HISTORIA

DE ESTADOS UNIDOS
Lección III: La independencia, el surgimiento de una nueva nación 

 

      

Grado 11


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           Fuente: Proyecto Salón Hogar

 

Las colonias inglesas

En 1607 un grupo de atrevidos colonizadores ingleses construyó una diminuta aldea en Jamestown, Virginia. Portadores de una cédula del Rey Jaime I de Inglaterra, fundaron la primera colonia inglesa que sobrevivió. Una compañía londinense interesada en obtener utilidades financió la fundación, pero nunca las obtuvo. De los primeros 105 colonos, 73 murieron de hambre y enfermedades en los primeros siete meses después de su arribo. Pero la colonia con el tiempo creció y prosperó. Los virginianos descubrieron la forma de ganar dinero con el cultivo del tabaco, el cual empezaron a enviar a Inglaterra en 1614.

En Nueva Inglaterra, la región nororiental de lo que hoy es Estados Unidos, los puritanos ingleses establecieron varias colonias. Estos colonizadores pensaban que la Iglesia de Inglaterra había adoptado demasiadas prácticas del catolicismo, y llegaron a América huyendo de la persecución en tierras inglesas y con la intención de fundar una colonia basada en sus propios ideales religiosos. Un grupo de puritanos, conocidos como los peregrinos, cruzaron el Atlántico en un barco llamado Mayflower y se establecieron en Plymouth, Massachusetts, en 1620. Una colonia puritana mucho más grande se estableció en el área de Boston en 1630. Para 1635, algunos colonizadores ya estaban emigrando a la cercana Connecticut.

Llegó toda clase de gente: aventureros, maleantes, fervorosos creyentes, constructores, soñadores. América les prometía, como dijo el poeta Robert Frost, un nuevo comienzo para la raza humana. Desde entonces, los estadounidenses han considerado a su país como un gran experimento, un modelo valioso para otras naciones. Nueva Inglaterra también estableció otra tradición: un rasgo de moralismo frecuentemente intolerante. Los puritanos creían que los gobiernos debían hacer cumplir la moralidad de Dios. Castigaban severamente a los bebedores, los adúlteros, los violadores del Séptimo Día, y los herejes. En las colonias puritanas el derecho de voto se limitaba a los miembros de la iglesia, y los salarios de los ministros se pagaban de los impuestos.

Roger Williams, un puritano que no estaba de acuerdo con las decisiones de la comunidad, sostuvo que el estado no debía intervenir en cuestiones religiosas. Obligado a salir de Massachusetts en 1635, fundó la vecina colonia de Rhode Island, la cual garantizaba libertad religiosa y la separacidn del estado y la iglesia. Las colonias de Maryland, establecida en 1634 como refugio para católicos, y Pennsylvania, fundada en 1681 por el dirigente cuáquero William Penn, también se caracterizaron por su tolerancia religiosa. Esta tolerancia, a su vez, atrajo a otros grupos de colonizadores al Nuevo Mundo.

Con el paso del tiempo, las colonias británicas de América del Norte fueron ocupadas también por muchos grupos de origen no británico. Agricultores alemanes se establecieron en Pennsylvania, los suecos fundaron la colonia de Delaware y los primeros esclavos africanos llegaron a Virginia en 1619. En 1626, colonizadores holandeses compraron la isla de Manhattan a los jefes indígenas de la región y erigieron la ciudad de New Amsterdam; en 1664, esta colonia fue tomada por los ingleses y rebautizada con el nombre de New York.

La época colonial

Para el visitante extranjero, Estados Unidos siempre ha dado la impresión de ser no una cultura sino una mezcla de diferentes culturas. En la época colonial, esta mezcla de tradiciones contrastantes ya estaba tomando forma. El estrecho idealismo de Massachusetts coexistia con uno más tolerante de Rhode Island, la diversidad étnica de Pennsylvania y la práctica agricultura comercial de Virginia. La mayoría de los colonos trabajaba en granjas pequeñas. En las colonias sureñas de Virginia, Carolina dei Norte y Carolina del Sur, los terratenientes crearon extensos plantíos de tabaco y arroz en las fértiles cuencas ribereñas. Estos plantíos eran trabajados por negros bajo el sistema de esclavitud (que se había desarrollado lentamente desde 1619) o por ingleses libres que convenían en trabajar sin pago durante varios años a cambio de su travesía a América.

Para 1770 ya habían surgido varios centros urbanos pequeños pero en proceso de expansión, y cada uno de ellos contaba con periódicos, tiendas, comerciantes y artesanos. Philadelphia, con 28.000 habitantes, era la ciudad más grande, seguida por New York, Boston, y Charleston. A diferencia de la mayor parte de las demás naciones, Estados Unidos jamás tuvo una aristocracia feudal. En la era colonial la tierra era abundante y la mano de obra escasa, y todo hombre libre tenía la oportunidad de alcanzar, si no la prosperidad, al menos la independencia económica.

Todas las colonias compartían la tradición del gobiemo representativo. El monarca inglés nombraba a muchos de los gobernadores coloniales, pero todos ellos debían gobernar conjuntamente con una asamblea elegida. El voto estaba restringido a los terratenientes varones blancos, pero la mayorfa de los hombres blancos tenía propiedades suficientes para votar. Inglaterra no podía ejercer un control directo sobre sus colonias norteamericanas. Londres estaba demasiado lejos, y los colonos tenían un espíritu muy independiente.

Para 1733, los ingleses habían ocupado 13 colonias a lo largo de la costa del Atlántico, desde New Hampshire en el norte hasta Georgia en el sur. Los franceses controlaban Canadá y Louisiana, que comprendían toda la vertiente del Mississippi: un imperio vasto con pocos habitantes. Entre 1689 y 1815, Francia y la Gran Bretaña sostuvieron varias guerras, y América del Norte se vio envuelta en cada una de ellas. En 1756 Francia e Inglaterra estaban enfrascadas en la Guerra de los Siete Años, conocida en Estados Unidos como la Guerra Francesa e Indígena. El primer ministro británico, William Pitt, invirtió soldados y dinero en América del Norte y ganó un imperio. Las fuerzas británicas tomaron las plazas fuertes canadienses de Louisburg (1758), Quebec (1759) y Montreal (1760). La Paz de Paris, firmada en 1763, dio a la Gran Bretaña derechos sobre Canadá y toda América del Norte al este del Río Mississippi.

La victoria de Inglaterra condujo directamente a un conflicto con sus colonias norteamericanas. Para evitar que pelearan con los nativos de la región, llamados indios por los europeos, una proclama real negó a los colonos el derecho de establecerse al oeste de los Montes Apalaches. El gobierno británico empezó a castigar a los contrabandistas e impuso nuevos gravámenes al azúcar, el café, los textiles y otros bienes importados. La Ley de Alojamiento obligó a las colonias a alojar y alimentar a los soldados británicos; y con la aprobación de la Ley de Estampillas, debían adherirse estampillas fiscales especiales a todos los periódicos, folletos, documentos legales y licencias.

Estas medidas parecieron muy justas a los políticos británicos, que habían gastado fuertes sumas de dinero para defender a sus colonias norteamericanas durante y después de la Guerra Francesa e Indígena. Seguramente su razonamiento era que los colonos debían sufragar parte de esos gastos. Pero los colonos temían que los nuevos impuestos dificultaran el comercio, y que las tropas británicas estacionadas en las colonias pudieran ser usadas para aplastar las libertades civiles que los colonos habían disfrutado hasta entonces.

En general, estos temores eran infundados, pero fueron los precursores de lo que han llegado a ser tradiciones profundamente arraigadas en la política estadounidense. Los ciudadanos desconfían del "gobierno poderoso"; después de todo, millones de inmigrantes llegaron a este país para escapar de la represión política. Asimismo, los ciudadanos siempre han insistido en ejercer cierto control sobre el sistema tributario que sostiene a su gobierno. Hablando como ingleses nacidos en libertad, los colonos insistieron en que sólo sus propias asambleas coloniales podían gravarlos. No admitiremos tributación sin representación era su grito de batalla.

En 1765, representantes de nueve colonias se reunieron como "Congreso sobre la Ley de Estampillas" y protestaron contra el nuevo impuesto. Los comerciantes se negaron a vender productos británicos, los distribuidores de estampillas se vieron amenazados por la muchedumbre enardecida y la mayoría de los colonos sencillamente se negó a comprar las mencionadas estampillas. El parlamento británico se vio forzado a revocar la Ley de Estampillas, pero hizo cumplir la Ley de Alojamiento, decretó impuestos al té y a otros productos y envió funcionarios aduaneros a Boston a cobrar esos aranceles. De nuevo los colonos optaron por desobedecer, así que se enviaron soldados británicos a Boston.

Las tensiones se aliviaron cuando Lord North, el nuevo ministro de hacienda británico, eliminó todos los nuevos impuestos salvo el del té. En 1773, un grupo de patriotas respondi6 a dicho impuesto escenificando la Fiesta del Té de Boston: disfrazados de indígenas, abordaron buques mercantes británicos y arrojaron al agua, en el puerto de Boston, 342 huacales de té. El parlamento promulgó entonces las "Leyes Intolerables": la independencia del gobierno colonial de Massachusetts fue drásticamente restringida y se enviaron más soldados británicos al puerto de Boston, que ya estaba cerrado a los buques mercantes. En septiembre de 1774 tuvo lugar en Philadelphia el Primer Congreso Continental, reunión de líderes coloniales que se oponían a lo que percibían como opresión británica en las colonias. Estos líderes instaron a los colonos a desobedecer las Leyes Intolerables y a boicotear el comercio británico. Los colonos empezaron a organizar milicias y a almacenar armas y municiones.

La revolución

Dígase a un estadounidense "1776" ó "4 de julio", e inmediatamente cualquiera de estas fechas le traerá a la memoria la Declaración de Independencia, cuando las 13 colonias originales se separaron de Inglaterra. El 19 de abril de 1775, 700 soldados ingleses salieron de Boston para impedir la rebelión de los colonos mediante la toma de un depósito de armas de estos últimos en la vecina ciudad de Concord. En el poblado de Lexington se enfrentaron a 70 milicianos. Alguien, nadie sabe quién, abrió fuego, y la guerra de independencia comenzó. Los ingleses fácilmente se tomaron a Lexington y Concord, pero a su regreso hacia Boston fueron hostilizados por cientos de voluntarios de Massachusetts. Para junio, 10.000 soldados coloniales habían sitiado Boston, y los británicos se vieron forzados a evacuar la ciudad en marzo de 1776.

En mayo de 1775, un Segundo Congreso Continental se reunió en Philadelphia y empezó a asumir las funciones de gobierno nacional. Creó un ejército y una marina continentales bajo el mando de George Washington, un hacendado virginiano y veterano de la Guerra Francesa e Indígena. Se imprimió papel moneda y se iniciaron relaciones diplomáticas con potencias extranjeras. El 2 de julio de 1776, el Congreso finalmente resolvió : Que estas Colonias Unidas son, y por derecho deben ser, estados libres y soberanos. Thomas Jefferson, con la ayuda de otros de Virginia, redactó una Declaración de Independencia, que el Congreso aceptó el 4 de julio de 1776

La declaración presentó una defensa pública de la Guerra de Independencia incluida una larga lista de quejas contra el soberano inglés Jorge III. Pero sobre todo, explicó la filosofía que sustentaba a la independencia, proclamando que todos los hombres nacen iguales, y poseen ciertos derechos inalienables, entre ellos la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad; que los gobiernos pueden gobernar sólo con el consentimiento de los gobernados; que cualquier gobierno puede ser disuelto cuando deja de proteger los derechos del pueblo. Esta teoría política tuvo su origen en el filósofo inglés John Locke, y ocupa un lugar prominente en la tradición política anglosajona.

Al principio, la guerra fue desfavorable para los colonos. Los británicos se tomaron a la ciudad de New York en septiembre de 1776, y a Philadelphia un año después. Las cosas empezaron a cambiar en octubre de 1777 cuando un ejército británico bajo el mando del General John Burgoyne se rindió en Saratoga, en el norte del estado de New York. Alentada por esa victoria, Francia aprovechó la oportunidad de humillar a la Gran Bretaña, su enemiga tradicional. En febrero de 1778 se firmó una alianza franco-americana. Pese a sus escasas provisiones y limitado adiestramiento, las tropas coloniales pelearon bien en general, pero podrían haber perdido la guerra si no hubieran recibido ayuda del erario francés y de la poderosa marina francesa.

Después de 1778, la lucha se trasladó en gran medida al sur. En 1781, 8.000 tropas británicas al mando del General George Cornwallis fueron rodeadas en Yorktown, Virginia, por una flota francesa y un ejército combinado franco-americano al mando de George Washington. Cornwallis se rindió, y poco después el gobierno británico propuso la paz. El Tratado de Paris, firmado en septiembre de 1783, reconoció la independencia de Estados Unidosde América y otorgó a la nueva nación todo el territorio al norte de Florida, al sur del Canadá y al este del Río Mississippi.

La creación de una constitución

Las 13 colonias eran ya estados libres y soberanos, pero aún no una nación unida. Desde 1781 habían estado gobernadas por los Artículos de la Confederación, una constitución que establecía un gobierno central muy débil. El pueblo acababa de rebelarse contra un parlamento en la distante Londres, y no quería remplazarlo con una autoridad central tiránica en su propio país. De acuerdo con los Artículos de la Confederación, el Congreso, compuesto por representantes del pueblo, no podía dictar leyes ni elevar impuestos. No había poder judicial federal ni poder ejecutivo permanente. Cada estado en lo individual era casi independiente: podía incluso establecer sus propias barreras fiscales.

En mayo de 1787 se reunió una convención en Philadelphia con instrucciones de revisar los Artículos de la Confederación. Los delegados, entre quienes estaban George Washington, Benjamin Franklin y James Madison, rebasaron su encargo y redactaron una constitución nueva y más viable, la cual estableció un gobierno federal más poderoso y con facultades para cobrar impuestos, conducir la diplomacia, mantener fuerzas armadas, y reglamentar el comercio exterior y entre los estados. Dispuso la creación de una Corte Suprema y tribunales federales menores, y dio el poder ejecutivo a un presidente electo. Lo que es más importante, estableció el principio de un "equilibrio de poder" entre las tres ramas del gobierno: los poderes ejecutivo, legislativo y judicial. Este principio le otorgó a cada rama medios propios para contrarrestar y equilibrar las actividades de las demás, garantizando así que ninguna de ellas pudiera ejercer autoridad dictatorial sobre las operaciones del gobierno.

La constitución fue aceptada en 1788, pero sólo después de muchas amargas discusiones. Muchos colonos temían que un gobiemo central poderoso aplastara las libertades del pueblo, y en 1791 se agregaron a la constitución 10 enmiendas: la Declaración de Derechos. Este documento garantizó la libertad de culto, de prensa, de palabra, el derecho de los ciudadanos a porter armas, la protección contra cateos ilegales, el derecho a un juicio justo por un jurado, y la protección contra "castigos crueles e inusuales". Es la más antigua constitución escrita del mundo, perdurable por tratarse de un documento general que se puede interpretar de conformidad con los cambios de la época. O bien se puede enmendar, como ya se ha hecho en 27 ocasiones.

La Constitución dejó establecida una forma de gobierno federal con facultades divididas entre los gobiernos federal y estatales. Al gobierno federal corresponden todos los asuntos que afectan a la nación en general. De este modo, la Constitución y la Declaración lograron un equilibrio entre dos aspectos fundamentales pero contradictorios de la política: la necesidad de una autoridad central eficiente y fuerte y la necesidad de garantizar libertades individuales. Los primeros dos partidos políticos de Estados Unidos reflejaron esta división ideológica. Los Federalistas estaban a f:avor de un presidente fuerte y un gobierno central; los Republicanos Demócratas defendían los derechos de los estados en lo individual, porque ésto parecía garantizar mayor control y responsabilidad "locales". Este partido tenía las simpatías de los pequeños agricultores; el Partido Federalista era el favorito de las clases prósperas, y desaparecería en 1820.

Una nación nueva

El Distrito de Columbia (DC), que está rodeado por los estados de Maryland y Virginia, fue designado en la década de 1790 como la sede de la capital de la nación. Fue bautizada con el nombre de Washington en honor del primer presidente. En Washington, DC, quedó establecida la sede de las tres ramas del gobierno federal: la legislativa, la ejecutiva y la judicial. La rama legislativa la constituyen el Congreso, compuesto por dos cámaras, las cuales se reunen en el Capitolio. La Cámara de Representantes se compone de miembros que se eligen en cada estado en proporción con su población. El Senado está compuesto por dos miembros que elige cada estado. El poder ejecutivo está compuesto por el Presidente quien, con ayuda de su Gabinete, se encarga de administrar la ley. El Presidente es elegido por todo el pueblo y habita en la Casa Blanca. La rama judicial esta compuesta por nueve magistrados de la Corte Suprema, a quienes incumbe la decisión final en lo que se refiere a la determinación de si una ley está conforme con el espíritu de la Constitución. Así pues, el Congreso elabora las leyes, el Presidente las pone en vigor y la Corte Suprema las interpreta.

Entre las atribuciones del gobierno federal están las de acuñar monedas, imponer tributos al pueblo, mantener un ejército, una armada y una fuerza aérea para defender a la nación y dirigir sus relaciones exteriores. Además, a través de los tribunales federales el gobierno tiene autoridad sobre las personas en casos relacionados con la interpretación de la Constitución o de las leyes y tratados elaborados al amparo de la misma.

Los gobiernos estatales conservan el poder exclusivo en lo que se refiere a todo asunto local. Tienen su gobernador, sus asambleas legislativas y tribunales propios. Promulgan las leyes relacionadas con la salud, la educación, los impuestos locales y muchas otras cuestiones de importancia.

Como primer presidente de Estados Unidos, George Washington gobernó con un estilo federalista. Cuando los agricultores de Pennsylvania se negaron a pagar un impuesto federal sobre el licor, Washington movilizó a un ejército de 15.000 hombres pare sofocar la Rebelión del Whiskey. Con Alexander Hamilton al frente de la Secretaría de Hacienda, el gobierno federal se hizo cargo de las deudas de cada estado y creó una banca nacional. Estas medidas fiscales fueron concebidas pare alentar la inversión y persuadir a la iniciativa privada a que apoyara al nuevo gobierno.

En 1797, Washington fue sucedido por otro federalista, John Adams, quien se vio envuelto en una guerra naval no declarada contra Francia. En una atmósfera de histeria bélica, el Congreso, controlado por los federalistas, aprobó en 1798 las Leyes sobre Extranjeros y Sedición. Estas medidas permitieron la deportación o arresto de extranjeros "peligrosos", y prescribieron multas o prisión por publicar ataques "falsos, escandalosos y maliciosos" contra el gobierno. Diez editores republicanos fueron condenados conforme a la Ley de Sedición, la cual fue acremente denunciada por el abogado virginiano y principal autor de la Declaración de Independencia, Thomas Jefferson.

La represión a que dieron lugar las Leyes sobre Extranjeros y Sedición terminó en 1801, cuando Thomas Jefferson fue elegido presidente. Como Republicano, Jefferson fue un jefe del ejecutivo informal y accesible. Aunque quiso limitar el poder del presidente, la realidad política lo obligó a ejercer ese poder vigorosamente. En 1803 compró a Francia el inmenso territorio de Louisiana por US$15 millones: en adelante Estados Unidos se extendería hacia el oeste hasta las Montañas Rocosas. Cuando piratas norafricanos atacaron barcos estadounidenses, Jefferson envió una expedición naval en contra del estado de Trípoli.

Mientras tanto, la Corte Suprema, bajo su presidente John Marshall, afimmaba su propia autoridad. En el caso de Marbury vs. Madison, que se ventiló en 1803, Marshall afimmó que la corte declararía nulo cualquier acto del Congreso "contrario a la Constitución". Esa disposición estableció la idea más fundamental del derecho constitucional de Estados Unidos: la Corte Suprema toma la decisión final en la interpretación de la Constitución y, si los jueces determinan que una ley es inconstitucional, pueden declararla nula aunque haya sido promulgada por el Congreso y firmada por el presidente.

Durante las guerras napoleónicas, barcos de guerra británicos y franceses hostilizaron a buques de Estados Unidos. Jefferson respondió prohibiendo las exportaciones estadounidenses a Europa, pero los comerciantes de la región de Nueva lnglaterra protestaron porque su comercio se arruinaría por el embargo, el cual fue derogado por el Congreso en 1809. Sin embargo, en 1812 el Presidente James Madison le declaró la guerra a la Gran Bretaña por este asunto.

Durante la Guerra de 1812, los barcos de guerra estadounidenses tuvieron algunas victorias impresionantes, pero la marina inglesa, inmensamente superior, bloqueó los puertos de Estados Unidos. Los intentos por invadir al Canadá británico terminaron en catástrofe, y las fuerzas inglesas se tomaron y quemaron Washington, la nueva ciudad capital de la nación. Inglaterra y Estados Unidos convinieron en una paz pactada en diciembre de 1814; ningunade las partes obtuvo concesiones de la otra. Dos semanas después, el General Andrew Jackson detuvo un asalto británico a New Orleans. La noticia del tratado de paz aún no llegaba a oídos de los soldados.

Después de la guerra, Estados Unidos gozó de un período de rápida expansión económica. Se construyó una red nacional de carreteras y canales, buques de vapor surcaban los ríos, y el primer ferrocarril de vapor se inauguró en Baltimore, Maryland, en 1830. La Revolución Industrial había llegado a Estados Unidos: la región de Nueva Inglaterra contaba con fábricas de textiles y Pennsylvania con fundiciones de hierro. Para la década de 1850 había fábricas que producían artículos de hule, máquinas de coser, zapatos, ropa, equipos agrícolas, pistolas y relojes.

Las tierras colonizadas crecieron hacia el oeste, más allá del Río Mississippi. En 1828 Andrew Jackson fue elegido presidente: el primer hombre en ocupar este cargo quien haya nacido en el seno de una familia pobre y en el oeste de Estados Unidos, lejos de las tradiciones culturales del litoral del Atlántico. Jackson y su nuevo Partido Demócrata, herederos de los Republicanos de Jefferson, promovieron un credo de democracia popular y atrajeron a los miembros humildes de la sociedad: los agricultores, los mecánicos y los obreros. Jackson destruyó el poder del Banco de Estados Unidos, que había dominado la economía de la nación. Premió con empleos gubernamentales a sus partidarios sin experiencia pero de probada lealtad. Puso tierras a disposición de los colonizadores del oeste, obligando a las tribus indígenas a emigrar al oeste del Río Mississippi.


Lección 3

 

Introducción

Desde 1620 y por 150 años, la mayoría de las personas que vivían en las Trece Colonias se consideraban leales súbditos de la Corona Inglesa. Para el 1770, la situación cambia. Las ideas liberales del movimiento de la Ilustración en Europa había influido en muchos colonos. Frente a varias situaciones que los colonos entendieron como injusticias, intentaron defender sus derechos como ingleses.  Ante las negativas de la Corona a responder como los colonos deseaban, estos últimos toman decisiones: optan por declarar la independencia y pronto se desarrolla una guerra por la independencia de las colonias.

La nueva nación, la primera en América en independizarse  y por ende la  República de los Estados Unidos de América, ha tenido hasta hoy un fuerte impacto en la historia de la humanidad.

En esta lección, estudiaremos el periodo comprendido desde la Guerra de Independencia de las Trece Colonias hasta el surgimiento de los Estados Unidos como nación.

Objetivos

Al finalizar la lección, el estudiante podrá:

  1. analizar las causas y efectos de la Guerra de Independencia o Revolución Americana en la formación de la nación americana y su relación con el resto del mundo.

  2. organizar e interpretar el proceso de la lucha por la independencia de las Trece Colonias.

  3. evaluar cómo fortalecieron la democracia en los Estados Unidos de América los siguientes documentos:

    1. Declaración de Independencia

    2. Artículos de la Confederación

    3. Constitución de los Estados Unidos de América

 

3.1 La independencia de los Estados Unidos

La independencia de las colonias inglesas en Norteamérica y el nacimiento de los Estados Unidos es uno de los acontecimientos históricos más relevantes del siglo XVIII. La Constitución estadounidense, promulgada el 17 de septiembre de 1787, se convirtió en la primera Carta Constitucional escrita que regulaba la forma de gobierno de un país. Al poner énfasis en los derechos del individuo y al otorgar la soberanía al conjunto de los ciudadanos y no a un monarca, sentó las bases de la legalidad moderna.

Éste fue uno de los motivos que propició que la independencia de Estados Unidos se convirtiese en un símbolo de la lucha por la libertad de los pueblos y pasase a ser un punto de referencia para movimientos insurgentes posteriores, entre los que se contó la Revolución Francesa. De la misma manera, la independencia de Estados Unidos demostró que era posible que los territorios colonizados se liberasen del yugo europeo. La nación norteamericana fue un punto de referencia para muchos líderes de América Latina. Tras alcanzar su independencia, muchas de las antiguas colonias españolas se inspiraron en la organización política de Estados Unidos para construir sus Estados. Un ejemplo claro es el de México, nación que, cuando menos nominalmente, adoptó una estructura federal semejante a la de su vecino del norte.

Orígenes de la revolución
Las causas de la revolución norteamericana fueron económicas, políticas, religiosas e intelectuales. Había un conflicto de intereses que con el transcurrir del tiempo se agravaban entre  Nueva Inglaterra y Londres: el comercio monopolizado con las Antillas y la asignación de los impuestos fiscales, pues el Parlamento Británico fijaba cada vez más onerosos tributos.
El sentimiento favorable hacia  la independencia fue fomentado también por el fuerte individualismo de los puritanos que tomaron parte activa en la fundación y desarrollo de las colonias inglesas en este continente.  El 4 de julio de 1776, trece estados (colonias), reunidos en congreso, se constituyen en un país independiente y promulgan la primera Constitución democrática de América.  Su declaración de principios, Carta de los Derechos del Hombre, fue redactada por Thomas Jefferson. Ésta dice en sus partes principales:


«Consideramos como evidentes las siguientes verdades:
Que todos los hombres han sido creados iguales;
Que han sido provistos por su Creador de ciertos derechos intangibles;
Que entre ellos se cuentan la vida, la libertad y la aspiración a la felicidad;
Que para garantía de estos derechos se han establecido entre los hombres gobiernos que derivan su legítimo poder del asentimiento de los gobernados y que cuando alguna forma de gobierno llega a ser perjudicial para estos fines, es derecho del pueblo modificarla o suprimirla, e instituir un nuevo gobierno, estableciendo sus bases sobre tales principios, y organizando sus poderes en la forma que parezca más adecuada para garantizar su seguridad y felicidad…
»

 

Tarea 3.1- Instrucciones. Observa la caricatura a continuación y contesta: (valor- 30 puntos)

1.     ¿Qué objetos, personas o símbolos usa el artista?

2.     ¿Cuáles son los elementos exagerados en ellos?

3.     ¿Cuál es la situación presentada en la caricatura?

4.     En tu opinión, ¿cuál es la idea principal de la caricatura?

5.     ¿Qué título le pondrías a esta caricatura?

 

Caricatura- Tarea 3.1

 

3.2 Fuentes ideológicas de la revolución

Las principales fuentes fueron dos:  El Liberalismo democrático inglés, especialmente de John Locke y David Hume y los hombres de la Ilustración francesa. El pensamiento político de los revolucionarios norteamericanos se caracterizó especialmente por su practicismo. En el aspecto teórico, usaron lo ya elaborado en Inglaterra y Francia, pero al redactar su Constitución y estructurar los poderes del nuevo Estado, crearon un nuevo tipo de gobierno,  que ejercería poderosísima influencia en todas las naciones del viejo continente.  En efecto, la Constitución norteamericana es la primera constitución democrática escrita.
Las principales figuras de esta ideología son Thomas Paine y Thomas Jefferson, quienes serán parte de una futura entrega.

Tarea 3.2 - Instrucciones.  Analiza la siguiente cita y determina si aplica a la Revolución Americana o no:

“Las rebeliones se hacen contra los abusos de poder mientras que las revoluciones son dirigidas contras los usos de un sistema de gobierno. Un régimen tiránico puede ser devorado por un pueblo en rebeldía, cuando ha abusado de sus poderes. Pero cuando el movimiento se dirige contra las instituciones que usan el poder en forma determinada, se tiene una revolución”.

José Ortega y Gasset

¿Crees que la cita anterior  aplica a la revolución de independencia de las Trece Colonias?. Identifica y marca con una X aquellos valores relacionados o que formaron parte de este movimiento político de la sociedad de las colonias.

La cita de Ortega Y Gasset ____ (sí) /____ (no) aplica a lucha de independencia de las colonias por…

 

(Valor 10 puntos)

  

3.3 Formación del gobierno de Estados Unidos

La formación de un gobierno nacional fue el histórico Salón de la Independencia, en Filadelfia, donde los delegados firmaron la Constitución en el verano de 1787. Las 13 colonias norteamericanas se convirtieron en los 13 Estados Unidos de América en 1783, después de su guerra para independizarse de Gran Bretaña. Antes del final de esa guerra, ratificaron un marco de trabajo para sus esfuerzos colectivos. Esos Artículos de la Confederación permitieron crear una unión, pero ésta era extremadamente informal y frágil. George Washington la llamó “una cuerda de arena”. No había moneda común en virtud de que cada estado acuñaba todavía la suya. Tampoco existía una fuerza militar nacional, pues muchos estados seguían teniendo sus propios ejércitos y armadas.

Había poco control centralizado sobre la política exterior; los estados negociaban directamente con otros países y tampoco tenían un sistema nacional para establecer y recolectar impuestos. Las disputas entre Maryland y Virginia por los derechos de navegación en el río Potomac, que era su frontera común, dieron lugar a una conferencia de cinco estados en Annápolis, Maryland,  en 1786. Alexander Hamilton, un delegado de Nueva York, dijo que esos problemas comerciales eran parte de cuestiones económicas y políticas más amplias. Añadió que lo que se necesitaba era un replanteamiento de la Confederación. Él y los demás delegados propusieron organizar una convención con ese propósito. El apoyo de Washington, que era sin duda el hombre que inspiraba más confianza en Estados Unidos, los ayudó a imponerse sobre quienes pensaban que esa idea era demasiado audaz. La reunión realizada en Filadelfia en mayo de 1787 fue notable. Los 55 delegados elegidos para la convención tenían experiencia en el gobierno colonial y estatal. Ellos conocían bien la historia, la ley y la teoría política. Eran jóvenes en su mayoría, aunque en el grupo estaba también el veterano Benjamin Franklin, quien se acercaba al final de una extraordinaria carrera de servicio público y logros científicos.

Dos estadounidenses notables no estaban allí: Thomas Jefferson había ido a París como embajador de Estados Unidos en Francia y John Adams estaba en Londres como embajador en Gran Bretaña. El Congreso Continental había autorizado a la convención para que enmendara los Artículos de la Confederación. En lugar de eso, los delegados descartaron los Artículos por considerar que no eran adecuados para las necesidades de la nueva nación e idearon una nueva forma de gobierno basada en la separación de los poderes legislativo, ejecutivo y judicial. La reunión se había convertido en una convención constitucional. Original de la Constitución de Estados Unidos firmada por los delegados en Filadelfia el 17 de septiembre de 1787.  Llegar a un consenso en algunos de los detalles de una nueva constitución sería en extremo difícil.  Muchos delegados abogaban por un gobierno nacional fuerte que limitara los derechos de los estados.  Otros argumentaban en forma igualmente convincente a favor de un gobierno nacional débil que preservara la autoridad estatal.

Algunos delegados temían que los estadounidenses no fueran capaces de gobernarse por sí mismos y, por lo tanto, se oponían a las elecciones populares de cualquier tipo. Otros pensaban que el gobierno nacional debía tener una base popular de la mayor amplitud posible. Los representantes de estados pequeños insistían en una representación igualitaria en la Legislatura nacional. Los de estados grandes creían que ellos merecían tener más influencia. Los representantes de estados donde la esclavitud era ilegal esperaban que ésta fuera proscrita. Los que venían de estados esclavistas rechazaban cualquier intento a ese respecto. Algunos delegados querían limitar el número de los estados de la Unión. Otros pedían que se otorgara la condición de estado a las tierras recién colonizadas en el oeste. Cada cuestión suscitó nuevas divisiones y cada una fue resuelta por medio de un compromiso. El texto de la Constitución no era un documento largo. Sin embargo, sirvió de marco general para establecer el gobierno más complejo creado hasta entonces. El gobierno nacional tendría plenas facultades para emitir moneda, recaudar impuestos, otorgar patentes, conducir la política exterior, mantener un ejército, establecer oficinas de correos y declarar la guerra. Además, tendría tres ramas iguales –un congreso, un presidente y un sistema de tribunales– con facultades equilibradas y contrapesos para que todas controlaran sus acciones en forma recíproca.

Los intereses económicos influyeron en el curso del debate en torno al documento, pero lo mismo se puede decir de los intereses estatales, sectoriales e ideológicos. Otro factor importante fue el idealismo de los hombres que lo redactaron. Ellos estaban convencidos de que habían ideado un gobierno que promovería la libertad individual y la virtud pública. El 17 de septiembre de 1787, al cabo de cuatro meses de deliberaciones, la mayoría de los delegados firmaron la nueva Constitución. Acordaron que ésta se convertiría en la ley suprema de la nación cuando nueve de los 13 estados la hubieran ratificado. El proceso de ratificación se prolongó cerca de un año. Los opositores expresaban su temor de que un gobierno central fuerte llegara a ser tiránico y opresivo. Los partidarios respondían que el sistema de frenos y contrapesos impediría que eso ocurriera. El debate hizo que surgieran dos facciones: los federalistas que deseaban un gobierno central fuerte y apoyaban la Constitución y los antifederalistas que proponían una asociación informal de estados y se oponían a la Constitución.

Aún después de que la Constitución fue ratificada, muchos estadounidenses sentían que carecía de un elemento esencial pues, a su juicio, no especificaba los derechos de los individuos. Cuando el primer Congreso se reunió en la ciudad de Nueva York en septiembre de 1789, los legisladores accedieron a agregar las disposiciones en cuestión. Tuvieron que pasar otros dos años antes de que esas 10 enmiendas –conocidas en conjunto como la Carta de Derechos– fueran incorporadas a la Constitución. La primera de las diez (10) enmiendas garantiza la libertad de expresión, de prensa y de religión;  el derecho de protestar, reunirse pacíficamente y exigir cambios. La cuarta protege contra los registros y arrestos sin causa razonable. La quinta dispone el debido proceso judicial en todos los casos penales. La sexta garantiza el derecho a un juicio imparcial y expedito. Y la octava protege contra los castigos crueles e inusuales. Desde que la Carta de Derechos fue adoptada, hace más de 200 años, sólo 17 enmiendas más han sido agregadas a la Constitución.

Éste es un resumen de la Constitución de Estados Unidos de América. Te servirá para conocer los fundamentos del gobierno democrático del país. >Entrar aquí<

 

Tarea 3.3 - Instrucciones. Completa el siguiente crucigrama, siguiendo cada una de las pistas. El vocabulario que utilizarás está basado en la lectura anterior. Tus respuestas deben estar basadas en la interpretación del vocabulario según  la lectura. (Valor- 20 puntos)

 

 

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