L a  G r a n  E n c i c l o p e d i a   I l u s t r a d a  d e l   P r o y e c t o  S a l ó n  H o g a r

 


Clásicos de la literartura

 

La Vida es sueño

Pedro Calderón de la Barca

 

Proyecto Salón Hogar


PERSONAS QUE HABLAN EN ELLA
 
ROSAURA,   dama. 
SEGISMUNDO,   príncipe.  
COTALDO,   viejo. 
ESTRELLA,   infanta. 
CLARÍN,   gracioso.  
BASILIO,   rey. 
ASTOLFO,   príncipe. 
Soldados. 
Guardas. 
Músicos. 
 

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ArribaJornada III

 

Sale CLARÍN.

CLARÍN
    En una encantada torre,
por lo que sé, vivo preso.
¿Qué me harán por lo que ignoro,
si por lo que sé me han muerto?
¡Que un hombre con tanta ha[m]bre 5
viniese a morir viviendo!
Lástima tengo de mí.
Todos dirán: «Bien lo creo»,
y bien se puede creer;
pues para mí este silencio 10
no conforma con el nombre
Clarín, y callar no puedo.
Quien me hace compañía
aquí, si a decirlo acierto,
son arañas y ratones. 15
¡Miren qué dulces jilgueros!
De los sueños desta noche
la triste cabeza tengo
llena de mil chirimías,
de trompetas y embelecos, 20
de procesiones, de cruces,
de disciplinantes; y éstos,
unos suben, otros bajan,
unos se desmayan viendo
la sangre que llevan otros. 25
Mas yo, la verdad diciendo,
de no comer me desmayo;
que en esta prisión me veo,
donde ya todos los días
en el filósofo leo 30
Nicomedes, y las noches
en el concilio Niceno.
Si llaman santo al callar,
como en calendario nuevo,
San Secreto es para mí, 35
pues le ayuno y no le huelgo;
aunque está bien merecido
el castigo que padezco,
pues callé, siendo criado,
que es el mayor sacrilegio. 40

(Ruido de cajas y gente, y dicen dentro.)

[SOLDADO] 1.º
Ésta es la torre en que está.
Echad la puerta en el suelo;
entrad todos.
CLARÍN
¡Vive Dios!
que a mí me buscan es cierto
pues me dicen que aquí estoy. 45
¿Qué me querrán?

(Salen los SOLDADOS que pudieren.)

[SOLDADO] 1.º
Entrad dentro.
[SOLDADO] 2.º
Aquí está.
CLARÍN
No está.
TODOS
Señor...
CLARÍN
¿Si vienen borrachos éstos?
[SOLDADO] 2.º
Tú nuestro príncipe eres;
ni admitimos ni queremos 50
sino al señor natural,
y no príncipe extranjero.
A todos nos da los pies.
TODOS
¡Viva el gran príncipe n[uest]ro!
CLARÍN

 (Aparte.)  

¡Vive Dios, que va de veras! 55
¿Si es costumbre en este reino
prender uno cada día
y hacerle príncipe, y luego
volverle a la torre? Sí,
pues cada día lo veo; 60
fuerza es hacer mi papel.
SOLDADOS
Danos tus plantas.
CLARÍN
No puedo,
porque las he menester
para mí, y fuera defeto
ser príncipe desplantado. 65
[SOLDADO] 2.º
Todos a tu padre mesmo
le dijimos que a ti solo
por príncipe conocemos,
no al de Moscovia.
CLARÍN
¿A mi padre
le perdistis el respeto? 70
Sois unos tales por cuales.
[SOLDADO] 1.º
Fue lealtad de nuestros pechos.
CLARÍN
Si fue lealtad, yo os perdono.
[SOLDADO] 2.º
Sal a restaurar tu imperio.
¡Viva Segismundo!
TODOS
¡Viva!
75
CLARÍN

 (Aparte.)  

¿Segismundo dicen? Bueno.
Segismundos llaman todos
los príncipes contrahechos.

(Sale SEGISMUNDO.)

SEGISMUNDO
¿Quién no[m]bra aquí a Segismu[n]do?
CLARÍN

 (Aparte.)  

¡Mas que soy príncipe huero! 80
[SOLDADO] 2.º
¿Quién es Segismundo?
SEGISMUNDO
Yo.
[SOLDADO] 2.º
Pues ¿cómo, atrevido y necio,
tú te hacías Segismundo?
CLARÍN
¿Yo Segismundo? Eso niego.
Que vosotros fuistis quien 85
me segismundasteis; luego
vuestra ha sido solamente
necedad y atrevimiento.
[SOLDADO] 1.º
Gran príncipe Segismundo
(que las señas que traemos 90
tuyas son, aunque por fe
te aclamamos señor nuestro),
tu padre, el gran rey Basilio,
temeroso que los cielos
cumplan un hado, que dice 95
que ha de verse a tus pies puesto,
vencido de ti, pretende
quitarte acción y derecho
y dársela a Astolfo, duque
de Moscovia. Para esto 100
juntó su corte, y el vulgo,
penetrando ya y sabiendo
que tiene rey natural,
no quiere que un extranjero
venga a mandarle. Y así, 105
haciendo noble desprecio
de la inclemencia del hado,
te ha buscado donde preso
vives, para que, valido
de tus armas y saliendo 110
desta torre a restaurar
tu imperial corona y cetro,
se la quites a un tirano.
Sal, pues; que en ese desierto
ejército numeroso 115
de bandidos y plebeyos
te aclama. La libertad
te espera; oye sus acentos.
VOCES
¡Viva Segismundo, viva!
SEGISMUNDO

 (Dentro.)  

¿Otra vez (¿qué es esto, cielos?) 120
queréis que sueñe grandezas
que ha de deshacer el tiempo?
¿Otra vez queréis que vea
entre sombras y bosquejos
la majestad y la pompa 125
desvanecida del viento?
¿Otra vez queréis que toque
el desengaño, o el riesgo
a que el humano poder
nace humilde y vive atento? 130
Pues no ha de ser, no ha de ser.
Miradme otra vez sujeto
a mi fortuna. Y pues sé
que toda esta vida es sueño,
idos, sombras, que fingís 135
hoy a mis sentidos muertos
cuerpo y voz, siendo verdad
que ni tenéis voz ni cuerpo;
que no quiero majestades
fingidas, pompas no quiero. 140
Fantásticas ilusiones
que al soplo menos ligero
del aura han de deshacerse
bien como el florido almendro,
que por madrugar sus flores, 145
sin aviso y sin consejo,
al primer soplo se apagan,
marchitando y desluciendo
de sus rosados capillos
belleza, luz y ornamento, 150
ya os conozco, ya os conozco,
y sé que os pasa lo mesmo
con cualquiera que se duerme.
Para mí no hay fingimientos;
que, desengañado ya, 155
sé bien que la vida es sueño.
[SOLDADO] 2.º
Si piensas que te engañamos,
vuelve a ese monte soberbio
los ojos, para que veas
la gente que aguarda en ellos 160
para obedecerte.
SEGISMUNDO
Ya
otra vez vi aquesto mesmo
tan clara y distintamente
como agora lo estoy viendo,
y fue sueño.
[SOLDADO] 1.º
Cosas grandes
165
siempre, gran señor, trujeron
anuncios; y esto sería,
si lo soñaste primero.
SEGISMUNDO
Dices bien, anuncio fue;
y caso que fuese cierto, 170
pues que la vida es tan corta,
soñemos, alma, soñemos
otra vez; pero ha de ser
con atención y consejo
de que hemos de despertar 175
deste gusto al mejor tiempo;
que llevándolo sabido,
será el desengaño menos;
que es hacer burla del daño
adelantarle el consejo. 180
Y con esta prevención
de que, cuando fuese cierto,
es todo el poder prestado
y ha de volverse a su dueño,
atrevámonos a todo. 185
Vasallos, yo os agradezco
la lealtad; en mí lleváis
quien os libre, osado y diestro,
de extranjera esclavitud.
Tocad al arma, que presto 190
veréis mi inmenso valor.
Contra mi padre pretendo
tomar armas y sacar
verdaderos a los cielos;
presto he de verle a mis plantas. 195

  (Aparte.)  

Mas si antes desto despierto
¿no será bien no decirlo
supuesto que no he de hacerlo?
TODOS
¡Viva Segismundo, viva!

(Sale CLOTALDO.)

CLOTALDO
¿Qué alboroto es éste, cielos? 200
SEGISMUNDO
Clotaldo.
CLOTALDO
Señor...

  (Aparte.)  

En mí
su crueldad prueba.
CLARÍN

 (Aparte.)  

Yo apuesto
que le despeña del monte.

 (Vase.)  

CLOTALDO
A tus reales plantas llego,
ya sé que a morir.

 Proyecto Salón Hogar

SEGISMUNDO
Levanta,
205
levanta, padre, del suelo,
que tú has de ser norte y guía
de quien fíe mis aciertos;
que ya sé que mi crianza
a tu mucha lealtad debo. 210
Dame los brazos.
CLOTALDO
¿Qué dices?
SEGISMUNDO
Que estoy soña[n]do, y que quiero
obrar bien, pues no se pierde
obrar bien, aun entre sueños.
CLOTALDO
Pues, señor, si el obrar bien 215
es ya tu blasón, es cierto
que no te ofenda el que yo
hoy solicite lo mesmo.
A tu padre has de hacer guerra.
Yo aconsejarte no puedo 220
contra mi Rey, ni valerte.
A tus plantas estoy puesto;
dame la muerte.
SEGISMUNDO
¡Villano,
traidor, ingrato!

 (Aparte.)  

Mas ¡cielos!
reportarme me conviene, 225
que aún no sé si estoy despierto.
Clotaldo, vuestro valor
os envidio y agradezco.
Idos a servir al Rey,
que en el campo nos veremos. 230
Vosotros, tocad el arma.
CLOTALDO
Mil veces tus plantas beso.

 (Vase.)  

SEGISMUNDO
A reinar, fortuna, vamos;
no me despiertes, si duermo,
y si es verdad, no me duermas. 235
Mas, sea verdad o sueño,
obrar bien es lo que importa.
Si fuere verdad, por serlo;
si no, por ganar amigos
para cuando despertemos. 240

(Vanse, y tocan el arma.)

(Salen el REY BASILIO y ASTOLFO.)

BASILIO
    ¿Quién, Astolfo, podrá parar prudente
la furia de un caballo desbocado?
¿Quién detener de un río la corriente
que corre al mar, soberbio y despeñado?
¿Quién un peñasco suspender, valiente, 245
de la cima de un monte, desgajado?
Pues todo fácil de parar ha sido,
y un vulgo no, soberbio y atrevido.
    Dígalo en bandos el rumor partido,
pues se oye resonar en lo profundo 250
de los montes el eco repetido,
unos «Astolfo» y otros «Segismundo».
El dosel de la jura, reducido
a segunda intención, a horror segundo,
teatro funesto es, donde importuna 255
representa tragedias la fortuna.
ASTOLFO
    Suspéndase, señor, el alegría,
cese el aplauso y gusto lisonjero
que tu mano feliz me prometía;
que si Polonia (a quien mandar espero) 260
hoy se resiste a la obediencia mía,
es porque la merezca yo primero.
Dadme un caballo, y de arrogancia lleno
rayo descienda el que blasona trueno.

 (Vase.) 

BASILIO
    Poco reparo tiene lo infalible, 265
y mucho riesgo lo previsto tiene;
si ha de ser, la defensa es imposible,
que quien la excusa más, más la previene.
¡Dura ley! ¡Fuerte caso! ¡Horror terrible!
Quien piensa que huye el riesgo, al riesgo viene, 270
con lo que yo guardaba me he perdido;
yo mismo, yo mi patria he destrüido.

(Sale ESTRELLA.)

ESTRELLA
    Si tu presencia, gran señor, no trata
de enfrenar el tumulto sucedido,
que de uno en otro bando se dilata, 275
por las calles y plazas dividido,
verás tu reino en ondas de escarlata
nadar, entre la púrpura teñido
de su sangre; que ya con triste modo,
todo es desdichas y tragedias todo. 280
    Tanta es la ruina de tu imperio, tanta
la fuerza del rigor duro y sangriento,
que visto admira y escuchado espanta.
El sol se turba y se embaraza el viento;
cada piedra una pirámide levanta 285
y cada flor construye un monumento;
cada edificio es un sepulcro altivo,
cada soldado un esqueleto vivo.

(Sale CLOTALDO.)

CLOTALDO
    ¡Gracias a Dios que vivo a tus pies llego!
BASILIO
Clotaldo, pues ¿qué hay de Segismundo? 290
CLOTALDO
Que el vulgo, monstruo despeñado y ciego,
la torre penetró, y de lo profundo
della sacó su príncipe, que luego
que vio segunda vez su honor segundo,
valiente se mostró, diciendo fiero 295
que ha de sacar al cielo verdadero.
BASILIO
    Dadme un caballo, porque yo en persona
vencer valiente a un hijo ingrato quiero;
y en la defensa ya de mi corona,
lo que la ciencia erró venza el acero. 300

 (Vase.) 

ESTRELLA
Pues yo al lado del sol seré Belona.
Poner mi nombre junto al tuyo espero;
que he de volar sobre tendidas alas
a competir con la deidad de Palas.

(Vase, y tocan al arma.)

(Sale ROSAURA y detiene a CLOTALDO.)

ROSAURA
    Aunque el valor q[ue] se encierra 305
en tu pecho desde allí
dé voces, óyeme a mí;
que yo sé que todo es guerra.
    Ya sabes que yo llegué
pobre, humilde y desdichada 310
a Polonia, y amparada
de tu valor, en ti hallé
    piedad. Mandásteme ¡ay cielos!
que disfrazada viviese
en palacio, y pretendiese, 315
disimulando mis celos,
    guardarme de Astolfo. En fin
él me vio, y tanto atropella
mi honor q[ue], viéndome, a Estrella
de noche habla en un jardín. 320
    Déste la llave he tomado,
y te podrá dar lugar
de que en él puedas entrar
a dar fin a mi cuidado.
    Aquí altivo, osado y fuerte, 325
volver por honor podrás,
pues que ya resuelto estás
a vengarme con su muerte.
CLOTALDO
    Verdad es que me incliné,
desde el punto que te vi, 330
a hacer, Rosaura, por ti
(testigo tu llanto fue)
    cuanto mi vida pudiese.
Lo primero que intenté
quitarte aquel traje fue, 335
porque, si Astolfo te viese,
    te viese en tu propio traje,
sin juzgar a liviandad
la loca temeridad
que hace del honor ultraje. 340
    En este tiempo trazaba
cómo cobrar se pudiese
tu honor perdido, aunque fuese
(tanto tu honor me arrestaba)
    dando muerte a Astolfo. ¡Mira 345
qué caduco desvarío!
Si bien, no siendo rey mío,
ni me asombra ni me admira.
    Darle pensé muerte, cuando
Segismundo pretendió 350
dármela a mí, y él llegó,
su peligro atropellando,
    a hacer en defensa mía
muestras de su voluntad
que fueron temeridad, 355
pasando de valentía.
    Pues, ¿cómo yo agora (advierte),
teniendo alma agradecida,
a quien me ha dado la vida
le tengo que dar la muerte? 360
    Y así, entre los dos partido
el efeto y el cuidado,
viendo que a ti te la he dado,
y que dél la he recibido,
    no sé a qué parte acudir, 365
no sé qué parte ayudar;
si a ti me obligué con dar,
dél lo estoy con recibir.
    Y así, en la acción que se ofrece,
nada a mi amor satisface, 370
porque soy persona que hace
y persona que padece.
ROSAURA
    No tengo que prevenir
que en un varón singular,
cuanto es noble acción el dar 375
es bajeza el recibir.
    Y este principio asentado,
no has de estarle agradecido,
supuesto que si él ha sido
el que la vida te ha dado, 380
    y tú a mí, evidente cosa
es que él forzó tu nobleza
a que hiciese una bajeza,
y yo una acción generosa.
    Luego estás dél ofendido, 385
luego estás de mí obligado,
supuesto que a mí me has dado
lo que dél has recibido;
    y así debes acudir
a mi honor en riesgo tanto, 390
pues yo le prefiero cuanto
va de dar a recibir.
CLOTALDO
    Aunque la nobleza vive
de la parte del que da,
el agradecerla está 395
de parte del que recibe;
    y pues ya dar he sabido,
ya tengo con nombre honroso
el nombre de generoso.
Déjame el de agradecido, 400
    pues le puedo conseguir
siendo agradecido cuanto
liberal, pues honra tanto
el dar como el recibir.
ROSAURA
    De ti recibí la vida, 405
y tú mismo me dijiste,
cuando la vida me diste,
que la que estaba ofendida
    no era vida. Luego yo
nada de ti he recibido; 410
pues muerte, no vida, ha sido
la que tu mano me dio.
    Y si debes ser primero
liberal que agradecido
(como de ti mismo he oído), 415
que me des la vida espero,
    que no me la has dado, y pues
el dar engrandece más,
sé antes liberal; serás
agradecido después. 420
CLOTALDO
    Vencido de tu argumento,
antes liberal seré.
Yo, Rosaura, te daré
mi hacienda, y en un convento
    vive; que está bien pensado 425
el medio que solicito;
pues huyendo de un delito
te recoges a un sagrado;
    que cuando, tan dividido,
el reino desdichas siente, 430
no he de ser quien las aumente,
habiendo noble nacido.
    Con el remedio elegido
soy con el reino leal,
soy contigo liberal, 435
con Astolfo agradecido;
    y así escogerle te cuadre,
quedándose entre los dos,
que no hiciera ¡vive Dios!
más, cuando fuera tu padre. 440
ROSAURA
    Cuando tú mi padre fueras,
sufriera esa injuria yo;
pero no siéndolo, no.
CLOTALDO
Pues ¿qué es lo q[ue] hacer esperas?
ROSAURA
    Matar al Duque.
CLOTALDO
Una dama
445
que padre no ha conocido
¿tanto valor ha tenido?
ROSAURA
Sí.
CLOTALDO
¿Quién te alienta?
ROSAURA
Mi fama.
CLOTALDO
Mira que a Astolfo has de ver...
ROSAURA
Todo mi honor lo atropella. 450
CLOTALDO
...tu rey, y esposo de Estrella.
ROSAURA
¡Vive Dios que no ha de ser!
CLOTALDO
    Es locura.
ROSAURA
Ya lo veo.
CLOTALDO
Pues véncela.
ROSAURA
No podré.
CLOTALDO
Pues perderás...
ROSAURA
Ya lo sé.
455
CLOTALDO
...vida y honor.
ROSAURA
Bien lo creo.
CLOTALDO
    ¿Qué intentas?
ROSAURA
Mi muerte.

  Proyecto Salón Hogar

CLOTALDO
Mira
que eso es despecho.
ROSAURA
Es honor.
CLOTALDO
Es desatino.
ROSAURA
Es valor.
CLOTALDO
Es frenesí.
ROSAURA
Es rabia, es ira.
460
CLOTALDO
    En fin, ¿que no se da medio
a tu ciega pasión?
ROSAURA
No.
CLOTALDO
¿Quién ha de ayudarte?
ROSAURA
Yo.
CLOTALDO
¿No hay remedio?
ROSAURA
No hay remedio.
CLOTALDO
    Piensa bien si hay otros modos... 465
ROSAURA
Perderme de otra manera.

 (Vase.) 

CLOTALDO
Pues has de perderte, espera,
hija, y perdámonos todos.

 (Vase.) 

(Tocan y salen, marchando, SOLDADOS, CLARÍN y SEGISMUNDO, vestido de pieles.)

SEGISMUNDO
    Si este día me viera
Roma en los triunfos de su edad primera, 470
¡oh, cuánto se alegrara,
viendo lograr una ocasión tan rara
de tener una fiera
que sus grandes ejércitos rigiera,
a cuyo altivo aliento 475
fuera poca conquista el firmamento!
Pero el vuelo abatamos,
espíritu. No así desvanezcamos
aqueste aplauso incierto,
si ha de pesarme cuando esté despierto 480
de haberlo conseguido
para haberlo perdido;
pues mientras menos fuere
menos se sentirá si se perdiere.

(Dentro, un clarín.)

CLARÍN
En un veloz caballo 485
(perdóname, que fuerza es el pintallo
en viniéndome a cuento),
en quien un mapa se dibuja atento,
pues el cuerpo es la tierra,
el fuego el alma que en el pecho encierra, 490
la espuma el mar, el aire su suspiro,
en cuya confusión un caos admiro,
pues en el alma, espuma, cuerpo, aliento,
monstruo es de fuego, tierra, mar y viento,
de color remendado, 495
rucio, y a su propósito rodado
del que bate la espuela
y en vez de correr vuela,
a tu presencia llega
airosa una mujer.
SEGISMUNDO
Su luz me ciega.
500
CLARÍN
¡Vive Dios que es Rosaura!

 (Vase.) 

SEGISMUNDO
El cielo a mi presencia la restaura.

(Sale ROSAURA, con vaquero, espada y daga.)

ROSAURA
    Generoso Segismundo,
cuya majestad heroica
sale al día de sus hechos 505
de la noche de sus sombras;
y como el mayor planeta
que en los brazos de la aurora
se restituye luciente
a las flores y a las rosas, 510
y sobre mares y montes,
cuando coronado asoma,
luz esparce, rayos brilla,
cumbres baña, espumas borda;
así amanezcas al mundo, 515
luciente sol de Polonia,
que a una mujer infelice,
que hoy a tus plantas se arroja,
ampares por ser mujer
y desdichada, dos cosas 520
que, para obligar a un hombre
que de valiente blasona,
cualquiera de las dos basta,
de las dos cualquiera sobra.
Tres veces son las que ya 525
me admiras, tres las que ignoras
quién soy, pues las tres me has visto
en diverso traje y forma.
La primera me creíste
varón, en la rigurosa 530
prisión, donde fue tu vida
de mis desdichas lisonja.
La segunda me admiraste
mujer, cuando fue la pompa
de tu majestad un sueño, 535
una fantasma, una sombra.
La tercera es hoy, que siendo
monstruo de una especie y otra,
entre galas de mujer
armas de varón me adornan. 540
Y porque compadecido
mejor mi amparo dispongas,
es bien que de mis sucesos
trágicas fortunas oigas.
De noble madre nací 545
en la corte de Moscovia,
que, según fue desdichada,
debió de ser muy hermosa.
En ésta puso los ojos
un traidor, que no le nombra 550
mi voz por no conocerle,
de cuyo valor me informa
el mío; pues siendo objeto
de su idea, siento agora
no haber nacido gentil, 555
para persuadirme loca,
a que fue algún dios de aquellos
que en metamorfosis lloran,
lluvia de oro, cisne y toro,
Dánae, Leda y Europa. 560
Cuando pensé que alargaba,
citando aleves historias,
el discurso, hallo que en él
te he dicho en razones pocas
que mi madre, persuadida 565
a finezas amorosas,
fue como ninguna bella,
y fue infeliz como todas.
Aquella necia disculpa
de fe y palabra de esposa 570
la alcanza tanto que aun hoy
el pensamiento la cobra,
habiendo sido un tirano
tan Eneas de su honra
que la dejó hasta la espada. 575
Enváinese aquí su hoja,
que yo la desnudaré
antes que acabe la historia.
Deste, pues, mal dado nudo
que ni ata ni aprisiona, 580
o matrimonio o delito,
si bien todo es una cosa,
nací yo tan parecida,
que fui un retrato, una copia,
ya que en la hermosura no, 585
en la dicha y en las obras;
y así no habré menester
decir que, poco dichosa
heredera de fortunas,
corrí con ella una propia. 590
Lo más que podré decirte
de mí es el dueño que roba
los trofeos de mi honor,
los despojos de mi honra.
Astolfo... ¡Ay de mí!, al nombrarle 595
se encoleriza y se enoja
el corazón, propio efeto
de que enemigo se nombra.
Astolfo fue el dueño ingrato
que olvidado de las glorias 600
(porque en un pasado amor
se olvida hasta la memoria),
vino a Polonia, llamado
de su conquista famosa,
a casarse con Estrella, 605
que fue de mi ocaso antorcha.
¿Quién creerá que, habiendo sido
una Estrella quien conforma
dos amantes, sea una Estrella
la que los divida agora? 610
Yo ofendida, yo burlada,
quedé triste, quedé loca,
quedé muerta, quedé yo,
que es decir que quedó toda
la confusión del infierno 615
cifrada en mi Babilonia;
y declarándome muda
(porque hay penas y congojas
que las dicen los afectos
mucho mejor que la boca) 620
dije mis penas callando,
hasta que una vez a solas
Violante mi madre ¡ay cielos!
rompió la prisión, y en tropa
del pecho salieron juntas, 625
tropezando unas con otras.
No me embaracé en decirlas;
que en sabiendo una persona
que a quien sus flaquezas cuenta
ha sido cómplice en otras, 630
parece que ya le hace
la salva y le desahoga;
que a veces el mal ejemplo
sirve de algo. En fin, piadosa
oyó mis quejas, y quiso 635
consolarme con las propias.
Juez que ha sido delincuente,
¡qué fácilmente perdona!
Y escarmentando en sí misma
(que por dejar a la ociosa 640
libertad, al tiempo fácil
el remedio de su honra,
no le tuvo en mis desdichas),
por mejor consejo toma
que le siga y que le obligue, 645
con finezas prodigiosas,
a la deuda de mi honor;
y para que a menos costa
fuese, quiso mi fortuna
q[ue] en traje de hombre me ponga. 650
Descolgó una antigua espada
que es ésta que ciño. Agora
es tiempo que se desnude,
como prometí, la hoja,
pues confiada en sus señas 655
me dijo: «Parte a Polonia,
y procura que te vean
ese acero que te adorna
los más nobles; que en alguno
podrá ser que hallen piadosa 660
acogida tus fortunas
y consuelo tus congojas.»
Llegué a Polonia en efeto.
Pasemos, pues que no importa
el decirlo, y ya se sabe 665
que un bruto que se desboca
me llevó a tu cueva, adonde
tú de mirarme te asombras.
Pasemos que allí Clotaldo
de mi parte se apasiona, 670
que pide mi vida al Rey,
que el Rey mi vida le otorga,
que informado de quién soy,
me persuade a que me ponga
mi propio traje, y que sirva 675
a Estrella, donde ingeniosa
estorbé el amor de Astolfo
y el ser Estrella su esposa.
Pasemos que aquí me viste
otra vez confuso, y otra 680
con el traje de mujer
confundiste entrambas formas;
y vamos a que Clotaldo,
persuadido a que le importa
que se casen y que reinen 685
Astolfo y Estrella hermosa,
contra mi honor me aconseja
que la pretensión disponga.
Yo, viendo que tú, ¡oh valiente
Segismundo!, a quien hoy toca 690
la venganza, pues el cielo
quiere que la cárcel rompas
desa rústica prisión,
donde ha sido tu persona
al sentimiento una fiera, 695
al sufrimiento una roca,
las armas contra tu patria
y contra tu padre tomas,
vengo a ayudarte, mezclando
entre las galas costosas 700
de Dïana, los arneses
de Palas, vistiendo agora
ya la tela y ya el acero,
q[ue] entrambos juntos me adornan.
Ea, pues, fuerte caudillo, 705
a los dos juntos importa
impedir y deshacer
estas concertadas bodas;
a mí porque no se case
el que mi esposo se nombra, 710
y a ti porque, estando juntos
sus dos estados, no pongan
con más poder y más fuerza
en duda nuestra vitoria.
Mujer, vengo a persuadirte 715
el remedio de mi honra,
y varón, vengo a alentarte
a que cobres tu corona.
Mujer, vengo a enternecerte
cuando a tus plantas me ponga, 720
y varón, vengo a servirte
cuando a tus gentes socorra.
Mujer, vengo a que me valgas
en mi agravio y mi congoja,
y varón, vengo a valerte 725
con mi acero y mi persona.
Y así piensa que si hoy
como a mujer me enamoras,
como varón te daré
la muerte en defensa honrosa 730
de mi honor; porque he de ser,
en su conquista, amorosa,
mujer para darte quejas,
varón para ganar honras.
SEGISMUNDO

 (Aparte. 

Cielos, si es verdad que sueño, 735
suspendedme la memoria,
que no es posible que quepan
en un sueño tantas cosas.
¡Válgame Dios! ¡Quién supiera
o saber salir de todas, 740
o no pensar en ninguna!
¿Quién vio penas tan dudosas?
Si soñé aquella grandeza
en que me vi, ¿cómo agora
esta mujer me refiere 745
unas señas tan notorias?
Luego fue verdad, no sueño;
y si fue verdad, que es otra
confusión y no menor,
¿cómo mi vida le nombra 750
sueño? Pues ¿tan parecidas
a los sueños son las glorias
que las verdaderas son
tenidas por mentirosas,
y las fingidas por ciertas? 755
¿Tan poco hay de unas a otras
que hay cuestión sobre saber
si lo que se ve y se goza
es mentira o es verdad?
¿Tan semejante es la copia 760
al original que hay duda
en saber si es ella propia?
Pues si es así, y ha de verse
desvanecida entre sombras
la grandeza y el poder, 765
la majestad y la pompa,
sepamos aprovechar
este rato que nos toca,
pues sólo se goza en ella
lo que entre sueños se goza. 770
Rosaura está en mi poder,
su hermosura el alma adora.
Gocemos, pues, la ocasión;
el amor las leyes rompa
del valor y confianza 775
con que a mis plantas se postra.
Esto es sueño; y pues lo es,
soñemos dichas agora,
que después serán pesares.
Mas con mis razones propias 780
vuelvo a convencerme a mí.
Si es sueño, si es vanagloria,
¿quién por vanagloria humana
pierde una divina gloria?
¿Qué pasado bien no es sueño? 785
¿Quién tuvo dichas heroicas
que entre sí no diga, cuando
las revuelve en su memoria:
«sin duda que fue soñado
cuanto vi»? Pues si esto toca 790
mi desengaño, si sé
que es el gusto llama hermosa
que le convierte en cenizas
cualquiera viento que sopla,
acudamos a lo eterno; 795
que es la fama vividora,
donde ni duermen las dichas,
ni las grandezas reposan.
Rosaura está sin honor;
más a un príncipe le toca 800
el dar honor que quitarle.
¡Vive Dios! que de su honra
he de ser conquistador
antes que de mi corona.
Huyamos de la ocasión, 805
que es muy fuerte). ¡Al arma toca,
que hoy he de dar la batalla,
antes que las negras sombras
sepulten los rayos de oro
entre verdinegras ondas! 810
ROSAURA
Señor, ¿pues así te ausentas?
¿Pues ni una palabra sola
no te debe mi cuidado,
no merece mi congoja?
¿Cómo es posible, señor, 815
que ni me mires ni oigas?
¿Aun no me vuelves el rostro?
SEGISMUNDO
Rosaura, al honor le importa
por ser piadoso contigo,
ser cruel contigo agora. 820
No te responde mi voz,
porque mi honor te responda;
no te hablo, porque quiero
que te hablen por mí mis obras;
ni te miro, porque es fuerza, 825
en pena tan rigurosa,
que no mire tu hermosura
quien ha de mirar tu honra.

(Vanse.)

  Proyecto Salón Hogar

ROSAURA

 (Aparte.)  

    ¿Qué enigmas, cielos, son éstas?
Después de tanto pesar, 830
¡aún me queda que dudar
con equívocas respuestas!

(Sale CLARÍN.)

CLARÍN
    Señora, ¿es hora de verte?
ROSAURA
¡Ay, Clarín! ¿Dónde has estado?
CLARÍN
En una torre, encerrado 835
brujuleando mi muerte,
    y si me da, o no me da;
y a figura que me diera
pasante quínola fuera
mi vida; que estuve ya 840
    para dar un estallido.
ROSAURA
¿Por qué?
CLARÍN
Porque sé el secreto
de quién eres, y en efeto,
 

(Dentro, cajas.)

 
Clotaldo... Pero ¿qué ruido
    es éste?
ROSAURA
¿Qué puede ser?
845
CLARÍN
Que del palacio sitiado
sale un escuadrón armado
a resistir y vencer
    el del fiero Segismundo.
ROSAURA
Pues ¿cómo cobarde estoy 850
y ya a su lado no soy
un escándalo del mundo,
    cuando ya tanta crueldad
cierra sin orden ni ley?

 (Vase.) 

UNOS

 (Dentro.) 

¡Viva n[uest]ro invicto Rey! 855
OTROS

 (De[n]tro.) 

¡Viva nuestra libertad!
CLARÍN
    ¡La libertad y el Rey vivan!
Vivan muy enhorabuena,
que a mí nada me da pena,
como en cuenta me reciban; 860
    que yo, apartado este día
en tan grande confusión,
haga el papel de Nerón
que de nada se dolía.
    Si bien me quiero doler 865
de algo, y ha de ser de mí;
escondido, desde aquí
toda la fiesta he de ver.
    El sitio es oculto y fuerte
entre estas peñas. Pues ya 870
la muerte no me hallará,
dos higas para la muerte.

(Escó[n]dese. Suena ruido de armas.)

(Salen el REY, CLOTALDO y ASTOLFO, huyendo.)

BASILIO
    ¿Hay más infelice rey?
¿Hay padre más perseguido?
CLOTALDO
Ya tu ejército vencido 875
baja sin tino ni ley.
ASTOLFO
    Los traidores vencedores
quedan.
BASILIO
En batallas tales
los que vencen son leales,
los vencidos los traidores. 880
    Huyamos, Clotaldo, pues,
del crüel, del inhumano
rigor de un hijo tirano.

(Disparan dentro, y cae CLARÍN, herido, de donde está.)

CLARÍN
¡Válgame el cielo!
ASTOLFO
¿Quién es
    este infelice soldado 885
que a nuestros pies ha caído
en sangre todo teñido?
CLARÍN
Soy un hombre desdichado,
    que por quererme guardar
de la muerte, la busqué. 890
Huyendo della, topé
con ella, pues no hay lugar
    para la muerte secreto.
De donde claro se arguye
de quien más su efeto huye 895
es quien se llega a su efeto.
    Por eso tornad, tornad
a la lid sangrienta luego;
que entre las armas y el fuego
hay mayor seguridad 900
    que en el monte más guardado;
que no hay seguro camino
a la fuerza del destino
y a la inclemencia del hado.
    Y así, aunque a libraros vais 905
de la muerte con hüir,
mirad que vais a morir,
si está de Dios que muráis.

 (Cae dentro.) 

BASILIO
Mirad que vais a morir,
si está de Dios que muráis. 910
    ¡Qué bien, ay cielos, persuade
nuestro error, nuestra ignorancia,
a mayor conocimiento
este cadáver que habla
por la boca de una herida, 915
siendo el humor que desata
sangrienta lengua que enseña
que son diligencias vanas
del hombre cuantas dispone
contra mayor fuerza y causa! 920
Pues yo, por librar de muertes
y sediciones mi patria,
vine a entregarla a los mismos
de quien pretendí librarla.
CLOTALDO
Aunque el hado, señor, sabe 925
todos los caminos, y halla
a quien busca entre lo espeso
de dos penas, no es cristiana
determinación decir
que no hay reparo a su saña. 930
Sí hay, que el prudente varón
vitoria del hado alcanza;
y si no estás reservado
de la pena y la desgracia,
haz por donde te reserves. 935
ASTOLFO
Clotaldo, señor, te habla
como prudente varón
que madura edad alcanza,
yo como joven valiente.
Entre las espesas ramas 940
dese monte está un caballo,
veloz aborto del aura;
huye en él, que yo entre tanto
te guardaré las espaldas.
BASILIO
Si está de Dios que yo muera, 945
o si la muerte me aguarda,
aquí, hoy la quiero buscar,
esperando cara a cara.

(Tocan al arma, y sale SEGISMUNDO y toda la compañía.)

SEGISMUNDO
En lo intrincado del monte,
entre sus espesas ramas, 950
el Rey se esconde. Seguilde,
no quede en sus cumbres planta
que no examine el cuidado,
tronco a tronco, y rama a rama.
CLOTALDO
¡Huye, señor!
BASILIO
¿Para qué?
955
ASTOLFO
¿Qué intentas?
BASILIO
Astolfo, aparta.
CLOTALDO
¿Qué intentas?
BASILIO
Hacer, Clotaldo,
un remedio que me falta.
Si a mí buscándome vas,
ya estoy, príncipe, a tus plantas; 960
sea dellas blanca alfombra
esta nieve de mis canas.
Pisa mi cerviz, y huella
mi corona; postra, arrastra
mi decoro y mi respeto; 965
toma de mi honor venganza;
sírvete de mí cautivo;
y tras prevenciones tantas,
cumpla el hado su homenaje,
cumpla el cielo su palabra. 970
SEGISMUNDO
Corte ilustre de Polonia,
que de admiraciones tantas
sois testigos, atended,
que vuestro príncipe os habla.
Lo que está determinado 975
del cielo, y en azul tabla
Dios con el dedo escribió,
de quien son cifras y estampas
tantos papeles azules
que adornan letras doradas, 980
nunca miente, nunca engaña,
porque quien miente y engaña
es quien, para usar mal dellas,
las penetra y las alcanza.
Mi padre, que está presente, 985
por excusarse a la saña
de mi condición, me hizo
un bruto, una fiera humana;
de suerte que, cuando yo
por mi nobleza gallarda, 990
por mi sangre generosa,
por mi condición bizarra,
hubiera nacido dócil
y humilde, sólo bastara
tal género de vivir, 995
tal linaje de crianza,
a hacer fieras mis costumbres.
¡Qué buen modo de estorbarlas!
Si a cualquier hombre dijesen:
«Alguna fiera inhumana 1000
te dará muerte», ¿escogiera
buen remedio en despertalla
cuando estuviese durmiendo?
Si dijeran: «Esta espada
que traes ceñida ha de ser 1005
quien te dé la muerte», vana
diligencia de evitarlo
fuera entonces desnudarla
y ponérsela a los pechos.
Si dijesen: «Golfos de agua 1010
han de ser tu sepultura
en monumentos de plata»,
mal hiciera en darse al mar,
cuando soberbio levanta
rizados montes de nieve, 1015
de cristal crespas montañas.
Lo mismo le ha sucedido
que a quien, porque le amenaza
una fiera, la despierta;
que a quien, temiendo una espada 1020
la desnuda; y que a quien mueve
las ondas de una borrasca;
y cuando fuera (escuchadme)
dormida fiera mi saña,
templada espada mi furia, 1025
mi rigor quieta bonanza,
la fortuna no se vence
con injusticia y venganza,
porque antes se incita más.
Y así, quien vencer aguarda 1030
a su fortuna, ha de ser
con prudencia y con templanza.
No antes de venir el daño
se reserva ni se guarda
quien le previene; que aunque 1035
puede humilde (cosa es clara)
reservarse dél, no es
sino después que se halla
en la ocasión, porque aquesta
no hay camino de estorbarla. 1040
Sirva de ejemplo este raro
espectáculo, esta extraña
admiración, este horror,
este prodigio; pues nada
es más que llegar a ver, 1045
con prevenciones tan varias,
rendido a mis pies a un padre,
y atropellado a un monarca.
Sentencia del cielo fue;
por más que quiso estorbarla 1050
él no pudo, ¿y podré yo
que soy menor en las canas,
en el valor y en la ciencia
vencerla? Señor, levanta,
dame tu mano; que ya 1055
que el cielo te desengaña
de que has errado en el modo
de vencerle, humilde aguarda
mi cuello a que tú te vengues;
rendido estoy a tus plantas. 1060
BASILIO
Hijo, que tan noble acción
otra vez en mis entrañas
te engendra, príncipe eres.
A ti el laurel y la palma
se te deben. Tú venciste; 1065
corónente tus hazañas.
TODOS
¡Viva Segismundo, viva!
SEGISMUNDO
Pues que ya vencer aguarda
mi valor grandes vitorias,
hoy ha de ser la más alta 1070
vencerme a mí. Astolfo dé
la mano luego a Rosaura,
pues sabe que de su honor
es deuda y yo he de cobrarla.
ASTOLFO
Aunque es verdad que la debo 1075
obligaciones, repara
que ella no sabe quién es;
y es bajeza y es infamia
casarme yo con mujer...
CLOTALDO
No prosigas, tente, aguarda; 1080
porque Rosaura es tan noble
como tú, Astolfo, y mi espada
lo defenderá en el campo;
que es mi hija, y esto basta.
ASTOLFO
¿Qué dices?
CLOTALDO
Que yo hasta verla
1085
casada, noble y honrada,
no la quise descubrir.
La historia desto es muy larga;
pero, en fin, es hija mía.
ASTOLFO
Pues siendo así, mi palabra 1090
cumpliré.
SEGISMUNDO
Pues, porq[ue] Estrella
no quede desconsolada,
viendo que príncipe pierde
de tanto valor y fama,
de mi propia mano yo 1095
con esposo he de casarla
que en méritos y fortuna
si no le excede, le iguala.
Dame la mano.
ESTRELLA
Yo gano
en merecer dicha tanta. 1100
SEGISMUNDO
A Clotaldo, que leal
sirvió a mi padre, le aguardan
mis brazos, con las mercedes
que él pidiere que le haga.
[SOLDADO] 1.º
Si así a quien no te ha servido 1105
honras, ¿a mí, que fui causa
del alboroto del reino,
y de la torre en que estabas
te saqué, qué me darás?
SEGISMUNDO
La torre; y porque no salgas 1110
della nunca hasta morir,
has de estar allí con guardas;
que el traidor no es menester
siendo la traición pasada.
BASILIO
Tu ingenio a todos admira. 1115

  Proyecto Salón Hogar

ASTOLFO
¡Qué condición tan mudada!
ROSAURA
¡Qué discreto y qué prudente!
SEGISMUNDO
¿Qué os admira? ¿Qué os espanta,
si fue mi maestro un sueño,
y estoy temiendo en mis ansias 1120
que he de despertar y hallarme
otra vez en mi cerrada
prisión? Y cuando no sea,
el soñarlo sólo basta;
pues así llegué a saber 1125
que toda la dicha humana,
en fin, pasa como sueño.
Y quiero hoy aprovecharla
el tiempo que me durare,
pidiendo de nuestras faltas 1130
perdón, pues de pechos nobles
es tan propio el perdonarlas.

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