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El Descubrimiento de América

12 de Octubre

Origen del Día de la Raza o de la Hispanidad

 

Descubrimiento de América

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Después de 72 días de navegación, el 12 de octubre de 1492 el marinero Rodrigo de Triana divisó Tierra. Este acontecimiento cambió la concepción que se tenía del planeta y provocó algo que ni siquiera Cristóbal Colón había imaginado: la unión de dos mundos.

El encuentro permitió que América recibiera un gran legado cultural, de adelantos y de expresiones artísticas no sólo occidentales sino también orientales, y que Europa percibiera la riqueza cultural, los avances, el ingenio y el arte del Nuevo Mundo.

El Día de la Hispanidad es una conmemoración propuesta inicialmente en España hacia 1915 y secundada por los países hispanoamericanos, celebrada el 12 de octubre.

 

Cristóbal Colón: El sueño de un marino

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Cristóbal Colón nació alrededor de 1451-1452 en el puerto italiano de Génova. Proveniente de una familia de tejedores, se hizo a la mar cuando tenía 14 años.

Como aprendiz, viajó por las costas del Mar Mediterráneo y más tarde se incorporó a travesías más extensas por el Océano Atlántico.

A los 26 años de edad, ya había viajado por el sur hasta la isla Madeira, y por el norte hasta Islandia.

En 1477, se casó y se estableció en Lisboa, Portugal. Bajo el auspicio de Enrique El Navegante, ese país había iniciado una expansión marítima en busca de riquezas que duraría 300 años. En sus exploraciones hacia el sur por la costa africana, los portugueses habían descubierto dos mercancías de gran valor: oro y esclavos.

Un ambicioso

En tiempos de Colón, se decía que las distantes tierras de la India, de la China y del Japón eran ricas en especias, sedas, piedras preciosas y, en especial, oro. Sin embargo, no se tenía certeza de que estos países existieran en realidad, pues nadie, desde que el navegante veneciano Marco Polo, hacía 200 años, había estado allí.

Marco Polo había descrito detalladamente esas tierras en un libro. Esa obra era la base del conocimiento europeo de dichos territorios.

Siendo un lujo tener libros, el marino genovés contaba con su propio ejemplar. Él pensaba que como la Tierra era redonda, navegaría hacia el Japón encaminándose hacia el oeste a través del Atlántico. Según sus cálculos, Japón se localizaba a 4.500 kilómetros al oeste de las islas Canarias.

En 1484, presentó su plan al Rey de Portugal, quien no lo aceptó porque estaba más interesado en Africa. Entonces, viajó a España, donde llegó a un acuerdo con los Reyes Católicos (Capitulaciones de Santa Fe, 17 de abril de 1492). Se le otorgaron los títulos de Virrey y Almirante de las tierras que descubriera y derechos económicos en las empresas que organizara.

El primer viaje de Colón

El 3 de agosto de 1492, Cristóbal Colón zarpó de Puerto de Palos con las tres naves La Pinta, La Niña y la Santa María. el 12 de octubre, a las 2 de la madrugada, el vigía de La Pinta el marinero Rodrigo de Triana divisó Tierra.

Los marineros desembarcaron en una isla y de ella Colón tomó posesión en nombre de los Reyes de España, bautizándola San Salvador. En la actualidad, no hay certeza acerca de cuál es, aunque se presume que se trata de alguna isla ubicada cerca del Cayo Samana, en Las Bahamas.

  • "La siguiente isla"

Los indígenas del lugar se mostraron amistosos y por signos le indicaron que sus ornamentos de oro provenían de la isla siguiente. Durante dos semanas navegaron de isla en isla escuchando la misma respuesta: "La siguiente isla".

Cuando Colón avanzó hasta Cuba, estaba convencido de que se encontraba en la China y envió una expedición al interior a buscar la ciudad de Zaitán, descrita por Marco Polo en su libro. Se le informó que sólo habían chozas con techos de paja. En diciembre, llegó a una isla grande que llamó La Española y que hoy corresponde a República Dominicana y Haití.

Luego de construir el fuerte Navidad a consecuencia de la perdida da la nave Santa Maria ante las costas de La Española -en el cual quedaron 39 de sus hombres con instrucciones de reunir la mayor cantidad posible de oro-, Colón emprendió el regreso a Europa.

El recibimiento de los Reyes Católicos

Cristóbal Colón ante los Reyes Católicos relata su hazaña de conquistar una nueva tierra y sobre la forma de vida de sus singulares habitantes. (Juan Cordero, S. XIX).

Después de haber arribado a la península (marzo de 1493), Colón fue a descansar dos semanas a la Rábida. Allí esperó su audiencia en la corte. El recibimiento de Colón por parte de los Reyes Católicos en Barcelona fue grandioso. Se engalanó la ciudad como para una fiesta, y cuando el Almirante y su séquito llegaron a las afueras, lo recibieron altos cortesanos. Al penetrar en el salón del trono se levantaron los soberanos, y cuando Colón quiso arrodillarse y besarles la mano, le hicieron que se levantara y sentara en una silla cerca de ellos. Colón fue el único al que se le permitió permanecer sentado en su presencia.

 

Entonces les hizo el relato del viaje y de las islas con su fresca vegetación y sus habitantes desnudos, entre otros temas. Les presentó a los indios casi desnudos, quienes rezaron el Ave María y se santiguaron. Sus hombres traían jaulas con cacatúas, grandes ratas indias y pequeños perros que no podían ladrar. Abrieron barriles con extraños pescados en salazón y arcas con algodón, áloe, especias y pieles de grandes iguanas. Les mostraron arcos, flechas y porras, y el Almirante les habló de los caribes devoradores de carne humana o caníbales, y de las sirenas frente a Monte Christi, pero aseguró que no había visto ninguno de los monstruos que los cosmógrafos creían existentes en las islas al fin de la tierra. Luego les mostró el oro: coronas de oro, grandes máscaras decoradas con oro, ornamentos de oro batido, pepitas de oro, polvo de oro. Los soberanos se arrodillaron, y con ellos todos los presentes, dando gracias a Dios que había puesto estas cosas en sus manos. El coro cantó un Te Deum, y las crónicas dicen que todos los ojos se llenaron con lágrimas de indescriptible alegría.

Colón vivió su momento de mayor esplendor y gozó durante este tiempo de todo el favor real. Los reyes se mostraban contentos con su hazaña, alegría que aumentó tras la dictación de las bulas de donación por parte del papa Alejandro VI.

Los otros viajes de Colón

Cuando el Almirante Colón llegó al Puerto de Palos le esperaba una gran bienvenida. Llevaba consigo plantas exóticas y animales -como piñas y loros jamás vistos en Europa-, ornamentos de oro, y un grupo de indígenas cautivos de las islas del Caribe.Tras informar sobre su viaje, se abocó a organizar una segunda expedición (1Viajes493-1496) a América, la que se realizó a mayor escala. Esta incluía 17 barcos, que llevaban entre 1.000 y 1.500 personas.

Ahora, su objetivo era doble: continuar los descubrimientos y colonizar La Española.

 

El 29 de mayo de 1493, Colón recibió instrucciones reales, según las cuales el primer objetivo de la nueva expedición era la conversión de los nativos y  el segundo la explotación económica del descubrimiento. La organización de la vasta flota patrocinada por Isabel y Fernando fue obra conjunta del propio Colón y del archidiácono de Sevilla Juan de Fonseca. Diecisiete navíos y mil doscientos hombres integraron la expedición. La Capitana, que bien podía tener unas doscientas toneladas, fue llamada Santa María, como su predecesora; perteneciente a Antonio de Torres. Otras naos grandes eran la Gallega y Colina. Se embarcaron cinco religiosos, entre ellos el benedictino catalán fray Buil, y numerosos hombres de armas, incluidos veinte caballeros con sus monturas y también arcabuceros y ballesteros; además, centenares de labradores y artesanos, entre los que abundaban los albañiles. La flota partió de Cádiz el 25 de septiembre de 1493 Cristóbal Colón, capitán general de la misma, iba acompañado por su joven hermano Diego.


No se conserva el diario de a bordo del Almirante ni hay transcripción de Las Casas, por lo que resulta imposible seguir este viaje con la precisión del anterior. Sin embargo, dos miembros de la expedición escribieron interesantes relatos: Michele de Cuneo, de Savona, amigo de infancia del Almirante y Diego Álvarez Chaca, médico de Sevilla y cirujano principal de la expedición.
Tras la usual escala en Canarias, el 13 de octubre comenzó la auténtica travesía del Atlántico. El rumbo dispuesto por Colón era Oeste cuarto del Sudoeste, a fin de alcanzar las islas habitadas por los indios caribes, que no había podido visitar el año anterior.  Esta ruta discurría enteramente por la zona de los alisios, que le llevaron a su destino en sólo tres semanas. En la madrugada del domingo 3 de noviembre avistaron una isla a la cual Colón dio el nombre de Dominica en atención al día.


Desde allí describieron un arco hacia el Noroeste y Oeste hasta llegar a San Juan Bautista (Puerto Rico), costeando las bellas islas de sotavento, que el Almirante bautizaba a medida que aparecían en el horizonte: Santa María de Guadalupe, Santa María de Monserrate (Montserrat), San Jorge (St. Kitts), Santa Cruz (St. Croix), las Once Mil Vírgenes (Virgin Islands). Desde Puerto Rico se dirigieron rápidamente hacia La Española. El 27 de noviembre, la flota fondeó a la altura de La Navidad, para descubrir que la guarnición había sido aniquilada por los taínos. Tras navegar hacia el Este ciñendo el viento, anclaron en una bahía donde Colón fundó el asentamiento de Isabela, en la actual República Dominicana. Hojeda y Corbalán exploraron Cibao y regresaron con noticias de haber encontrado oro abundante. El 2 de febrero Antonio Torres volvió a España con doce naves y el memorial que Colón le había entregado para los reyes. Vea detalles del descubrimiento de Puerto Rico [
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Intereses distintos

Algunos europeos venían a iniciar otra vida en el que llamaron "Nuevo Mundo"; otros eran cazadores de fortuna, que pensaban enriquecerse con el oro de los indígenas.

Por su parte, los Reyes de España se interesaron en las posibilidades agrícolas y en cristianizar a la población. Por esta razón, la segunda expedición incluyó monjes y sacerdotes.

Colón se encontró con que el primer intento de Colonia había fracasado, debido el abuso de los españoles con los indígenas, lo que provocó una rebelión.

El Almirante fundó un nuevo asentamiento que llamó Isabela. Este se convirtió en una factoría comercial, a partir de la cual se estableció y organizó la apropiación del oro, la captura de indios para venderlos como esclavos, la imposición de tributos a los indígenas, y la obligación para estos de conseguir alimentos para los españoles.

Ello implicó la destrucción del sistema de subsistencia de los indígenas y la imposición de otro, acumulativo y de producción masiva. Poco a poco, los nativos entendieron que las relaciones no eran amistosas, especialmente cuando Colón envió 500 esclavos indígenas como regalo a los Reyes.

Las enfermedades, los insectos, el maltrato y la escasez de alimentos hacían difícil la vida para todos.

Tercera y cuarta expedición

En el tercer viaje (1498-1500), el Almirante llegó a Trinidad y a las costas de lo que hoy se denomina Venezuela. Él estaba seguro de que esta era Asia del Sudeste. Al llegar a la nueva ciudad de Santo Domingo en La Española, muchos de los colonos se rebelaron contra su autoridad. Fue destituido como gobernador y volvió a España.

En la cuarta visita (1502-1504), Colón insistía en buscar el paso a la India y fracasó. Se dice que cuando navegaba por las costas de Honduras, se encontró con unos mercaderes que iban en una canoa a un lugar llamado Maya. No quiso seguirlos, y rechazó así, sin saberlo, una invitación a la tierra de los mayas. Finalmente, retornó a España. Ya estaba muy enfermo y su regreso ya no fue triunfal.

Cristóbal Colón murió dos años después, en 1506, y se le hizo un pobre funeral.

El Encuentro

Cuando Colón y su tripulación llegaron por primera vez al Nuevo Mundo fueron recibidos por un grupo de indígenas sonrientes y felices. Todos acudieron a la playa, entusiasmados, a hacer regalos a sus visitantes: loros de colores brillantes y atados de telas.

Iban desnudos, salvo por la pintura corporal y algunas joyas. Colón observó que tenían una cara peculiarmente redonda y por ello les llamó, equivocadamente, "indios" (gente de la India). La redondez de su cara era artificial, resultado de fajar las caras de los bebés.

La llegada de los europeos significó una catástrofe para este pueblo pacífico. En 1492, la isla La Española estaba habitada por 300.000 indígenas. En los cinco años siguientes 100.000 habían desaparecido por las penurias sufridas o porque se les había matado. Además, con los españoles los contagiaron con enfermedades desconocidas, como la viruela, el tifus, la difteria y el sarampión.

Empieza la Conquista

Antes de la llegada de los conquistadores europeos, y en forma totalmente independiente del resto del mundo, en América se habían desarrollado grandes civilizaciones. Como gobernante católico, para el Rey de España, si estos habitantes eran suConquistas súbditos también debían ser cristianos.

De aquí en adelante, la exploración fue reemplazada por la Conquista y conversión al cristianismo, a la fuerza. Con frecuencia, se ordenaba matar a quienes no adoptaban la fe católica o se les esclavizaba.

Primeros cambios

Bendecido por la Iglesia y el Rey, y motivado por sueños de oro y gloria, apareció un nuevo tipo europeo: el conquistador, protagonista de la conquista de del Imperio Azteca, los Incas y otros pueblos americanos. Ninguno de ellos dejó de ser afectado por la llegada de los europeos.

Tanto así, que algunos fueron espectadores de la eliminación de su cultura (Inca y Azteca). Se les impuso una nueva religión y una forma de vida distinta

La historia de la mayor parte de los indígenas americanos, después de Colón, es una historia de opresión. Los europeos se apropiaron de sus tierras y obligaron a los indígenas a trabajar para ellos en las minas, las haciendas y en la construcción.

La metrópoli española implantó una estructura política y económica según sus propias necesidades, y la economía indígena quedó subordinada a sus intereses. Se cultivaba la caña de azúcar en Las Antillas, y también fueron explotadas, con fines comerciales, las zonas mineras de Perú y Bolivia, las sierras de los Andes y de Zacatecas y Guanajuato en México.

La esclavitud

Por la falta de mano de obra en América, especialmente por la alta mortalidad en Las Antillas, los primeros esclavos llegaron a esta tierra en 1510. En un siglo, el volumen de personas en esta condición transportadas a través del Atlántico, llegó a más de 40.000 al año. Viajaban en condiciones inhumanas, y muchos fallecían en el trayecto debido al hacinamiento y al hambre.

Alimentos y especies

A medida que avanzaban las exploraciones, los europeos se encontraban con especies desconocidas y se percataban de que muchas de las suyas no existían en América.

Algunos alimentos originales del nuevo continente eran: el maíz, la mandioca, las papas o patatas, los camotes, los calabacines, los frijoles, los tomates, el pimiento rojo y verde, las piñas, las semillas de girasol.

También había otras menos saludables... Colón vio a los indígenas chupando unas hojas enrolladas y encendidas: era tabaco. Transcurridos 100 años, muchos europeos habían empezado también a fumarlo.

Para los españoles, el trópico era deslumbrante por su belleza, su opulenta flora y fauna, y su clima. Ellos trajeron cerdos, vacas y cabras, que se multiplicaron rápidamente, lejos de las infecciones y con pastos vírgenes. También se aclimataron -aunque no tan bien al principio- ovejas, caballos, aves de corral y perros.

Este fue el comienzo de un cambio en la fauna americana, que permitiría a los habitantes de esta tierra mejorar su dieta en proteínas.

No se tuvo tanto éxito con los vegetales. Algunas especies se desarrollaron sin problemas, pero -en un comienzo- el cultivo de la vid, el olivo y los cereales fracasó. Esto fue una gran dificultad para un pueblo que basaba su dieta en el pan de trigo, la aceituna, el vino y otros productos mediterráneos.

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Bibliografía

-Céspedes del Castillo, Guillermo: América Hispana (1492-1898), Tomo VI de la Historia de España, dirigida por Manuel Tuñón de Lara, Editorial Labor.

-Lara, José Manuel (director): Historia Universal Planeta, Tomo 2, Editorial Planeta.

-Martínez, José Luis: "El encuentro de dos culturas: Atawallpa y Pizarro en Cajamarca", en Mapocho Nº30, 1991, Dirección de Bibliotecas, Archivos y Museos.

-Pereyra, Carlos: La conquista de las rutas oceánicas. La obra de España en América, Editorial Porrúa.

-Twist, Clint: Cristóbal Colón. El descubrimiento del Nuevo Mundo, Ediciones Dolmen.

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