SOMOS GUARACHEROS


 

El Maestro "Rafael Hernández"
Debemos mencionar también al legendario cocolo de Aguadilla, Rafael Hernández (1891-1965), apodado el jibarito, cuyas canciones han sido inspiración para muchas orquestas modernas de salsa. Un dato interesante es que Rafael Hernández fue también uno de los 18 músicos cocolos puertorriqueños reclutados en Puerto Rico para formar la banda en la ciudad de New York conocida como los Harlem Hellfighters en el año 1917, esta fue la banda que introdujo el Jazz a Francia durante el periodo de la Primera Guerra Mundial. El director militar de la banda, un afro-americano, el Tenientet James Reese, se asombró cuando averiguó que los músicos en Puerto Rico sabían leer música y que doblaban la misma en diferentes instrumentos. En esos tiempos los músicos afro-americanos no tenían tal experiencia. Ello se debió a que todos estos músicos pertenecían a la Banda del maestro Manuel Tizol Márquez (1876-1940).  Rafael Hernández Marín no solo ha sido inspiración para músicos de Puerto Rico, también lo ha sido para cubanos y mexicanos quienes han utilizado sus composiciones a diario. Rafael Hernández  vivió en Nueva York, Cuba y México antes de regresar a su Puerto Rico, y entre sus mas famosas composiciones están: El Cumbanchero, Cachita, Buche y Pluma, Campanitas de cristal, Lamento Borincano, entre mas de 2,000 composiciones. Rafael no solo escribió temas para música puertorriqueña sino que también acaparo géneros cubanos, mexicanos entre otros; cultivó los géneros musicales tales como la guaracha , la rumba, el bolero, danza puertorriqueña, vals, canción criolla, villancico navideño, aguinaldo, plena, canción patriótica, temas infantiles, corridos mexicanos, himnos, marchas, cantos negroides. También compuso música culta , música para zarzuela y operetas.

 

Cuba

En pleno 1920, Rafael Hernández se ubica residiendo en Cuba, país en el que este permaneció durante cinco años y fue allí donde compuso varias de sus mas famosas canciones. En la mas grande de las Antillas, el hijo de Aguadilla, que nació el en el barrio Tamarindo el 24 de octubre de 1891, dirigió, entre otras, la orquesta del Teatro Fausto de La Habana, una de las mas importantes de la época.

En esa isla, dominada por el son montuno y la guaracha, el compositor boricua dejó su indeleble huella. Fue allí, precisamente, donde el versado compositor exploró arreglos musicales con trompetas y bongós en un tratamiento armónico especial que sentó las bases para el desarrollo de lo que son los conjuntos modernos, 20 años antes de experimentarlo el cubano Arsenio Rodríguez.

 

El compositor puertorriqueño de "Cachita" saliendo de una estación de radio en Cuba (alrededor de 1950), donde era admirado grandemente.

 

 

Rafael Hernández, estuvo en Cuba, entre 1920 y 1925, época en que la cuestión de la independencia nacional y la relación con Estados Unidos, eran temas de suma importancia política en ambas islas y que se sumaban a la unidad histórica, musical y de lenguaje de los dos países.  Ya en el siglo XIX la poeta Rodríguez de Tió, había escrito con propiedad que Cuba y Puerto Rico eran de un pájaro las dos alas. Tanto músicos cubanos y boricuas, incluyendo a Hernández, habían compuesto numerosas danzas, estilo por excelencia puertorriqueño y cubano, a partir de la segunda mitad del siglo diecinueve y principios del siglo veinte. Ahora bien, la idea de la independencia nacional estaba en el aire para ambas alas del pájaro. No debe sorprender entonces que el  maestro Hernández asumiera con propiedad los sones populares de la hermana nación cubana al punto que dos de sus composiciones de la época fueron incluidas en 1939 por el musicólogo cubano Ernesto Grenet, entre las “mejores” cuarenta canciones de  la música popular cubana.

 

Menos debe sorprender que don Rafael, dedicó uno de ellos, “Cachita,” al símbolo nacional cubano  que representa la Virgen de la Caridad del Cobre, Ochún para muchos y Cachita para todos, a quien también rindieran obligado honor Miguel Matamoros en “Reclamo Místico” y Beny Moré en “Chola Anguengue.” “Cachita” se convirtió rápidamente en exitoso hit de la Orquesta Casino de la Playa, en la voz de Miguelito Valdés. La segunda composición escogida por el maestro Grenet, “Buche y Pluma,” se caracteriza por el estilo picaresco de los soneros de Oriente, y también arribó a la cumbre del éxito en la interpretación del Trío Matamoros. El legendario trío, emblemático del más cubano son, encontró gran afinidad en las inspiraciones de Hernández, grabando además de “Buche y Pluma,” otras composiciones como “La Casita de Margot,”  “Corazón no llores,” “No te vayas Mulata” y un notable punto guajiro, “Mi Querer,” popularizado por el trasplantado cubano Guillermo Portabales en Puerto Rico.  “Mi querer” y “El Cumbanchero” bien pudieran haber sido listadas como composiciones “cubanas” en el esquema del musicólogo Grenet. “El cumbanchero” de hecho fue incluido en la grabación presentando a Rubén González en el ‘revival’ de música cubana que encabezara el Buena Vista Social Club en la década de los noventa.

 

 

México
Fue, precisamente, en tierras aztecas donde Rafael Hernández desarrolló al máximo su propuesta musical tras arribar a ese país en 1932 y permanecer allí durante 16 años. Ese periodo fue el mas productivo en la carrera del "Jibarito", quien logró colocarse como una figura importante en el ambiente artístico azteca. En México, realizó un programa radial para la emisora XEW, en el que destacó por su habilidad en la dirección musical al frente de una orquesta de 35 maestros y en la que actuaron grandes vocalistas de la época, como Margarita Romero, Wello Rivas, Myrta Silva y Bobby Capó. Allí también se realizó como un músico de arte, tras graduarse del Conservatorio Nacional de Música con el grado de Maestro en armonía, composición, contrapunto y fuga bajo la tutela del destacado profesor Juan León Mariscal. 

Durante esos años, Rafael Hernández se convirtió en el director de orquestas mas importante de México, figurando en la producción de mas de tres decenas de películas, entre ellas "Crimen del expreso" (1938), "Perfidia" (1939), "Las 5 noches de Adán" (1942), "Virgen de medianoche" (1942) y "Cruel destino" (1943). Además, melodías como "Preciosa", "Campanitas de cristal", "Desvelos de amor", "Muchos besos", "Desmayo", "El buen Borincano" y "Lo siento por ti", entre otras, se concibieron durante ese periodo. Allí compuso, también, canciones tan emblemáticas de su historia artística como "Los Carreteros" y "El Cumbachero", todas con arreglos musicales mas sofisticados. Allí creó "Cachita", la rumba mas famosa del mundo y en la que establece su tesis de que "la rumba caliente es mejor que el Son".

Como dato curioso, "El Cumbachero" es una de las canciones que mas se ha grabado en el mundo y fue escrita originalmente en 1943 como una canción de cuna, dedicada a su hijo mayor "Pocholo", fruto de su relación con la mexicana María Pérez, con quien se casó el 20 de diciembre de 1940. La gloria que alcanzó Rafael Hernández en México lo erigió como una de las mas importantes figuras de la canción antillana de los años 30 y 40. Tanto, que sus propuestas armónicas sirvieron de eje para el desarrollo de otros proyectos rítmicos. Miguel Matamoros, genio de la música cubana, por ejemplo, comprendía que la creatividad del "Jibarito" estaba por encima de las consideraciones sonoras de la época, tanto que gustaba de viajar a México para contemplar sus apariciones artísticas.

De hecho, las innovaciones armónicas que le introdujo Rafael Hernández a su big band –una de las primeras orquestas del hemisferio en incluír las formas y estructuras melódicas de jazz– fueron importantes en el desarrollo de las nuevas ideas musicales que experimentaron los integrantes del Trío Matamoros en algunos de sus arreglos.

Mas aún, el cantante Benny Moré declaró en varias ocasiones su fascinación por el trabajo de Rafael Hernández y estableció que su afán era tener una orquesta como la de él. Como dato histórico, el denominado "Bárbaro del Ritmo" decidió quedarse en México en 1945 tras su primera visita a ese país en compañía del Trío Matamoros enamorado de la fórmula musical del "Jibarito". Tanto fue el encanto del vocalista, que siempre afirmó que su sueño era formar una banda gigante en Cuba, a la usanza de la big band del creador de "Cachita".

Otra figura que también se nutrió de las innovaciones melódicas que realizó Rafael Hernández en México, fue Dámaso Pérez Prado, la figura responsable en popularizar el mambo. Pérez Prado quedo impresionado con la perfecta armonía del big band de Rafael Hernández que fue el balance armonico que busco para su orquesta. Cuando Le solicitaron al compositor mexicano Agustín Lara, que ofreciera la descripción de un bolero, a lo que respondió, "si quieren saber lo que es un bolero, escuchen 'Campanitas de cristal'", de Rafael Hernández, eso si que es música. Desde todas esas propuestas musicales elaboradas por Rafael Hernández, surgieron los primeros adelantos de lo que es nuestra rítmica afroantillana boricua que pasarían por la Guaracha, la Rumba, Latin Jazz y llegando a la Salsa, antes de que Nueva York se destacara como un espacio relevante de producción creativa musical.

 

Sepa usted que...

La canción "El Cumbanchero" ha sido grabada en mas de medio millón de ocasiones

 

 

La Guaracha Cachita interpretada por la Orquesta Aragón de Cuba

 

 

El Cumbanchero interpretada por El Buena Vista Social Club