Unidad
2
En
el comienzo de los tiempos
Tema generador de comunicación:
Respetamos otras culturas
En esta unidad leeremos para:
a. Discriminar entre
lenguaje literal y lenguaje figurado.
b. Resumir las
ideas relevantes de un texto utilizando bosquejos y organizadores gráficos.
c.
Analizar el contenido de los textos.
d. Evaluar las
características, roles, motivaciones y conflictos de los personajes.
¿Porqué estudiar mitología?
Si eres un joven interesado en los deportes habrás escuchado de la
preparación que hacen los atletas para participar en las Olimpiadas.
También habrás visto el interés de firmas comerciales como “NIKE” en
auspiciar los atletas. Si no eres atleta, alguna vez habrás ido al
Viejo San Juan y visto en su entrada un imponente edificio al que
llamamos Capitolio, su estructura hecha en mármol nos remonta a la
arquitectura que se utilizaba en la antigüedad, tal vez lo puedas relacionar
con Grecia y Roma. Aún cuando ninguno de los elementos que hemos
mencionado anteriormente te llame la atención, probablemente cuando
escuchas la palabra Cupido, algún interés se despierta en tu corazón.
¿Qué relación tienen las palabras Olimpiada, “Nike”, Capitolio, Grecia, Roma
y Cupido con la unidad que vamos estudiar?
La unidad: En el comienzo de los tiempos,
nos permitirá
hacer un recorrido a través del tiempo de la aportación de varias
civilizaciones antiguas a nuestra cultura a través de los mitos.
Muchas de las costumbres, creencias y símbolos que usamos en nuestra
cultura las hemos heredado de los griegos y los romanos. Así
pues, las Olimpiadas eran unos juegos que se celebraban en honor a los dioses
en el Olimpo, siendo el Olimpo la montaña sagrada donde vivían las
divinidades griegas. En la mitología griega, también Niké era
la diosa de la Victoria. Era capaz de correr y volar a gran velocidad, aparte
de lo cual no se le atribuían otras cualidades extraordinarias; de ahí la
firma comercial “Nike” toma su nombre para relacionarlo con las victorias en
el deporte como resultado del uso de sus productos. Los templos griegos
y romanos dedicados a los dioses dieron paso en la arquitectura moderna a
nuestro Capitolio. Y cuando decimos que el amor es ciego probablemente
nos referimos a Cupido, dios del amor a quien los griegos le atribuían la
ceguera como una de sus características. Nos quedaríamos sorprendidos
al darnos cuenta que en muchos de los símbolos de nuestra cultura y que
creemos son muy modernos, en realidad nos vienen de la antigua Grecia y
Roma probablemente 400 años antes de Cristo. Esa herencia nos ha
llegado a través del mito.
El
mito
Mientras que la
leyenda es una narración tradicional basada en sucesos reales que fueron
transformados por la fantasía popular, el mito consiste en un relato
tradicional sobre los dioses o los héroes de la antigüedad, que tienen
carácter ritual. Para los pueblos antiguos, los mitos
estaban vinculados al mundo religioso y con ellos satisfacían la necesidad
espiritual de explicarse los fenómenos que no podían entender. Le
sirvieron, pues, al hombre para atender a la urgencia de darle a su mundo
físico e inmediato una interpretación elevada que le sirviese de apoyo y, a
la vez, de explicación satisfactoria de aquello que tenía delante de sus
ojos.
El hombre primitivo se encontró ante la Naturaleza sin explicación alguna. No
contaba con el caudal de experiencia de los siglos venideros para enfrentarse
espiritual e intelectualmente a lo que ocurría a su
alrededor. El amanecer, la noche, la lluvia, el viento, las estrellas eran
enormes interrogantes que le causaban admiración o espanto. Los ojos en
ocasiones se quedaban perplejos ante la belleza y la magnificencia de esos
fenómenos. Pero en otras ocasiones, cuando la naturaleza desataba su fuerza y
su violencia, el temor se adueñaba de su espíritu. El hombre, tanto
frente a la manifestación natural de lo esplendoroso como ante la fuerza que
le asombraba y le infundía temor, necesitaba encontrar respuesta a sus
numerosas preguntas. Comenzó entonces a buscar símbolos, a dar
explicaciones sobrenaturales, a crear ídolos, a tejer historias. Es
decir, surgió la mitología. Poco a poco fue elaborando esos
símbolos y esos relatos que inventó, los fue trasmitiendo de una generación a
otra, y el resultado fue todo un amplísimo sistema que le permitió entender
mejor el mundo que le rodeaba.
Pero
esa mitología no le sirvió solamente de modo de entender el mundo, sino que
se constituyó también en un sistema religioso. Comenzó por eso la veneración
de esos seres surgidos de su imaginación, levantó templos y santuarios,
inventó ritos y creó normas y preceptos que obedecería como leyes
sagradas. Su mente se pobló de dioses, benignos unos, severos otros, en
torno a los cuales iba urdiendo historias de amor y sacrificio, de
antagonismo y violencia. En esos dioses y en esas situaciones y
aventuras, el hombre se iba proyectando a sí mismo. Sus propios temores, sus
gozos, sus virtudes y sus pecados, se iban reflejando en esos mitos que su
imaginación creaba. Los dioses que inventó se movían dentro de un sistema
organizado de acuerdo con ciertas jerarquías; eran capaces de efectuar actos
de heroísmo y generosidad; odiaban también y combatían con fiereza; y eran,
en fin, seres formados a semejanza del hombre que los había creado.
Como el hombre ha sido fundamentalmente el mismo a través del tiempo y se ha
enfrentado a fenómenos naturales semejantes, en unas y otras culturas los
mitos creados por distintos pueblos con frecuencia han coincidido. Todas
las culturas tienen su mito de origen, el Génesis relata el origen para la
cultura judeocristiana, el “Popol Vuh”, relata el mito de origen para las
culturas centroamericanas mayas, en la que el hombre fue hecho del
maíz. La cultura azteca tiene en el mito de los cinco soles su mito de
origen y en Puerto Rico nuestro mito de origen se conoce como el mito
taíno. Algunos de estos relatos mitológicos coinciden. Es
significativo cómo casi todas las culturas tienen un mito del gran diluvio. En los pueblos y culturas más diversos y distantes,
hubo dioses del amor y de la belleza, seres deformes y monstruosos que
amenazaban el orden y la armonía, una tierra remota para los muertos y un
cielo para los espíritus puros y también héroes dispuestos a enriquecer la
historia con sus actos de nobleza y sacrificio.
Para rendir
honor a esos dioses y héroes la pintura, la escultura y la arquitectura
fueron recogiendo de manera especial las expresiones artísticas y
espirituales de cada cultura y sus mitos. Si hiciéramos un
viaje por Europa nos daríamos cuenta que en todas las capitales europeas hay
la influencia de un pasado mitológico que el hombre ha tratado de perpetuar
en la pintura, en la arquitectura y en la escultura. Templos, edificios
de gobierno, jardines, fuentes y cementerios reflejan ese legado mitológico.
Aún en países modernos como los Estados Unidos, en la ciudad de Washington
podemos ver modelos arquitectónicos que se remontan a la legendaria Grecia y
Roma. El Capitolio, en Washington es sólo un ejemplo.
La
literatura ha sido un arte que se ha servido de forma particular de la
mitología. El cuento, la novela, el drama y la poesía de distintos
períodos y escuelas literarias han tenido en los dioses primitivos y en
sus aventuras un manantial inagotable de inspiración. El poema épico más
antiguo que se tiene conocimiento es la Ilíada, del poeta clásico
Homero.
Ese poema original ha sido la base para la creación de toda una
producción literaria aún en nuestros tiempos.
La
cinematografía también ha recibido la influencia de los mitos. Recordarás las
películas “Troya”, "Furia de Titanes" “(Clash of the Titans)” y la trilogía de El
Señor de los Anillos “(Lord of the Rings)”, todas ellas marcan un momento de
intervención de los dioses en la vida de los humanos. Hasta la
ciencia misma ha recibido ocasiones su parte de esa herencia riquísima
cuando, por ejemplo, emplea frases como el complejo de Edipo que nos obliga a
referirnos al relato famoso de la mitología griega.
La mitología
le sirvió al hombre de la antigüedad para interpretar una naturaleza que no
entendía. Hoy día, la mitología sirve para interpretar los símbolos acumulados
a través de la cultura para poderla entender y recrearnos en un pasado que
siempre ha tenido algo que contarnos. Ese diálogo no ha terminado; por eso
hoy estamos escuchando sus ecos.
Observa la influencia
de la mitología en la escultura, la arquitectura y la pintura
Escultura
Escultura
Fuente de Cibeles en España
Fuente de Neptuno en Florencia, Italia
Pintura :El nacimiento de Venus
El Partenón , Grecia 400 años a.C.
Monumento a Abraham
Lincoln, Washington,DC. Capitolio
de PR.
Comprueba lo aprendido:
Valor: 2 puntos
Total de puntos: 34
Tema: Porqué estudiar
mitología:
1. Enumera
los ejemplos que da la lectura para vincular el pasado mitológico con la
actualidad.
a.
b.
c.
d.
2. ¿Qué es un mito?
3. ¿Cuál es la diferencia entre
mito y leyenda?
4. ¿Para qué le sirvió el mito al
hombre antiguo?
5. ¿Cómo fueron los dioses que
creo?
6. ¿Cómo se puede observar en
Europa la influencia de los mitos?
7. ¿Cómo la mitología influenció
literatura y la cinematografía?
8. ¿Enumera las clases de mito
e
indica su significado?
9. Investiga: Busca en internet:
·
una obra literaria que haya sido influenciada por la mitología.
·
una escultura que haya sido influenciada por la mitología.
·
una pintura que haya sido influenciada por la mitología.
·
una construcción arquitectónica que haya sido influenciada por la mitología.
Consigue la imagen, pégala en una
página de Word y explícala.
10. Explica en tus propias
palabras. ¿Cuál es la importancia de estudiar la mitología?
Ahora estás preparado para
disfrutar el primer cuento: En el comienzo de los tiempos busca el archivo correspondiente.
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