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Haile Selassie [Tafari Makonnen]

(Harer, Etiopía, 1892-Addis Abeba, id., 1975) Emperador etíope (1930-1974). Hijo de un consejero del emperador Menelik II, recibió una educación occidental, destinada a convertirlo en estadista. Ocupó su primer cargo político tras ser nombrado gobernador de Sidamo y, posteriormente, de las provincias de Harer, tarea en la cual se mostró como un político de carácter populista e ideas progresistas. En 1911 contrajo matrimonio con Wayzaro Menen, nieta de Menelik II.


Haile Selassie

A la muerte de éste (1913) le sucedió en el cargo su nieto Lij Yasu, quien nunca gozó del favor de la población debido a su vocación islámica, contraria a la mayoría cristiana. Tafari aprovechó la situación para erigirse como líder de la oposición cristiana y, en 1916, destituirlo. Tras ello, la hija de Menelik II, Zauditu, fue coronada emperatriz y el propio Tafari, ahora Ras (príncipe) Tafari, designado regente, si bien poco a poco fue acaparando el control del Estado, que dirigió con talante reformista y espíritu centralista.

En 1923 consiguió que Etiopía fuera admitida en la Sociedad de Naciones y, al año siguiente, tras prohibir la esclavitud, emprendió un viaje oficial por distintos países europeos, en los que se presentó como gobernante ilustrado de un país en profundo proceso de modernización.

A la muerte de la emperatriz, en noviembre de 1930, fue coronado emperador (negus) con el nombre de Haile Selassie (El poder de la Trinidad). Dotó al país de una nueva constitución (1931), merced a la cual amplió sus poderes y minimizó los del Parlamento, y prosiguió su política centralista. En 1935, tras la invasión italiana de Etiopía, se vio obligado a exiliarse, y, tras conseguir el apoyo británico, organizó la reconquista del país. Expulsado el invasor, regresó a Addis Abeba.

A su vuelta reinstauró su régimen centralista, lo que motivó el empobrecimiento de las provincias más alejadas de la capital y facilitó el incremento de la corrupción. Además, favoreció los intereses de la etnia amhara, a la cual pertenecía, aniquiló cualquier tipo de oposición y consolidó su régimen dictatorial. Todo ello condujo al país a la bancarrota económica y, a partir de 1960, a la aparición de frecuentes hambrunas entre la población. En 1974 fue derrocado por un golpe militar, que instauró en Etiopía un gobierno provisional de orientación prosoviética.

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