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Estado de América del Sur que ocupa la franja sudoccidental de este subcontinente, compuesta por la vertiente occidental de la cordillera de los Andes y el pie de monte andino. Limita al N con el Perú, al E con Bolivia y Argentina, y al S y O con el océano Pacífico.

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GEOGRAFÍA

EL MEDIO FÍSICO
El territorio chileno ocupa una franja muy estrecha y alargada, de 4.000 km de longitud y unos 200 km de anchura media, en la que se distinguen cuatro grandes unidades morfológicas: la cordillera de los Andes, al E; una depresión longitudinal intermedia; la cordillera de la Costa, al O; y el rosario de pequeñas islas y archipiélagos que bordea el litoral meridional hasta el cabo de Hornos.
La cordillera de los Andes presenta en el sector septentrional chileno una serie de macizos elevados, que forman una altiplanicie en la que se encuentran varias depresiones o cuencas cerradas, ocupadas por extensos solares (Atacama, Punta Negra, Pedernales, etc.). Entre las altas cumbres volcánicas que dominan esta región, cubiertas por glaciares, sobresalen los cerros Llullaillaco (6.739 m) y Ojos del Salado (6.879 m), en el límite argentinochileno.


Al S de Santiago, la cordillera va perdiendo altura y está penetrada por varios valles y lagos de origen glaciar. Las cumbres más elevadas, hasta el límite meridional de Tierra del Fuego, se mantienen por debajo de los 3.000 m de altitud, salvo algunos picos aislados, como el monte San Valentín (4.058 m) y el cerro Arenales (3.437 m).
La depresión longitudinal abarca, en la mitad N, una vasta región de pampas o tierras áridas, entre las que destaca la pampa del Tamarugal, al O del desierto de Atacama, y una serie de pequeños valles perpendiculares a la costa. A partir de Santiago forma el gran Valle Central, que se hunde en el Pacífico junto a la isla Grande de Chiloé. Comprende una región lacustre y está separado del litoral, al O, por la cordillera de la Costa, una alineación montañosa cuya altitud se mantiene entre los 1.000 y 1.500 m, fragmentada hacia el S en núcleos aislados de los cuales forman parte la isla Grande de Chiloé y el archipiélago de los Chonos.


El extremo meridional del territorio chileno se compone de una sucesión de islas y archipiélagos cuya formación se produjo al invadir el mar los valles glaciares de la cordillera andina. En el tramo final, el estrecho de Magallanes se abre paso entre la península de Brunswick y el archipiélago de Tierra del Fuego.


HIDROGRAFÍA
Los ríos chilenos descienden de la cordillera andina a la costa, orientados por tanto de E a O y con un recorrido que alcanza poca longitud. Presentan más diferencias en su caudal, determinado por las características climáticas de la región por la que discurren, esencialmente la pluviosidad. En el N, donde impera el clima árido más extremado, sólo el Loa logra llegar al mar después de un largo recorrido por el desierto de Atacama. Al S del Loa aparecen algunos ríos más caudalosos, destacando el Copiapó y el Aconcagua, al N de Santiago, y el Maule (282 km) y el Biobío (380 km) en el Valle Central, dos de los ríos chilenos más importantes. En el tercio meridional del territorio se encuentran varios cauces fluviales alimentados por la fusión de las nieves andinas y las copiosas lluvias invernales, como el Imperial, el Valdure y el Bueno. Algunos ríos chilenos del extremo S nacen en la vertiente oriental de los Andes, en la Patagonia argentina, y se dirigen hacia la vertiente occidental salvando la muralla de altas cumbres a través de valles profundos y encajados, como los ríos Reloncaví, Cisnes y Baker (este último, el más caudaloso de los ríos chilenos).


El lago más importante de la región lacustre del Valle Central es el Lanquihue (880 km2). En el S, en la llamada Patagonia chilena, Chile comparte con Argentina los lagos General Carrera (llamado Buenos Aires en Argentina), Cochrane (o Pueyrredón) y O’Higgins (o San Martín).


EL LITORAL Y LAS COSTAS
La costa chilena, en el sector septentrional y central, es alta y extraordinariamente rectilínea. A partir del golfo de Ancud, al S de la ciudad de Puerto Montt, donde la cordillera de la Costa se sumerge en el océano y el mar penetra en el Valle Central, forma una serie de entrantes y penínsulas muy articuladas, junto a los que se extiende la larga cadena de islas e islotes que se prolonga hasta el extremo meridional del continente. En este sector, las últimas alineaciones de los Andes patagónicos desaparecen en el mar originado numerosos canales y fiordos. De N a S, los principales accidentes del litoral meridional chileno, a partir del golfo de Ancud, son el golfo Corcovado, el canal Moraleda, la península de Taitao, el golfo de Penas, el canal Baker, el golfo Trinidad, el estrecho de Nelson, la península de Brunswick y el estrecho de Magallanes.


En la franja insular sobresalen a su vez el archipiélago de Chiloé, con la gran isla Grande de Chiloé (8.394 km2) y otras menores; el archipiélago de los Chonos, formado por más de 1.000 islas e islotes deshabitados; la isla Wellington; el archipiélago Reina Adelaida, frente a la península Muñoz Gamero; y las islas de Santa Inés, Hoste y Navarino. El cabo de Hornos, en la isla del mismo nombre, se considera el punto más austral del continente americano, pero no lo es, sin embargo, del territorio chileno, que extiende hasta el archipiélago de las islas Diego Ramírez (4,5 km2), a unos 160 km al SO. Chile extiende su soberanía, además, al sector occidental de la isla Grande de Tierra del Fuego, compartida con Argentina, así como a las islas Sala y Gómez, San Félix, San Ambrosio y el archipiélago Juan Fernández, en el Pacífico, y la isla de Pascua, situada en Oceanía.


EL CLIMA
El clima está influido por tres factores principales: la latitud geográfica, la altitud sobre el nivel del mar y la influencia oceánica. El desierto de Atacama es una de las zonas más áridas del mundo, pues aunque las temperaturas son moderadas, con una media que oscila entre 17 y 20 °C en la costa, las lluvias son inexistentes o alcanzan valores realmente mínimos (2-6 mm anuales). A partir de Antofagasta se produce la transición con el clima semidesértico, con 15 °C de temperatura media anual y precipitaciones que superan los 30 mm al año. En la región central, desde el valle del río Antofagasta hasta el Biobío, se encuentra un clima de tipo mediterráneo, con una estación seca, unos 15 °C de temperatura media y precipitaciones superiores a los 300 mm anuales. Hacia el S aparece el clima templado o cálido y muy lluvioso. En el extremo meridional, las temperaturas descienden sensiblemente y se entra en el dominio de los campos de hielo.
Esta sucesión de climas determina a su vez la vegetación: cactáceas y arbustos espinosos en las regiones desérticas y subdesérticas del N; arbustos y praderas de gramíneas en la región central y en las laderas andinas; bosques de robles y coníferas (araucarias) en el tercio meridional; y tundra con pequeños matorrales en la región de Tierra del Fuego.


ECONOMÍA Y SOCIEDAD
Chile tiene en el sector minero la principal fuente de riqueza. Sobre esta base ha podido desarrollar un sector industrial que abarca principalmente la siderometalurgia y la industria ligera. El carácter montañoso de su territorio, que es, además, extremadamente árido en el N y frío y boscoso en el S, impone drásticas limitaciones a la posible expansión del sector agrario. En este panorama económico, en el que la importanción de alimentos se suma a la de bienes de equipo y tecnología industrial, mientras que los ingresos de divisas dependen sobre todo de la fluctuante cotización internacional de los productos de la minería, la balanza comercial se decanta con mucha facilidad, tanto en sentido positivo como negativo, siendo esas oscilaciones la causa de las alternancias entre las etapas de recesión y de crecimiento, que constituyen el rasgo más característico de la economía chilena.


Las tierras útiles para el sector agropecuario equivalen aproximadamente a un tercio de la superficie total. La agricultura, con una producción muy diversificada, se concentra sobre todo en el Valle Central, donde encuentra las mejores condiciones para prosperar. Los cultivos más importantes corresponden a los cereales (trigo, maíz, cebada, arroz), seguidos de la vid, que abastece un activo sector vinícola, los frutales y las hortalizas. La papa, planta originaria de Chile, abarca también una extensa área, y entre los cultivos industriales figura en primer lugar la remolacha azucarera, destacando a continuación el lino y el tabaco. Alcanza más importancia económica la ganadería, que obtiene de la cabaña bovina una estimable producción de carne y leche, y cuenta también con un sector porcino muy activo. En la zona central y meridional, la cabaña ovina logra buenos rendimientos cárnicos y de lana, mientras que en las áridas regiones norteñas predomina la cría de ganado caprino. Chile es además una de las primeras potencias pesqueras del mundo (anchoa, bacalao, atún, bonito, mariscos), sobresaliendo en esa actividad los puertos de Arica e Iquique, en el extremo septentrional, y los archipiélagos merdionales. Al S de Concepción se explota a su vez una importante riqueza forestal, que proporciona maderas de excelente calidad (roble, laurel, pino).


Como se ha dicho, los productos de la minería tienen para la economía chilena una importancia capital. Chile es el primer productor mundial de cobre, que se obtiene principalmente en Chuquicamata (Antofagasta), la mayor mina a cielo abierto explotada en el mundo, y en los inagotables yacimientos de El Salvador (Copiapó) y El Teniente (O’Higgins). En nitrato sódico y el salitre, abundantes en los desiertos del N, significaron en el pasado una parte importante de las exportaciones, hasta ser desbancados por el auge de los fertilizantes químicos. En el S, en la zona del estrecho de Magallanes y Tierra de Fuego, se explotan yacimientos de petróleo y gas natural. También se obtiene, en algunos casos con excedentes exportables, mineral de hierro, molibdeno, manganeso, mercurio, plomo, azufre, carbón, oro y plata.


El auge económico que experimentó a mediados de siglo la economía chilena potenció sobre todo el desarrollo de la industria metalúrgica, basada princi-palmente en el procesamiento y refino del cobre, y la siderurgia (hierro y acero). Menos notable y posterior ha sido la expansión de otros sectores industriales, entre los que se sobresalen las industrias químicas y petroquímicas (ácido sulfúrico, fertilizantes, benceno, etileno, etc.), la industria mecánica (maquinaria, bienes de equipo) y el sector del automóvil (montaje de vehículos y fabricación de neumáticos). Junto a todos ellos, destacan entre las industrias tradicionales más prósperas la alimentación (harinas, conservas, productos cárnicos, derivados lácteos, bebidas alcohólicas, derivados de la pesca) y el sector textil (lana, algodón, fibras artificiales), seguidos de la industria maderera y el sector del cuero y calzado.
La población chilena se compone mayoritariamente de mestizos y criollos descendientes de europeos (princi-palmente españoles), con una minoría de habitantes de origen autóctono (mapuches, chonos, fueguinos, changos) inferior al 7%. La tasa de crecimiento es de las más bajas de América del Sur, así como la densidad demográfica. Las máximas concentraciones de población se registran en el Valle Central, donde habitan tres de cada cuatro chilenos, con un elevado porcentaje de población urbana. El área metropolitana de Santiago, la capital y primer centro económico y cultural del país, acapara el 35% de la población total.


HISTORIA
Diego de Almagro explotó el territorio ocupado por los araucanos (1536-37). En 1540 fue Pedro de Valdivia quien emprendió la conquista, fundando las ciudades de Valdivia, Valparaíso, Concepción y Santiago. La revuelta del caudillo araucano Lautaro (1553) concluyó con la derrota y muerte de Valdivia y la retirada de los españoles hasta 1557, cuando García Hurtado de Mendoza logró derrotar al sucesor de Lautaro, Caupolicán, aunque se mantuvo la resistencia de los araucanos al sur del Biobío, con insurrecciones en 1654, 1723 y 1859. El territorio se encomendó a un gobernador dependiente del virreinato peruano. En 1810 se constituyó una Junta en Santiago, que proclamó la libertad de comercio iniciando el proceso de emancipación (“Patria Vieja”), pero las fuerzas realistas del Perú derrotaron a José Miguel Carrera y Bernardo O’Higgins en Rancagua (1814).


La causa independentista triunfó con las victorias de San Martín sobre los españoles en Chacabuco (1817) y Maipú (1818), en las que intervinieron los patriotas chilenos Manuel Rodríguez y O’Higgins, aunque la liberación del territorio no concluyó hasta 1826 con la toma de Chiloé. En la nueva República, los enfrentamientos entre las distintas facciones de la aristocracia criolla -pelucones (conservadores), pipiolos (liberales) y estanqueros (moderados)- culminaron en la batalla de Lircay (1830), que significó el triunfo de los conservadores. Joaquín Prieto promulgó una Constitución presidencialista en 1833 y sostuvo una guerra victoriosa contra la Confederación Perú-boliviana (1836-39). Le sucedió Manuel Bulnes (1841-51) y luego el gobierno liberal de Manuel Montt (1851-61), durante el cual se produjeron las sublevaciones de los araucanos (1859-80).


Tras la primera guerra del Pacífico contra España (1864-66), se modificó el antiguo orden colonial, acentuándose la intervención del Estado y la influencia de la Iglesia. Los gobiernos liberales promovieron la anexión de los yacimientos de nitratos del desierto de Atacama, culminada tras la segunda guerra del Pacífico (1879-83), contra Perú y Bolivia, ganada por Chile durante la presidencia de Aníbal Pinto. En 1886 asumió la presidencia José Manuel Balmaceda, a cuya política progresista se opusieron liberales y conservadores, que formaron una junta en Iquique e iniciaron la guerra civil (1891), que concluyó con la renuncia y el suicidio de Balmaceda. A la etapa de autoritarismo presidencial le sucedió la del “parlamentarismo”, caracterizada por la corrupción electoral y el fraccionamiento de los partidos tradicionales, con la aparición de radicales, socialistas y comunistas.


Arturo Alessandri, elegido presidente en 1920, promulgó una nueva Constitución (1925), que fortalecía al poder ejecutivo frente al Congreso. Tras la dictadura del general Carlos Ibáñez (1927-31), Alessandri fue reelegido (1932), pero el Frente Popular obtuvo la presidencia para Pedro Aguirre Cerda (1938), cuya muerte interrumpió el proceso reformista. Los fracasos de sus sucesores, Juan Antonio Ríos y Gabriel González Videla, propiciaron la vuelta al poder de Ibáñez (1952). Tras el mandato presidencial de Jorge Alessandri (1958-64), surgió una nueva fuerza política, la Democracia Cristiana, que llevó a la presidencia a Eduardo Frei (1964-70). Aunque inició reformas sociales, Frei no pudo evitar el aumento de la inflación y del coste de la vida.


La izquierdista Unidad Popular ganó las elecciones de 1970, y Salvador Allende asumió la presidencia. Allende intentó promover un socialismo moderado con la aplicación de la reforma agraria y la nacionalización del cobre, la banca y los monopolios industriales, con la oposición de las empresas extranjeras y los conservadores. En 1973, un golpe de de estado militar derrocó a Allende, que murió durante el asalto de los sublevados al palacio presidencial. Una junta militar presidida por el general Augusto Pinochet asumió el poder. La junta suprimió el régimen parlamentario, disolvió los partidos políticos, reprimió a los opositores y emprendió una política antiinflacionista.


La Constitución de 1981 aseguró la presidencia para Pinochet hasta 1989 y preveía su continuidad hasta 1997, pero el plebiscito de 1988 rechazó esa posibilidad. En las elecciones presidenciales de 1989 resultó elegido Patricio Aylwin, líder democratacristiano y candidato apoyado por el conjunto de la oposición democrática. Le sucedió en 1994 Eduardo Frei Ruiz-Tagle, vencedor en las elecciones presidenciales de 1993, al frente de una coalición dirigida por socialistas y democratacristianos. Augusto Pinochet cesó como comandante en jefe del ejército en 1998 y tomó posesión del cargo de senador vitalicio. En octubre de este año, hallándose en Londres, fue detenido a petición de un juez español, quien le inculpa como responsable de delitos contra los derechos humanos, cometidos en Chile durante su dictadura. Este suceso provocó el enfrentamiento entre diversos sectores de la sociedad chilena.

CHILE EN CIFRAS
Nombre oficial: República de Chile
Superficie: 756.626 km2
Población: 14.210.400 hab.
Capital: Santiago (5.462.000 hab.)
Ciudades principales: Concepción (307.600 hab.),
Viña del Mar (305.300 hab.)
Valparaíso (295.900 hab.), Talcahuano (247.000 hab.)


DEMOGRAFIA
Densidad: 19 hab./km2
Tasa de crecimiento anual: 1,6%
Natalidad: 20,6%
Mortalidad: 5,4%
Moralidad infantil: 12%
Esperanza de vida: 72 años

ECONOMÍA
Moneda: Peso chileno (1 Pch = 100 centavos)
Producto nacional bruto (PNB): 59.161 millones de dólares
PNB por habitante: 4.163 dólares
Distribución del PIB por sectores: agricultura (9%) industria (38%), servicios (53%)
Principales productos de exportación: cobre y otros productos minerales, papel y derivados, productos industriales,
frutas y vegetales


SOCIEDAD
Lenguas: castellana (oficial), mapuche y alacalufe
Gentilicio: chileno
Forma de gobierno: república unitaria presidencialista
Religión: catolicismo (77%), protestantismo (13%)
Tasa de alfabetización: 95%
Población urbana: 84%
Indice de desarrollo humano: 31°


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