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Pueblos Indígenas Americanos -

Conjunto de pueblos aborígenes que habitaban el continente americano con anterioridad al descubrimiento de América y a sus descendientes. El presente artículo se centra en los pueblos indígenas de Norteamérica, Mesoamérica y Sudamérica.

Construida al parecer en torno al año 1450, la ciudad de Machu Picchu fue quizá el último refugio de los dignatarios incas ante la llegada de los conquistadores españoles. Situada a más de 2.000 m de altitud, Machu Picchu ha pasado a ser todo un símbolo de la civilización incaica, un imperio que llegó a alcanzar los 3.500.000 km2 y que contó con casi 12 millones de súbditos en América del Sur. 

Osceola resistió a los intentos del gobierno de los Estados Unidos de trasladar a los seminolas de Florida (EEUU) al Territorio Indio, una región al oeste del río Mississippi. En 1837, durante la Segunda Guerra Seminola, Osceola fue capturado bajo bandera de tregua. Murió un año después en la prisión de Fort Moultrie, cerca de Charleston, en Carolina del Sur. Charleston Museum, SC

Antiguos Pobladores

Se calcula que en el momento de los primeros contactos con los europeos el continente americano estaba habitado por más de 90 millones de personas: unos 10 millones en el actual territorio de Estados Unidos y Canadá, 30 millones en México, 11 millones en Centroamérica, 445.000 en las islas del Caribe, 30 millones en la región de la cordillera de los Andes y 9 millones en el resto de Sudamérica. Estas cifras de población corresponden a estimaciones muy relativas (algunas fuentes citan magnitudes mucho menores), ya que resulta imposible dar cifras exactas. Cuando los europeos empezaron a realizar los primeros registros, la población indígena ya se había visto diezmada por las guerras, el hambre, los trabajos forzosos y las epidemias de enfermedades introducidas por los europeos.

Primeras Migraciones

A grandes rasgos, podría decirse que los indígenas americanos probablemente descendieran de los pobladores asiáticos que emigraron a través de la lengüeta de tierra del estrecho de Bering durante el periodo cuaternario, que se inició hace unos 30.000 años.


Según los testimonios de las migraciones humanas, los primeros pueblos que se desplazaron hacia el continente americano, procedentes del noreste de Siberia hacia Alaska, portaban utensilios de piedra y otras herramientas típicas de mediados y finales del periodo paleolítico de la edad de piedra. Estos pueblos probablemente vivían en grupos de unos 100 individuos, pescando y cazando animales como venados y mamuts. Eran nómadas y trasladaban su campamento unas cuantas veces al cabo del año para aprovechar los alimentos de cada estación. Es probable que se reunieran durante algunas semanas con otros grupos con el fin de celebrar ceremonias religiosas y realizar trueques de productos, además de intercambiar información. Al parecer, los primeros asentamientos se ubicaron en Alaska y más tarde fueron desplazándose hacia el interior del continente americano.

En ciertos periodos del pleistoceno, las temperaturas bajaron de tal modo que se heló buena parte del agua de nuestro planeta. El nivel del mar descendió unos 90 metros y dada la poca profundidad del estrecho de Bering, situado entre Alaska y Siberia, la zona se convirtió en un puente natural por el cual pudieron pasar los rebaños de animales y los seres humanos que los acechaban. La mayoría de los antropólogos piensan que los indígenas de América descienden de los pueblos asiáticos que se introdujeron en Norteamérica a través de este puente de tierra.

Los hallazgos de las primeras migraciones son muy escasos. Los testimonios que se desprenden del estudio comparativo de las lenguas indígenas, así como del análisis de algunos materiales genéticos, sugieren la posibilidad de que estas migraciones tuvieran lugar hace unos 30.000 años. Algunas pruebas más directas, procedentes de yacimientos arqueológicos, sitúan esa fecha algo más tarde. Por ejemplo, en el Yukón, en el actual Canadá, se han descubierto utensilios de hueso cuya antigüedad ha quedado fijada en el 22.000 a.C. mediante las técnicas de carbono radiactivo. Los restos de hogueras descubiertas en el valle de México (véase Valle de Anáhuac) datan del 21.000 a.C.; se han hallado algunas lascas de herramientas de piedra cerca de ellas, lo cual determina la presencia humana en aquella época. En una cueva de la cordillera de los Andes peruanos, cerca de Ayacucho, los arqueólogos han hallado utensilios de piedra y huesos de animales triturados, cuyo origen se ha datado en el 18.000 a.C. Otra cueva de Idaho, Estados Unidos, contiene restos parecidos que datan del 12.500 a.C. En ninguno de estos yacimientos aparecen objetos o herramientas con un estilo diferenciado. El único objeto hallado que sí tiene un estilo propio apareció hacia el 11.000 a.C. y se conoce como puntas 'clovis', tipo de punta de jabalina de base cóncava y con acanaladuras en una o dos de sus caras.


Principales areas culturales

Un área cultural es, ante todo, una región geográfica; posee un clima, un paisaje y una población biológica características, compuesta por su fauna y flora. Las personas que habitan en la región deben adaptarse a sus peculiaridades para satisfacer sus necesidades vitales. El continente americano podría dividirse en muchas áreas culturales y esas divisiones obedecerían a criterios muy diferentes. En este artículo se consideran nueve áreas para Norteamérica, una para Mesoamérica y cuatro para Sudamérica.


Norteamérica

La geografía y los recursos naturales de las diversas regiones de Norteamérica influyeron en el desarrollo de distintas culturas. Mientras que las culturas costeras dependieron principalmente de la pesca, los pueblos del interior desarrollaron técnicas de caza. Los grupos más estables, en particular los que se asentaron a lo largo de las costas, mantuvieron intercambios sociales y económicos. Otros grupos, como los del extremo norte, eran nómadas y vivían más aislados.

Las áreas culturales de Norteamérica son el Suroeste, los Bosques Orientales, el Sureste, las Grandes Llanuras, la región Intermontañosa de California, la Meseta, la Subártica, la Costa Noroccidental del Pacífico y la Ártica.

 

El Suroeste

El área cultural del Suroeste abarca Arizona, Nuevo México, la zona meridional de Colorado y la zona septentrional limítrofe de México (los estados de Sonora y Chihuahua). Los primeros habitantes de esta región cazaban con puntas clovis a los mamuts y otros animales hacia el 9500 a.C.; sin embargo, al finalizar los periodos glaciales (8000 a.C.) los mamuts desaparecieron. Los pueblos del Suroeste comenzaron a cazar búfalos (véase Bisontes) y dedicaron más tiempo a recolectar plantas silvestres para su alimentación.

Pueblo Bonito se extiende sobre un área de más de 12.141 m2 en el cañón del Chaco, en el norte del estado de Nuevo México (Estados Unidos). La disposición urbanística tiene forma de 'D'. Sus viviendas, construidas hacia el siglo X, probablemente albergaron a casi 1.000 habitantes. Robert Perron/Art Resource, NY

 

El clima fue haciéndose más cálido y seco y, entre el año 8000 y el 300 a.C., emergió una nueva forma de vida, conocida hoy como arcaica. Los pobladores arcaicos cazaban sobre todo venados y pequeños pájaros; cosechaban frutas, frutos secos y semillas de plantas silvestres, al tiempo que utilizaban planchas de piedra para moler las semillas y hacer harina. Hacia el 3000 a.C. los habitantes del Suroeste aprendieron a cultivar el maíz, que ya había sido cultivado en el valle de México, aunque durante siglos constituyó un componente menor de su alimentación.


Hacia el 300 a.C. algunos mexicanos cuya cultura estaba basada en el cultivo del maíz, el frijol y la calabaza, emigraron hacia el sur de Arizona, como el pueblo hohokam, que vivía en viviendas construidas con adobes formando un círculo que rodeaba una plaza central. Eran los antecesores de los actuales pimas y papagos, que conservan gran parte de su estilo de vida.


Los pueblos del sector septentrional del área cultural del Suroeste, tras varios siglos de comerciar con los hohokam, modificaron hacia el año 700 d.C. su forma de vida originando la que se conoce como cultura anasazi, igual que los primitivos 'hombres de las rocas', cuyo nombre original era cliff-dwellers. Cultivaban también maíz, frijol y calabaza, y vivían en poblados de piedra en forma de terrazas o en bloques de adobe construidos alrededor de plazas centrales; estos bloques presentaban paredes desnudas frente a la parte exterior del poblado, protegiendo así a sus moradores. Durante los meses más cálidos muchas familias vivían en pequeñas casas en el campo. Después de 1275, el sector septentrional padeció importantes sequías, quedando abandonados muchos campos y poblados anasazi; los que se hallaban en las márgenes del río Bravo o Grande del Norte, por el contrario, crecieron y expandieron sus sistemas de regadío.


En 1540 los conquistadores españoles llegaron a los asentamientos de los descendientes de los anasazi, los indios pueblo. A partir de 1598 los españoles los dominaron, pero en 1680 los pueblo organizaron una rebelión que les permitió recuperar su libertad hasta 1692. Desde entonces, los indios pueblo han estado, primero, bajo el dominio del gobierno español, después mexicano y, por último, estadounidense. Los pueblo se esforzaron por conservar su cultura: continuaron cultivando sus tierras y en algunos poblados mantuvieron de forma secreta su propio gobierno y religión. En la actualidad hay 22 poblados pueblo.


En el siglo XV aparecieron en el Suroeste algunos cazadores que hablaban la lengua athabasca -emparentada con ciertas lenguas de Alaska y el oeste de Canadá-, que habían emigrado en dirección sur por las Grandes Llanuras occidentales. Saquearon los poblados pueblo en busca de comida y, después de que los españoles fundaran los mercados de esclavos, pusieron a la venta a sus prisioneros; de los pueblo aprendieron a cultivar la tierra y de los españoles a criar ovejas y caballos. En la actualidad, estos pueblos son el navajo y el grupo apache.


El sector occidental del Suroeste está habitado por individuos que hablan las lenguas yuma, incluidos los solitarios havasupai, que poseen sus cultivos en el fondo del Gran Cañón, y los mojave, que viven en la parte baja del río Colorado. Los pueblos de habla yuma viven en pequeños poblados de chozas cerca de los campos pantanosos de cultivo. Otros grupos pertenecientes a esta región cultural son los hopi de Arizona y la etnia tarahumara que habita en el estado mexicano de Chihuahua.

 

Bosques Orientales

Los bosques de la región oriental abarcan el noreste de los Estados Unidos y el sureste de Canadá. En esta área se desarrollaron muchas culturas diferentes, algunas de las cuales datan de hasta 7.000 años a.C. Las comunidades que se establecieron a lo largo de la costa Atlántica se beneficiaron de un clima favorable y de los abundantes recursos naturales, hasta que se produjo un cambio climático hacia el siglo X a.C. En esa época florecieron las culturas del Medio Oeste, como la del Mississippi, que es famosa por la formación de grandes comunidades, precursoras de las ciudades modernas. Las edificaciones más importantes se construían sobre montículos o plataformas de tierra.

El área cultural de los Bosques Orientales está formada por las regiones templadas del este de Estados Unidos y Canadá, desde Minnesota y Ontario hasta el océano Atlántico por el este, y Carolina del Norte por el sur. Esta vasta región, que en origen contaba con bosques muy tupidos, estuvo habitada en principio por cazadores, algunos de los cuales utilizaban puntas de flecha clovis. Hacia el 7000 a.C., cuando las condiciones climatológicas se modificaron y fueron más cálidas, emergió una cultura arcaica.

 

Los pueblos de esta área subsistían, cada vez en mayor medida, a base de carne de venado, frutos secos y granos silvestres. Hacia el 3000 a.C. la población de los Bosques Orientales alcanzó culturalmente unos niveles que no se volvieron a dar hasta después del 1200 d.C. El cultivo de la calabaza lo aprendieron de los antiguos mexicanos y en el Medio Oeste cosechaban girasoles, amarantos, arándanos y otras plantas similares. Todas ellas se cultivaban para recoger las semillas, que -a excepción de las de girasol- se molían para fabricar harina. Fueron proliferando la pesca y la captura de crustáceos y, en las costas de Maine, pescaban el pez espada. En el área occidental de los Grandes Lagos se extraía cobre a cielo abierto, con el que se fabricaban cuchillos y diversos adornos, y en toda la zona de los Bosques Orientales se tallaban pequeñas esculturas en piedras preciosas.


Después del año 1000 a.C. el clima se fue enfriando y comenzaron a escasear los alimentos, lo que provocó una disminución de la población en la parte atlántica de la región. En el Medio Oeste, sin embargo, los pueblos se organizaron en grandes redes comerciales y levantaron grandes túmulos abovedados para ser utilizados como centros de actividades religiosas. Estos primeros constructores de túmulos, denominados hopewell, cultivaban maíz, pero dependían más bien de los alimentos arcaicos. Hacia el 400 d.C. la cultura hopewell declinó.

 

En el 750 surgió la cultura del Mississippi basada en una agricultura intensiva del maíz. Sus pobladores construyeron grandes ciudades con plataformas de tierra, o túmulos, que servían de sustento para los templos y las residencias de los gobernantes. En el río Mississippi, en la actual Saint Louis, Missouri, los pueblos de esta zona construyeron la ciudad de Cahokia, que tal vez alcanzara una población de 50.000 habitantes. Cahokia contaba con centenares de túmulos y su templo principal se hallaba sobre el más grande: 30 m de altura, unos 110 m de largo y 49 m de ancho. Durante este periodo el cultivo del maíz también adquirió gran importancia en la región atlántica, aunque no se construyó ninguna ciudad.

 

La presencia de los europeos en los Bosques Orientales data al menos del 1000 d.C., cuando algunos colonizadores procedentes de Islandia intentaron asentarse en Terranova. A lo largo del siglo XVI, los pescadores y balleneros europeos utilizaron la costa de Canadá. La colonización europea de esta región se inició en el siglo XVII. No fue preciso vencer gran resistencia, en parte porque los indígenas de la región habían sufrido grandes epidemias provocadas por el contacto con los europeos. Por estas fechas, las ciudades del Mississippi también habían desaparecido, probablemente como consecuencia de las epidemias.


Los pueblos indígenas de los Bosques Orientales abarcan a los de la confederación iroquesa, como los mohawk o wyandot; a los pueblos de lengua algonquina, como los delaware, shawnee, mohicano, ojibwa, fox, shinnecock, potawatomi e illinois, y de la familia lingüística siux, como los iowa y winnebago. Algunos pueblos de los Bosques Orientales emigraron hacia el oeste durante el siglo XIX; otros permanecen en esta región dentro de sus pequeñas comunidades.

 

El Sureste

 

Muchos de los pueblos indígenas pertenecientes a la cultura de la región del Sureste se dedicaban a la guerra. Los guerreros tatuaban sus cuerpos con motivos que representaban hazañas heroicas. A menudo las batallas eran provocadas para la glorificación personal o del grupo. Antes y después de las principales batallas, se celebraban ceremonias, en las cuales los guerreros invocaban a los espíritus, consumían sustancias alucinógenas y danzaban.

 

El área cultural del Sureste es la región semitropical al norte del golfo de México y al sur de la región medioatlántica-Medio Oeste; se extiende desde la costa atlántica hacia el oeste hasta encontrarse con Texas. Gran parte de este territorio estuvo formado por bosques de pinos que los indígenas de la región mantenían limpios de maleza, una forma de controlar la enorme cantidad de venados para su caza.

 

El cultivo de las plantas autóctonas se inició a finales del periodo arcaico, hacia el año 3000 a.C., y en la región vivía una población muy numerosa. En el 1400 a.C. se construyó una ciudad, nombrada por los modernos arqueólogos como Poverty Point, cerca de la actual Vicksburg, en Mississippi. Igual que las ciudades del Mississippi 2.000 años después, Poverty Point tenía una gran plaza central y enormes túmulos de tierra que hacían las funciones de plataformas para los templos o de enterramientos cubiertos.


El número de indígenas del área del Sureste fue creciendo hasta producirse los primeros contactos con los europeos. El cultivo del maíz hizo su aparición hacia el 500 a.C. Se siguieron construyendo más ciudades y se comerciaba activamente con artículos artesanos. El primer conquistador europeo, el español Hernando de Soto, cruzó el Sureste con su ejército entre 1539 y 1542; las enfermedades que llevaron consigo los españoles de su expedición causaron la muerte a miles de indígenas.


Entre los pueblos del Sureste figuraban los cherokee, los choctaw, los chickasaw, los creek y los seminola, conocidos por los primeros exploradores como las Cinco Tribus Civilizadas, ya que se parecían a las naciones europeas en cuanto a organización y economía, y porque incorporaron a su forma de vida algunas notables importaciones europeas (como los árboles frutales). Otro famoso pueblo del Sureste fue el natchez, cuya evolucionada cultura de construcción de túmulos fue totalmente destruida por los europeos durante el siglo XVIII.

 

 

Las Grandes Llanuras

 

Las Grandes Llanuras de Norteamérica se extienden desde el centro de Canadá hasta México, por el sur, y desde el Medio Oeste hasta las montañas Rocosas, por el oeste. La caza del búfalo constituía en todos los casos la principal fuente de sustento en esta área cultural, hasta que las manadas fueron exterminadas en la década de 1880. La mayoría de los pueblos de las Grandes Llanuras vivían como pequeños grupos nómadas que se desplazaban siguiendo a las manadas en busca de alimento y pieles. A partir del 850 d.C. se construyeron algunas ciudades a lo largo del río Missouri y en la zona central de esta enorme meseta.

 

 

Los europeos conquistaron a los pueblos indígenas de la región de las Grandes Llanuras durante el siglo XIX y los convirtieron en noticia de periódicos, revistas y fotografías. Esta es la causa de que las culturas de esta región sean las más documentadas de todos los pueblos indígenas de Estados Unidos.

 

Los hábitos de los pueblos de las Grandes Llanuras son los que hoy se conocen como 'típicas costumbres indias': largos tocados de plumas, viviendas tipo tepee, pipa ceremonial, trajes de cuero y danzas con un gran sentido religioso. Durante el siglo XIX, cuando los colonos invadieron sus territorios, las costumbres de estos pueblos se hicieron célebres a través de los periódicos, revistas y fotografías que popularizaron esta región.


Entre los primitivos pueblos de las Grandes Llanuras se encuentran los indios blackfoot o pies negros, cazadores de búfalos, así como los mandan e hidatsa, que se dedicaban a la agricultura en las márgenes del río Missouri y que eran conocidos por los comerciantes franceses como los gros ventres del Missouri. Cuando los colonos europeos se asentaron en los Bosques Orientales, muchos pueblos del Medio Oeste se trasladaron a las Grandes Llanuras, entre ellos los siux, los cheyene y los arapajó. Anteriormente, hacia 1450, ya habían comenzado a trasladarse a esta región algunos miembros de los pueblos shoshón y comanche procedentes de los valles situados al oeste de las montañas Rocosas. A partir de 1630, estos pueblos se apropiaron de numerosos caballos de los ranchos españoles en Nuevo México para comerciar con ellos por toda la región. Así, la cultura de los pueblos de las Grandes Llanuras de aquella época mostró algunos elementos de las áreas culturales vecinas. Otros pueblos de esta región son también los tonkawa y crow.

 

Región Intermontañosa de California

 

Los pueblos indígenas de California, que viven entre las grandes cadenas montañosas, florecieron gracias a la abundancia de recursos naturales, indispensables para la alimentación y el comercio. Asentados a lo largo de la costa del Pacífico, pescaban y cazaban mamíferos marinos, como delfines y leones de mar. En las tierras interiores, cazaban ciervos y otros animales salvajes y recogían frutos secos y granos silvestres. Para facilitar el comercio entre varios asentamientos establecieron un sistema monetario, utilizando conchas marinas como moneda.

 

Esta área comprende los sistemas montañosos y valles de Utah, Nevada y California. Hacia el 8000 a.C. se desarrolló una forma de vida arcaica: caza del venado, pesca, caza con red de aves migratorias, recolección de piñas y semillas silvestres, que perduró sin grandes cambios hasta el 1850 d.C. Los poblados eran sencillos, formados por chozas, que durante los meses más cálidos apenas se cubrían. La tecnología agrícola era muy compleja; la cestería alcanzó el grado de auténtico arte. En la costa de California, las gentes pescaban y cazaban morsas, delfines y otros mamíferos acuáticos desde las barcazas; la riqueza de recursos fomentó un comercio muy reglamentado que utilizaba las conchas de mar como 'moneda' de cambio (véase Wampum).


Los paiute, ute y shoshones del norte y oeste son los pueblos más conocidos de la región de los valles conocida como Gran Cuenca; las tribus de la zona de California incluyen a los yurok en el noroeste; a los pomo, maidu, miwok, patwin y wintun en el centro, y a las 'tribus de misiones' en el sur, cuyos nombres impuestos por los europeos proceden de las misiones españolas que intentaban convertirlos, como por ejemplo, los diegueños, luiseños, ignacianos, gabrielinos y otros.

 

La región de la Meseta

 

Los pueblos de la región de la Meseta noroeste de América del Norte cazaban ciervos y caza menor; también recolectaban frutas y granos silvestres. Además complementaban su dieta con salmones pescados en los ríos Columbia y Snake. Secaban el pescado para comerciar con él o guardarlo para el invierno.

 

Esta región comprende los bosques perennes y las montañas de Idaho, el este de Oregón y Washington, el oeste de Montana y la parte limítrofe de Canadá

 

Al igual que en la región Intermontañosa, en la Meseta predominaba el tipo de vida arcaico, aunque enriquecido con las subidas anuales del salmón por los ríos Columbia, Snake, Fraser y sus afluentes, así como por las cosechas de 'camas' (una planta del oeste de Estados Unidos de bulbo comestible) y otros tubérculos y raíces alimenticias de las praderas. La gente vivía en poblados construidos con casas redondas semienterradas en el invierno y acampaban en chozas en el verano. Desecaban grandes cantidades de salmón y bulbos para alimentarse en invierno y, en la parte baja del río Columbia, los pueblos wishram y wasco fundaron un poblado que servía de punto de encuentro, comercio y compra de alimentos desecados para los viajeros procedentes de la costa del Pacífico y las Grandes Llanuras.
Entre los pueblos de la Meseta se encuentran los nez percé, walla walla, yakima y umatilla de la familia lingüística sahapta; los flathead, spokane y okanagon de la familia lingüística salish, y los cayuse y kutenai (sin ninguna filiación lingüística).

 

La Subártica

 

La región Subártica comprende la mayor parte de Canadá, que se extiende por el oeste desde el océano Atlántico hasta las montañas que bordean el océano Pacífico, y por el sur desde la tundra hasta unos 300 km de la frontera actual de Estados Unidos. La mitad oriental de esta región estuvo helada en su mayor parte, por lo que el suelo y el drenaje son muy pobres.

 

 

El duro clima de la región Subártica de América del Norte, que abarca buena parte de Canadá, impidió el crecimiento de la población. Era imposible desarrollar actividades agrícolas debido a la brevedad del verano y extensos inviernos, cuyas temperaturas bajan más allá del punto de congelación del agua. Los pueblos indígenas que sobrevivían eran nómadas: pescaban y cazaban renos y alces

 

 

La práctica de la agricultura era casi imposible por la escasez de temperaturas cálidas, por lo que los pueblos de esta región vivían de la caza del alce y el caribú y de la pesca. Eran nómadas, se refugiaban en tiendas de campaña o algunas veces, en la parte occidental, en viviendas circulares semienterradas (como en la región de la Meseta). Para trasladar sus campamentos se servían de canoas en verano y de trineos en invierno. Debido a la escasez de alimentos, la población de la región Subártica siempre fue muy reducida.


Los pueblos indígenas de la mitad oriental de esta región hablaban la lengua algonquina; entre ellos se encuentran los cree, ottawa, montagnais y naskapi. En la mitad occidental se hablan las lenguas athabascas septentrionales, entre ellas la chipewyana, beaver, kutchin, ingalik, kaska y tanana. Muchos pueblos subárticos, aunque asentados en la actualidad en poblados, aún continúan viviendo de las pieles, la pesca y la caza.

 

La Costa Noroccidental del Pacífico

 

La costa oeste de Norteamérica, desde el sur de Alaska hasta el norte de California, forma el área cultural de la Costa Noroccidental del Pacífico. Limitada al este por cordilleras, el territorio habitable es una franja de tierra entre el mar y la montaña. El mar es rico en mamíferos marinos y en peces, como el salmón y el halibut; en tierra firme hay ovejas y cabras de monte, alces (véaseWapití), abundantes bayas, raíces y tubérculos comestibles.

 

La riqueza pesquera permitió el desarrollo de grandes pueblos indígenas emplazados a lo largo de la costa noroeste de América del Norte. Las extensas familias vivían en cabañas y con frecuencia comunidades enteras viajaban hasta los asentamientos vecinos para participar en fiestas ceremoniales llamadas potlatch. Los pueblos de la costa noroeste eran famosos por su habilidad como carpinteros y por sus tallas en madera.

 

Estos recursos abastecían a una densa población organizada en grandes poblados en los que la gente vivía en casas de madera, algunas de más de 30 metros de longitud. Cada vivienda albergaba a una amplia familia, a veces con esclavos, y era dirigida por un jefe. Durante el invierno, los habitantes escenificaban dramas religiosos e invitaban a los poblados vecinos a celebrar con ellos las fiestas ceremoniales denominadas potlatch, en las que se repartían abundantes obsequios. El comercio tenía una gran importancia y se extendía hacia otros continentes como el norte de Asia, donde se adquiría hierro para fabricar cuchillos. Las culturas de la Costa Noroccidental del Pacífico son también célebres por sus magníficas tallas en madera y tótems.


Esta cultura se desarrolló después del 3000 a.C., cuando se estabilizaron los niveles marinos y se regularizaron las migraciones del salmón y algunos mamíferos de mar. El esquema básico de su vida apenas cambió y a lo largo de los siglos la artesanía en madera fue adquiriendo un alto grado de perfección. Algunos grupos indígenas de la Costa Noroccidental del Pacífico son los tlingit, tsimshian, haida, kwakiutl, nootka y chinook.

 

La Ártica

 

El área cultural Ártica discurre junto a las costas de Alaska y del norte de Canadá. Dado que los inviernos son prolongados y oscuros, resulta imposible cualquier tipo de agricultura; las gentes viven de la pesca y la caza de focas, caribús y ballenas. Las viviendas tradicionales en verano eran las tiendas. Las casas invernales eran redondas, con estructuras muy aislantes de pieles y tepees; en el centro de Canadá, las viviendas de invierno se solían construir con bloques de hielo. La población era escasa debido a los escasos recursos.

 

 

La región Ártica, que abarca Alaska y el norte de Canadá, permaneció deshabitada hasta el 2000 a.C. aproximadamente, periodo durante el cual los glaciares que componían el paisaje comenzaron a fundirse. Más tarde, la población creció lentamente, debido a la dureza del clima y escasez de luz, que limitaban el crecimiento de la vegetación e impedían el desarrollo de la agricultura. Debido a ello, los habitantes de esta región sobreviven gracias a la caza y la pesca en pequeños grupos.

 

El Ártico no estuvo habitado hasta el 2000 a.C. aproximadamente, después de que los glaciares se hubieran derretido totalmente en la región. En Alaska, los inuit y los yuit desarrollaron una ingeniosa tecnología para afrontar la dureza del clima y la escasez de recursos. Hacia el 1000 d.C. varios grupos de inuit de Alaska emigraron a través de Canadá hacia Groenlandia; bautizada como la cultura thule, parece ser que absorbieron a un pueblo anterior en el este de Canadá y en Groenlandia (la cultura dorset). Estos pueblos reciben ahora el nombre de inuit de Groenlandia. Debido a esta migración, las culturas y lenguas inuit tradicionales presentan grandes analogías desde Alaska hasta Groenlandia. Los yuit viven en el suroeste de Alaska y en el extremo oriental de Siberia, y están emparentados con los inuit en cuanto a cultura y antepasados, pero su lengua es algo diferente. Parientes remotos de los inuit y los yuit son los aleutianos, que desde 6000 a.C. están asentados en su patria en las islas Aleutianas, dedicados a la pesca y caza de mamíferos marinos.

 

Mesoamérica(arriba)

Las civilizaciones se desarrollaron en México y en la parte superior de Centroamérica a partir del 1400 a.C. Estas civilizaciones surgieron de un estilo de vida arcaico cazador-recolector que hacia el 7000 a.C. incluía el cultivo de pequeñas cantidades de frijol, calabaza y maíz. Hacia el 2000 a.C. los antiguos mexicanos dependían totalmente de las plantaciones de estos cultivos, además de amaranto, aguacate y otras frutas, así como del chile (ají).

 

El recinto ceremonial de esta gran ciudad comprendía el Templo Mayor, varias pirámides-santuarios, un Juego de pelota, viviendas para los sacerdotes y otros edificios sagrados, todos ellos rodeados de una muralla de serpientes o Coatepantli. Desde el recinto partían las tres grandes calzadas, Tlacopan, Iztapalapa y Tepeyac, que comunicaban a la ciudad. Tenochtitlán contaba con muy pocas calles de tierra firme, ya que la mayoría eran canales y el tránsito se realizaba mediante canoas. La ciudad fue destruida a consecuencia de la conquista española, en 1521.

Doble templo dedicado a Huitzilopochtli (dios de la guerra y del sol) y a Tláloc (dios de la lluvia), de base rectangular (100 x 80 m), cuyo frente estaba casi totalmente ocupado por una doble y majestuosa escalinata flanqueada por gruesas alfardas. Al frente de los adoratorios de Tláloc y Huitzilopochtli se encontraban la Piedra de los sacrificios y un Chac-mool. Este templo fue objeto de siete reedificaciones y once ampliaciones, y fue concluido antes de la llegada de los españoles.

Las ciudades fueron creciendo y hacia el 1400 a.C. la civilización olmeca poseía una capital con palacios, templos y monumentos construidos sobre una enorme plataforma de unos 50 m de altura y cerca de 1,6 km de longitud. Los olmecas vivían en la selva de la costa del golfo de México; sus rutas comerciales se extendieron hasta Monte Albán en el oeste de la República Mexicana (en el actual estado de Oaxaca) y el valle de México. A medida que fue disminuyendo el poder de los olmecas (hacia el 400 a.C.), fueron en aumento los asentamientos en las montañas del interior y, poco antes del comienzo de la era cristiana, la primera ciudad del México precolombino había alcanzado dimensiones urbanas en Teotihuacán en el valle de México. Desde el 450 hasta el 600 Teotihuacán dominó el Altiplano, comerciando con Monte Albán y con los reinos mayas que habían surgido en el suroeste de México, y conquistando a pueblos rivales por el sur incluso en el valle de Guatemala. Teotihuacán ocupaba unos 21 km2 con bloques de viviendas de varios pisos, mercados, multitud de pequeños talleres, templos sobre plataformas y palacios cubiertos de murales. La cultura maya también se distinguió por desarrollar, caso único entre los pueblos indígenas americanos, una lengua escrita basada en glifos.

Hacia el 700 d.C. Teotihuacán sufrió una serie de ataques que le arrebataron su supremacía. Más adelante, en ese mismo siglo, muchas ciudades mayas quedaron abandonadas, tal vez arruinadas al tocar a su fin el comercio con Teotihuacán. Otras ciudades mayas, sobre todo en el norte de Yucatán, no corrieron la misma suerte. Hacia el año 1000, una nueva potencia del México central -los toltecas- comenzaron a formar un imperio alrededor del ya existente en el valle de México y penetraron en el territorio maya de Chichén Itzá. Este imperio se derrumbó en 1168. Hacia el 1433, el valle de México había recuperado el dominio sobre la mayor parte de México como resultado de una alianza de tres reinos vecinos. Esta alianza garantizaba una patria a partir de la cual el rey Moctezuma I de los aztecas inició sus conquistas territoriales durante el siglo XV. El imperio floreció hasta 1519, año en el que el conquistador español Hernán Cortés arribó a la costa oriental de México y avanzó junto a sus aliados mexicanos, los tlaxcaltecas, enemigos de los aztecas, en dirección a la capital azteca, Tenochtitlán. Las luchas internas y las epidemias vinieron a debilitar a los mexicanos, circunstancias que hicieron posible que Cortés triunfara en su conquista.


En el momento de las primeras conquistas españolas, los pueblos indígenas de México formaban parte de los dominios del Imperio azteca, de los reinos y señoríos mixtecos en el actual estado de Puebla y de los tarascanos en el estado de Michoacán, así como de los zapotecas en Oaxaca, los tlaxcaltecas de Tlaxcala, los otomíes en Hidalgo, los totonacas en Veracruz, los supervivientes del estado maya de Mayapán en Yucatán y grupos menores de filiación mayense en el sur, además de otros grupos independientes en las regiones fronterizas, como los yaquis, huicholes y tarahumaras en el norte de México. Tras la conquista española -que tardó más de dos siglos en abarcar a todo México- la mayoría de los grupos indígenas se vio obligada a sobrevivir como campesinos gobernados por la clase alta hispano-mexicana.


El área cultural de Mesoamérica -México, Guatemala, El Salvador, la parte occidental de Honduras y de Nicaragua- destacaba por su carácter agrícola, abasteciendo a los mercados de las grandes ciudades en las que los comerciantes traficaban con utensilios, vestidos y artículos de lujo importados a través de las lejanas rutas terrestres y marítimas. En las ciudades vivían los artesanos y los trabajadores, los mercaderes, la clase opulenta, así como los sacerdotes y eruditos que registraban las obras literarias, históricas y científicas en textos jeroglíficos (la astronomía estaba especialmente desarrollada, véase Astronomía maya). Las ciudades se decoraban con esculturas y vistosas pinturas, que representaban los símbolos mesoamericanos del poder y el saber: el águila, el jaguar y la serpiente.


Sudamérica

Las áreas culturales de Sudamérica abarcan desde la parte inferior de Centroamérica -el este de Honduras, Nicaragua y Costa Rica- hasta el extremo meridional de América del Sur. Cabe distinguir cuatro áreas principales: 1) la parte norte de Sudamérica y el Caribe; 2) los Andes centrales y meridionales y la costa adyacente del Pacífico; 3) la selva tropical del este de Sudamérica, y 4) la Sudamérica meridional, un área que alberga sólo a pueblos nómadas de cazadores-recolectores.

La parte norte de Sudamérica y el Caribe

 

El área cultural de la parte norte de Sudamérica y el Caribe incluye tierras bajas de selva, sabanas cubiertas de hierba, la parte septentrional de la cordillera de los Andes, algunos territorios áridos del oeste de Ecuador y las islas del Caribe. Debido a su ubicación geográfica, la región podría prestarse a servir de vínculo entre las grandes civilizaciones de México y Perú, pero por la dificultad que entrañan los desplazamientos por tierra a través de la selva y las montañas de la parte baja de Centroamérica, los contactos precolombinos entre Perú y México se desarrollaron sobre todo por mar, desde el golfo de Guayaquil en Ecuador hasta los puertos occidentales de México. Los pueblos indígenas de la parte norte de Sudamérica y el Caribe vivían en pequeños estados independientes. Aunque comerciaban directamente con México y Perú a través de Ecuador, estos grandes imperios nunca entraron en contacto con ellos.


Los hallazgos de puntas de flecha tipo clovis indican la presencia de cazadores en la zona ya en el 9000 a.C.; otros testimonios sugieren que en la zona septentrional ya existían habitantes hacia el 18.000 a.C. El estilo arcaico de vida se prolongó desde los tiempos de la desaparición de los mastodontes y los mamuts, en el periodo Clovis, hasta el 3000 a.C. aproximadamente. En esta época, los moradores de los poblados desarrollaron el cultivo del maíz en Ecuador y de la mandioca en Venezuela, además de que prosperó la alfarería. Con fecha posterior fueron colonizadas por primera vez las islas del Caribe. Hacia el 500 a.C., en las ciudades de algunas áreas del norte de Sudamérica aparecieron estilos locales específicos de escultura y metalistería. El crecimiento de la población y el progreso tecnológico prosiguieron hasta que los españoles conquistaron esta región; por entonces, los reinos Chibcha de Colombia ya eran célebres por su exquisita artesanía en oro. En el entorno del mar Caribe, los pequeños grupos como los misquito de Nicaragua, los cuna de Panamá y los arawak y caribe de las islas se dedicaban a la agricultura y la pesca en las proximidades de sus poblados; los caribes también vivían a lo largo de la costa de Venezuela. Estos pueblos practicaban un estilo de vida más sencillo que el de los pueblos de los estados septentrionales andinos.

 

Andes centrales y meridionales

 

La cordillera de los Andes, que se extiende por toda la mitad occidental de Sudamérica, junto con los angostos valles costeros entre las montañas y el océano Pacífico, constituyeron el territorio de una de las grandes civilizaciones del continente.

 

 

En las montañas próximas al lago Titicaca, entre Perú y Bolivia, se desarrollaron antiguas civilizaciones preincaicas como Tiahuanaco, centro ceremonial cuyo nombre significa 'Ciudad de los dioses'.

 

 

En tiempos recientes, las excavaciones del yacimiento del Monte Verde en el sur de Chile han proporcionado pruebas irrefutables de la existencia humana ya por el 13.000 a.C. Algunas excavaciones algo más al norte, en Perú, revelan que hacia el 700 a.C. se cultivaban frijol y ají. Algunos siglos más tarde se produjo la domesticación de las llamas. A veces se criaban cobayas o cuis como alimento comestible; el algodón, la papa, el maní y otros alimentos se fueron incorporando a la agricultura peruana, y hacia el 2000 a.C. se introdujo el maíz procedente de los Andes septentrionales. Los pueblos de la costa del Pacífico, Chile, Perú y Ecuador, también supieron aprovechar la riqueza marina, con su abundancia de especies, así como las aves acuáticas, las morsas, los delfines y los crustáceos.


Después del año 2000 a.C. los pueblos asentados en los diferentes valles costeros del Perú central se aliaron para construir grandes templos de piedra y adobe sobre enormes plataformas. Después del 900 a.C. estos templos se destinaron a una nueva religión, centrada en la ciudad de Chavín de Huantar. Esta religión tenía como símbolos el águila, el jaguar, la serpiente (probablemente una anaconda) y el caimán, que simbolizaba el agua y la fertilidad de las plantas. Estos símbolos son en cierta forma análogos a los de las religiones de México, pero no se conoce ningún vínculo concreto entre ambas culturas. Después del 300 a.C. comenzó a declinar la influencia de Chavín, o posiblemente su dominio político. Surgió así la cultura moche o mochica en la costa septentrional de Perú y la nazca en la costa sur. Ambas dieron lugar a la construcción de grandes proyectos de regadío, ciudades y templos, desarrollándose un comercio intenso que incluía la exportación de cerámica fina. Los moche representaron su vida cotidiana y sus mitos en pinturas y en esculturas cerámicas; se retrataban como feroces guerreros y también fabricaron esculturas de cerámica modelada que representaban viviendas con familias, plantas cultivadas, pescadores e incluso parejas de amantes. También eran diestros trabajadores del metal.


Hacia el 600 d.C. las culturas moche y nazca desaparecieron y surgieron dos nuevos estados poderosos en Perú: Huari en las montañas centrales y Tiahuanaco en las montañas meridionales del lago Titicaca. Tiahuanaco fue un gran centro religioso que hizo resurgir los símbolos de Chavín, pero ambos estados duraron pocos siglos. A partir del siglo XI volvieron a adquirir importancia los estados costeros, especialmente Chimú en el norte, con su amplia y esplendorosa ciudad capital Chanchán, construida de adobe y piedra. Todo Perú llegó a estar dominado por un estado que nació en las montañas centrales en Cuzco; era el estado quechua, pueblo que pasó a ser el componente más poderoso del Imperio inca. El emperador inca de aquella época, Pachacutec Inca Yupanqui, inició la expansión de su Imperio en el siglo XV; hacia 1525, los incas dominaban desde Ecuador hasta Chile y Argentina. Entre 1525 y 1532 se desencadenó una guerra civil en su seno y a su término desembarcó en Perú el conquistador español Francisco Pizarro, que apenas tuvo dificultades para conquistar al devastado Imperio inca.


Durante este periodo, las partes central y meridional de los Andes estaban habitadas por campesinos que cultivaban diversas plantas. Los productos locales, transportados en caravanas de llamas, se exportaban y se intercambiaban hacia la costa, las montañas y la selva tropical oriental. Los reinos de esta región estaban gobernados por administradores auxiliados por soldados y sacerdotes. Los peruanos carecían de lenguaje escrito, pero utilizaban el ábaco para sus cálculos aritméticos, y llevaban un registro numérico de carácter administrativo con ayuda de unos collares anudados, parecidos a los ábacos, denominados 'quipus'

 

 

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