y los dientes de los hijos sufren la dentera’; 30 sino que cada cual morirá por su propio pecado. Los dientes de todo hombre que coma las uvas agrias sufrirán la dentera.

31 "He aquí vienen días, dice Jehovah, en que haré un nuevo pacto con la casa de Israel y con la casa de Judá. 32 No será como el pacto que hice con sus padres el día que los tomé de la mano para sacarlos de la tierra de Egipto, mi pacto que ellos invalidaron, a pesar de ser yo su señor, dice Jehovah. 33 Porque éste será el pacto que haré con la casa de Israel después de aquellos días, dice Jehovah: Pondré mi ley en su interior y la escribiré en su corazón. Yo seré su Dios, y ellos serán mi pueblo. 34 Ya nadie enseñará a su prójimo, ni nadie a su hermano, diciendo: ’Conoce a Jehovah.’ Pues todos ellos me conocerán, desde el más pequeño de ellos hasta el más grande, dice Jehovah. Porque yo perdonaré su iniquidad y no me acordaré más de su pecado."

35 Así ha dicho Jehovah, quien da el sol para luz del día, y la luna y las estrellas para luz de la noche, el que agita el mar de manera que rugen sus olas -Jehovah de los Ejércitos es su nombre-: 36 "Si esas leyes faltasen delante de mí, dice Jehovah, entonces la descendencia de Israel dejaría de ser nación delante de mí, perpetuamente."

37 Así ha dicho Jehovah: "Si se pueden medir los cielos arriba y se pueden explorar los cimientos de la tierra abajo, entonces yo desecharé toda la descendencia de Israel por todo lo que hicieron, dice Jehovah.

Futuro esplendor de Jerusalén


38 "He aquí que vienen días, dice Jehovah, en que la ciudad será edificada para Jehovah desde la torre de Hananeel hasta la puerta de la Esquina. 39 El cordel de medir irá directamente hasta la colina de Gareb, y dará la vuelta hacia Goa. 40 Todo el valle de los cadáveres y de las cenizas, y todas las terrazas hasta el arroyo de Quedrón, hasta la esquina de la puerta de los Caballos, al este, estará consagrado a Jehovah. Nunca más será arrancada ni destruida."

Simbolismo de la compra de un campo


32 La palabra que vino a Jeremías de parte de Jehovah en el año 10 de Sedequías, rey de Judá, que fue el año 18 de Nabucodonosor. 2 En aquel entonces el ejército del rey de Babilonia tenía sitiada a Jerusalén. Y el profeta Jeremías estaba preso en el patio de la guardia que estaba en la casa del rey de Judá, 3 porque Sedequías, el rey de Judá, lo había apresado, diciéndole: "¿Por qué profetizas diciendo que así ha dicho Jehovah: ’He aquí, yo entrego esta ciudad en mano del rey de Babilonia, y él la tomará; 4 Sedequías, rey de Judá, no escapará de mano de los caldeos, sino que ciertamente será entregado en mano del rey de Babilonia y hablará con él cara a cara, y sus ojos verán sus ojos; 5 él hará llevar a Sedequías a Babilonia y estará allá hasta que yo le visite, dice Jehovah, y aunque combatáis contra los caldeos, no tendréis éxito’?"

6 Jeremías dijo: Vino a mí la palabra de Jehovah, diciendo: 7 "He aquí que Hanameel, hijo de tu tío Salum, viene a ti para decir: ’Compra mi campo que está en Anatot, porque tuyo es el derecho de redención para adquirirlo.’ "

8 Y vino a mí Hanameel, hijo de mi tío, al patio de la guardia, conforme a la palabra de Jehovah, y me dijo: "Compra, por favor, mi campo que está en Anatot, en tierra de Benjamín; porque tuyo es el derecho de posesión, y a ti te corresponde la redención. Cómpralo para ti." Entonces comprendí que había sido palabra de Jehovah; 9 y compré el campo de Hanameel, hijo de mi tío, el cual estaba en Anatot. Le pesé el dinero: 17 siclos de plata. 10 Luego escribí el documento y lo sellé. Convoqué a los testigos y pesé la plata en la balanza. 11 Luego tomé el documento de la compra, sellado, con las obligaciones y los términos, y la copia abierta. 12 Entregué el documento de la compra a Baruc hijo de Nerías, hijo de Maasías, en presencia de Hanameel, hijo de mi tío, en presencia de los testigos que habían firmado el documento de la compra y en presencia de todos los judíos que permanecían en el patio de la guardia.

13 Luego mandé a Baruc, en presencia de ellos, diciendo que 14 así ha dicho Jehovah de los Ejércitos, Dios de Israel: "Toma estos documentos (el documento de compra sellado y la copia abierta), y ponlos en una vasija de cerámica para que se conserven por mucho tiempo. 15 Porque así ha dicho Jehovah de los Ejércitos, Dios de Israel: ’Todavía se comprarán casas, campos y viñas en esta tierra.’ "

Jeremías ora en medio del asedio


16 Después que di el documento de compra a Baruc hijo de Nerías, oré a Jehovah diciendo: 17 "¡Oh Señor Jehovah! He aquí que tú has hecho el cielo y la tierra con tu gran poder y con tu brazo extendido. Nada hay que sea difícil para ti. 18 Tú haces misericordia a millares, pero retribuyes la maldad de los padres en el seno de sus hijos después de ellos. ¡Oh Dios grande y poderoso, cuyo nombre es Jehovah de los Ejércitos! 19 Grande eres en designios y magnífico en hechos, pues tus ojos están abiertos sobre todos los caminos de los hijos del hombre, para dar a cada uno según sus caminos y según el fruto de sus obras. 20 Has hecho señales y prodigios en la tierra de Egipto, y hasta este día en Israel y entre todos los hombres. Así te has hecho de renombre, como en este día. 21 Sacaste a tu pueblo Israel de la tierra de Egipto, con señales y prodigios, con mano poderosa, con brazo extendido y con gran terror. 22 Y les diste esta tierra, de la cual juraste a sus padres que se la darías: una tierra que fluye leche y miel. 23 Ellos entraron y tomaron posesión de ella; pero no escucharon tu voz, ni anduvieron en tu ley, ni hicieron nada de lo que les mandaste hacer. Por eso has hecho que les ocurriera todo este mal.

24 "He aquí que los terraplenes ya han alcanzado hasta la ciudad para tomarla. La ciudad va a ser entregada en mano de los caldeos que combaten contra ella, a causa de la espada, del hambre y de la peste. Ha llegado a suceder lo que dijiste; y he aquí, tú lo estás viendo. 25 Sin embargo, oh Señor Jehovah, aun cuando la ciudad es entregada en mano de los caldeos, tú me dices: ’Cómprate el campo por dinero y convoca testigos.’ "

Jehovah promete total restauración


26 Entonces vino la palabra de Jehovah a Jeremías, diciendo: 27 "He aquí que yo soy Jehovah, Dios de todo mortal. ¿Habrá alguna cosa difícil para mí? 28 Por tanto, así ha dicho Jehovah: He aquí, yo voy a entregar esta ciudad en mano de los caldeos y en mano de Nabucodonosor, rey de Babilonia; y él la tomará. 29 Vendrán los caldeos que combaten contra esta ciudad, le prenderán fuego y la incendiarán; asimismo, a las casas sobre cuyas azoteas quemaban incienso a Baal y derramaban libaciones a otros dioses, provocándome a ira. 30 Porque los hijos de Israel y los hijos de Judá no han hecho desde su juventud sino lo malo ante mis ojos. Porque los hijos de Israel no han hecho más que provocarme a ira con la obra de sus manos, dice Jehovah. 31 Porque esta ciudad me ha provocado a ira e indignación desde el día en que la edificaron y hasta el día de hoy, de manera que la quitaré de mi presencia, 32 por toda la maldad que los hijos de Israel y los hijos de Judá han hecho, provocándome a ira: ellos, sus reyes, sus magistrados, sus sacerdotes, sus profetas, los hombres de Judá y los habitantes de Jerusalén. 33 Ellos me dieron la espalda y no la cara. Y a pesar de que les he enseñado persistentemente, no han escuchado para recibir corrección. 34 Más bien, han puesto sus ídolos abominables en el templo que es llamado por mi nombre, contaminándolo. 35 Han edificado lugares altos a Baal, que están en el valle de Ben-hinom, para hacer pasar por fuego a sus hijos y a sus hijas a Moloc; lo cual no les mandé ni me vino a la mente que hiciesen esta abominación, para hacer pecar a Judá."

36 Ahora pues, así ha dicho Jehovah Dios de Israel: "Con todo, en cuanto a esta ciudad de la cual decís: ’En mano del rey de Babilonia será entregada por la espada, por el hambre y por la peste’, 37 he aquí que yo los reuniré de todos los países a los cuales los he expulsado en mi furor, con mi ira y con gran indignación. Los haré volver a este lugar y les haré habitar seguros. 38 Ellos serán mi pueblo, y yo seré su Dios. 39 Les daré un solo corazón y un solo camino, a fin de que me teman perpetuamente, para su propio bien y para el bien de sus hijos después de ellos. 40 Haré con ellos un pacto eterno; no desistiré de hacerles bien. Pondré mi temor en el corazón de ellos, para que no se aparten de mí. 41 Me regocijaré por causa de ellos al hacerles el bien. Los plantaré en esta tierra con verdad, con todo mi corazón y con toda mi alma."

42 Porque así ha dicho Jehovah: "Así como traje sobre este pueblo todo este gran mal, así traeré sobre ellos todo el bien que hablo acerca de ellos. 43 Y se comprarán campos en esta tierra de la cual vosotros decís: ’Está desolada, sin hombres y sin animales, y es entregada en mano de los caldeos.’ 44 Comprarán campos por dinero; harán documentos, los sellarán y llamarán testigos, en tierra de Benjamín, en los alrededores de Jerusalén y en las ciudades de Judá, en las ciudades de la región montañosa, en las ciudades de la Sefela y en las ciudades del Néguev, porque yo les restauraré de su cautividad", dice Jehovah.

Más promesas de restauración


33 Vino por segunda vez la palabra de Jehovah a Jeremías, estando él todavía detenido en el patio de la guardia, y dijo: 2 "Así ha dicho Jehovah, quien hizo la tierra, Jehovah que la formó para afirmarla -Jehovah es su nombre-: 3 ’Clama a mí, y te responderé; y te revelaré cosas grandes e inaccesibles que tú no conoces. 4 Porque así ha dicho Jehovah Dios de Israel acerca de las casas de esta ciudad y de las casas de los reyes de Judá, que fueron derribadas para construir defensas contra los terraplenes y la espada: 5 Los caldeos vienen para combatir contra ellos y para llenarlas de cadáveres de hombres, a quienes he herido con mi furor y con mi ira, pues he escondido mi rostro de esta ciudad a causa de toda su maldad.

6 "He aquí que yo les traeré medicina y sanidad. Yo los sanaré y les revelaré tiempos de paz y de verdad. 7 Restauraré de la cautividad a Judá y a Israel, y los edificaré como al principio. 8 Los limpiaré de toda la maldad con que pecaron contra mí; perdonaré todos sus pecados con que pecaron y se rebelaron contra mí. 9 Y esta ciudad me será motivo de regocijo, de alabanza y de gloria para todas las naciones de la tierra que oirán de todo el bien que yo les haré. Temerán y se estremecerán por todo el bien y por toda la paz que yo les haré."

10 Así ha dicho Jehovah: "En este lugar del cual decís que está destruido, sin hombres y sin animales, en las ciudades de Judá y en las calles de Jerusalén (que están desoladas, sin hombres, sin habitantes y sin animales), 11 todavía se ha de escuchar la voz del gozo y la voz de la alegría, la voz del novio y la voz de la novia, la voz de los que al traer sacrificios de acción de gracias a la casa de Jehovah, digan: ’Alabad a Jehovah de los Ejércitos, porque Jehovah es bueno; porque para siempre es su misericordia.’ Porque restauraré de su cautividad a la tierra, como al principio", ha dicho Jehovah.

12 Así ha dicho Jehovah de los Ejércitos: "En este lugar destruido, sin hombres y sin animales, y en todas sus ciudades, otra vez habrá pastizales donde los pastores hagan recostar a sus ovejas. 13 Otra vez pasarán las ovejas bajo las manos de quien las cuente en las ciudades de la región montañosa, en las ciudades de la Sefela, en las ciudades del Néguev, en la tierra de Benjamín, alrededor de Jerusalén y en las ciudades de Judá, ha dicho Jehovah.

Cumplimiento del pacto de David


14 "He aquí vienen días, dice Jehovah, en que yo cumpliré la buena promesa que he hecho a la casa de Israel y a la casa de Judá. 15 En aquellos días y en aquel tiempo haré brotar para David un Retoño de justicia, que practicará el derecho y la justicia en la tierra. 16 En aquellos días será salvo Judá, y Jerusalén habitará segura. Y éste es el nombre con el cual será llamada: ’Jehovah, justicia nuestra.’ 17 Porque así ha dicho Jehovah: No faltará a David un hombre que se siente sobre el trono de la casa de Israel. 18 Tampoco a los sacerdotes, los levitas, les faltará en mi presencia un hombre que ofrezca holocausto, encienda ofrenda vegetal y presente sacrificios perpetuamente."

19 Vino a Jeremías la palabra de Jehovah, diciendo: 20 "Así ha dicho Jehovah: ’Si podéis invalidar mi pacto con el día y mi pacto con la noche, de modo que no haya día ni noche a su tiempo, 21 entonces también podrá ser invalidado mi pacto con mi siervo David para que deje de tener un hijo que reine sobre su trono, y mi pacto con los levitas, los sacerdotes que me sirven. 22 Como no puede ser contado el ejército del cielo, ni se puede medir la arena del mar, así multiplicaré la descendencia de mi siervo David y de los levitas que me sirven.’ "

23 Vino a Jeremías la palabra de Jehovah, diciendo: 24 "¿No has observado lo que ha hablado este pueblo, diciendo: ’Jehovah ha desechado a las dos familias que escogió’? Han tenido en poco a mi pueblo, hasta no considerarlo más como nación. 25 Así ha dicho Jehovah: Si no he establecido mi pacto con el día y la noche, y si no he puesto las leyes del cielo y de la tierra, 26 entonces desecharé la descendencia de Jacob y a mi siervo David, para no tomar de su descendencia quien gobierne a la descendencia de Abraham, de Isaac y de Jacob. Porque los restauraré de su cautividad y tendré de ellos misericordia."

Profecía de la muerte de Sedequías


34 La palabra que vino a Jeremías de parte de Jehovah (cuando Nabucodonosor rey de Babilonia, todo su ejército, todos los reinos de la tierra que estaban bajo el señorío de su mano y todos los pueblos combatían contra Jerusalén y contra sus ciudades), diciendo 2 que así ha dicho Jehovah Dios de Israel: "Vé y habla a Sedequías, rey de Judá, y dile que así ha dicho Jehovah: He aquí, yo entrego esta ciudad en mano del rey de Babilonia, y la incendiará. 3 Tú no escaparás de su mano, sino que ciertamente serás apresado y entregado en su mano. Tus ojos verán los ojos del rey de Babilonia; él te hablará cara a cara, y entrarás en Babilonia. 4 No obstante, escucha la palabra de Jehovah, oh Sedequías, rey de Judá. Así ha dicho Jehovah acerca de ti: No morirás a espada. 5 En paz morirás; y como se quemó incienso por tus padres, los reyes que te precedieron, así se quemará por ti. Y harán lamentación por ti diciendo: ’¡Ay señor!’, porque yo he hablado la palabra", dice Jehovah.

6 El profeta Jeremías habló todas estas palabras a Sedequías, rey de Judá, en Jerusalén. 7 El ejército del rey de Babilonia combatía contra Jerusalén y contra las ciudades de Judá que habían quedado: contra Laquis y contra Azeca. Porque sólo éstas habían quedado de las ciudades fortificadas de Judá.

Desacato en la liberación de esclavos


8 La palabra que vino a Jeremías de parte de Jehovah, después que el rey Sedequías hizo pacto con todo el pueblo en Jerusalén para promulgarles libertad, 9 a fin de que cada uno dejase libre a su esclavo o a su esclava hebreos, de modo que ninguno se sirviese de sus hermanos judíos como esclavos.

10 Oyeron esto todos los magistrados y todo el pueblo que habían participado en el pacto de dejar en libertad, cada uno a su esclavo o a su esclava, para que ninguno se sirviese más de ellos como esclavos, y obedecieron dejándoles en libertad. 11 Pero después cambiaron de parecer e hicieron volver a los esclavos y a las esclavas que habían dejado en libertad, y los sometieron como esclavos y esclavas.

12 Entonces la palabra de Jehovah vino a Jeremías, de parte de Jehovah, diciendo: 13 "Yo hice pacto con vuestros padres, ha dicho Jehovah Dios de Israel, el día que los saqué de la tierra de Egipto, de casa de esclavitud, diciendo: 14 ’Cada siete años dejaréis en libertad, cada uno a su hermano hebreo que se os haya vendido. Te servirá seis años, y lo dejarás ir libre de ti.’ Pero vuestros padres no me escucharon, ni inclinaron su oído. 15 Ahora vosotros os habíais vuelto a mí y habíais hecho lo recto ante mis ojos, al proclamar libertad cada uno a su prójimo, y habíais hecho un pacto en mi presencia, en el templo sobre el cual es invocado mi nombre. 16 Pero os habéis vuelto atrás profanando mi nombre, y habéis vuelto a tomar cada uno a su esclavo y cada una a su esclava que habíais dejado en libertad, a su entera voluntad; y los habéis sometido para seros esclavos y esclavas.

17 Por tanto, así ha dicho Jehovah, vosotros no me habéis obedecido en proclamar cada uno libertad a su hermano, y cada uno a su prójimo. He aquí, dice Jehovah, yo os proclamo libertad para la espada, para la peste y para el hambre. Haré que seáis motivo de espanto a todos los reinos de la tierra. 18 Haré que los hombres que traspasaron mi pacto y que no han cumplido las palabras del pacto que hicieron en mi presencia, sean como el becerro que dividieron en dos partes y pasaron en medio de las mitades. 19 A los magistrados de Judá y a los magistrados de Jerusalén, a los funcionarios, a los sacerdotes y a todo el pueblo de la tierra que pasaron entre las partes del becerro, 20 los entregaré en mano de sus enemigos y en mano de los que buscan sus vidas; y sus cadáveres servirán de comida a las aves del cielo y a los animales de la tierra. 21 Y a Sedequías rey de Judá y a sus oficiales entregaré en mano de sus enemigos, en mano de los que buscan sus vidas y en mano del ejército del rey de Babilonia, quienes se han retirado de vosotros. 22 He aquí, yo daré órdenes y les haré volver a esta ciudad, dice Jehovah. Ellos combatirán contra ella; la tomarán y la incendiarán. Y a las ciudades de Judá las convertiré en una desolación, de modo que no haya quien las habite."

El buen ejemplo de los recabitas


35 La palabra que vino a Jeremías de parte de Jehovah en los días de Joacim hijo de Josías, rey de Judá, diciendo: 2 "Vé a la familia de los recabitas, habla con ellos, tráelos a la casa de Jehovah, a una de las cámaras, y dales de beber vino."

3 Entonces tomé a Jazanías hijo de Jeremías, hijo de Habasinías, a sus hermanos, a todos sus hijos y a toda la familia de los recabitas. 4 Y los traje a la casa de Jehovah, a la cámara de los hijos de Hanán hijo de Igdalías, hombre de Dios, la cual estaba junto a la cámara de los magistrados, que estaba encima de la cámara de Maasías hijo de Salum, guardia de la puerta. 5 Y puse delante de los miembros de la familia de los recabitas tazones llenos de vino, y vasos, y les dije:

-Bebed vino.

6 Pero ellos dijeron:

-No beberemos vino, porque nuestro padre Jonadab hijo de Recab nos mandó diciendo: "No beberéis vino jamás, ni vosotros ni vuestros hijos. 7 No edificaréis casas, ni sembraréis semilla, ni plantaréis viñas, ni las poseeréis. Más bien, habitaréis en tiendas todos vuestros días, para que viváis muchos días sobre la faz de la tierra donde vosotros vivís." 8 Y nosotros hemos obedecido la voz de nuestro padre Jonadab hijo de Recab en todas las cosas que nos mandó: de no beber vino en todos nuestros días, ni nosotros, ni nuestras mujeres, ni nuestros hijos, ni nuestras hijas; 9 de no edificar casas para habitar en ellas, y de no tener viñas, ni campos ni semilla. 10 Hemos habitado en tiendas y hemos obedecido, haciendo conforme a todo lo que nos mandó nuestro padre Jonadab. 11 Pero sucedió que cuando Nabucodonosor rey de Babilonia subió contra el país, dijimos: "Vayamos y entremos en Jerusalén, a causa del ejército de los caldeos y del ejército de los de Siria." Y en Jerusalén nos hemos quedado.

12 Entonces vino la palabra de Jehovah a Jeremías, diciendo:

13 -Así ha dicho Jehovah de los Ejércitos, Dios de Israel: "Vé y di a los hombres de Judá y a los habitantes de Jerusalén: ’¿No aceptaréis corrección para obedecer a mis palabras?’, dice Jehovah. 14 Las palabras de Jonadab hijo de Recab, que mandó a sus hijos que no bebiesen vino, han sido cumplidas, y no lo han bebido hasta el día de hoy, porque han obedecido el mandamiento de su padre. Sin embargo, yo os he hablado a vosotros persistentemente, y no me habéis obedecido. 15 Os he enviado persistentemente todos mis siervos los profetas, para deciros: ’Apartaos, cada uno de su mal camino; enmendad vuestras obras y no vayáis tras otros dioses para servirlos, y habitaréis en la tierra que os he dado a vosotros y a vuestros padres.’ Pero no habéis inclinado vuestro oído, ni me habéis obedecido. 16 Ciertamente los hijos de Jonadab hijo de Recab han cumplido el mandamiento que les dio su padre, pero este pueblo no me ha obedecido.

17 »Por tanto, así ha dicho Jehovah Dios de los Ejércitos, Dios de Israel: "He aquí, yo traeré sobre Judá y sobre todos los habitantes de Jerusalén todo el mal del que he hablado contra ellos. Porque les hablé, y no escucharon; los llamé, y no respondieron."

18 Entonces dijo Jeremías a la familia de los recabitas:

-Así ha dicho Jehovah de los Ejércitos, Dios de Israel: "Porque habéis obedecido el mandamiento de vuestro padre Jonadab; porque habéis guardado todos sus mandamientos y habéis hecho conforme a todas las cosas que os mandó, 19 por esto no faltará un hombre a Jonadab hijo de Recab que esté de pie delante de mí todos los días", ha dicho Jehovah de los Ejércitos, Dios de Israel.

Jeremías dicta su libro a Baruc


36 Aconteció en el cuarto año de Joacim hijo de Josías, rey de Judá, que vino a Jeremías esta palabra de parte de Jehovah, diciendo: 2 "Toma un rollo de pergamino y escribe en él todas las palabras que te he hablado contra Israel, contra Judá y contra todas las naciones, desde el día que comencé a hablarte, en los días de Josías, hasta el día de hoy. 3 Quizás la casa de Judá oiga de todo el mal que yo pienso hacerles, y se vuelva cada uno de su mal camino, para que yo perdone su maldad y su pecado."

4 Entonces Jeremías llamó a Baruc hijo de Nerías, y Baruc escribió en un rollo de pergamino todas las palabras que Jehovah le había hablado, según el dictado de Jeremías.

El libro es leído en el templo


5 Después Jeremías mandó a Baruc diciendo: "Yo estoy impedido; no puedo entrar en la casa de Jehovah. 6 Pues entra tú en la casa de Jehovah en un día de ayuno, y lee del rollo las palabras de Jehovah que te he dictado, a oídos del pueblo, y también a oídos de todos los de Judá que vienen de sus ciudades. 7 Quizás la súplica de ellos llegue a la presencia de Jehovah, y se vuelva cada uno de su mal camino. Porque grande es el furor y la ira que Jehovah ha expresado contra este pueblo."

8 Baruc hijo de Nerías hizo conforme a todo lo que le mandó el profeta Jeremías, y leyó del libro las palabras de Jehovah, en la casa de Jehovah.

9 Sucedió en el mes noveno del quinto año de Joacim hijo de Josías, rey de Judá, que proclamaron ayuno delante de Jehovah para todo el pueblo de Jerusalén y para todo el pueblo que venía a Jerusalén de las ciudades de Judá. 10 Y Baruc leyó del libro, a oídos de todo el pueblo, las palabras de Jeremías, en la casa de Jehovah, en la cámara de Gemarías, hijo del escriba Safán, la cual estaba en el atrio superior, a la entrada de la puerta Nueva de la casa de Jehovah.

El libro es leído en casa del rey


11 Entonces Miqueas hijo de Gemarías, hijo de Safán, habiendo oído del libro todas las palabras de Jehovah, 12 descendió a la casa del rey, a la cámara del escriba. Y he aquí que todos los magistrados estaban sentados allí: el escriba Elisama, Delaías hijo de Semeías, Elnatán hijo de Acbor, Gemarías hijo de Safán, Sedequías hijo de Ananías y los demás magistrados.

13 Miqueas les refirió todas las palabras que había oído a Baruc leer del libro, a oídos del pueblo. 14 Entonces todos los magistrados enviaron a Jehudí hijo de Netanías, hijo de Selemías, hijo de Cusi, para que dijese a Baruc:

-Toma en tu mano el rollo que leíste a oídos del pueblo, y ven.

Baruc hijo de Nerías tomó el rollo en su mano y fue a ellos. 15 Entonces le dijeron:

-Siéntate, y léelo a nuestros oídos.

Baruc lo leyó a sus oídos. 16 Y sucedió que cuando oyeron todas aquellas palabras, cada uno, espantado, se volvió a su compañero. Y dijeron a Baruc:

-¡Sin falta hemos de referir al rey todas estas palabras!

17 Luego preguntaron a Baruc diciendo:

-Cuéntanos cómo escribiste de parte de él todas estas palabras.

18 Baruc les dijo:

-El me dictaba todas estas palabras, y yo escribía con tinta en el libro.

19 Entonces los magistrados dijeron a Baruc:

-Vé, y escondeos tú y Jeremías. Que nadie sepa dónde estáis.

Joacim quema el libro de Jeremías


20 Habiendo depositado el rollo en la cámara del escriba Elisama, fueron al rey, en el atrio, y refirieron todas estas cosas a oídos del rey. 21 Entonces el rey envió a Jehudí para que tomase el rollo. Este lo tomó de la cámara del escriba Elisama y lo leyó a oídos del rey y a oídos de todos los magistrados que estaban junto al rey.

22 Era el mes noveno, y el rey estaba en la casa de invierno, donde había un brasero encendido delante de él. 23 Y sucedió que cuando Jehudí había leído tres o cuatro columnas, el rey lo rasgó con un cortaplumas de escriba y lo echó al fuego que había en el brasero, hasta que todo el rollo se consumió en el fuego que había en el brasero. 24 Pero ni el rey ni todos sus servidores que oyeron estas palabras sintieron temor ni rasgaron sus vestiduras. 25 A pesar de que Elnatán, Delaías y Gemarías rogaron al rey que no quemase aquel rollo, no les quiso escuchar. 26 Al contrario, el rey mandó a Jerameel hijo del rey, a Seraías hijo de Azriel y a Selemías hijo de Abdeel que prendiesen al escriba Baruc y al profeta Jeremías. Pero Jehovah los escondió.

Jeremías escribe de nuevo su libro


27 Después que el rey quemó el rollo que contenía las palabras que Baruc había escrito al dictado de Jeremías, vino la palabra de Jehovah a Jeremías, diciendo: 28 "Vuelve a tomar otro rollo y escribe en él todas las mismas palabras que estaban en el primer rollo, el que quemó Joacim, rey de Judá. 29 Y dirás a Joacim, rey de Judá, que así ha dicho Jehovah: Tú quemaste este rollo diciendo: ’¿Por qué escribiste en él que ciertamente vendrá el rey de Babilonia y destruirá esta tierra y hará desaparecer de ella a los hombres y los animales?’ 30 Por tanto, así ha dicho Jehovah con respecto a Joacim, rey de Judá: No tendrá quien se siente sobre el trono de David, y su cadáver será echado al calor del día y a la helada de la noche. 31 Castigaré tanto a él como a sus descendientes y a sus servidores por su maldad. Traeré sobre ellos, sobre los habitantes de Jerusalén y sobre los hombres de Judá todo el mal de que les he hablado y que no quisieron escuchar."

32 Entonces Jeremías tomó otro rollo y lo dio al escriba Baruc hijo de Nerías. Este escribió en él, al dictado de Jeremías, todas las cosas del libro que Joacim rey de Judá había quemado en el fuego; y además, fueron añadidas muchas otras palabras semejantes.

Anuncio de la caída de Jerusalén


37 El rey Sedequías hijo de Josías, al cual Nabucodonosor, rey de Babilonia, había puesto como rey en la tierra de Judá, empezó a reinar en lugar de Joaquín hijo de Joacim. 2 Pero ni él, ni sus servidores, ni el pueblo de la tierra obedecieron las palabras que Jehovah había dicho por medio del profeta Jeremías.

3 El rey Sedequías envió a Jucal hijo de Selemías y al sacerdote Sofonías hijo de Maasías, para que dijesen al profeta Jeremías: "Por favor, ora por nosotros a Jehovah, nuestro Dios."

4 Jeremías entraba y salía en medio del pueblo, porque todavía no lo habían puesto en la cárcel. 5 El ejército del faraón había salido de Egipto y cuando la noticia acerca de ellos llegó a oídos de los caldeos que tenían sitiada a Jerusalén, éstos se fueron de Jerusalén.

6 Entonces vino la palabra de Jehovah al profeta Jeremías, diciendo: 7 "Así ha dicho Jehovah Dios de Israel que digáis al rey de Judá que os envió para que me consultaseis: He aquí que el ejército del faraón que salió en vuestro auxilio va a regresar a su tierra, a Egipto. 8 Entonces los caldeos volverán a combatir contra esta ciudad; la tomarán y la incendiarán. 9 Así ha dicho Jehovah: No os engañéis a vosotros mismos, diciendo: ’Los caldeos se han ido definitivamente de nosotros.’ Porque no se irán. 10 Pues aun cuando derrotarais a todo el ejército de los caldeos que combaten contra vosotros, y quedasen de ellos sólo algunos hombres heridos, cada uno en su tienda, se levantarían y prenderían fuego a esta ciudad."

Jeremías en la cárcel de Jonatán


11 Aconteció que cuando el ejército de los caldeos se fue de Jerusalén a causa del ejército del faraón, 12 Jeremías salía de Jerusalén para ir a la tierra de Benjamín con el fin de recibir allí su parte en medio del pueblo. 13 Y cuando llegó a la puerta de Benjamín, estaba allí un jefe de guardia que se llamaba Irías hijo de Selemías, hijo de Ananías, el cual tomó preso al profeta Jeremías. Y le dijo:

-¡Tú vas a pasarte a los caldeos!

14 Pero Jeremías dijo:

-¡Falso! No voy a pasarme a los caldeos.

Irías no le hizo caso, sino que prendió a Jeremías y lo llevó a los magistrados. 15 Los magistrados se enfurecieron contra Jeremías y le azotaron. Luego lo pusieron en la prisión en casa del escriba Jonatán, porque habían convertido aquella casa en cárcel. 16 Entró, pues, Jeremías en el calabozo, en las celdas, y allí permaneció por muchos días.

Sedequías consulta a Jeremías


17 Entonces el rey Sedequías envió a sacarlo de allí, y le consultó secretamente en su casa, diciendo:

-¿Hay palabra de parte de Jehovah?

Jeremías dijo:

-Sí, la hay. -Y añadió-: Serás entregado en mano del rey de Babilonia.

18 Dijo también Jeremías al rey Sedequías:

-¿En qué he pecado contra ti, contra tus servidores y contra este pueblo, para que me pongáis en la cárcel? 19 ¿Dónde están vuestros profetas que os profetizaban diciendo: "No vendrá el rey de Babilonia contra vosotros ni contra esta tierra"? 20 Ahora pues, escucha, mi señor el rey. Llegue mi súplica a tu presencia; no me hagas volver a la casa del escriba Jonatán, no sea que allí me muera.

21 Entonces el rey Sedequías dio órdenes para que custodiaran a Jeremías en el patio de la guardia, haciendo que se le diese cada día una torta de pan de la calle de los Panaderos, hasta que todo el pan de la ciudad se agotase. Así quedó Jeremías en el patio de la guardia.

Jeremías es metido en una cisterna


38 Sefatías hijo de Matán, Gedalías hijo de Pasjur, Jucal hijo de Selemías y Pasjur hijo de Malquías oyeron las palabras que Jeremías hablaba a todo el pueblo, diciendo:

2 -Así ha dicho Jehovah: "El que se quede en esta ciudad morirá por la espada, por el hambre o por la peste. Pero el que se rinda a los caldeos vivirá; su vida le será por botín, y vivirá. 3 Así ha dicho Jehovah: Ciertamente esta ciudad será entregada en mano del ejército del rey de Babilonia, y la tomará."

4 Entonces los magistrados dijeron al rey:

-¡Que muera este hombre! Pues de esta manera, al hablarles tales palabras, desmoraliza a los hombres de guerra que han quedado en esta ciudad, y a todo el pueblo. Porque este hombre no busca el bien de este pueblo, sino su mal.

5 El rey Sedequías dijo:

-He allí, él está en vuestras manos. Porque nada puede el rey contra vosotros.

6 Entonces tomaron a Jeremías y lo hicieron echar en la cisterna de Malquías hijo del rey, que estaba en el patio de la guardia. Y bajaron a Jeremías con sogas. En la cisterna no había agua, sino lodo; y Jeremías se hundió en el lodo.

Jeremías es rescatado de la cisterna


7 Ebedmelec el etíope, un funcionario que estaba en la casa del rey, se enteró de que habían metido a Jeremías en la cisterna. Y estando el rey sentado en la puerta de Benjamín, 8 Ebedmelec salió de la casa del rey y habló al rey diciendo:

9 -Oh mi señor el rey, estos hombres han actuado mal en todo lo que han hecho con el profeta Jeremías, a quien metieron en la cisterna. Allí morirá de hambre, pues no hay más pan en la ciudad.

10 Entonces el rey mandó al mismo Ebedmelec el etíope, diciendo:

-Toma contigo treinta hombres de aquí y saca al profeta Jeremías de la cisterna antes que muera.

11 Entonces Ebedmelec tomó consigo a los hombres y entró en la casa del rey, al lugar que estaba debajo del depósito del tesoro, y tomó de allí trapos raídos y trapos rasgados, y los bajó con sogas a Jeremías en la cisterna. 12 Y Ebedmelec el etíope dijo a Jeremías:

-Pon estos trapos raídos y rasgados en tus axilas, bajo tus brazos, debajo de las sogas.

Así lo hizo Jeremías. 13 De esta manera sacaron a Jeremías con sogas, y lo subieron de la cisterna. Y Jeremías permaneció en el patio de la guardia.

El rey consulta de nuevo a Jeremías


14 Después el rey Sedequías mandó traer a su presencia al profeta Jeremías, a la tercera entrada que había en la casa de Jehovah. Y el rey dijo a Jeremías:

-Yo te voy a preguntar una cosa. No me encubras nada.

15 Jeremías dijo a Sedequías:

-Si te lo revelo, ¿no me harás morir? Y si te doy consejo, no me escucharás.

16 Y el rey Sedequías juró en secreto a Jeremías diciendo:

-Vive Jehovah que ha hecho nuestras almas, que no te haré morir, ni te entregaré en mano de esos hombres que buscan tu vida.

17 Entonces Jeremías dijo a Sedequías:

-Así ha dicho Jehovah Dios de los Ejércitos, Dios de Israel: "Si de hecho te rindes a los oficiales del rey de Babilonia, vivirá tu alma, y esta ciudad no será incendiada. Así vivirás, tú y tu casa. 18 Pero si no te rindes a los oficiales del rey de Babilonia, esta ciudad será entregada en mano de los caldeos, y la incendiarán, y tú no escaparás de sus manos."

19 El rey Sedequías dijo a Jeremías:

-Yo tengo miedo de los judíos que se han pasado a los caldeos, de que me entreguen en sus manos y se ensañen contra mí.

20 Jeremías le dijo:

-No te entregarán. Escucha, por favor, la palabra de Jehovah que yo te hablo, y te irá bien; y tu alma vivirá. 21 Pero si rehúsas rendirte, ésta es la palabra que me ha revelado Jehovah: 22 "He aquí que todas las mujeres que han quedado en la casa del rey de Judá serán entregadas a los oficiales del rey de Babilonia. Y ellas mismas dirán: ’Te incitaron y prevalecieron contra ti tus hombres más íntimos. Tus pies se hundieron en el lodo, y ellos se volvieron atrás.’ 23 A todas tus mujeres y a tus hijos entregarán a los caldeos. Tú no escaparás de sus manos, sino que por mano del rey de Babilonia serás apresado, y esta ciudad será incendiada.

24 Entonces Sedequías dijo a Jeremías:

-Nadie sepa de estas palabras, y no morirás. 25 Si los magistrados se enteran de que yo he hablado contigo y vienen a ti y te dicen: "Decláranos, por favor, qué hablaste con el rey, y dinos qué te dijo el rey. No nos lo encubras, y no te mataremos", 26 les dirás: "He presentado al rey mi súplica para que no me haga volver a la casa de Jonatán, a morir allí."

27 Vinieron, pues, a Jeremías todos los magistrados y le interrogaron. El les respondió conforme a todo lo que le había mandado el rey. Con esto dejaron de ocuparse de él, porque el asunto no había sido oído. 28 Y Jeremías permaneció en el patio de la guardia hasta el día en que fue tomada Jerusalén. Allí estaba él cuando Jerusalén fue tomada.

Caída de Jerusalén


39 En el mes décimo del noveno año de Sedequías rey de Judá, Nabucodonosor rey de Babilonia vino con todo su ejército contra Jerusalén, y la sitiaron. 2 En el noveno día del mes cuarto del año 11 de Sedequías, se abrió una brecha en la ciudad. 3 Entonces llegaron todos los oficiales del rey de Babilonia: Nergal-sarezer, Samgar-nebo, Sarsequim el Rabsaris, Nergal-sarezer el Rabmag y todos los demás oficiales del rey de Babilonia. Y se instalaron junto a la puerta del Centro.

4 Sucedió que al verlos, Sedequías rey de Judá y todos los hombres de guerra huyeron. Salieron de noche de la ciudad por el camino del jardín del rey, por la puerta que había entre los dos muros. Se dirigieron hacia el Arabá; 5 pero el ejército de los caldeos los persiguió, y alcanzaron a Sedequías en las llanuras de Jericó.

Lo tomaron preso y lo llevaron ante Nabucodonosor, rey de Babilonia, en Ribla, en la tierra de Hamat; y éste pronunció sentencia contra aquél. 6 El rey de Babilonia degolló en Ribla a los hijos de Sedequías, en presencia de éste. Asimismo, el rey de Babilonia hizo degollar a todos los nobles de Judá. 7 Al rey Sedequías le sacó los ojos y lo aprisionó con cadenas de bronce para llevarlo a Babilonia.

8 Después los caldeos incendiaron la casa del rey y las casas del pueblo, y demolieron los muros de Jerusalén. 9 Al resto del pueblo que había quedado en la ciudad, además de los desertores que se habían pasado a él, Nabuzaradán, capitán de la guardia, los hizo llevar cautivos a Babilonia, junto con el resto del pueblo que había quedado. 10 Sin embargo, Nabuzaradán, capitán de la guardia, hizo quedar en la tierra de Judá a la gente más pobre, que no tenía nada, y en ese día les dio viñas y campos.

Nabuzaradán libera a Jeremías


11 Nabucodonosor, rey de Babilonia, había ordenado a Nabuzaradán, capitán de la guardia, acerca de Jeremías, diciendo: 12 "Tómalo y cuida de él. No le hagas nada malo; más bien, harás con él como él te lo diga."

13 Entonces dio órdenes Nabuzaradán capitán de la guardia, junto con Nabusazbán el Rabsaris, Nergal-sarezer el Rabmag y todos los altos oficiales del rey de Babilonia. 14 Y ordenaron traer a Jeremías del patio de la guardia. Luego lo entregaron a Gedalías hijo de Ajicam, hijo de Safán, para que lo llevase a su casa. Y habitó en medio del pueblo.

Profecía acerca de Ebedmelec


15 La palabra de Jehovah vino a Jeremías cuando estaba preso en el patio de la guardia. Y dijo: 16 "Vé y habla a Ebedmelec el etíope, y dile que así ha dicho Jehovah de los Ejércitos, Dios de Israel: ’He aquí, yo cumplo mis palabras sobre esta ciudad para mal, y no para bien; y en aquel día sucederá en tu misma presencia. 17 Pero en aquel día yo te libraré, y no serás entregado en mano de aquellos de cuya presencia temes, dice Jehovah. 18 Ciertamente yo te libraré, y no caerás a espada, sino que tu vida te será por botín, porque tuviste confianza en mí’ ", dice Jehovah.

Jeremías permanece con Gedalías


40 La palabra que vino a Jeremías de parte de Jehovah, después que Nabuzaradán, capitán de la guardia, le envió desde Ramá, cuando le tomó, estando aprisionado con grilletes en medio de todos los cautivos de Jerusalén y de Judá que eran llevados cautivos a Babilonia.

2 El capitán de la guardia tomó interés en Jeremías y le dijo: "Jehovah tu Dios pronunció este mal contra este lugar, 3 y Jehovah lo ha traído y ha hecho según lo había dicho. Porque pecasteis contra Jehovah y no escuchasteis su voz; por eso os ha venido esto. 4 Ahora, he aquí yo te libero de los grilletes que tienes en tus manos. Si te parece bien venir conmigo a Babilonia, ven, y yo cuidaré de ti. Pero si te parece mal venir conmigo a Babilonia, déjalo. Mira, toda la tierra está delante de ti; vé adonde mejor y más conveniente te parezca." 5 Como aún no se volvía, le dijo: "Regresa a Gedalías hijo de Ajicam, hijo de Safán, a quien el rey de Babilonia ha puesto a cargo de las ciudades de Judá. Habita con él en medio del pueblo, o vé adonde te parezca más conveniente."

El capitán de la guardia le dio provisiones y obsequios, y lo despidió. 6 Entonces Jeremías se fue a Gedalías hijo de Ajicam, a Mizpa; y vivió con él en medio del pueblo que había quedado en el país.

Los judíos se adhieren a Gedalías


7 Todos los jefes de los soldados que estaban en el campo, ellos y sus hombres, oyeron que el rey de Babilonia había puesto a Gedalías hijo de Ajicam sobre la tierra, y que le había encomendado los hombres, las mujeres, los niños y los pobres de la tierra que no fueron llevados cautivos a Babilonia. 8 Luego fueron a Gedalías en Mizpa: Ismael hijo de Netanías, Johanán y Jonatán hijo de Carea, Seraías hijo de Tanjumet, los hijos de Efai, de Netofa, y Jazanías hijo de cierto hombre de Maaca. Fueron ellos y sus hombres. 9 Entonces Gedalías hijo de Ajicam, hijo de Safán, les juró a ellos y a sus hombres, diciendo: "No tengáis temor de servir a los caldeos. Habitad en la tierra y servid al rey de Babilonia, y os irá bien. 10 En cuanto a mí, he aquí que yo habito en Mizpa para servir a los caldeos que vengan a nosotros. Pero vosotros, tomad vino, frutas de verano y aceite; ponedlo en vuestras vasijas y habitad en las ciudades que habéis tomado."

11 Asimismo, todos los judíos que estaban en Moab, entre los hijos de Amón y en Edom, y los que estaban en todos los países, cuando oyeron decir que el rey de Babilonia había dejado a Judá un remanente y que había puesto frente a ellos a Gedalías hijo de Ajicam, hijo de Safán, 12 entonces todos estos judíos volvieron de todas las partes a donde habían sido expulsados. Se fueron a la tierra de Judá, a Gedalías, en Mizpa, y recolectaron vino y muchísimas frutas de verano.

Gedalías es asesinado


13 Entonces Johanán hijo de Carea y todos los oficiales de los soldados que estaban en el campo fueron a Gedalías en Mizpa, 14 y le dijeron:

-¿Sabes que Baalis, rey de los hijos de Amón, ha enviado a Ismael hijo de Netanías para matarte?

Pero Gedalías hijo de Ajicam no les creyó. 15 Entonces Johanán hijo de Carea habló a Gedalías en secreto, en Mizpa, diciendo:

-Permite que yo vaya y mate a Ismael hijo de Netanías, y nadie lo sabrá. ¿Por qué te ha de quitar la vida, de modo que todos los judíos que se han agrupado alrededor de ti sean dispersados y perezca el remanente de Judá?

16 Pero Gedalías hijo de Ajicam dijo a Johanán hijo de Carea:

-¡No hagas tal cosa, porque es falso lo que tú dices acerca de Ismael!

41 Aconteció en el mes séptimo que Ismael hijo de Netanías, hijo de Elisama, de la descendencia real y de los oficiales del rey, fue con diez hombres a Gedalías hijo de Ajicam, en Mizpa. Y comieron juntos en Mizpa.

2 Entonces se levantó Ismael hijo de Netanías, con los diez hombres que estaban con él, e hirieron a espada a Gedalías hijo de Ajicam, hijo de Safán. Así dieron muerte a aquel a quien el rey de Babilonia había puesto a cargo de la tierra.

Ismael siembra el caos en Judá


3 Asimismo, Ismael mató a todos los judíos que estaban en Mizpa con Gedalías. Ismael también mató a los hombres de guerra caldeos que se encontraban allí.

4 Y sucedió que un día después que se había dado muerte a Gedalías, cuando todavía nadie lo sabía, 5 unos hombres llegaron de Siquem, de Silo y de Samaria: ochenta hombres con sus barbas rapadas, sus ropas rasgadas y sus cuerpos arañados. Y traían consigo ofrendas vegetales e incienso para llevarlos a la casa de Jehovah. 6 Entonces desde Mizpa Ismael hijo de Netanías les salió al encuentro, llorando mientras iba. Y cuando les encontró, les dijo:

-Venid a Gedalías hijo de Ajicam.

7 Y sucedió que cuando llegaron al centro de la ciudad, Ismael hijo de Netanías y los hombres que estaban con él los degollaron y los echaron en la cisterna. 8 Pero entre aquéllos había diez hombres que dijeron a Ismael:

-No nos mates, porque tenemos escondidos en el campo tesoros de trigo, cebada, aceite y miel.

Así que desistió, y no los mató como a sus compañeros. 9 La cisterna en que Ismael echó todos los cuerpos de los hombres que mató era la cisterna grande que había hecho el rey Asa, por causa de Baasa, rey de Israel. Ismael hijo de Netanías la llenó de muertos.

10 Después Ismael llevó cautivo a todo el remanente del pueblo que estaba en Mizpa, desde las hijas del rey hasta todo el pueblo que había quedado en Mizpa y que Nabuzaradán, capitán de la guardia, había encargado a Gedalías hijo de Ajicam. Ismael hijo de Netanías los llevó cautivos y se fue para pasarse a los hijos de Amón.

Johanán reagrupa al remanente de Judá


11 Entonces Johanán hijo de Carea y todos los oficiales de los soldados que estaban con él oyeron de todo el mal que había hecho Ismael hijo de Netanías. 12 Y tomaron a todos los hombres y fueron para combatir contra Ismael hijo de Netanías, y le encontraron junto al gran estanque que hay en Gabaón. 13 Aconteció que cuando todo el pueblo que estaba con Ismael vio a Johanán hijo de Carea y a todos los oficiales de los soldados que estaban con él, se alegraron. 14 Entonces todo el pueblo que Ismael había traído cautivo de Mizpa volvió y se pasó a Johanán hijo de Carea. 15 Pero Ismael hijo de Netanías, con ocho hombres, se escapó de Johanán y se pasó a los hijos de Amón.

16 Entonces Johanán hijo de Carea y todos los jefes de los soldados que estaban con él tomaron de Mizpa a todo el remanente del pueblo que había recuperado de Ismael hijo de Netanías, después que éste había dado muerte a Gedalías hijo de Ajicam. Tomaron a los valientes, hombres de guerra, a las mujeres, a los niños y a los funcionarios que Johanán había hecho volver de Gabaón. 17 Entonces fueron y se quedaron en Gerut-quimjam, que está cerca de Belén, con el fin de ir y entrar en Egipto, 18 por causa de los caldeos. Pues tenían miedo de ellos, porque Ismael hijo de Netanías había matado a Gedalías hijo de Ajicam, a quien el rey de Babilonia había puesto a cargo del país.

Jeremías exhorta a permanecer en Judá


42 Todos los oficiales de los soldados, Johanán hijo de Carea, Jezanías hijo de Osaías y todo el pueblo, desde el menor hasta el mayor, se acercaron 2 y dijeron al profeta Jeremías:

-Por favor, llegue nuestro ruego a tu presencia, y ora por nosotros a Jehovah tu Dios, por todo este remanente (pues de muchos hemos quedado unos pocos, como tus ojos nos ven), 3 para que Jehovah tu Dios nos enseñe el camino por donde debemos ir y lo que hemos de hacer.

4 Entonces el profeta Jeremías les dijo:

-He oído. He aquí que voy a orar a Jehovah vuestro Dios, conforme a vuestra petición. Todo lo que Jehovah os responda os lo declararé; nada os ocultaré.

5 Ellos dijeron a Jeremías:

-Jehovah sea entre nosotros testigo fiel y verdadero de que conforme a todo aquello para lo cual Jehovah tu Dios te envíe a nosotros, así haremos. 6 Sea bueno o malo, obedeceremos la voz de Jehovah nuestro Dios, a quien nosotros te enviamos. Para que nos vaya bien, ciertamente obedeceremos la voz de Jehovah nuestro Dios.

7 Aconteció que al cabo de diez días vino la palabra de Jehovah a Jeremías. 8 Este llamó a Johanán hijo de Carea, a todos los oficiales de los soldados que estaban con él y a todo el pueblo, desde el menor hasta el mayor; 9 y les dijo:

-Así ha dicho Jehovah Dios de Israel, a quien me enviasteis para que presentase vuestra súplica delante de él: 10 "Si decididamente permanecéis en esta tierra, os edificaré y no os destruiré. Os plantaré y no os arrancaré, porque he desistido del mal que os he hecho. 11 No temáis al rey de Babilonia, de quien tenéis miedo. No le temáis, dice Jehovah, porque yo estoy con vosotros para salvaros y para libraros de su mano. 12 Os mostraré misericordia, de manera que él se compadecerá de vosotros y os hará volver a vuestra tierra. 13 Pero si decís: ’No habitaremos en esta tierra’, desobedeciendo así la voz de Jehovah vuestro Dios, 14 y si decís: ’No, sino que nos iremos a la tierra de Egipto, en la cual no veremos guerra ni oiremos el sonido de la corneta, ni tendremos hambre de pan, y allí habitaremos’, 15 entonces oíd la palabra de Jehovah, oh remanente de Judá: Así ha dicho Jehovah de los Ejércitos, Dios de Israel: Si vosotros habéis decidido ir a Egipto y os vais allá para residir, 16 sucederá que allí en la tierra de Egipto os alcanzará la espada que teméis. Allá en Egipto os acosará el hambre que os preocupa, y allí moriréis. 17 Sucederá que todos los hombres que han decidido ir a Egipto para residir allí, morirán por la espada, por el hambre y por la peste. No habrá quien quede vivo de ellos, ni quien escape ante el mal que yo traeré sobre ellos. 18 Porque así ha dicho Jehovah de los Ejércitos, Dios de Israel: Como se derramó mi furor y mi ira sobre los habitantes de Jerusalén, así se derramará mi ira sobre vosotros cuando entréis en Egipto. Seréis objeto de imprecación, de horror, de maldición y de oprobio; y no volveréis a ver este lugar."

19 »Oh remanente de Judá, Jehovah ha dicho de vosotros: "No entréis en Egipto." Sabed ciertamente que hoy os lo he advertido. 20 Os habéis descarriado a costa de vuestras propias vidas, porque vosotros mismos me habéis enviado a Jehovah vuestro Dios, diciendo: "Ora por nosotros a Jehovah nuestro Dios; y todo lo que Jehovah nuestro Dios declare, háznoslo saber, y lo pondremos por obra." 21 Pues os lo he declarado hoy, pero no habéis obedecido la voz de Jehovah vuestro Dios en nada de lo que me envió a deciros. 22 Ahora pues, sabed ciertamente que por la espada, por el hambre y por la peste moriréis en el lugar a donde deseáis entrar para residir allí.

El remanente de Judá emigra a Egipto


43 Aconteció que cuando Jeremías acabó de hablar a todo el pueblo todas las palabras que Jehovah, el Dios de ellos, le había enviado a decirles, 2 Azarías hijo de Osaías, Johanán hijo de Carea y todos los hombres arrogantes dijeron a Jeremías:

-¡Dices mentiras! No te ha enviado Jehovah nuestro Dios, para decir: "No entréis a Egipto para residir allí"; 3 sino que Baruc hijo de Nerías te incita contra nosotros, para entregarnos en mano de los caldeos, a fin de que nos maten o que nos lleven cautivos a Babilonia.

4 Así que Johanán hijo de Carea, todos los oficiales de los soldados y todo el pueblo no obedecieron la voz de Jehovah, para quedarse en la tierra de Judá. 5 Más bien, Johanán hijo de Carea y todos los oficiales de los soldados tomaron a todo el remanente de Judá (los que habían regresado, para residir en la tierra de Judá, de todas las naciones a donde habían sido echados), 6 a hombres, a mujeres, a niños, a las hijas del rey y a toda persona que Nabuzaradán, el capitán de la guardia, había dejado con Gedalías hijo de Ajicam, hijo de Safán, y también al profeta Jeremías y a Baruc hijo de Nerías. 7 Entraron en la tierra de Egipto, porque no obedecieron la voz de Jehovah; y llegaron hasta Tafnes.

Egipto y la inminente invasión asiria


8 Entonces vino la palabra de Jehovah a Jeremías, en Tafnes, diciendo: 9 "Toma en tus manos piedras grandes, escóndelas en la mezcla del pavimento de ladrillos a la entrada de la casa del faraón en Tafnes, a vista de los hombres judíos, 10 y diles que así ha dicho Jehovah de los Ejércitos, Dios de Israel: ’He aquí que yo enviaré y tomaré a Nabucodonosor, rey de Babilonia, mi siervo, y pondré su trono sobre estas piedras que he escondido, y él extenderá su pabellón sobre ellas. 11 Vendrá y golpeará la tierra de Egipto: los que a muerte, a muerte; los que a cautividad, a cautividad; los que a espada, a espada. 12 Prenderá fuego a las casas de los dioses de Egipto y las incendiará, y a ellos los llevará cautivos. Limpiará la tierra de Egipto, como un pastor limpia su ropa, y saldrá de allí en paz. 13 Además, romperá los obeliscos de Heliópolis, la cual está en la tierra de Egipto, e incendiará los templos de los dioses de Egipto.’ "

Advertencia a los judíos en Egipto


44 La palabra que vino a Jeremías con respecto a todos los judíos que habitaban en la tierra de Egipto, que habitaban en Migdol, en Tafnes, en Menfis y en la tierra de Patros, diciendo:

2 -Así ha dicho Jehovah de los Ejércitos, Dios de Israel: "Vosotros habéis visto todo el mal que he traído sobre Jerusalén y sobre todas las ciudades de Judá. He aquí, en el día de hoy están en ruinas y no hay habitantes en ellas, 3 a causa de la maldad que ellos cometieron, provocándome a ira, ya que fueron a quemar incienso y a servir a otros dioses que ni ellos, ni vosotros ni vuestros padres conocieron. 4 Persistentemente os envié todos mis siervos los profetas, para deciros: ’¡Por favor, no hagáis esta cosa abominable que yo aborrezco!’ 5 Pero no escucharon ni inclinaron su oído para volverse de su maldad, para dejar de quemar incienso a otros dioses. 6 Por tanto, se derramó mi ira, y se encendió mi furor en las ciudades de Judá y en las calles de Jerusalén; y fueron convertidas en ruina y en desolación, como en este día."

7 »Ahora pues, así ha dicho Jehovah Dios de los Ejércitos, Dios de Israel: "¿Por qué hacéis un mal tan grande contra vosotros mismos, para que de en medio de Judá sean destruidos el hombre, la mujer, el niño y el lactante, sin que os quede remanente alguno? 8 ¿Por qué me provocáis a ira con las obras de vuestras manos, ofreciendo incienso a otros dioses en la tierra de Egipto, a donde habéis entrado para residir, de modo que seáis exterminados y que seáis objeto de maldición y de oprobio entre todas las naciones de la tierra? 9 ¿Habéis olvidado las maldades de vuestros padres, las maldades de los reyes de Judá, las maldades de sus mujeres, las maldades vuestras y las maldades de vuestras mujeres, que hicieron en la tierra de Judá y en las calles de Jerusalén? 10 Hasta el día de hoy no se han humillado, ni han tenido temor, ni han caminado en mi ley ni en mis estatutos que puse delante de vosotros y delante de vuestros padres."

11 »Por tanto, así ha dicho Jehovah de los Ejércitos, Dios de Israel: "He aquí que yo pongo mi rostro contra vosotros para mal y para destruir a todo Judá. 12 Tomaré al remanente de Judá que decidió ir a la tierra de Egipto para residir allí, y serán exterminados todos en la tierra de Egipto. Caerán por la espada y por el hambre; serán exterminados, desde el menor hasta el mayor. Por la espada y por el hambre morirán, y llegarán a ser objeto de imprecación, de horror, de maldición y de oprobio. 13 Yo, pues, castigaré a los que habitan en la tierra de Egipto, como castigué a Jerusalén: por la espada, por el hambre y por la peste. 14 Y del remanente de Judá que entró en la tierra de Egipto para residir allí, no habrá quien escape, ni quien sobreviva para volver a la tierra de Judá, a la cual ellos suspiran por regresar, para habitar allí. Porque no regresarán sino los que escapen."

Postrimería de los judíos en Egipto


15 Entonces todos los hombres que sabían que sus mujeres quemaban incienso a otros dioses, y todas las mujeres que estaban presentes y una gran concurrencia, todo el pueblo que habitaba en Patros en tierra de Egipto, respondieron a Jeremías diciendo:

16 -La palabra que nos has hablado en nombre de Jehovah, no te la escucharemos. 17 Más bien, pondremos por obra toda palabra que ha salido de nuestra boca, para quemar incienso a la Reina del Cielo y para derramarle libaciones, como hemos hecho nosotros y nuestros padres, nuestros reyes y nuestros magistrados, tanto en las ciudades de Judá como en las calles de Jerusalén. Pues fuimos saciados de pan, nos fue bien y no vimos mal alguno. 18 Pero desde que dejamos de quemar incienso a la Reina del Cielo y de derramarle libaciones, nos falta de todo, y somos exterminados por la espada y por el hambre.

19 Y las mujeres dijeron:

-Cuando nosotras quemábamos incienso a la Reina del Cielo y le derramábamos libaciones, ¿acaso era sin el conocimiento de nuestros maridos que le hacíamos tortas, reproduciendo su imagen, y le derramábamos libaciones?

20 Entonces Jeremías habló a todo el pueblo, a los hombres, a las mujeres y a todo el pueblo que le había respondido esto, diciendo:

21 -¿No se habrá acordado Jehovah, o no habrá venido a su mente el incienso que quemasteis en las ciudades de Judá y en las calles de Jerusalén, vosotros y vuestros padres, vuestros reyes, vuestros magistrados y el pueblo de la tierra? 22 Jehovah no pudo soportaros más, a causa de la maldad de vuestras obras y a causa de las abominaciones que habíais hecho. Por tanto, vuestra tierra ha sido convertida en ruinas, en horror y en maldición, hasta no quedar habitantes, como en este día. 23 Porque quemasteis incienso y pecasteis contra Jehovah y no obedecisteis la voz de Jehovah, ni anduvisteis en su ley, ni en sus estatutos, ni en sus testimonios. Por eso ha venido sobre vosotros este mal, como en este día.

24 Jeremías dijo además a todo el pueblo y a las mujeres:

-Oíd la palabra de Jehovah, todos los de Judá que estáis en la tierra de Egipto. 25 Así ha dicho Jehovah de los Ejércitos, Dios de Israel: "Vosotros y vuestras mujeres habéis hablado con vuestras bocas y lo habéis realizado con vuestras manos, diciendo: ’Sin falta cumpliremos nuestros votos que hemos hecho, de quemar incienso a la Reina del Cielo y de derramarle libaciones.’ ¡De veras que confirmáis vuestros votos y ponéis vuestros votos por obra!" 26 Por tanto, oíd la palabra de Jehovah, todos los de Judá que habitáis en la tierra de Egipto: "He aquí, ha dicho Jehovah, he jurado por mi gran nombre que no será invocado más mi nombre en toda la tierra de Egipto por la boca de ningún hombre de Judá, diciendo: ’¡Vive el Señor Jehovah!’ 27 He aquí que yo vigilo sobre ellos para mal, y no para bien. Todos los hombres de Judá que están en la tierra de Egipto serán exterminados por la espada y por el hambre, hasta que perezcan del todo. 28 Los que escapen de la espada regresarán de la tierra de Egipto a la tierra de Judá, en número reducido. Y todo el remanente de Judá, que ha entrado en Egipto para residir allí, sabrá de quién es la palabra que ha de prevalecer: si la mía o la de ellos. 29 Esto tendréis por señal, dice Jehovah, de que os castigaré en este lugar, para que sepáis que ciertamente mis palabras prevalecerán sobre vosotros para mal. 30 Así ha dicho Jehovah: He aquí que yo entrego al faraón Hofra, rey de Egipto, en mano de sus enemigos y en mano de los que buscan su vida, como entregué a Sedequías, rey de Judá, en mano de Nabucodonosor, rey de Babilonia, su enemigo que buscaba su vida."

Un mensaje de consuelo para Baruc


45 La palabra que habló el profeta Jeremías a Baruc hijo de Nerías, cuando escribía en un libro estas palabras, al dictado de Jeremías, en el cuarto año de Joacim hijo de Josías, rey de Judá, diciendo: 2 "Así ha dicho Jehovah Dios de Israel, acerca de ti, oh Baruc: 3 Tú dijiste: ’¡Ay de mí! Porque Jehovah ha añadido tristeza a mi dolor. Estoy exhausto de gemir y no he hallado descanso.’ 4 Le has de decir que así ha dicho Jehovah: ’He aquí que yo destruyo lo que edifiqué, y arranco lo que planté, es decir, toda esta tierra. 5 ¿Y tú buscas para ti grandezas? No las busques, porque he aquí que yo traigo mal sobre todo mortal, dice Jehovah, pero a ti te daré tu vida por botín, en todos los lugares a donde vayas.’ "

Profecía acerca de Egipto


46 La palabra de Jehovah que vino al profeta Jeremías acerca de las naciones.

2 En cuanto a Egipto, contra el ejército del faraón Necao, rey de Egipto, el cual estaba en Carquemis, cerca del río Eufrates, y al cual derrotó Nabucodonosor, rey de Babilonia, en el cuarto año de Joacim hijo de Josías, rey de Judá: 3 "Alistad escudo y defensa; acercaos a la batalla. 4 Uncid los caballos y subid vosotros, oh jinetes. Presentaos con cascos, pulid las lanzas, vestíos de cota de malla. 5 ¿Por qué los veo medrosos, volviéndose atrás? Sus valientes han sido deshechos; han huido buscando refugio, sin mirar atrás. ¡El terror está por todas partes!, dice Jehovah. 6 No huya el veloz, ni escape el valiente. En el norte tropezaron y cayeron, junto a la ribera del Eufrates.

7 "¿Quién es este que sube como el Nilo y cuyas aguas se agitan como ríos? 8 Egipto, que se alza como el Nilo, y cuyas aguas se agitan como ríos, dijo: ’Subiré, cubriré la tierra; destruiré las ciudades y sus habitantes.’ 9 Subid, caballos; corred, carros, como locos; salid, valientes, los de Etiopía y los de Libia que toman escudo, y los de Lidia que toman y entesan el arco.

10 "Pero ese día será día de venganza para el Señor Jehovah de los Ejércitos, para vengarse de sus enemigos. La espada devorará y se saciará; se embriagará con la sangre de ellos. Porque el Señor Jehovah de los Ejércitos tendrá un sacrificio en la tierra del norte, junto al río Eufrates.

11 "Sube a Galaad y toma bálsamo, oh virgen hija de Egipto. En vano has multiplicado las medicinas; no hay curación para ti. 12 Las naciones oyeron de tu afrenta, y tu clamor llenó la tierra; porque el fuerte tropezó con el fuerte, y cayeron ambos al mismo tiempo."

13 La palabra que habló Jehovah al profeta Jeremías, acerca de la venida de Nabucodonosor, rey de Babilonia, para herir la tierra de Egipto: 14 "Anunciad en Egipto y hacedlo saber en Migdol; hacedlo saber en Menfis y en Tafnes. Decid: ’Preséntate y prepárate, porque la espada va a devorar tus fronteras.’

15 "¿Por qué ha huido Apis? Tu buey no pudo mantenerse en pie, porque Jehovah lo derribó. 16 Hizo tropezar a muchos; sí, cada uno cayó sobre su compañero. Y dijeron: ’Levántate, y volvamos a nuestro pueblo; volvamos a la tierra de nuestro nacimiento, por causa de la espada opresora.’ 17 Allí gritaron: ’¡El faraón, rey de Egipto, es sólo ruido! ¡Dejó pasar la oportunidad!’

18 "Vivo yo, dice el Rey, cuyo nombre es Jehovah de los Ejércitos, que como el Tabor entre los montes y como el Carmelo junto al mar, así vendrá. 19 Prepara tu equipaje para la cautividad, oh moradora hija de Egipto, porque Menfis será convertida en ruinas; será devastada hasta no quedar habitantes. 20 Una vaquilla hermosísima es Egipto, pero del norte ciertamente vendrá el moscardón. 21 También sus mercenarios, en medio de ella, son como terneros engordados. También ellos se volverán y a una huirán, sin detenerse. Porque sobre ellos ha venido el día de su calamidad, el tiempo de su castigo. 22 Su sonido es como el de una serpiente que se va. Ciertamente avanzan con un ejército; vienen a ella con hachas, como leñadores. 23 Cortarán su bosque, dice Jehovah, aunque sea impenetrable; porque son más que las langostas; son innumerables. 24 La hija de Egipto es avergonzada; es entregada en manos del pueblo del norte."

25 Jehovah de los Ejércitos, Dios de Israel, ha dicho: "He aquí que yo castigo a Amón en Tebas; al faraón, a Egipto, a sus dioses y a sus reyes; al faraón y a los que en él confían. 26 Y los entregaré en mano de los que buscan sus vidas; en mano de Nabucodonosor, rey de Babilonia, y en mano de sus servidores. Pero después Egipto será habitada como en los días pasados, dice Jehovah.

27 "Pero tú no temas, oh siervo mío Jacob, ni desmayes, oh Israel. Porque he aquí, yo soy el que te salva desde lejos; y a tu descendencia, de la tierra de su cautividad. Jacob volverá y estará tranquilo; estará confiado, y no habrá quien lo atemorice.

28 "Tú no temas, oh siervo mío Jacob, porque yo estoy contigo, dice Jehovah. Ciertamente haré exterminio en todas las naciones a las cuales te he expulsado; pero en ti no haré exterminio, sino que te castigaré con justicia. De ninguna manera te daré por inocente."

Profecía acerca de Filistea


47 La palabra de Jehovah que vino al profeta Jeremías acerca de los filisteos, antes que el faraón destruyese Gaza.

2 Así ha dicho Jehovah: "He aquí, avanzan aguas del norte, se convierten en torrente e inundan la tierra y su plenitud, la ciudad y sus habitantes. Entonces los hombres gritan, y gime todo habitante de la tierra, 3 por el estruendo del galope de los cascos de sus corceles, por el retumbo de sus carros y por el chirrido de sus ruedas. Por la debilidad de sus manos, los padres no se vuelven a mirar a sus hijos, 4 a causa del día que viene para destruir a todos los filisteos; para exterminar a Tiro, a Sidón y a todo aliado que haya quedado con vida. Porque Jehovah destruirá a los filisteos, a los sobrevivientes de la isla de Caftor. 5 Sobre Gaza ha venido rapadura de cabeza; Ascalón ha sido silenciada. Oh sobrevivientes de los gigantes, ¿hasta cuándo os sajaréis? 6 Oh espada de Jehovah, ¿hasta cuándo no te aquietarás? Vuélvete a tu vaina, reposa y sosiégate. 7 ¿Cómo se aquietará? Pues Jehovah le ha dado órdenes para ir a Ascalón y a la costa del mar; la ha designado para ir allí."

Profecía acerca de Moab


48 En cuanto a Moab, así ha dicho Jehovah de los Ejércitos, Dios de Israel: "¡Ay de Nebo, porque es destruido! Quiriataim es avergonzada y capturada; la ciudadela es avergonzada y arrasada. 2 No hay más alabanza para Moab. En Hesbón planearon el desastre contra ella, diciendo: ’Venid, eliminémosla de entre las naciones.’ Tú también, Madmena, serás silenciada; la espada irá en pos de ti.

3 "Voz de clamor proviene de Horonaim: ’¡Destrucción y gran quebranto!’ 4 Moab ha sido quebrantado; oíd el griterío de sus pequeños. 5 Por la cuesta de Lujit sube con llanto continuo; por la bajada de Horonaim los enemigos oyen el clamor del quebranto. 6 Huíd, salvad vuestras vidas y sed como el asno montés en el desierto. 7 Por cuanto confiaste en tus obras y tesoros, tú también serás tomado. Quemós será llevado en cautividad, junto con sus sacerdotes y principales. 8 Vendrá el destructor a cada ciudad, y ninguna escapará. También será arruinado el valle, y será destruida la llanura, como ha dicho Jehovah.

9 "Dad alas a Moab, porque se irá volando. Sus ciudades serán desoladas hasta no quedar en ellas habitante. 10 ¡Maldito el que haga con negligencia la obra de Jehovah! ¡Maldito el que retraiga su espada de la sangre!

11 "Tranquilo estaba Moab desde su juventud; sobre sus sedimentos ha estado reposado. No ha sido vaciado de vaso en vaso, ni ha ido en cautividad. Por eso ha quedado en él su sabor, y su olor no se ha mutado. 12 Por tanto, he aquí que vienen días, dice Jehovah, en que yo le enviaré quienes lo hagan vaciar, y lo vaciarán. Dejarán vacías sus vasijas y destrozarán sus tinajas. 13 Moab se avergonzará de Quemós, como la casa de Israel se avergonzó de Betel, en la cual puso su confianza. 14 ¿Cómo diréis: ’Somos valientes y hombres fuertes para la guerra’? 15 Destruido está Moab; han escalado sus ciudades. La flor de su juventud descendió al degolladero, dice el Rey, cuyo nombre es Jehovah de los Ejércitos. 16 El desastre de Moab está próximo a venir, y su calamidad se apresura mucho. 17 Compadeceos de él todos los que estáis alrededor suyo; todos los que conocéis su nombre, decid: ’¡Cómo se ha roto el poderoso cetro, la vara gloriosa!’

18 "Desciende de la gloria; siéntate sobre tierra sedienta, oh moradora de Dibón; porque el destructor de Moab ha subido contra ti y ha destruido tus fortalezas. 19 Ponte de pie en el camino y mira, oh moradora de Aroer. Pregunta al que va huyendo y di a la que se escapa: ’¿Qué ha acontecido?’ 20 Moab ha sido avergonzado, porque es arrasado. Lamentad y gritad; anunciad junto al Arnón que Moab es destruido, 21 y que ha venido juicio a la tierra de la llanura; a Holón, a Jahaz, sobre Mefaat; 22 sobre Dibón, sobre Nebo y sobre Bet-diblataim; 23 sobre Quiriataim, sobre Bet-gamul y sobre Bet-maón; 24 sobre Queriot, sobre Bosra y sobre todas las ciudades de la tierra de Moab; las de lejos y las de cerca. 25 Cortado es el poder de Moab, y su brazo es quebrantado, dice Jehovah. 26 Embriagadlo, porque contra Jehovah se engrandeció; Moab se revolcará en su propio vómito, y también él será objeto de burla. 27 ¿Acaso no te sirvió de burla Israel, como si le hubiesen sorprendido entre ladrones? Porque desde que de él has hablado, has movido la cabeza.

28 "Dejad las ciudades y habitad en peñascos, oh habitantes de Moab. Sed como la paloma que hace su nido en los bordes del precipicio. 29 Hemos oído de la soberbia de Moab, que es muy soberbio; de su altanería, de su soberbia, de su arrogancia y de la altivez de su corazón. 30 Yo conozco su cólera, dice Jehovah; pero vano es aquello de que se jacta, y vano es lo que hacen.

31 "Por tanto, lamentaré sobre Moab; clamaré sobre todo Moab, y gemiré por los hombres de Quir-jaréset. 32 Lloraré por ti más que por Jazer, oh vid de Sibma. Tus brotes pasaban las aguas y llegaban hasta las aguas de Jazer. Sobre tus frutos de verano y sobre tu vendimia ha caído el destructor. 33 La alegría y el regocijo han sido quitados del campo fértil, de la tierra de Moab. He hecho cesar el vino de los lagares; nadie los pisa con grito de júbilo. No hay grito de júbilo.

34 "El clamor de Hesbón llega hasta Eleale; hasta Jahaz dan su voz. Desde Zoar hasta Horonaim y Eglat-selisiyá; porque también las aguas de Nimrim quedan desoladas. 35 Haré cesar en Moab a quien ofrezca holocaustos en un lugar alto, y a quien ofrezca incienso a sus dioses, dice Jehovah. 36 Por tanto, mi corazón gime como flautas por Moab. Asimismo, mi corazón gime como flautas por los hombres de Quir-jaréset, pues perecieron las riquezas que había adquirido. 37 Porque toda cabeza ha sido rapada, y toda barba rasurada. Sobre todas las manos hay sajaduras; y sobre los lomos, cilicio. 38 Todo es llanto sobre todas las azoteas y plazas de Moab, porque he quebrantado a Moab como a vasija despreciada, dice Jehovah. 39 ¡Cómo ha sido destruido! ¡Cómo lamentan! ¡Cómo ha vuelto Moab la espalda, avergonzado! Moab ha sido convertido en objeto de burla y de horror para todos los que están en su alrededor. 40 Porque así ha dicho Jehovah: He aquí que como águila remontará vuelo, y hacia Moab extenderá las alas. 41 Las ciudades serán tomadas, y sus fortificaciones capturadas. En aquel día el corazón de los valientes de Moab será como el corazón de una mujer en angustia. 42 Moab será destruido y dejará de ser pueblo, porque se engrandeció contra Jehovah. 43 Terror, fosa y trampa hay contra ti, oh habitante de Moab, dice Jehovah. 44 El que huya del terror caerá en la fosa; el que salga de la fosa quedará atrapado en la trampa. Porque yo traeré sobre él, sobre Moab, el año de su castigo, dice Jehovah.

45 "A la sombra del Hesbón, los que huyen se detienen por falta de fuerzas. Porque fuego salió de Hesbón, y llama de en medio de Sejón; consumió las sienes de Moab y la coronilla de los hijos revoltosos. 46 ¡Ay de ti, oh Moab! ¡Ha perecido el pueblo de Quemós! Porque tus hijos son tomados en cautividad, y tus hijas en cautiverio. 47 Sin embargo, al final de los tiempos restauraré a Moab de la cautividad", dice Jehovah.

Hasta aquí es el juicio contra Moab.

Profecía acerca de Amón


49 En cuanto a los hijos de Amón, así ha dicho Jehovah: "¿Acaso Israel no tiene hijos? ¿No tiene heredero? ¿Por qué ha tomado Milcom a Gad, por heredad, y su pueblo habitó en las ciudades de éste? 2 Por tanto, he aquí, vienen días, dice Jehovah, en que haré oír grito de guerra en Rabá de los hijos de Amón. Será convertida en un desolado monte de escombros, sus aldeas arderán en el fuego, e Israel poseerá lo que tomaron de él, ha dicho Jehovah.

3 "Lamenta, oh Hesbón, porque Hai es destruida. Gritad, hijas de Rabá, ceñíos con cilicio y haced duelo, y deambulad por los vallados, porque Milcom va en cautividad junto con sus sacerdotes y oficiales. 4 ¿Por qué te glorías de tus valles, de tu valle que fluye, oh hija descarriada que confías en tus tesoros? Dices: ’¿Quién vendrá contra mí?’ 5 He aquí, de todos tus alrededores traeré terror sobre ti, dice el Señor Jehovah de los Ejércitos. Seréis empujados, cada uno delante de sí, y no habrá quien acoja al errante.

6 "Después de esto restauraré de la cautividad a los hijos de Amón", dice Jehovah.

Profecía acerca de Edom


7 En cuanto a Edom, así ha dicho Jehovah de los Ejércitos: "¿Acaso no hay más sabiduría en Temán? ¿Ha perecido el consejo de los entendidos? ¿Se ha corrompido su sabiduría?

8 "Huid, volved, habitad en lugares profundos, oh habitantes de Dedán; porque la ruina de Esaú traeré sobre él en el tiempo en que lo he de castigar. 9 Si los vendimiadores vinieran contra ti, ¿no dejarían siquiera rebuscos? Si los ladrones vinieran de noche, destruirían sólo lo que les bastara. 10 Pero yo he despojado a Esaú; he dejado al descubierto sus escondrijos, y no podrá esconderse. Será destruida su descendencia; sus hermanos y sus vecinos dejarán de ser. 11 Deja tus huérfanos; yo les mantendré con vida. Y en mí confiarán tus viudas."

12 Porque así ha dicho Jehovah: "He aquí, los que no estaban sentenciados a beber de la copa, de todos modos la bebieron. Y tú, ¿serás absuelto del todo? ¡De ninguna manera serás absuelto, sino que ciertamente la beberás! 13 Porque por mí mismo he jurado, dice Jehovah, que Bosra será convertida en horror, en oprobio, en ruina y en maldición. Todas sus ciudades serán convertidas en unas ruinas perpetuas."

14 He escuchado de parte de Jehovah la noticia de que ha sido enviado un mensajero a las naciones, diciendo: "¡Reuníos y venid contra ella! ¡Levantaos para la batalla! 15 Porque he aquí que te empequeñeceré entre las naciones, y serás menospreciado entre los hombres. 16 El terror que inspiras y la soberbia de tu corazón te han engañado, a ti que habitas en las hendiduras de la peña y que te has apoderado de la altura de la montaña. Aunque eleves tu nido como el águila, de allí te haré descender, dice Jehovah.

17 "Edom será convertida en una desolación; todo el que pase por ella quedará horrorizado y silbará por causa de todas sus plagas. 18 Como cuando fueron trastornadas Sodoma y Gomorra, y las ciudades vecinas, ha dicho Jehovah, no morará allí nadie, ni la habitará hijo de hombre. 19 He aquí que subirá como un león desde la espesura del Jordán, contra el pastizal perenne. Pero de pronto le haré correr de allí, y la encargaré a quien sea escogido. Porque, ¿quién es como yo? ¿Quién me convocará? ¿Quién será aquel pastor que pueda prevalecer delante de mí?"

20 Por tanto, oíd la decisión que Jehovah ha tomado contra Edom, los planes que ha hecho contra los habitantes de Temán. Ciertamente hasta los más pequeños del rebaño serán arrastrados; ciertamente su pastizal será devastado junto con ellos. 21 La tierra temblará por el estruendo de su caída. Gritará, y su voz se oirá hasta el mar Rojo. 22 He aquí que como águila subirá y remontará vuelo, y contra Bosra extenderá sus alas. En aquel día el corazón de los valientes de Edom será como el corazón de una mujer en angustia.

Profecía acerca de Damasco


23 En cuanto a Damasco: "Hamat y Arfad fueron avergonzadas, porque oyeron malas noticias. Se derritieron en un mar de ansiedad que no puede sosegarse. 24 Damasco se debilitó, se volvió para huir, y el pánico se apoderó de ella. Angustia y dolores se apoderaron de ella, como de una mujer que da a luz. 25 ¿Cómo es que no ha sido abandonada la gloriosa ciudad, la villa de mi regocijo? 26 Por tanto, sus jóvenes caerán en sus plazas; todos sus hombres de guerra serán silenciados en aquel día, dice Jehovah de los Ejércitos. 27 Prenderé fuego al muro de Damasco, el cual devorará los palacios de Ben-hadad."

Profecía acerca de Quedar y de Hazor


28 En cuanto a Quedar y a los reinos de Hazor, los cuales derrotó Nabucodonosor, rey de Babilonia, Jehovah ha dicho así: "¡Levantaos, subid contra Quedar! ¡Destruid a los hijos del oriente! 29 Sus tiendas y sus rebaños serán tomados; asimismo, sus carpas y todos sus enseres. Se llevarán sus camellos, y a causa de ellos clamarán: ’¡El terror está por todas partes!’

30 "Huid, emigrad lejos, oh habitantes de Hazor; habitad en lugares profundos, dice Jehovah, pues Nabucodonosor, rey de Babilonia, ha tomado una decisión contra vosotros, y contra vosotros ha hecho un plan. 31 Levantaos, dice Jehovah; subid contra una nación confiada que vive tan segura que no tiene puertas ni cerrojos, y que vive solitaria. 32 Sus camellos serán tomados como despojo, y la multitud de sus ganados como botín. Esparciré por todos los vientos a los que se rapan las sienes. Por todos lados les traeré ruina, dice Jehovah. 33 Hazor será morada de chacales, perpetua desolación. No morará allí nadie, ni la habitará hijo de hombre."

Profecía acerca de Elam


34 Acerca de Elam vino la palabra de Jehovah al profeta Jeremías, en el principio del reinado de Sedequías, rey de Judá, diciendo 35 que así ha dicho Jehovah de los Ejércitos: "He aquí que yo quiebro el arco de Elam, el principio de su poder. 36 Sobre Elam traeré los cuatro vientos de los cuatro extremos del cielo, y los dispersaré en todas las direcciones. No habrá nación a donde no vayan los desplazados de Elam. 37 Haré que Elam se aterrorice delante de sus enemigos y delante de los que buscan su vida. Traeré sobre ellos el mal y el furor de mi enojo, dice Jehovah. Enviaré tras ellos la espada, hasta que los acabe. 38 Sobre Elam pondré mi trono y destruiré allí al rey y a los magistrados, dice Jehovah. 39 Pero en los últimos días acontecerá que restauraré a Elam de la cautividad", dice Jehovah.

Profecía acerca de Babilonia y de Sion


50 La palabra que Jehovah habló por medio del profeta Jeremías acerca de Babilonia y acerca de la tierra de los caldeos: 2 "Anunciad en las naciones y proclamad. Levantad bandera; anunciadlo y no lo encubráis. Decid: ’Tomada es Babilonia, Bel es avergonzado, Marduc es hecho pedazos. Sus imágenes son avergonzadas, y sus ídolos hechos pedazos. 3 Porque desde el norte subirá contra ella una nación, la cual convertirá su tierra en objeto de horror. No habrá nadie que la habite. Tanto los hombres como los animales huirán; se irán.

4 "En aquellos días y en aquel tiempo, dice Jehovah, vendrán los hijos de Israel, junto con los hijos de Judá. Irán andando y llorando, y buscarán a Jehovah su Dios. 5 Preguntarán por el camino de Sion, hacia donde volverán sus caras, y vendrán y se unirán a Jehovah en pacto eterno que jamás será echado al olvido.’

6 "Ovejas perdidas fueron mi pueblo; sus pastores las hicieron errar. Las descarriaron por las colinas; anduvieron de monte en colina, y se olvidaron de sus prados de reposo. 7 Todos los que los hallaban los devoraban. Y sus enemigos decían: ’No somos culpables, por cuanto son ellos los que han pecado contra Jehovah, su morada de justicia; contra Jehovah, la esperanza de sus padres.’

8 "Huid de en medio de Babilonia y salid de la tierra de los caldeos. Sed como los carneros que van delante del rebaño. 9 Porque he aquí que yo levanto y hago subir contra Babilonia una asamblea de grandes naciones de la tierra del norte. Dispondrán batalla contra ella, y desde allí será tomada. Sus flechas, como las de un diestro guerrero, no volverán vacías.

10 "Caldea será para despojo. Todos los que la despojen quedarán saciados, dice Jehovah. 11 Aunque os alegráis y gozáis, oh saqueadores de mi heredad; aunque brincáis como ternera en el pastizal y relincháis como corceles, 12 vuestra madre se avergonzará sobremanera. Se volverá pálida la que os dio a luz. He aquí, será la última de las naciones: desierto, sequedal y tierra árida. 13 Por causa de la ira de Jehovah no será habitada, y quedará totalmente desolada. Toda persona que pase por Babilonia se asombrará y silbará por causa de todas sus plagas.

14 "Disponed batalla contra Babilonia, alrededor de ella, todos los que entesáis el arco. Tirad contra ella, no escatiméis flechas; porque ha pecado contra Jehovah. 15 Gritad contra ella en derredor: ’¡Se ha rendido!’ Han caído sus torres; sus muros han sido derribados, porque ésta es la venganza de Jehovah. Tomad venganza contra ella; hacedle como ella hizo. 16 Eliminad de Babilonia al sembrador y al que toma la hoz en el tiempo de la siega. Ante la espada opresora, cada cual mirará hacia su propio pueblo, y cada cual huirá a su propio país.

17 "Oveja descarriada es Israel; los leones la ahuyentaron. Primero la devoró el rey de Asiria; y finalmente la deshuesó Nabucodonosor, rey de Babilonia. 18 Por tanto, así ha dicho Jehovah de los Ejércitos, Dios de Israel: He aquí que yo castigo al rey de Babilonia y a su tierra, como castigué al rey de Asiria. 19 A Israel traeré de nuevo a su pastizal, y pacerá en el Carmelo y en Basán. En los montes de Efraín y en Galaad se saciará su alma. 20 En aquellos días y en aquel tiempo, dice Jehovah, será buscada la maldad de Israel, y no aparecerá; los pecados de Judá, y no serán hallados más. Porque perdonaré al remanente que yo haya dejado.

21 "Sube contra la tierra de Merataim, y contra los habitantes de Pecod. Desvasta y destruye tras ellos, dice Jehovah; haz conforme a todo lo que yo te he mandado. 22 Estruendo de guerra hay en la tierra, y gran quebrantamiento. 23 ¡Cómo fue cortado y quebrado el martillo de toda la tierra! ¡Cómo ha sido convertida Babilonia en objeto de horror en medio de las naciones! 24 Te puse trampas, oh Babilonia. Fuiste tomada, ¡y tú no lo supiste! Fuiste hallada y también fuiste apresada, porque contendiste contra Jehovah. 25 Jehovah ha abierto su arsenal y ha sacado las armas de su furor, porque ésta es obra de Jehovah Dios de los Ejércitos en la tierra de los caldeos.

26 "Venid contra ella desde los confines. Abrid sus graneros; convertidla en montones y destruidla por completo. ¡Que no le queden sobrevivientes! 27 Destruid todos sus toros. ¡Que desciendan al matadero! ¡Ay de ellos! Porque ha venido su día, el tiempo de su castigo. 28 ¡Voz de los que huyen y escapan de la tierra de Babilonia, para anunciar en Sion la venganza de Jehovah nuestro Dios, la venganza por su templo! 29 Convocad contra Babilonia a los arqueros, a todos los que entesan el arco. Asentad campamentos contra ella en derredor. No haya en ella quien escape; retribuidle según su obra. Haced con ella conforme a todo lo que hizo; porque contra Jehovah se insolentó, contra el Santo de Israel. 30 Por tanto, sus jóvenes caerán en sus plazas, y todos sus hombres de guerra serán silenciados en aquel día, dice Jehovah.

31 "He aquí, yo estoy contra ti, oh soberbio, dice el Señor Jehovah de los Ejércitos; porque ha llegado tu día, el tiempo en que te he de castigar. 32 El soberbio tropezará y caerá, y no tendrá quien lo levante. Encenderé fuego en sus ciudades, el cual devorará todos sus alrededores."

33 Así ha dicho Jehovah de los Ejércitos: "Oprimidos están los hijos de Israel y los hijos de Judá. Todos los que les tomaron cautivos los retuvieron; no los quisieron soltar. 34 Pero su Redentor es fuerte; Jehovah de los Ejércitos es su nombre. Ciertamente abogará por la causa de ellos para hacer reposar la tierra y turbar a los habitantes de Babilonia.

35 "La espada viene contra los caldeos, dice Jehovah; contra los habitantes de Babilonia, contra sus magistrados y contra sus sabios. 36 La espada viene contra los adivinos, y serán entontecidos; la espada viene contra sus valientes, y serán destrozados. 37 La espada viene contra sus caballos y sobre sus carros; viene contra toda clase de gente que hay en medio de ella, y serán como mujeres. La espada viene contra sus tesoros, y serán saqueados. 38 Sequedad viene sobre sus aguas, y se secarán. Porque es tierra de imágenes, y por sus ídolos horribles se enloquecen.

39 "Por tanto, allí morarán las fieras del desierto con las hienas; también habitarán en ella las avestruces. Nunca más será habitada, ni será poblada de generación en generación. 40 Como cuando Dios trastornó a Sodoma, a Gomorra y a las ciudades vecinas, dice Jehovah, no morará allí nadie, ni la habitará hijo de hombre.

41 "He aquí que viene un pueblo del norte; una gran nación y muchos reyes se despertarán en los confines de la tierra. 42 Empuñan el arco y la lanza. Son crueles; no tienen misericordia. Su estruendo resuena como el mar. Montan sobre caballos y como un solo hombre se disponen para la batalla contra ti, oh hija de Babilonia.

43 "El rey de Babilonia oyó de su fama, y sus manos se debilitaron. La angustia se apoderó de él, dolor como de mujer que da a luz. 44 He aquí que subirá como un león desde la espesura del Jordán, contra el pastizal perenne. Pero de pronto le haré correr de allí, y la encargaré a quien sea escogido. Porque, ¿quién es como yo? ¿Quién me convocará? ¿Quién será aquel pastor que pueda prevalecer delante de mí? 45 Por tanto, oíd la decisión que Jehovah ha tomado contra Babilonia, los planes que ha hecho contra la tierra de los caldeos: Ciertamente hasta los más pequeños del rebaño serán arrastrados; ciertamente su pastizal será devastado junto con ellos. 46 Ante el grito de que Babilonia ha sido tomada, la tierra se estremecerá, y su griterío se oirá entre las naciones."

51 Así ha dicho Jehovah: "He aquí que yo levanto un viento destructor contra Babilonia y contra los habitantes de Caldea. 2 Enviaré a Babilonia aventadores que la avienten, y devastarán su tierra; porque en el día del mal estarán contra ella por todos lados. 3 No entese su arco el arquero, ni toque su cota de malla. No perdonaréis la vida a sus jóvenes. ¡Destruid por completo todo su ejército!

4 "Caerán los muertos en la tierra de los caldeos, y los heridos en sus calles. 5 Porque Israel y Judá no han enviudado de su Dios, de Jehovah de los Ejércitos. Ciertamente su tierra está llena de culpa contra el Santo de Israel.

6 "¡Huid de en medio de Babilonia! Librad, cada uno su vida, para que no seáis silenciados a causa de la maldad de ella. Porque es el tiempo de la venganza de Jehovah; él le dará su retribución. 7 Una copa de oro fue Babilonia en las manos de Jehovah; una copa que embriagó a toda la tierra. De su vino bebieron los pueblos, por lo cual se enloquecieron las naciones. 8 De repente ha caído Babilonia y ha sido quebrantada. Lamentad sobre ella; tomad bálsamo para su dolor. Quizás sanará.

9 "Quisimos curar a Babilonia, pero no ha sanado. Abandonadla y vayamos, cada uno a su país; porque el juicio contra ella ha llegado hasta el cielo y se ha levantado hasta las nubes. 10 Jehovah ha sacado a relucir nuestras justas demandas. ¡Venid y contemos en Sion de la obra de Jehovah nuestro Dios!

11 "Afilad las flechas; embrazad los escudos. Jehovah ha despertado el espíritu de los reyes de Media; porque su propósito es contra Babilonia, para destruirla. Porque es la venganza de Jehovah, la venganza por su templo.

12 "Levantad bandera contra los muros de Babilonia; reforzad la guardia, poned centinelas, disponed las emboscadas. Porque Jehovah ha hecho un plan y realizará lo que ha dicho acerca de los habitantes de Babilonia. 13 Oh, tú que habitas junto a muchas aguas, rica en tesoros, ha venido tu fin, el colmo de tu codicia. 14 Jehovah de los Ejércitos ha jurado por sí mismo, diciendo: ’Yo te llenaré de hombres como de langostas, y contra ti levantarán grito de victoria.’

15 "El hizo la tierra con su poder; estableció el mundo con su sabiduría y extendió los cielos con su inteligencia. 16 Cuando emite su voz, se produce un tumulto de aguas en los cielos. Hace subir la neblina desde los extremos de la tierra. Hace los relámpagos para la lluvia y saca el viento de sus depósitos.

17 "Todo hombre se embrutece por falta de conocimiento. Todo platero es avergonzado a causa de su ídolo. Porque sus ídolos de fundición son un engaño, y no hay espíritu en ellos. 18 Son vanidad, obra ridícula; en el tiempo de su castigo perecerán. 19 No es como ellos la Porción de Jacob; porque él es el Hacedor de todo, e Israel es la tribu de su heredad. ¡Jehovah de los Ejércitos es su nombre!

20 "Una maza y un arma de guerra eres tú para mí. Por medio de ti destrozo naciones; por medio de ti destruyo reinos; 21 por medio de ti destrozo el caballo y a su jinete; por medio de ti destrozo el carro y a su conductor. 22 Por medio de ti destrozo al hombre y a la mujer; por medio de ti destrozo al anciano y al niño; por medio de ti destrozo al joven y a la joven. 23 Por medio de ti destrozo al pastor y su rebaño. Por medio de ti destrozo al labrador y su yunta; por medio de ti destrozo a los gobernadores y a los dirigentes.

24 "Ante vuestros ojos retribuiré a Babilonia y a todos los habitantes de Caldea, por todo el mal que ellos hicieron a Sion, dice Jehovah.

25 "He aquí, yo estoy contra ti, oh monte destructor, dice Jehovah, que destruyes toda la tierra. Extenderé mi mano contra ti y te haré rodar de las peñas. Te convertiré en monte quemado. 26 Nadie tomará de ti piedra para esquina ni piedra para cimiento, porque serás perpetua desolación, dice Jehovah.

27 "Alzad la bandera en la tierra y tocad corneta en las naciones. Reunid contra ella a las naciones; convocad contra ella a los reinos de Ararat, de Mini y de Asquenaz. Comisionad contra ella al capitán; haced subir caballos como langostas erizadas. 28 Reunid contra ella a las naciones, a los reyes de Media y a sus gobernadores, a todos sus dirigentes y a la tierra de su señorío. 29 La tierra tiembla y se retuerce; porque se ha cumplido todo el plan de Jehovah contra Babilonia, para convertir a Babilonia en una soledad, sin ningún habitante.

30 "Los valientes de Babilonia han dejado de combatir y han quedado en sus fortalezas. Se ha agotado su valor; se han vuelto como mujeres. Han incendiado sus casas, y sus cerrojos han sido rotos. 31 Un correo sale al encuentro de otro correo, y un heraldo al encuentro de otro heraldo, para informar al rey de Babilonia que su ciudad es tomada de extremo a extremo. 32 Los vados han sido tomados, los carrizales han sido quemados a fuego, y los hombres de guerra están aterrados. 33 Porque así ha dicho Jehovah de los Ejércitos, Dios de Israel: La hija de Babilonia es como una era. Ya es tiempo de trilla. Dentro de poco le vendrá el tiempo de la siega.

34 " ’Nabucodonosor, rey de Babilonia, me ha devorado, me ha causado confusión. Me ha dejado como un vaso vacío; me ha tragado como un monstruo acuático. Ha llenado su estómago con mis delicadezas y a mí me ha expulsado. 35 ¡Caiga sobre Babilonia la violencia hecha contra mí y mi carne!’, dirá la moradora de Sion. ’¡Caiga mi sangre sobre los habitantes de Caldea!’, dirá Jerusalén.

36 "Por tanto, así ha dicho Jehovah: He aquí que yo juzgo tu causa y llevaré a cabo tu venganza. Secaré las aguas de ella y haré que queden secas sus fuentes. 37 Babilonia será convertida en montones de escombros, en morada de chacales, en objeto de horror y de rechifla, sin ningún habitante. 38 A una rugirán como leones; gruñirán como cachorros de león. 39 Cuando estén en pleno calor les serviré sus banquetes; haré que se embriaguen, de modo que se alegren. Dormirán el sueño eterno y no se despertarán, dice Jehovah. 40 Los haré descender como corderos al matadero, como los carneros con los machos cabríos.

41 "¡Cómo ha sido tomada Sesac y fue capturada la que era alabada por toda la tierra! ¡Cómo ha llegado Babilonia a ser objeto de horror entre las naciones! 42 Las aguas han subido sobre Babilonia, y ha sido cubierta por el tumulto de sus olas. 43 Sus ciudades se han convertido en desolación, en tierra seca y desierta. Es una tierra en la cual nadie habitará; ni hijo de hombre pasará por ella. 44 Castigaré a Bel en Babilonia, y sacaré de su boca lo que ha tragado. Las naciones no afluirán más a él. ¡El muro de Babilonia ha caído!

45 "¡Salid de en medio de ella, oh pueblo mío! Librad, cada uno su vida del ardor de la ira de Jehovah. 46 No sea que desmaye vuestro corazón y temáis a causa del rumor que se oye en la tierra. Dentro de un año vendrá un rumor, y después de otro año, otro rumor. La violencia cunde en la tierra, y gobernante contiende con gobernante.

47 "Por tanto, he aquí vienen días en que castigaré los ídolos de Babilonia. Toda su tierra será avergonzada, y en medio de ella caerán todos sus muertos. 48 Los cielos y la tierra, y todo lo que en ellos hay, gritarán de alegría por lo de Babilonia; porque del norte vendrán contra ella los destructores, dice Jehovah.

49 "Babilonia misma caerá por causa de los muertos de Israel; como por causa de Babilonia han caído los muertos en toda la tierra. 50 Los que escapasteis de la espada, ¡marchaos; no os detengáis! Acordaos de Jehovah desde lejos, y esté Jerusalén en vuestra memoria: 51 ’Estamos avergonzados porque oímos la afrenta; el oprobio ha cubierto nuestros rostros, porque vinieron extranjeros contra los santuarios de la casa de Jehovah.’ 52 Por tanto, he aquí que vienen días, dice Jehovah, en que yo castigaré sus ídolos, y en toda su tierra gemirán los heridos. 53 Aunque Babilonia suba hasta el cielo, y aunque fortifique en alto su baluarte, hasta ella llegarán de mi parte los destructores, dice Jehovah.

54 "Estruendo de griterío hay en Babilonia; gran quebrantamiento, en la tierra de los caldeos. 55 Porque Jehovah destruye Babilonia y quita de ella el gran bullicio. Sus olas rugen como caudalosas aguas, y resuena el estruendo de sus voces. 56 Porque el destructor ha venido contra ella, contra Babilonia, y sus valientes son tomados prisioneros. Su arco ha sido hecho pedazos, porque Jehovah es un Dios de retribución. Ciertamente él dará la recompensa.

57 "Embriagaré a sus magistrados, a sus sabios, a sus gobernadores, a sus dirigentes y a sus valientes. Dormirán el sueño eterno y no despertarán, dice el Rey, cuyo nombre es Jehovah de los Ejércitos. 58 Así ha dicho Jehovah de los Ejércitos: La ancha muralla de Babilonia será demolida por completo. Sus puertas altas arderán en el fuego. Los pueblos habrán trabajado para nada, y las naciones se habrán fatigado sólo para el fuego."

Epílogo de las palabras de Jeremías


59 Estas son la palabras que envió el profeta Jeremías a Seraías hijo de Nerías, hijo de Maasías, cuando iba con Sedequías, rey de Judá, a Babilonia, en el cuarto año de su reinado. Seraías era el jefe de campamento. 60 Jeremías escribió en un libro acerca de todo el mal que había de venir sobre Babilonia, todas las palabras que están escritas contra Babilonia. 61 Jeremías dijo a Seraías: "Cuando llegues a Babilonia, cumple en leer todas estas palabras. 62 Y dirás: ’¡Oh Jehovah, tú has dicho de este lugar que lo habrías de destruir, hasta que no quede en él quien lo habite, desde los hombres hasta los animales, y que sería una perpetua desolación.’

63 "Cuando acabes de leer este libro, le atarás una piedra y lo arrojarás al Eufrates, 64 diciendo: ’Así se hundirá Babilonia y no se levantará, a causa del mal que yo traigo sobre ella, de manera que serán abatidos.’ "

Hasta aquí son las palabras de Jeremías.

Trágico final de Sedequías


52 Sedequías tenía 21 años cuando comenzó a reinar, y reinó 11 años en Jerusalén. El nombre de su madre era Hamutal hija de Jeremías, de Libna.

2 El hizo lo malo ante los ojos de Jehovah, conforme a todo lo que había hecho Joacim. 3 Ciertamente el furor de Jehovah estaba sobre Jerusalén y Judá, hasta que los echó de su presencia.

Sedequías se rebeló contra el rey de Babilonia. 4 Y aconteció el 10 del mes décimo del noveno año de su reinado que Nabucodonosor, rey de Babilonia, vino con todo su ejército contra Jerusalén. Luego acamparon contra ella, y construyeron muros de asedio contra ella en derredor.

5 La ciudad estuvo sitiada hasta el año 11 del rey Sedequías. 6 En el noveno día del mes cuarto, prevaleció el hambre en la ciudad, y no había alimentos para el pueblo de la tierra.

7 Entonces se abrió una brecha en la ciudad, y huyeron todos los hombres de guerra. Salieron de noche de la ciudad, por la puerta que había entre los dos muros, junto al jardín del rey, mientras los caldeos estaban junto y alrededor de la ciudad. Se dirigieron hacia el Arabá, 8 pero el ejército de los caldeos persiguió al rey Sedequías y lo alcanzó en las llanuras de Jericó; y todo su ejército fue dispersado de su lado.


Reina-Valera Actualizada, 1989.