Estados Unidos de Norteamérica

Map of the United States and Washington, D.C.

[Ver los 50 estados]

Población: 302,343,086 personas a julio 2007
Superficie terrestre: 9.158.960 Km2
Capital: Washington D.C.
Moneda: Dólar estadounidense
Idioma: Inglés

 
 

Proyecto Salón Hogar

 
 
Recreación de tiempos coloniales
(Foto: Mickledore)
 
 

  Simbolos de los Estados Unidos

 

El Ambiente

Comprende cuatro regiones geoeconómicas. El este abarca Nueva Inglaterra, los montes Apalaches, parte de los Grandes Lagos y la costa atlántica, una llanura sedimentaria que se extiende desde la desembocadura del río Hudson hasta la península de Florida. Rica en minerales -hierro y carbón-, es la región más poblada e industrializada, donde se encuentran los mayores centros siderúrgicos del país. Una agricultura altamente mecanizada abastece las grandes ciudades. El centro-oeste se extiende desde el límite occidental del lago Erie hasta las Montañas Rocallosas, abarcando también el Mississipi medio. Está formado por las praderas de la planicie central, la mayor área agrícola del país. Al norte predominan la horticultura y una rica zona lechera, mientras al sur hay grandes plantaciones de maíz y otros cereales, junto a la cría de bovinos y suinos. En la vecindad de los Grandes Lagos están localizados importantes centros industriales, basados en las grandes reservas de hierro y carbón de la región y en su producción agrícola. El sur es una zona subtropical que incluye el sur del Mississipi, la península de la Florida, Texas y Oklahoma. Predominan las grandes plantaciones -algodón, caña, arroz- y en Texas la ganadería extensiva es importante. Tiene amplios recursos minerales: petróleo, carbón, aluminio, etc. El oeste es una región montañosa, rica también en minerales: petróleo, cobre, plomo, zinc. En California, los valles de los ríos Sacramento y San Joaquín son áreas fértiles, con una importante producción hortícola. El litoral del Pacífico posee grandes centros industriales. Los Estados Unidos tienen dos estados "extra metropolitanos": Alaska, al noroeste del continente norteamericano -donde se encuentra el Mt. McKinley (Denali, en idioma atabasco) como montaña más alta de América del Norte- y Hawaii, un archipiélago del Pacífico. Estados Unidos es el país que emite más gases -resultantes de la quema de petróleo- en el mundo, con las severas consecuencias ambientales que esto conlleva. Hay problemas de desertificación y deforestación.

La Sociedad

Pueblo: el pueblo de los Estados Unidos se ha formado con aportes migratorios de todas partes del mundo, entre los cuales los alemanes, irlandeses e italianos han sido los más numerosos. 11% de la población tiene ancestros africanos, 10% latinoamericanos. Hay aproximadamente 1,9 millones de indígenas.
Religión: protestantes 58%, católicos 26 %, judíos 2%; musulmanes 2%, otros 2%, no profesan 10 %.
Idiomas: inglés, español, lenguas indígenas y las de cada grupo de inmigrantes.
Partidos políticos: Partido Republicano; Partido Demócrata; Partido Verde; Partido Reformista; Partido Libertario (derecha); otros a nivel local/estatal.
Organizaciones sociales: la Federación Americana del Trabajo -Congreso de Organizaciones Sindicales (AFL-CIO) es la mayor organización obrera del país, con 13.500.000 afiliados. Parte de los obreros rurales, sobre todo los de origen mexicano, están organizados en el sindicato de los Trabajadores Unidos de la Granja (UFW), fundado por César Chávez. Sindicato de Camioneros (segundo sindicato en importancia); NAACP, organización de vigilancia de derechos para la población afro-americana; Sierra Club (ecologista); Unión Americana de Derechos Cívicos (ACLU).

El Estado

Nombre oficial: United States of America.
División administrativa: estado federal. 50 estados y un distrito federal: Columbia.
Capital: Washington D.C. 3.888.000 (1999).
Otras ciudades: Los Angeles 16.401.600 hab.; Nueva York 8.056.200; Houston 4.596.000; Chicago 2.915.500; Filadelfia 1.520.300 (2000).
Gobierno: régimen presidencialista y federal. George W. Bush, presidente desde enero de 2001. Dick Cheney, vice presidente desde 2001. El Congreso es bicameral: la Cámara de Representantes, con 435 miembros, y el Senado, con 100 miembros.
Fiesta nacional: 4 de julio, Independencia (1776).
Fuerzas armadas: 1.547.300 (1995). Otras: 68.000 (Control Aéreo Civil).

DEMOGRAFIA
Población: 302,343,086 personas a julio 2007
Crecimiento anual: 1,0 % (1985-2000)
Estimación para el año 2015: 321.225.000 (2000)
Crecimiento anual hacia el 2015: 0,8 % (2000)
Población urbana: 77,2 % (2000)
Crecimiento urbano: 1,5 % (2000)
Hijos por mujer: 2,0 (2000)
 

SALUD
Esperanza de vida al nacer: 78 años (2000-2005)
Hombres: 75 años (2000-2005)
Mujeres: 80 años (2000-2005)
Mortalidad materna: 8 cada 100.000 nacidos vivos (1985/99)
Mortalidad infantil: 7 por 1.000 (2000)
Mortalidad menores de 5 años: 8 por 1.000 (2000)
Consumo de calorías diarias: 3.754 per cápita (1999)
279 médicos cada 100.000 personas (1995)
Agua potable: 100 % (2000)
 

EDUCACION
Tasa neta de inscripción escolar:
Primaria total: 95 % (1994/2000)
hombres: 94 % (1995/99)
mujeres: 95 % (1995/99)
Secundaria:
Hombres: 98 % (1995/97)
Mujeres: 97 % (1995/97)
Universidad: 77 % (1998)
Docentes de primaria: uno cada 15 estudiantes (1998)
 

COMUNICACIONES
213 diarios (1996), 2.118 radios (1997), 854 televisores (2000) y 700 líneas telefónicas (2000) cada 1.000 habs.
Libros: 20 títulos nuevos cada 100.000 habs. (1992/94)
 

ECONOMIA
PBI per cápita: U$ 34.142 (2000)
Crecimiento anual: 3,0 % (2000)
Inflación anual: 3,4 % (2000)
Indice de precios al consumidor: 113,0 (2000)
Tipo de cambio: 1,0 dólares = U$ 1 (03/2002)
Cereales importados: 5.091.040 toneladas (2000)
Dependencia de importación de alimentos: 4 % (2000)
Uso de fertilizantes: 1.123 kg por há. (1999)
Exportaciones: U$ 990.500 millones (1999)
Importaciones: U$ 1.244.200 millones (1999)
 

ENERGIA
Consumo: 7.936,9 Kgs de equivalente petróleo anualmente (1998); 25,6 % importado (1999)
 

TIERRAS
Deforestación: -0,3 % anual (1990/95)
Forestadas y bosques: 29,2 % del total (1993)
Arable: 18,9 % del total (1993)
Otros: 51,9 % del total (1993)
 

GASTO PUBLICO
Gasto militar como % del INB: 3 % (1999)
Gastos en defensa como % del gasto del gobierno central: 15,7 % (1999)
Gasto social como % del gasto del gobierno central: 53,5 % (1997)
 

TRABAJO
Desempleo: 4,0 % (2000)
Mujeres (como % de la PEA): 46 % (2000)
Empleo (mujeres):
Agricultura: 1 % (1994/97)
Industria: 13 % (1994/97)
Servicios: 85 % (1994/97)
Empleo (hombres):
Agricultura: 4 % (1994/97)
Industria: 34 % (1994/97)
Servicios: 63 % (1994/97)
 

HDI
Posición/Valor: 6/0,934 (1999)
 

 

Dependencias

Véase Samoa Oriental, Guam, Marianas del Norte, Micronesia, Palau, Puerto Rico e Islas Vírgenes. También son dependencias de Estados Unidos las islas Johnston, Midway, Wake, Howland, Jarvis & Baker y Palmira & Kingman.

Islas Johnston
Atolón coralino de 2,6 km2 (formado por la isla Johnston y los islotes Sand, East y North), ubicado a unos 1.150 km al oeste-suroeste de Honolulu (Hawaii). Asiento de una base de la Fuerza Aérea norteamericana, tiene una población (exclusivamente militar) de mil habitantes. Funciona como depósito de bombas de hidrógeno y gases venenosos. No estaba habitado cuando lo descubrió el capitán británico Johnston en 1807. El reino de Hawaii reivindicó soberanía en 1858, pero fueron empresas norteamericanas las que comenzaron ese mismo año a explotar el guano. Desde 1934 es administrado por la marina estadounidense, que no autoriza el ingreso de civiles.

Islas Midway
Atolón circular que incluye las islas Sand y Eastern, con 5 km2 de extensión total y una población de 2.300 habitantes (1985), casi exclusivamente militares. Fueron anexadas en 1867 por los Estados Unidos y son administradas actualmente por la Marina de ese país. Son utilizadas con fines militares. Fue escenario de una importante batalla naval en junio de 1942, durante la Segunda Guerra Mundial.

Islas Wake
Junto con sus vecinas Wilkes y Peale, forman un atolón con un área total de 6,5 km2 y una población calculada en 1.600 habitantes, en su mayoría militares. Ubicada entre Midway y Guam, fue tomada por Estados Unidos durante la guerra contra España, en 1898. Posee un gran aeropuerto, que sirvió de escala para vuelos transpacíficos, pero ya no es utilizado con fines comerciales. Desde 1972 es administrada por la Fuerza Aérea, que la utiliza como estación de prueba de misiles.

Islas Howland, Jarvis y Baker
Ubicadas en la Polinesia central, sobre la línea ecuatorial, fueron ocupadas por Estados Unidos a mediados del siglo XIX y están deshabitadas desde el fin de la Segunda Guerra Mundial. Tuvieron importantes depósitos de guano, ya agotados y en Howland hay un faro. Son administradas por el Servicio norteamericano de Pesca y Vida Silvestre.

Islas Palmira y Kingman
Son las islas más septentrionales del archipiélago de las Espóradas. Palmira es un atolón rodeado de más de cincuenta islotes coralinos, cubierto de exuberante vegetación tropical. Fue anexado en 1898, durante la guerra contra España, y hoy es una propiedad privada, dependiente del Departamento del Interior del gobierno norteamericano. Kingman es un arrecife situado al norte de Palmira, anexado por los Estados Unidos en 1922. El área total de ambas islas es de unos 7 km2. Aunque están deshabitadas, el proyecto norteamericano-japonés de convertirlas en depósitos de residuos radioactivos provocó protestas en el área del Pacífico, a comienzos de la década de 1980.

 

Origen de su población

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pobladores.jpg (20507 bytes)El territorio continental ocupado por Estados Unidos estuvo habitado desde unos 30.000 años antes de la llegada de los europeos por pueblos venidos del noroeste, probablemente de Asia, a través del estrecho de Bering. Entre los pueblos más importantes estuvieron los apache, arapaho, cherokee, cheyenne, chipewa, crow, comanche, hopi, iroqués, dakota, navajo, nez perce, sioux, pawnee, pueblo, semínola, shawnee, shoshone, ute.

En los desiertos y llanuras, vivían de la recolección y de la caza, en tribus pequeñas y organización social sencilla, mientras que en las tierras fértiles desarrollaron la agricultura y construyeron grandes centros poblados. El primero y mayor fue Cahokia, cerca de la actual St. Louis, que se calcula llegó a tener 40.000 habitantes en el año 1000 d.C.

La vivencia religiosa de estos pueblos se basa en una concepción cósmica en la cual la Tierra no es propiedad de nadie sino que pertenece al Universo, que es considerado un ser vivo, con poderes materiales y espirituales. Los líderes o chamanes pueden convocar a las fuerzas de ese Universo sagrado, para predecir el futuro y dirigir a su pueblo, además de curar a los enfermos.

Los primeros europeos que llegaron a América fueron escandinavos, pero no se establecieron en la región. Después del viaje de Cristóbal Colón, en 1492, los españoles fundaron las ciudades de San Agustín, en Florida; de Santa Fe, en Nuevo México, y llegaron a Texas y California. Más tarde vinieron los ingleses, franceses e italianos, con claros intereses de conquista territorial.

En 1540, Hernando De Soto escribió que los cherokee tenían una cultura agrícola avanzada, vinculada con los pueblos de Ohio y el Misisipí, e incluso con los aztecas. Los europeos no sólo introdujeron las armas de fuego, sino también el concepto de matar (al enemigo) como objetivo de la guerra: ambos cambiaron la vida de los pueblos americanos y sirvieron al final para imponer la dominación europea.

Ver población indigena

Se calcula que en el siglo XV había 1.500.000 americanos nativos en el territorio estadounidense. Dos siglos más tarde, las grandes haciendas del sur iniciaron la compra de esclavos y en 1760 totalizaban casi 90.000 africanos, el doble de la población europea local. Para entonces las colonias inglesas de la costa atlántica sumaban unos 300.000 habitantes, número muy superior al de los franceses que se habían establecido en el valle del Mississipi.

La mayoría de los inmigrantes británicos dejó su país huyendo de la pobreza, la persecución religiosa y la inestabilidad política. No obstante, la colonización nació bajo el signo de la guerra, contra los pueblos americanos, cuya cultura y forma de vida fue destruida, y contra otros colonizadores. En 1733 había trece colonias inglesas, que vivían de la agricultura, la pesca y el comercio. [ver]

En 1763, al final de las guerras europeas, Francia cedió a Inglaterra sus colonias establecidas al este del Mississipi, mientras que las situadas al oeste de ese río pasaron a manos españolas.

El conflicto entre los colonos y la metrópoli estalló en 1775; y la Declaración de Independencia que marca el nacimiento de Estados Unidos fue firmada el 4 de julio de 1776. La guerra prosiguió, pero los estadounidenses, aliados con Francia, vencieron y finalmente, en 1783, Inglaterra reconoció su soberanía.

Ver Independencia de Estados Unidos

En 1787, la Convención de Filadelfia elaboró la primera Constitución federal, vigente desde 1788. El primer presidente fue el general George Washington, jefe del Ejército Continental. En 1791, la Ley Fundamental recibió 10 enmiendas sobre la libertad individual y los derechos de los estados.

La atracción principal para la ocupación del oeste fue la adquisición de tierras y riquezas sin título de propiedad previo, por más que todos los presidentes de la época la justificaron con el imperio de la libertad, de la que se decían portadores, y con la idea del destino manifiesto de Estados Unidos para convertirse en una gran nación.

En 1803, la compra de Louisiana a Francia duplicó el territorio de la Unión. Entre 1810 y 1819, Estados Unidos provocó una guerra con España para anexarse la Florida. En 1836, los texanos se rebelaron contra México y fundaron una república, que se integró a la Unión en 1845. Estados Unidos declaró la guerra a México y le quitó la mitad de su territorio. California fue incorporada como estado en 1850 y Oregón en 1853.

La expansión al oeste no fue sólo un cambio de dueño para estas tierras, sino una nueva tragedia para los americanos nativos, diezmados por oleadas sucesivas de fiebre de tierras y de oro. Sucesivos tratados fueron firmados con los pueblos nativos, sistemáticamente violados por nuevas ocupaciones de tierras o nuevos tratados impuestos a la fuerza. En 1838, el ejército federal expulsó de sus territorios a 14.000 cherokees y 4.000 de ellos murieron en el camino a sus nuevas tierras.

Expansión de los Estados Unidos

En 1850, en el sur había unos 6 millones de habitantes de origen europeo, de los cuales sólo 345.525 poseían esclavos. Pero la mayoría defendía la esclavitud, atemorizados por las rebeliones de los esclavos en Carolina del Sur, en 1822, y en Virginia, en 1800 y 1831.

La Guerra de Secesión (1861-1865), giró en torno a la esclavitud, pero su causa principal fue la lucha entre los dos sistemas económicos desarrollados en el país. El capitalismo industrial del norte necesitaba liberar la mano de obra, ampliar y proteger el mercado interno, mientras los hacendados esclavistas del sur querían mantener el libre acceso a sus mercados externos.

La elección de Abraham Lincoln, en 1860, detonó la crisis. Antes de que asumiera la presidencia, los estados del sur declararon la separación. Comprometido a preservar la Unión y con mayor base industrial y poder de fuego, el norte se impuso al sur, con un saldo de un millón de muertos entre ambos bandos. La esclavitud fue abolida, pero la discriminación racial y el odio entre ambas regiones se mantuvieron.

Después de la guerra civil, los pueblos de las grandes llanuras, en especial los sioux, emprendieron numerosas guerras de defensa. Los tratados de 1851 y 1868, que reconocían su soberanía, fueron ignorados tras el hallazgo de oro en sus tierras. La ocupación gradual de su territorio se completó en 1890, cuando la última resistencia sioux fue derrotada.

En la década de 1880, los sobrevivientes de los primeros pueblos fueron confinados en reservas, la mayoría en zonas áridas e inhóspitas. Años después, compañías mineras encontraron en esas tierras yacimientos de uranio, carbón, petróleo y gas natural. El interés de las empresas en tales riquezas replanteó el cuestionamiento a los derechos de los nativos sobre las tierras de sus reservas.

Entre 1870 y 1920, la población de Estados Unidos pasó de 38 millones a 106 millones y el número de estados de 37 a 48. A la fusión del ferrocarril en grandes compañías le siguió una rápida expansión capitalista, que a inicios del siglo XX había transformado al país agrario en una sociedad industrial.

A fines del siglo XIX, se había consolidado un sistema bipartidista, con republicanos y demócratas alternando en el poder. A pesar de sus diferencias, ambos agrupamientos han mantenido históricamente un alto grado de consenso frente a las grandes cuestiones nacionales e internacionales, que redundó en una política exterior de gran coherencia. Tras una larga lucha iniciada en 1889, en 1920 fue aprobado el sufragio femenino.

Resueltas las grandes cuestiones internas, Estados Unidos comenzó a actuar en el escenario internacional. La guerra con España por Cuba y las Filipinas, en 1898, inauguró la etapa imperialista ultramarina. La ocupación de Panamá, la construcción del Canal y de un sistema de bases militares en la región convirtió a América Central, declarada su zona de seguridad vital, en una especie de protectorado.

Estados Unidos justificó sus intervenciones con la Doctrina Monroe, bajo el lema "América para los americanos". Francia fue obligada a retirar las tropas que protegían al emperador Maximiliano en México y el Reino Unido a abandonar una disputa territorial con Venezuela. En 1890 tuvo lugar la primera conferencia panamericana, como preámbulo del sistema interamericano montado posteriormente.

Durante la Primera Guerra Mundial, Estados Unidos se mantuvo neutral hasta 1917, cuando intervino en contra de Alemania, Austria y Turquía. En 1918, el presidente Woodrow Wilson participó en la elaboración del Tratado de Versailles, que estableció las bases de la nueva paz en Europa. Sin embargo, en 1920, el Congreso rechazó la incorporación de Estados Unidos a la Sociedad de Naciones.

Ver 1ra. Guerra Mundial

Estados Unidos salió de la guerra mundial fortalecido, pero la quiebra de la Bolsa de Nueva York en 1929, desencadenó la bancarrota de numerosos bancos y afectó seriamente a la industria y el comercio, elevando a 11 millones el número de desocupados, además de precipitar la crisis económica mundial. Durante la presidencia de Franklin D. Roosevelt (1933-1945), el gobierno a través de su política del New Deal consiguió controlar la crisis financiera.

En 1935, en medio de los preparativos bélicos en Europa, el Congreso aprobó una ley de neutralidad. Al estallar la guerra, Roosevelt efectuó varias enmiendas a esa ley, para poder vender municiones a Francia e Inglaterra. El ataque japonés a la base de Pearl Harbor, en Hawaii, en 1941, precipitó la entrada de Estados Unidos en la Segunda Guerra Mundial.

La guerra sirvió para dinamizar la economía estadounidense. Quince millones de soldados partieron para el frente de batalla, la industria militar aumentó de 46.5 millones a 53 millones los puestos de trabajo, por lo cual 6 millones de personas emigraron del campo a la ciudad y las mujeres salieron masivamente de sus hogares a empleos formales. A pesar de un pacto de tregua sindical, durante la guerra hubo 15.000 huelgas y paros, lo que llevó al Congreso a aprobar restricciones al derecho de huelga.

Después de la derrota alemana, en una demostración del nuevo poder militar estadounidense, el presidente Harry Truman (titular al morir Roosevelt, en 1944) ordenó, el 6 y el 9 de agosto de 1945, el primer bombardeo atómico de la historia, que arrasó las ciudades japonesas de Hiroshima y Nagasaki. Ese mismo año, en Yalta y Potsdam, Inglaterra, Estados Unidos y la URSS acordaron las bases de la paz y el reparto de zonas de influencia.

Ver 2da. Guerra Mundial

Truman inauguró las Naciones Unidas en 1946 y fue reelegido en 1948. En calidad de primera potencia de Occidente, Estados Unidos elaboró la estrategia global de la Guerra Fría, de confrontación general con la Unión Soviética. Fueron creados el Tratado Interamericano de Ayuda Recíproca (TIAR) y la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN).

Estados Unidos se adjudicó la función de salvaguardar el sistema capitalista mundial, apoyándose en instituciones internacionales como el Banco Mundial y el FMI, así como en la intervención de sus tropas en todo el planeta.

En 1952, fue elegido presidente el general Dwight Eisenhower, jefe de la OTAN y comandante de las fuerzas norteamericanas en Europa durante la guerra. La Guerra de Corea (1950-1953), la división de Alemania, las rebeliones populares en Polonia y Hungría, el equilibrio nuclear y la carrera espacial mantuvieron la tensión con la URSS. En 1956, Estados Unidos comenzó a dar respaldo militar al gobierno de Vietnam del Sur. En 1960, un encuentro de Eisenhower con Khruschev se malogró al ser derribado un avión espía U-2 norteamericano que estaba sobrevolando territorio soviético.

En la década de 1950, la población y la economía estadounidenses crecieron en forma sostenida; se vivió un clima de prosperidad y euforia. El american way of life fue exportado al mundo por el cine de Hollywood, junto con la expansión de las inversiones en el exterior. Mientras tanto, los conflictos laborales se agudizaron. En 1959, el Congreso votó una ley contra la corrupción en la organización sindical.

La elección de John F. Kennedy a la presidencia, en 1960, creó la esperanza de un alivio en las tensiones internas y externas. Sin embargo, en 1961, el presidente demócrata apoyó la invasión de Playa Girón y el inicio del bloqueo económico contra Cuba, a lo que le siguió la crisis desencadenada por la instalación de misiles nucleares soviéticos en la isla caribeña. El asesinato de Kennedy, perpetrado en Dallas (Texas) en 1963, puso de manifiesto la violencia de la sociedad estadounidense.

En América Latina, la Alianza para el Progreso, lanzada en 1961 en Uruguay por el presidente Kennedy, buscaba contrarrestar el ejemplo de la Revolución Cubana. Los recursos destinados al proyecto fueron un mero paliativo, que evidenció aún más los problemas de la región. Frente al crecimiento de las guerrillas, Estados Unidos decidió apoyar a los ejércitos latinoamericanos.

Luego del asesinato de Kennedy, Lyndon B. Johnson, electo Presidente en 1964, lanza el proyecto de la gran sociedad, pero la población sufrió nuevas frustraciones. La escalada militar en Vietnam entró en un callejón sin salida, provocó grandes protestas y el gobierno tuvo que iniciar la retirada, en un duro golpe para el orgullo nacional. La segregación racial llevó a enfrentamientos violentos en 1968, con protestas violentas en los barrios negros, acentuadas por el asesinato del líder cívico y pastor negro Martin Luther King.

En 1968, dos representantes chipewas fundaron el Movimiento Indígena Americano (AIM). Un año después el AIM, apoyado por representantes de 50 etnias, ocupó la prisión vacía en la isla de Alcatraz, en San Francisco, para denunciar los maltratos sufridos y para reivindicar sus derechos. Acciones similares se produjeron en los años siguientes en otros puntos del país. El movimiento hippie y las protestas estudiantiles pautan una profunda renovación cultural.

En 1972, Richard Nixon, presidente desde 1968, visitó Moscú y Pekín; en 1973 fue reelegido y en 1974 firmó la retirada definitiva de Vietnam. Ese año, el escándalo por el espionaje a la sede del Partido Demócrata, en el Hotel Watergate, obligó a Nixon a renunciar.

En 1978, miles de indígenas provenientes de las reservas oficiales efectuaron "La Marcha Más Larga" hasta Washington, para reivindicar sus derechos. En 1982, el AIM ocupó las Colinas Negras (Black Hills), lugar sagrado de los sioux, en Dakota del Sur, en protesta contra la actividad de unas 30 empresas trasnacionales mineras en la región.

La economía se expandió en la posguerra a través de las empresas transnacionales con filiales en todo el mundo: Ford y General Motors, con más de un millón de trabajadores, las petroleras Exxon y Mobil Oil, la International Business Machine (IBM), ITT, General Electric y Philip Morris, entre otras.

El gobierno del conservador Ronald Reagan (1980-1988) redujo los impuestos a la riqueza y la asistencia social del estado, e incrementó el gasto en defensa. El complejo militar-industrial dinamizó toda la economía, y compensó en parte su retraso ante los avances de Japón y Europa Occidental en otros campos.

Con un incremento de 53% en los 80, la población de origen latinoamericano superó los 22 millones. Sin embargo el grupo de mayor crecimiento anual fue el de origen asiático.

En los 80 Estados Unidos emitía 25% del total de dióxido de carbono del mundo, contra 13% de la Comunidad Europea con un parque industrial semejante, y se negaba a fijar un plazo para reducir la emisión. En 1991 Estados Unidos fue el primer productor mundial de energía nuclear y gas líquido, el segundo de carbón, energía hidroeléctrica y gas natural, y el tercero de petróleo. También fue el mayor consumidor.

En febrero de 1991, Estados Unidos encabezó la fuerza multinacional que enfrentó a Iraq luego de la invasión a Kuwait. La Guerra del Golfo mostró la supremacía militar estadounidense y permitió al presidente George Bush proponer un nuevo orden mundial bajo la hegemonía de su país.

En 1991, el 15% de la población vivía bajo la línea de pobreza. Las más afectadas eran las personas estadounidenses de origen africano (33%) y los latinoamericanos (29%).

William (Bill) Clinton, gobernador de Arkansas, fue electo presidente en noviembre de 1992 como candidato del partido Demócrata, que además obtuvo la mayoría en las dos cámaras del Congreso. Clinton prometió centrar su atención en los problemas domésticos, desplazar la mayor carga del impuesto a la renta hacia los sectores de mayores ingresos, y atender la salud de todos los ciudadanos. La reforma del sistema de salud, defendida activamente por la primera dama Hillary en 1994, fue rechazada por el congreso.

El Tratado de Libre Comercio (TLC), con México y Canadá entró en vigencia en enero de 1994. Las medidas tendientes a la globalización de la economía fueron criticadas por dejar a otros países los puestos de trabajo perdidos a nivel interno, tanto en el sector público como en el privado. El sentimiento de rechazo a los trabajadores inmigrantes creció. En California se aprobó por ley estatal la quita del derecho a la educación a los hijos de inmigrantes ilegales.

La economía se recuperó y el desempleo bajó. No obstante, los trabajadores debieron trabajar cinco horas más por semana. El consumo se mantuvo alto pese a las subas en los intereses de las tarjetas de crédito, para caer a fin de año. La reforma de la seguridad social incluyó recortes en los beneficios y programas agresivos de entrenamiento para trabajadores.

Por primera vez en 40 años, en 1994 el partido Demócrata perdió las elecciones parlamentarias. El descontento se manifestó también durante 1995, a través de gestos de desobediencia civil, como los de las organizaciones paramilitares de derecha que desconocieron la autoridad federal, llegando a extremos, como en el caso de un veterano de la guerra del Golfo que hizo explotar un coche bomba en un edificio federal de Oklahoma.

Apostando a una política exterior que reforzara su imagen de líder mundial, en el año previo a las elecciones, Clinton impulsó una intervención militar en Bosnia-Herzegovina e impuso los acuerdos de Daytona (Ohio) en noviembre de 1995. En octubre de 1996, propició la realización de conversaciones palestino-israelíes en Washington. En noviembre de ese mismo año, fue reelegido con el 49,2% de los votos.

Clinton tuvo que rebatir en 1998 las acusaciones de perjurio realizadas por el investigador independiente Kenneth Starr. Designado para investigar un posible fraude inmobiliario, Starr concluyó que Clinton había negado relaciones sexuales con una funcionaria de la Casa Blanca.  En febrero de 1999, el Senado eximió a Clinton de los cargos. Eran necesarios dos tercios de los votos para destituir al presidente, pero los republicanos no consiguieron siquiera obtener mayoría simple.

Las elecciones presidenciales celebradas el 7 de noviembre marcaron un punto crítico en el sistema electoral. El candidato republicano George W. Bush, gobernador de Texas e hijo del ex presidente, y el vicepresidente demócrata Al Gore sostuvieron una de las más reñidas contiendas electorales, marcada por denuncias de irregularidades. La paridad e incertidumbre se mantuvieron durante semanas, luego de que el Estado de Florida, donde se habían registrado 6 millones de votos, ordenó un recuento de los mismos. El hecho de que el gobernador de Florida fuera el hermano de Bush jugó un papel importante en los acontecimientos.

Las elecciones derivaron en una sucesión de demandas legales, realizadas por ambos bandos. Finalmente la elección fue decidida a favor de Bush por la Suprema Corte de Justicia de EE.UU., el 12 de diciembre de 2000. Bush obtuvo 270 votos electorales frente a 266 de Gore. En cambio, Gore obtuvo la mayoría de los votos populares (50.996.582 frente a 50.456.062 de Bush). Analistas y observadores, así como el todavía presidente Clinton, señalaron que las elecciones ponían en evidencia la necesidad de revisar aspectos del sistema electoral del país.

El 11 de setiembre de 2001, se produjo un ataque terrorista en territorio estadounidense, el mayor de su historia. Cuatro aviones fueron secuestrados por comandos suicidas de la red islamista al-Qaeda y tres de ellos alcanzaron sus blancos, transformándose en bombas incendiarias: dos se estrellaron en Nueva York contra las torres gemelas, que se derrumbaron, y otro contra el edificio del Pentágono, en Washington, causando en total más de 3.000 muertos, un daño económico directo estimado en mil millones de dólares y un gran impacto psicológico sobre la población.

El gobierno de Bush reaccionó declarando la "guerra contra el terror", que tenía como blanco no sólo a al-Qaeda sino a toda organización que su gobierno calificara de terrorista, estuviera o no ligada a los atacantes, a los gobiernos que las ampararan y a países que a su criterio estuvieran en condiciones de fabricar o usar armas de destrucción masiva. Washington profundizó la política militarista que marcara Bush desde el inicio de su gobierno, cuando elevara el gasto militar en un 20%, adicionándole otro 15%. El presupuesto militar estadounidense fue así superior al de la suma del de sus 18 aliados en la OTAN.

El 7 de octubre EE.UU. inició lo que serían 24.000 ataques aéreos contra gobierno talibán de Afganistán (ver Afganistán), acusado por Washington de amparar a al-Qaeda, derribándolo el 13 de noviembre. Miles de afganos resultaron muertos y millones vieron empeorada su situación, desde ya precaria, enfrentados a los rigores del invierno, pero los otros dos objetivos fundamentales de Wahington no pudieron cumplirse: la captura o asesinato de la cabeza de ese gobierno de facto, el Mullah Muhammar Omar, y del líder de al-Qaeda, Osama bin Laden. La guerra de Afganistán sirvió al Pentágono para perfeccionar tecnología y técnicas de guerra ensayadas en la Guerra del Golfo, en 1991, como el bombardeo de precisión y el mando a distancia. El comandante de esta campaña estaba de hecho en EE.UU.

La quiebra del gigante energético Enron en sólo tres meses de 2001 derrumbó un nuevo modelo de negocio construido en los últimos 15 años, arrastró consigo a su firma auditora Andersen y cuestionó las prácticas contables realizadas para el desarrollo industrial. La desconfianza de los pequeños inversionistas por la manipulación de que eran objetos sus ahorros y el precio de las acciones por parte de los directivos puso en entredicho todo el sistema de financiación del desarrollo en EE.UU. y también los mecanismos de control de las auditoras. Enron había dado 793.000 dólares al partido republicano y 86.000 a los demócratas para las campañas electorales de 2000. A mediados de 2002 grandes empresas como WorldCom, Xerox, Adelphia, Tyco, Global Crossing, Merrill Lynch estaban siendo también investigadas, acusadas de inflar artificialmente sus ganancias.

En su discurso ante el Congreso sobre el estado de la nación, en enero de 2002, Bush identificó como naciones enemigas e integrantes de un "eje del mal" a Corea del Norte, Irán e Irak, aunque sólo se esperaba que atacara realmente a este último. El ataque del 11 de setiembre demostró graves fallas en su servicio de inteligencia, cuya reestructura se emprendió con el criterio de volver a métodos de la Guerra Fría y la lucha antisubversiva, actualizados con agentes en el terreno del espionaje electrónico.

EE.UU. vetó la continuación de la misión de paz de ONU en Bosnia, horas antes que la Corte Internacional de Justicia, ratificada por más de 70 países- fuera inaugurada el 2 de julio de 2002 en La Haya. Washington temió que sus soldados estuvieran expuestos a persecuciones "políticas" por parte de la CIJ y que la soberanía estadounidense fuera atacada.

Sólo respaldado por Blair, Bush proclamó la "necesidad" de atacar a Irak, cuya "peligrosidad" residía en la "voluntad" de Hussein de desarrollar armamento de destrucción masiva. Esta potencialidad se vería catalizada por otra virtualidad, la de que Bagdad tuviera relacionamiento con terroristas islámicos. En agosto, Blair convenció a Bush de presentar el caso bélico de Estados Unidos ante la ONU. A inicios de setiembre, en Nueva York, durante la 57ª Asamblea General de Naciones Unidas, Bush afirmó, frente a una concurrencia de escépticos líderes mundiales, llamó a confrontar el "grave y creciente peligro" iraquí, o por el contrario hacerse a un lado, mientras Estados Unidos tomaba actuaba por sí solo. Fuera de esta asamblea, el leit motiv de la Casa Blanca era la necesidad de "cambio de régimen" en Irak.

Mientras en octubre Bagdad acordaba permitir inspecciones a decenas de sitios "sensibles", Gran Bretaña y EEUU rechazaron este acuerdo, ya que pretendían que el Consejo de Seguridad aprobara una nueva resolución que autorizara ataques militares en caso de que Iraq no cumpliera con las exigencias.

También en octubre, el "eje del mal" abrió un nuevo frente cuando Washington reveló que Corea del Norte había admitido estar desarrollando un programa de armas nucleares y exigió su inmediato desmantelamiento, encontrando una primera negativa norcoreana. En este frente, China, que marcó silencio con respecto a Irak, señaló que era necesario que las partes llegaran a un acuerdo pacífico, por medio del diálogo y la negociación.

Gracias a la popularidad conseguida por Bush luego de los atentados, que llegó a medir casi un 90% de imagen positiva, y la incapacidad de los demócratas de diferenciarse de sus opositores tanto en lo económico como en lo político, los republicanos consiguieron en las elecciones de noviembre la mayoría absoluta en el Congreso. Esto facilitó a la administración Bush profundizar su plan de reformas tributarias que eliminaba varios impuestos que pesaban esencialmente sobre los sectores de mayores ingresos y aumentaba notoriamente el déficit público.

El déficit fiscal de los estados llegó en el 2003 a su peor nivel desde el fin de la Segunda Guerra Mundial, forzando a los gobernadores a drásticos recortes presupuestales y a efectuar miles de despidos de empleados estatales. En Kentucky el gobernador ordenó la salida anticipada de 567 reos para aliviar el enorme costo de los gastos carcelarios.

A pesar de que las inspecciones de la ONU no encontraron ninguna prueba significativa de que Irak tuviera o estuviese desarrollando armas de destrucción masiva, en su discurso sobre el Estado de la Unión ante el Congreso, en enero de 2003, Bush hizo clara la voluntad de Washington de atacar a Irak aunque no lo secundaran sus aliados europeos. Afirmó que el gobierno de Saddam Hussein había desafiado y engañado al mundo y que debía “pagar por ello”.

Estados Unidos, el Reino Unido y las fuerzas de la coalición lanzaron invadieron Irak en marzo de 2003 entre controversias domésticas y en el seno de la ONU. Otros miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU no apoyaron la guerra, y Alemania se declaró abiertamente en contra.

Las fuerzas aliados avanzaron rápidamente sobre Bagdad. El 1º de mayo, a bordo del USS Abraham Lincoln, Bush anunció el final de la primera parte del conflicto y el comienzo de la "reconstrucción democrática" del país (ver Iraq).

En febrero de 2004, el presidente admitió que las supuestas armas de destrucción masiva que justificaron la invasión no habían sido encontradas aún. Desde el proclamado "fin de la guerra", siguieron aumentando los muertos estadounidenses como consecuencia de la resistencia. Se escucharon las primeras declaraciones de Bush sobre la necesidad de una intervención de ONU.

En abril, comenzaron los combates a las fuerzas de ocupación desde donde menos lo esperaban: las facciones shiitas iraquíes (sometidas por el régimen de Hussein y supuestamente "liberadas" por EE.UU.). Bush debió combatir dos frentes de resistencia y las primeras protestas dentro de Estados Unidos de sectores estudiantiles, que se sentían engañados por las razones de Washington para la intervención. El gobierno polaco también declaró haber sido engañado.

Los ataques terroristas en España a comienzos de año demostraban, según los críticos, que además de no haberse mejorado la situación de Irak (donde se comenzó a poner en duda el cumplimiento de los plazos para la entrega del poder), el terrorismo seguía tan fuerte y violento como antes de la invasión.

En abril de 2004, el nuevo gobierno español ordenó el retiro inmediato de los 1.400 soldados que apoyaban la ocupación de Irak. Bush declaró que el hecho no significaba un resquebrajamiento en el bloque de países que luchaban contra el terrorismo y que se trató de una medida previsible. El número de muertos estadounidenses en Iraq era, a esa altura, de 700.

A fines de ese mismo mes, se hicieron públicas evidencias fotográficas y de video que mostraron torturas, malos tratos y abuso sexual a prisioneros iraquíes por parte del ejército estadounidense, en la prisión de Abu Ghraib, situada en las afueras de Bagdad. Algunas de las torturas recibidas por los prisioneros irquíes fueron: ser atados con alambres de sus genitales, atacados por perros, forzados a simular actos sexuales entre ellos, renunciar en voz alta al Corán, comer cerdo. Un prisionero mostraba una palabra abusiva escrita en su cuerpo.

En mayo, el ejército de Estados Unidos anunció el inicio de una investigación sobre presuntos abusos a prisioneros afganos bajo custodia estadounidense. Sayeb Nabi Siddiqui, ex coronel de la policía afgana, declaró al diario New York Times que fue desnudado, fotografiado, pateado y privado del sueño, y que fue objeto de burlas y abuso sexual durante los cuarenta días que estuvo prisionero en la base aérea de Bagram, al norte de Kabul, y en instalaciones militares en Kandahar y Gardez en 2003. La Comisión Independiente de Derechos Humanos en Afganistán (CIDHA), creada por el gobierno de transición del presidente afgano Hamid Karzai, afirmó que en los últimos meses había recibido cuarenta y cuatro quejas sobre diferentes tipos de abuso cometidos por soldados estadounidenses.

En junio, Human Rights Watch (HRW), señaló que la tortura y maltrato de prisioneros iraquíes por parte de soldados estadounidenses fue una consecuencia previsible de la decisión de la administración Bush de evadir las leyes internacionales. El informe de HRW fue publicado la misma semana que se filtraron documentos confidenciales del Pentágono y del Departamento de Justicia de EE.UU. que sugirieron que el gobierno estadounidense intentaría encontrar vías para burlar leyes que prohíben la tortura de prisioneros.

"Las escenas de horror fotografiadas en la prisión de Abu Ghraib no son simples actos aislados de soldados particulares", dijo Kenneth Roth, director ejecutivo de HRW; "Abu Ghraib es el resultado del gobierno del presidente Bush de poner las reglas a un lado". Según HRW, Washington consideraría que podrían haber excepciones a la Convención de Ginebra o al Tratado Internacional contra la Tortura luego de los ataques del 11 de septiembre de 2001. Washington negó tener una política para torturar o cometer abusos contra detenidos. Sin embargo, HRW retó a Bush a que probara que es así con la desclasificación de los documentos y memos confidenciales filtrados. La Consejera Nacional de Seguridad de EE.UU., Condoleezza Rice, aseguró que la política de su país es cumplir con las leyes domésticas y las obligaciones contraídas en tratados internacionales.

En julio de 2004, la Comisión 11/9, independiente, publicó su informe luego de veinte meses de investigaciones sobre los ataques del 11 de setiembre de 2001. El mismo condenó al sistema de gobierno por "fallas en la imaginación" y "profundas fallas institucionales" para defender a el país de los ataques. El reporte consignó que "la falla más importante fue que los líderes Bill Clinton y George W Bush no entendieron la gravedad de la amenaza". Tom Kean, jefe de la comisión, declaró que los atacantes penetraron las defensas de la nación más poderosa del mundo y que los mismos causaron uno de los peores traumas a el pueblo estadounidense, al mismo tiempo en que dieron por tierra con el orden internacional.

En octubre, Amnistía Internacional (AI), señaló que Estados Unidos socavó los derechos fundamentales de los prisioneros detenidos en Irak, Afganistán y la base militar de Guantánamo. Según AI, al reducir las salvaguardias, demonizando a los detenidos y haciendo caso omiso a sus obligaciones legales internacionales, Washington -en el mejor de los casos- confundió a los interrogadores y -en el peor- dio luz verde a la tortura y a otros tratamientos crueles, inhumanos o degradantes. En su informe AI acusó a EE.UU. de tolerar abusos y advirtió que las imágenes de los soldados que maltrataron a iraquíes en la cárcel de Abu Ghraib de Bagdad acompañarán a la humanidad por muchos años.

AI acusó a Washington de embarcarse en un "trillado camino de violación a los derechos básicos en nombre de la seguridad nacional o necesidad militar" y llamó al gobierno a condenar el uso de la tortura y prohibirla a través de las leyes. El estudio, titulado "Dignidad humana negada: Tortura y responsabilidad en la 'guerra contra el terror'", salió a la luz seis días antes de la elección presidencial estadounidense. La investigación del ejército estadounidense de los casos de abusos de prisioneros concluyó que los altos mandos no fueron responsables por los abusos en Abu Ghraib, pero sí condenaron a varios soldados.

A fines de octubre, según un estudio realizado por investigadores de la Escuela de Salud Pública Johns Hopkins Bloomberg, de Baltimore, EE.UU., y publicado en la revista médica británica The Lancet, las acciones militares y el clima de violencia habían ocasionado más de 100 mil muertes de iraquíes, de las que se habrían producido sin la guerra. La mayor parte de los muertos fueron mujeres y niños, y se produjeron por ataques aéreos, explicó el estudio.

En noviembre de 2004, George W. Bush resultó reelecto por otros cuatro años a la presidencia. Con el 51% de apoyo, Bush logró revertir la situación de 2000, cuando ganó la presidencia pero no logró más votos que el entonces candidato demócrata, Al Gore. Las proyecciones otorgaron a Bush una ventaja de más de 3.500 mil votos sobre Kerry, convirtiéndose en el presidente más votado en la historia estadounidense. Diversos observadores electorales dijeron que se había registrado una participación récord en los comicios, casi un 60%. Bush obtuvo alrededor de 274 votos de los colegios electorales frente a 252 de Kerry; los votos necesarios para triunfar son 270 electores. Los republicanos mantuvieron la mayoría en el Senado y la Cámara de Representantes. Los demócratas perdieron varios Kerry aceptó la derrota y exhortó a la unidad de los estadounidenses.

Por una votación de 5 a 4, la Corte Suprema abolió en marzo de 2005 la pena de muerte para quienes hubiesen cometido asesinato cuando eran menores de 18 años. El hecho que fue saludado como una victoria por los activistas contra la pena capital.

Cientos de personas murieron en setiembre cuando el Huracán Katrina, la tormenta más destructiva que en décadas padeciera país, arrasó con los estados de la costa del Golfo de México. Gran parte de la ciudad de Nueva Orleans quedó sumergida bajo las aguas y, tras el cataclismo climático sobrevino uno político. El gobierno de Bush fue duramente criticado por su demora y falta de previsión (incluyendo al presidente Bush, las principales figuras de la administración se encontraban de vacaciones). Michael Brown, nombrado por Bush como director de la Agencia Federal de Administración de Emergencias (Fema) fue a cuyos esfuerzos en el rescate fueron catalogados en primera instancia por el presidente como "un gran trabajo", fue la primera víctima política y debió renunciar. El intercambio de acusaciones se dio, principalmente, entre Washington y la gobernadora demócrata del estado de Luisiana, Kathleen Blanco, lo mismo que el alcalde de Nueva Orleáns, Ray Nagin. En el fuego cruzado, las autoridades urbanas, estatales y federales se acusaban recíprocamente de negligencia. De todas maneras, no obstante el combate político, Katrina agudizó la pérdida de confianza y baja calificación que el electorado daba al gobierno del presidente reelecto.

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